La Conspiración Cubana
- Parte I – Fidel Castro y el CFR
- Parte II – Fidel Castro y los Rockefeller
- Parte III – Los Rockefeller
- Parte IV – Los Rothschild
- Parte V – Los Rothschild y el Banco Central de Norteamérica
- Parte VI – Rockefeller + Rothschild = Reserva Federal
- Parte VII – David Rockefeller y la Reserva Federal
- Parte VIII – El Council on Foreign Relations (CFR)
- Parte IX – El Caso Wieland (I)
- Parte X – El Caso Wieland (II)
El pasado 5 de noviembre de 2010, se celebró en la Isla de Jekyll, frente a las costas de Georgia, una conferencia auspiciada por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta y la Universidad de Rutgers para conmemorar los 100 años de la redacción del proyecto de ley (bill) de la Reserva Federal de los EE.UU.1
En el costoso bufé que siguió tan austera celebración, los alegres brindis iban dirigidos a aquellos beneméritos representantes de los Rockefeller y los Rothschild que habían redactado -de forma flagrantemente conspirativa e ilegal, como vimos1- aquel proyecto de ley.
En 1913, finalmente, -muchos afirman que inconstitucionalmente, durante el receso de navidad del Congreso-, el presidente Woodrow Wilson firmaría la ley de la Reserva Federal. 1
Pocos años después, el presidente Wilson se arrepentiría de haber seguido los consejos de su asesor personal, el «coronel» Edward Mendel House.1
El remordimiento de Wilson se debió a que las ideas «internacionalistas» del «coronel» coincidían demasiado -como se comprobaría más tarde- con los intereses de los banqueros internacionales, tanto, que Wilson se quejaba de haberle entregado el país a estos.1
La firma de la ley de la Fed (como se ha dado en llamar a la Reserva Federal ) dio colofón a la lucha de más de un siglo entre políticos americanos y representantes de la banca internacional -encabezada por el clan de los Rothschild- por establecer un banco central en América para dominar su economía.2
Hoy día, hay voces que siguen señalando la Reserva Federal como el instrumento de dominación mundial de una supuesta élite financiera internacional -liderada, entre otros, por los Rockefeller y los Rothschild- para controlar la economía, la moneda, la banca y el gobierno de los EE.UU, y, así, imponer su supremacía al resto del planeta.
Sin embargo, mucho ha llovido desde entonces.
¿Seguirá la Reserva Federal controlada por los mismos intereses?
Esta es una cuestión de alta importancia tanto para la democracia y el estado de derecho, los principios fundacionales de esta nación, como para la vida de todos los habitantes de EE.UU. y el mundo.
Ello se debe a que la Reserva Federal es la guardiana de la más poderosa economía del mundo al regular todas las instituciones financieras de América y las principales del planeta.
Para saber quienes controlan la Fed, es preciso conocer su funcionamiento, el cual, aunque altamente complejo, se puede resumir en pocas palabras.
La Reserva Federal está compuesta por 12 bancos distritales. Todos los bancos nacionales y un segmento de los bancos estatales forman parte del sistema de la Reserva Federal.3
La Fed es el banco de bancos, así como el banco del gobierno de EE.UU., el deudor y consumidor más pródigo del mundo.
La Secretaría del Tesoro tiene una cuenta de cheques en la Reserva Federal de New York. Todas las ganancias obtenidas por los impuestos federales y otros pagos al gobierno ese manejan a través de esta cuenta.3
La Fed vende y salda los valores del gobierno (government securities) como bonos de ahorro, y billetes, notas y bonos del Tesoro.3
Si el gobierno necesita fondos, el Tesoro emite bonos (acciones sobre la deuda del gobierno) para entregarlos a corredores, que los subastan.
Para «ampliar el suministro de dinero», la Fed interviene y compra bonos de la deuda gubernamental a los corredores con dólares nuevos, impresos con ese objeto.
Cuando se creó la Reserva Federal en tanto que trust privado, el gobierno le trasvasó su prerrogativa de imprimir la moneda y de distribuirla a las instituciones financieras, prerrogativa sólo de los gobiernos.3
Este dinero impreso por la Fed con objeto de comprar los bonos gubernamentales aumenta el monto del circulante, por lo que su actividad es esencialmente inflacionaria: la impresión de nuevo dinero provoca que el valor del dólar baje y la inflación, por tanto, aumente.
