Primer Proyecto de Constitución para la isla de Cuba(1) de (José) Joaquín Infante
Proyecto de Constitución.– Antes de insertar el Proyecto de Joaquín Infante, queremos consignar que el mismo fué un patriota cubano, que nació en Bayamo, Provincia de Oriente, antes Santiago de Cuba, en la Isla de Cuba. Estudió la profesión de abogado y fué uno de los primeros precursores de la libertad de Cuba. En 1812 fué nombrado Auditor de Guerra y Marina de Puerto Cabello, Venezuela, en cuyo lugar fué hecho prisionero el 8 de julio del año últimamente citado, encerrándosele en el Castillo de San Felipe, en donde se formó causa de infidencia contra el mismo, «por su conducta política y por el Proyecto de Constitución para la Isla de Cuba»; pero a dicho patriota no se le sancionó por los hechos acontecidos con motivo de la capitulación de Miranda; complicándosele en una causa que se tramitaba en La Habana.
Las actividades de Joaquín Infante, como se advierte del relato que nos hace el ilustre académico Carlos M. Trelles, no se concretaron a la libertad de la tierra en que nació, sino que extendió su amor por la libertad a Venezuela y México; y así, nos dice: «por medio de un oficio del Ministro español don Luis de Onís al Virrey de Nueva España, fechado en Filadelfia el 21 de marzo de 1816, sabemos que había llegado a Nueva Orleans, enviado por Bolívar, el célebre revolucionario cubano doctor Joaquín Infante, quien se incorporó a la famosa expedición libertadora del arrojado general español
(1) Academia de la Historia de Cuba. Joaquín Infante. Homenaje a este ilustre bayamés, autor del primer proyecto de Constitución para la Isla de Cuba. La Habana, MCMXX. Estudio de Carlos M. Trelles, Académico de número. Septiembre 10 de 1928.
Francisco Javier Mina, con el cargo de Auditor de la División Auxiliar de la República Mexicana»; «esta expedición salió de Baltimore en septiembre de 1816, y desembarcó en México el 15 de abril de 1817, publicando Infante el 25 el Boletín I de la División Auxiliar de la República Mexicana, con la biografía de Mina y poco después la canción patriótica que al desembarcar Mina y sus tropas compuso el Auditor Infante»..
Joaquín Infante fué hecho prisionero en México, confinándosele en el Castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz, siendo deportado posteriormente a España. La expedición del General Mina terminó con la captura y fusilamiento de éste.
El patriota americano Infante se graduó de abogado dos veces, una no se sabe si en Cuba o en España, aunque se estima que es en este último lugar, y otra en Venezuela. Sus ideales por la libertad de los pueblos de América están escritos con sus acciones libertarias en favor de Cuba, Venezuela y México. A juzgar por lo dicho al Virrey de Nueva España, por el Ministro Luis de Onís, Infante merecía la confianza del gran libertador Simón Bolívar.
A Infante se le juzgaba «como el mayor revolucionario que puede pisar el suelo cubano», juicio éste que recoge el académico Trelles, de un Oficio de D. Cristóbal Cardona dirigido al Capitán General sobre la conducta de aquél (1825), cuando entró sigilosamente en la Isla, por el puerto de La Habana.
Para el brillante académico e ilustre historiador cubano doctor Emeterio de Santovenia, las orientaciones de la Carta Magna de Infante se acoplaron a los anhelos de fundar una República nueva, colocada de espaldas a los achaques del coloniaje y derivada a regeneraciones e impulsos constructores (2).
Joaquín Infante fué un enamorado de la libertad; la opresión y la tiranía tuvieron en él siempre a su más encarnizado opositor. Además, era hombre valiente y decidido, encausador de ideas y paladín de la causa emancipadora de los pueblos oprimidos por el despotismo. Su rebeldía se mantuvo siempre latente, y su vida estuvo siempre al servicio de la noble causa de la emancipación de los pueblos; esto, no obstante, tenía alma de poeta. Véase si no la canción patriótica que al desembarcar el General Mina y sus tropas compuso, para hacer vibrar los sentimientos patrióticos de los que, camino del deber, iban a luchar por la libertad de México; dice así:
Acabad, mexicanos,
de romper las cadenas
con que infames tiranos
redoblan vuestras penas.
De tierras diferentes
venimos a ayudaros
a defender, valientes,
derechos los más caros.
En vuestra insurrección
todo republicano
toma gustoso acción,
quiere daros la mano.
Mina está a la cabeza
de un cuerpo auxiliador;
él guiará vuestra empresa
al colmo del honor.
Acabad, etc.
Si españoles serviles
aumentan vuestros males,
también hay liberales
que os den lauros a miles.
Acabad, etc.
Venid, pues, mexicanos,
a vuestros batallones;
seamos todos hermanos
bajo iguales pendones.
Acabad, etc.
Forzad con noble saña
ese yugo insolente
que hoy gravita la España
tan indebidamente.
Acabad, etc.
Nuestra gloria ciframos
en que seáis exaltados:
veros, pues, procuramos
libres y emancipados.
Acabad, etc.
De nuestros sacrificios
no queremos más premio:
los sucesos propicios
serán si hacemos gremio.
Acabad, etc.
Abajo los partidos
y toda vil pasión:
estando siempre unidos
formaremos nación.
Independencia, gloria,
religión, libertad:
grábense en nuestra historia
por una eternidad.
Acabad, etc.
Los mozos, los ancianos,
las mujeres también, también,
esfuerzos sobrehumanos,
hagan hoy por su bien.
Y si los opresores
no huyeron arredrados,
por vuestros defensores
serán exterminados.