Las manipulaciones del valor del dólar por las políticas de la Fed no sólo afectan al consumidor norteamericano. También, se reflejan en todos los cambios monetarios y las economías del planeta. Ello es debido, como se sabe, a que el dólar es la moneda universal de cambio y reserva.
Pero, esto no es lo más preocupante.
El nuevo dinero que crea la Fed para comprar los bonos del gobierno se produce través de un acto de magia: sólo se teclea unos números en la cuenta bancaria del Tesoro, reflejada en una pantalla de computadora.5
Las maniobras de la Reserva Federal para «crear» dinero se llaman «operaciones de mercado abierto» porque la Fed compra los bonos emitidos por el Tesoro en el «mercado abierto» de los corredores de bonos.3
Los bonos de la deuda gubernamental se convierten en las «reservas» que la comunidad bancaria internacional utiliza para respaldar sus préstamos. De este modo, todas las operaciones e intereses bancarios del planeta están estrechamente entrelazados con las políticas de la Fed.
Dado el funcionamiento de la Reserva Federal, el valor del dinero no se basa en su respaldo en metales preciosos u otro tipo de colateral sino sólo en el «crédito» del gobierno norteamericano para pagar sus deudas.
La mala noticia es que Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch anunciaron el pasado 18 de abril del 2011, que, debido a la descomunal deuda fiscal norteamericana, el crédito del gobierno americano puede perder en los próximos dos años su condición de triple A.6
El anuncio de las agencias de clasificación de crédito constituyó una bomba en los mercados se «seguridades» y cambiarios.
Si el gobierno americano está a punto de perder su crédito, ello significa que los bonos del gobierno y el dólar perderán su valor en tanto que reservas monetarias ni bancarias, una verdadera catástrofe para el mundo financiero global.
Lo peor es que la verdadera fábrica de ganancias para los bancos es otro movimiento de prestidigitación conocido como préstamos de «reserva fraccional».
Los préstamos de «reserva fraccional» constituyen el rejuego bancario de prestar las mismas reservas (los bonos o deudas del gobierno) muchas veces, lo que amplía aún más el suministro monetario virtual (i.e., no respaldado por colateral metálico ni físico alguno). 5
La Reserva Federal «…tiene el poder para determinar el tamaño de las reservas de divisas en los mercados de divisas internacionales. En un sentido práctico, el Sistema de Reserva Federal es el prestamista de última instancia del sistema bancario internacional, y es quien determina del valor en dólares de las reservas mundiales.» 7
Reserva Federal, también, tiene la capacidad de regular las tasas de interés bancario.
Si las tasas de interés se reducen, habrá más demanda de préstamos y la economía se «calentará». Si aumentan, habrá menos préstamo y, por tanto, la economía se «enfriará».3
La economía mundial responde a los movimientos de la economía norteamericana. Por ello, al regular la cantidad de dinero circulante y las tasas de interés bancario, la Fed controla toda la economía planetaria.
Además de ello, actualmente, a través de instituciones como el Automated Clearing House (Centro de Intercambio Automatizado ) o ACH8, la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication o SWIFT (Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales)9 y otras, la Fed monitoriza las operaciones bancarias electrónicas en todo el mundo, que, hoy día son literalmente todas.
Resumiendo, la Reserva Federal tiene más poder e influencia sobre la economía y la vida de EE.UU., y el mundo que cualquier otra entidad gubernamental o no, sea norteamericana o extranjera.
La Reserva Federal es, por tanto, como hemos dicho, la institución más poderosa del mundo.3
Todo ello significa que, quien controle la Reserva Federal, controla al planeta.
Pero, ¿quién o quiénes dominan la Fed?
Uno de los grandes secretos de la Reserva Federal por casi un siglo ha sido su carácter de empresa privada, no gubernamental, todo lo contrario de los que sugiere su nombre.
Eustace Mullins, nos dice que su investigación sobre la Reserva Federal fue motivada por la sospecha que le sugirió Erza Pound en 1949 de que esta no era una organización gubernamental sino privada.10 Esto ocurrió 36 años después de la creación de la Fed entre personas que se entiende que sean cultas e informadas. Así que, qué decir del resto del público.
Semejante secreto fue comenzó a ser de conocimiento público sólo en el pasado lustro –casi a un siglo de la creación de la Fed- gracias al libre flujo de la información por Internet.
Sin embargo, los nombres de sus verdaderos dueños de la Reserva Federal sigue siendo uno de los misterios mejor guardados del planeta.
Una disposición de la ley de la Reserva Federal prohíbe revelar la identidad de sus accionistas.
Existe una gran polémica sobre los verdaderos dueños de la Fed.
Muchos detractores de la Reserva Federal aseguran que esta está en manos, no ya privadas, sino de intereses extranjeros que la utilizan como instrumento de presión sobre el gobierno americano en el sentido de sus intereses últimos de dominación mundial.
Quienes redactaron y presionaron para la creación de la Fed a principios del pasado siglo no dejaban lugar a dudas. Pero ha pasado una centuria, por ello hay que comprobar o disprobar esta acusación.
Edward Flaherty, Doctor en Economía del College de Charleston11, uno de los más fervientes defensores de la Reserva Federal, ha dedicado no pocos esfuerzos para descalificar las acusaciones de los opositores a esta.
Flaherty ataca particularmente a Edward Griffin, autor de «La Criatura de Jekyll Island»12, a Eustace Mullins, quien escribió «Los secretos de la Reserva Federal»13, y a Gary H Kah, autor de «En camino a la ocupación Global».14
Flaherty niega rotundamente la acusación de estos autores de que la ley de la Reserva Federal fuera aprobada en forma ilegal e inconstitucional y que los principales accionistas de la Fed (sus principales dueños) sean extranjeros.15
Según los críticos de la Reserva Federal, por la forma en que su sistema fue diseñado por su fundador, quienquiera que controle el Banco de la Reserva Federal de New York, controla todo el sistema. 16
Cada uno de los doce Bancos de la Reserva Federal está organizado en una corporación cuyas acciones se venden a los bancos comerciales y cajas de ahorro que operan en el distrito del Banco.
Los accionistas eligen a seis de los nueve directores de su junta directiva regional del Banco de la Reserva Federal, así como su presidente.
Mullins afirma que los ocho primeros accionistas de la Reserva Federal de Nueva York fueron, en orden de mayor a menor a partir de 1983, Citibank, Chase Manhattan, Morgan Guaranty Trust, Chemical Bank, Manufacturers Hanover Trust, Bankers Trust Company, Banco Nacional de América del Norte, y el Banco de Nueva York.17
Según Mullins, en conjunto, estos bancos controlan el 63 %de las acciones en circulación de la Fed de Nueva York.
Muchos de estos bancos, afirma Mullins, son propiedad de una docena de entidades bancarias europeas, en su mayoría británicas, y en particular, de la dinastía de banqueros Rothschild. A través de sus agentes estadounidenses, estas son capaces de seleccionar la junta directiva de la Fed de Nueva York y dirigir la política monetaria de EE.UU.
Flaherty objeta que la fuente de la información de Mullins (el Boletín de la Reserva Federal, según este) sobre los accionistas de la Reserva Federal de Nueva York no se puede verificar ya que esta ni ninguna otra publicación periódica de la Reserva Federal jamás ha incluido información alguna sobre los accionistas.15
Por otra parte, Flaherty tiene razón al decir que la investigación sobre los accionistas de la Fed es muy difícil dado que los bancos de la Reserva Federal no son corporaciones que coticen en bolsa y, por tanto, la Comisión de Bolsa y Valores no puede exigir la publicación de una lista de sus principales accionistas.15
A parte de la conjetura sobre la propiedad extranjera, Flaherty critica la tesis de Mullins de que los bancos de Nueva York que posean la mayoría de las acciones de la Reserva Federal de Nueva York, pudiendo escoger su junta directiva y su presidente. De este modo, dichos bancos -y, por tanto, la conexión de Londres-, según Mullins, poseen el control sobre las operaciones de la Fed y la política monetaria de EE.UU.
Flaherty objeta este argumento ya que cada banco comercial recibe un voto, independientemente de su tamaño, a diferencia de la mayoría de las estructuras de voto corporativo en el que el número de votos está ligado al número de acciones que una persona posea.15
Si el distrito de la Reserva Federal de Nueva York contiene más de 1.000 bancos miembros, razona Flaherty, es muy poco probable que los bancos más grandes y poderosos pudieran obligar tantos de los más pequeños a votar de una manera particular.15
El control de los votos de la mayoría de los bancos miembros significaría, como bien piensa Flaherty, la adquisición de una participación mayoritaria en alrededor de 500 bancos miembros del distrito de Nueva York.15
Para obtener el control sobre la Reserva Federal, Flaherty calcula que se requeriría un desembolso de cientos de miles de millones de dólares,15 lo que impulsa a Flaherty a pensar que, seguramente, hay algún camino más barato para la dominación global.15
Muchos detractores de la Reserva Federal consideran que sí, que la élite bancaria angloamericana y mundial (con los Rockefeller y los Rothschild a la cabeza) tiene suficiente dinero como para hacer semejante inversión y para mucho más.
Si estudiamos la historia, es posible descubrir que esta, sin duda, a pesar de su enorme costo, sería la forma más barata de dominación planetaria.
Ahora bien, Flaherty tiene razón sobre las dificultades para conocer los principales accionistas de la Reserva Federal.
No obstante, el conocimiento de los principales accionistas de la Reserva Federal -sus verdaderos dueños- puede descubrirse indirectamente, con sólo investigar quiénes realmente la controlan.
En tal sentido, existe un interesante informe del Comité congresional para la banca, la moneda y la vivienda de 1976. Entre sus miembros, se estrenaba el entonces flamante congresista Ron Paul, uno de los principales enemigos de la Fed e inspirador del Tea Party.19
El estudio se titula «Directores de la Reserva Federal: Un Estudio de la influencia Corporativa y Bancaria».20
El propio presidente de dicho comité congresional, el representante demócrata por Wisconsin Henry Reuss, escribe en el prólogo de este informe que el mismo es una investigación sobre las relaciones de los directores de los 12 Bancos de la Reserva Federal con la banca, las corporaciones y el comercio.21
El motivo de semejante estudio, confiesa Reuss, estriba en la preocupación por muchos años de dicho Comité sobre la influencia de los intereses privados sobre las responsabilidades públicas esenciales del sistema de la Reserva Federal.21
«El estudio, afirma Reuss, levanta substanciales preguntas sobre la supuesta ‘independencia’ de la Fed, la cual se halla subordinada completamente a la gran banca y los grandes negocios, si se toman en cuenta las poderosas interconexiones reveladas por este estudio.»21
La naturaleza dependiente de las juntas distritales, continúa Reuss, afecta el interés público a través de un amplio espectro, desde la política monetaria a la regulación bancaria.21
Las tablas del informe muestran claramente que segmentos importantes del poder corporativo y bancario tienen un amplios canales de comunicación e influencias en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York -sin duda el más importante de los bancos de distrito- con roles importantes en la política monetaria y las operaciones internacionales de todo el Sistema de la Reserva Federal.22
El informe afirma que, a nivel nacional, algunas de las actividades de los directores de la Reserva Federal se enmascaran detrás de sus escudos empresariales, y, a menudo, es difícil distinguir el cabildeo generado por los bancos de la Reserva Federal del de las empresas bancarias privadas. «22
Lo lógico es que, dado el peso y el poder que tiene el sistema de Reserva Federal sobre el gobierno, la nación y el mundo en general, el mismo sea objeto de auditorías regulares de diversas entidades gubernamentales.
A pesar del peso de su funcionamiento para el gobierno y la economía, en tanto que entidad no gubernamental –privada-, las decisiones de la Fed no precisan de la aprobación del presidente ni de ninguna otra rama ejecutiva, legislativa o judicial del gobierno.3
En la letra de la ley, la Reserva Federal debe ser supervisada por el Congreso.3 No obstante, en sus casi 100 años de creada, jamás ha sido objeto de auditoría ni de control alguno.
Las sucesivas presidencias y direcciones de la Reserva Federal han actuado impunemente sin supervisión ni control alguno, desconociéndose completamente las actividades internas y externas de las mismas.
El actual presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en múltiples ocasiones, ante el Congreso, se ha negado a responder preguntas esenciales sobre la actividad interna y el destino de los préstamos de la Reserva Federal.23
Pero, lo peor es la influencia que la cúpula de la Reserva Federal posee sobre el órgano legislativo de la nación y su rotunda negativa a la transparencia de sus operaciones y conexiones.
Al respecto, el mencionado informe del comité congresional nos dice que «La batalla del año pasado (1975) sobre las propuestas para exigir auditorías periódicas de las actividades de la Reserva Federal por la Oficina General de Contabilidad es un buen ejemplo del peso de la influencia de los directores de la Reserva Federal en asuntos legislativos».22
A todo lo largo de 1975, los directores de los bancos distritales de la Fed inundaron el Congreso con cartas que urgían la derrota de la legislación de auditoría de la Oficina gubernamental de contabilidad (GAO en inglés).
Por su parte, la cúpula de la Reserva Federal movilizó a todos los directivos de la banca y las corporaciones privadas a todo lo ancho y largo del país para que dirigieran las campañas cabilderas contra la auditoría.24
Uno de los grupos de cabildeo de las mayores de las grandes empresas de la nación, donde los directores de la Reserva Federal mantenían una fuerte membrecía, es la Mesa Redonda de Negocios.
Entre los 164 miembros corporativos de Mesa Redonda de Negocios están tres de las mayores compañías automovilísticas, los tres más grandes bancos del país, siete de las mayores compañías petroleras y la abuela de las grandes compañías de servicios, la AT&T.
En 1973, a pedido de Arthur Burns, el entonces presidente de la Reserva Federal, la Mesa Redonda de Negocios le envió un cable a todos sus socios, pidiéndoles ayuda para repeler la propuesta de ley de auditoría.
Cuando una nueva propuesta de auditoría enfrentó una gran presión de los grupos de cabildeo, una investigación conducida por Wright Patman -el entonces presidente del Comité congresional para la banca, la moneda y la vivienda- reveló la estrecha relación entre la Mesa Redonda de Negocios y el sistema supuestamente «público» de la Reserva Federal.25
Otra organización de los grandes negocios -la Cámara de comercio de los Estados Unidos- tiene fuertes conexiones con la Reserva Federal.
La Cámara -que frecuentemente cabildea en cuestiones legislativas de la banca y la Reserva Federal-tiene un comité de políticas en asuntos bancarios, monetarios y fiscales. Treinta y uno de sus miembros son directivos o directores de bancos y ocho tienen conexiones con directores del sistema de la Reserva Federal.25
Mientras que la ley limita la participación directa de los bancos en los consejos de los bancos distritales, los mismos, en realidad se infiltran a todos los niveles del sistema.
A través de las juntas distritales y de las ramas combinadas, uno de cada cinco puestos destinados a miembros no banqueros y públicos terminan en manos de banqueros.
Las renuncias de las juntas de directores de los bancos comerciales para legitimar las designaciones en la Reserva Federal son generalmente entendidas como temporales.
Por lo general, los bancos comerciales mantienen las posiciones supuestamente «liberadas» por sus «exdirectivos» que pasan a trabajar en la Fed para que estos las vuelvan a ocupar tan pronto como terminen su servicio «público». En este sentido, el informe en cuestión da muchos ejemplos.26
La entrada excesiva por parte de intereses especiales serían un problema preocupante en cualquier agencia pública, pero la situación se vuelve más grave ya que los bancos de la Reserva Federal asumen mayores poderes regulatorios.27
Mientras que la América Corporativa tiene una amplia representación en los doce bancos de la Reserva Federal, el análisis de cada banco distrital y la verificación de un banco distrital contra los demás pone de manifiesto no sólo la estrecha fuente de cuadros, sino la naturaleza de «club» del sistema.28
Esta concepción de «club» conduce la Reserva Federal a buscar sus directivos en las mismas fuentes: las mismas corporaciones, las mismas universidades, las mismas compañías de holding bancario, etc.28
El informe del Comité congresional para la banca, la moneda y la vivienda concluye con el amargo reconocimiento de que «que el sistema de la Reserva Federal está dominado por un universo muy reducido de instituciones privadas» y que …»los directores de la Reserva Federal son evidentemente representantes de un pequeño grupo élite que domina la mayor parte de la vida económica de esta nación.»28
El informe congresional de 1976 no dice explícitamente quiénes son los principales accionistas de la Reserva Federal, sin embargo, por simple asociación, es fácil descubrirlo.
La ley de la Reserva Federal prescribe que los accionistas son quienes eligen seis de los nueve directores de la junta directiva y el presidente de cada uno de sus 12 bancos distritales. 3
El informe congresional nos revela que la mayoría de los directores de las tres clases de los bancos distritales de la Fed son representantes de las mayores corporaciones bancarias y financieras de la nación, quienes, en sus funciones, priorizan los intereses de estas antes que el interés público.
Ello, indirectamente, nos explica que los principales accionistas –los dueños- de la Reserva Federal no son otros que la cúpula del «club» de la América Corporativa al cual se refiere el informe.
Sin embargo, aún queda por comprobar o disprobar la tesis, negada por Flaherty, de que la Reserva Federal está dominada por intereses extranjeros.
Aunque hoy como ayer, la Fed trata de evadir la transparencia34, no creo que sea muy difícil seguir las pistas que nos llevan a la conexión extranjera de la Fed.
El propio informe congresional reconoce que el banco del distrito de New York de la Reserva Federal es el más importante e influyente del sistema24
Recordemos que Mullins decía que, quien domine el banco de la Fed de New York, domina todo el sistema29 , cosa que negaba Flaherty.
Al leer los nombres de los directores clase A del banco de la Fed de New York que aparecen en el informe de 1976, nos encontramos a nuestro viejo conocido David Rockefeller.30
La presencia de David Rockefeller en semejante posición de poder hace trascender el problema de la influencia corporativa a niveles internacionales.
David Rockefeller heredó toda la fortuna e influencia de su padre, John D. Rockefeller Junior, quedando a la cabeza del clan a la muerte de todos sus hermanos mayores.
Si observamos la intensa actividad financiera y política internacional de David Rockefeller no podemos menos que albergar la sospecha que el mismo espíritu que primó en 1910 en la isla de Jekyll sigue vivo en sus herederos.
David Rockefeller es el más destacado continuador de las ideas internacionalistas que aprendió su padre del «coronel» Edward Mendel House.***
Mientras fungía como director clase A del banco de la Fed de new York, David no sólo estaba al frente de importantes corporaciones y organizaciones bancarias nacionales e internacionales. Entre estas, estaban el Chase Manhattan Bank -cruzando la calle del banco de la Fed de New York- y distintas organizaciones corporativas privadas como Chase International Advisory Committee (IAC) y la New York Clearing House, entre otras. Como vimos, todo ello lo invalidaba por ley para ser director clase A de la Reserva Federal. 31
Simultáneamente, David estaba al frente de las más importantes instituciones de la élite política, aristocrática, bancaria, corporativa, cultural y académica del mundo como el Consejo en Relaciones Exteriores (CFR), el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral, entre otras.
El propio David ha expresado repetidamente su vocación globalista al decir:
«…el mundo ahora es más sofisticado y preparado para marchar hacia un gobierno mundial. La soberanía supranacional de una élite intelectual y banqueros mundiales es seguramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados.32
«Algunos…caracterizan a mi familia y a mí como «internacionalistas» y de conspirar con otros alrededor del mundo para construir una estructura política y económica global mundo más integrada… Si ese es el cargo, me declaro culpable y estoy orgulloso de ello. «33
Muchos apuntan a David Rockefeller, con apoyo de la casa de los Rothschild, como el líder indiscutible de la banca angloamericana e internacional en general. En próximos artículos veremos que los hechos no llevan a otra conclusión.
Si tal es el caso, no existe mejor posición para influir sobre las finanzas y la política americana y mundial que ser director del banco de la Reserva Federal de New York.
Y ello nos retrotrae a la larga e íntima relación entre David Rockefeller y Fidel Castro.
Todo parece indicar, como veremos en artículos ulteriores, que Fidel Castro es una pieza importante en el ajedrez político internacional llevado a cabo por la ingente labor de David Rockefeller en su condición de líder de la élite financiera «internacionalista».
Octavio Guerra Royo
Nacido en La Habana, Cuba. Estudió Electrónica, Lingüística Literatura, Filosofía, Dirección de Tv y Guionista. Ha trabajado como técnico de aviación, periodista, traductor y editor. También ha sido profesor de Lingüística y Filosofía. Actualmente reside en Miami.
Sitio Web: http://www.octavioguerra.com/
Referencias
[1] Ver el artículo anterior de este blog del martes 8 de marzo de 2011 titulado LA CONSPIRACIÓN CUBANA (SEIS) R+R=RF (ROCKEFELLER + ROTHSCHILD = RESERVA FEDERAL).
[2] Ver el artículo de este blog del lunes 24 de enero de 2011 titulado LA CONSPIRACIÓN CUBANA (CINCO) LOS ROTHSCHILD Y EL BANCO CENTRAL DE NORTEAMÉRICA.
[3] Federal Reserve Tutorial http://www.investopedia.com/university/thefed/
[4] http://www.prisonplanet.com/bernanke-arrogantly-refuses-to-disclose-which-banks-took-loans.html y http://www.youtube.com/watch?v=dX2qvbznGKM
[5] Who Owns The Federal Reserve? by Ellen Brown http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=10489
[6] http://www.moneyandmarkets.com/a-financial-atom-bomb-44241?FIELD9=1
[7] Mundell, Robert A., International Monetary Options, Cato Journal, vol. 3, no. 1, Spring 1983, p.191. Citado en http://www.house.gov/jec/imf/lolr.htm
[8] http://www.achq.com/services/ach.php?gclid=CNnejPLp8acCFcxj2godkAv7aQ
[10] http://www.rebelnews.org/downloads/Federal-reserve.pdf P. 6.
[11] http://www.publiceye.org/conspire/flaherty/Federal_Reserve.html
[12] http://www.orwelltoday.com/jekyllislandbook.shtml
[13] http://www.rebelnews.org/downloads/Federal-reserve.pdf
[14] http://www.scribd.com/doc/38993668/En-Route-to-Global-Occupation-by-Gary-Kah
[15] http://www.usagold.com/federalreserve.html
[17] http://www.rebelnews.org/downloads/Federal-reserve.pdf p. 179
[18] http://www.rebelnews.org/downloads/Federal-reserve.pdf p. 47-48
[19] http://en.wikipedia.org/wiki/Ron_Paul
[20] FEDERAL RESERVE DIRECTORS: A STUDY OF CORPORATE AND BANKING INFLUENCE http://adabyron.net/FederalReserveDirectors.pdf
[21] Ibídem, p. III
[22] Ibídem, p 56
[23] http://www.prisonplanet.com/bernanke-arrogantly-refuses-to-disclose-which-banks-took-loans.html y http://www.youtube.com/watch?v=dX2qvbznGKM
[24] FEDERAL RESERVE DIRECTORS:, Ibídem, p. 56-57
[25] FEDERAL RESERVE DIRECTORS, Ibídem. p. 57
[26] FEDERAL RESERVE DIRECTORS, Ibídem. p. 58.
[27] FEDERAL RESERVE DIRECTORS, Ibídem. p. 59-60
[28] FEDERAL RESERVE DIRECTORS, Ibídem. p 120
[29] Eustace Mullins «Secrets Of The Federal Reserve» http://www.rebelnews.org/downloads/Federal-reserve.pdf p. 40
[30] FEDERAL RESERVE DIRECTORS, Ibídem. p 9
[31] http://en.wikipedia.org/wiki/David_Rockefeller
[32] David Rockefeller (1991 Speech to the Trilateral Commission). http://luntworld.blogspot.com/2008/01/david-rockefeller-quote-for-january-10.html
[33] David Rockefeller, Memoirs, Random House, 2002, p. 405
Fuente
Escuela Habana – LA CONSPIRACIÓN CUBANA (SIETE) DAVID ROCKEFELLER Y LA RESERVA FEDERAL