Las anteriores estrofas, dirigidas a los mexicanos en momentos culminantes de su vida política, hacen ver en su autor, el Dr. Joaquín Infante, el deseo de hacer vibrar los sentimientos patrióticos de aquel pueblo.
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(2) Ostentaciones de la Constitución del Infante, de Emeterio S. Santo-venia, Académico de número de la Academia de Historia de Cuba, dice: "Principios de justicia y libertad inspiraron la Constitución proyectada para Cuba por el abogado bayamés Joaquín Infante. Avizorando peligros de la anarquía y despotismo, apreció que sin sapiencia y moderación no podría arribar el pueblo de la Isla al disfrute de aquellos bienes. Medios lentos y paliativos no harían sino aliviar y prolongar las dolencias, conservarlas y conducirlas a recaer en estado fatal. Su mirada quiso abarcar dispares horizontes, y por eso con reiteración se alejó de la fase política privativa de la Carta Magna que elaboraba, para abordar cuestiones de mero derecho civil o penal. Creado por el legislador el Estado Cubano, trazó las direcciones del mismo. Ides cuatro poderes, que equilibrándose entre si debían dar vida a una forma de gobierno templada, por una proporción capaz de prevenir funestos reveses: los poderes legislativo, ejecutivo, judicial y militar. La existencia del militar rompió la norma corriente en materia de organización del Estado. Creía Infante que, aun cuando los políticos siempre sujetaron la fuerza armada al ejecutivo, conveniente era hacer de ella un poder distinto en una Isla que, susceptible de ser invadida por muchos puntos excéntricos en una pequeña latitud y agitada en los de fortificación, concurrencia o agricultura, demandaba constante defensa exterior y su conservación interior. A despecho de sus propensiones, en la organización por él madurada, el cuerpo legislativo obtuvo evidente preponderancia, ya que entre las atribuciones de éste puso la de designar a los componentes de los demás poderes. Del ejecutivo apartó las contingencias note "A larga distancia de sucesos desdichados de su país se hallaba Infante cuando los aquilató y pretendió prevenirlos. La gloriosa revolución excesivas del gobierno unipersonal." vana de 1868-1878 tropezó con el escollo de las luchas de poderes, engendrada no sólo por el ahincado propósito de la Cámara de Representantes de mantener incólume los principios democráticos en que se inspiraron los fundadores del sistema de gobierno nacido en Guáimaro el 10 de abril de 1869, sino también por el uso excesivo y a veces abusivo de la autoridad ejecutiva por el encargado de ejercería dentro de las normas constitucionales y legales. Colocados ante tan dura experiencia, los convencionales que en Jimaguayú, en 1895, y en La Yaya, en 1897, forjaron los resortes de la vida nacional, con edificador desasimiento de personales intereses, se de cedieron por la existencia del Consejo de Gobierno, que, en cuanto a funciones ejecutivas, eliminó en absoluto los males de la unipersonalidad. El Consejo de Gobierno de 1895-1898, compuesto de seis individuos-presidente, vicepresidente y cuatro secretarios concordó con el ministerio de tres concebido por Infante, precursor verdadero de la fórmula que con éxito magnífico quedó adoptada por los propulsores de la definitiva contienda emancipadora." "No respondió a ideología por completo exenta de máculas morales el proyecto de Constitución de Infante. El mismo hombre que pugnaba por alanzar la libertad y la independencia de Cuba en doctrinas de justicia y democracia, amparó la sinrazón de seguir el vitando ejemplo de los pueblos que en América se erigían en naciones, sin abolir la infamia de la esclavitud doméstica. En el aspecto dogmático, aun declarando la igual dad que llamó civil o de derecho, torció la rectitud del principio. Opinando que la igualdad de condiciones seria siempre baldía sin la igualdad de fortunas, y que no podía existir ésta en el Estado después del establecimiento del derecho de propiedad, fijó ios soportes de la distinción de clases por razas, para dar la prelación a los blancos y sentar reglas con relación a los negros y mestizos." "Comprendió el legislador que con trabas perniciosas difícilmente po día avanzar la nacionalidad. Enfocó la situación jurídica de los extranjeros con ánimo resuelto de enervar actividades menoscabadoras de las instituciones patrias. En la extinción de diezmos, estancos, alcabalas y demás impuestos del Gobierno colonial y de mayorazgos, patronatos, obraplas y censos constitutivos de gravámenes perpetuos, contempló medios adecuados para impulsar el desarrollo económico. Hubo algo de mayor monta aún con profética visión de la suerte de su país en tiempo porvenir, persuadido de la rémora y la maldad emanadas de los latifundios, pensó en el remedio entrañado por la intensificación de los cultivos, el aprovechamiento del suelo en aspectos varios y la multiplicación de los pequeños propietarios." "Si el movimiento emancipador en que Infante intervino en La Habana hubiese alcanzado éxito feliz, y la triunfante situación hubiera adoptado la Ley Fundamental planeada para el animoso adalid, habría ésta pertenecido a la dase de las escritas, libres, estatuidas y rígidas. La cláusula de reforma constitucional comprendió garantías mutuas, no menos para los gobernados que para los gobernantes. Con alma de creador, en medio de las vicisitudes de su época, aspiró por cima de todo a que el ingreso de Cuba en el mundo de las nacionalidades se produjera al par que el de otros pueblos de América. Las orientaciones de su Carta Magna se acoplaron a los anhelos de fundar una República nueva, colocada de espaldas a los achaques morbosos del coloniaje y derivada a regeneraciones e impulsos constructores."
Fuente:
Andrés M. Lazcano y Mazón – Las Constituciones de Cuba, pag 981-986. Ediciones Cultura Hispánica, 1952.
https://original-ufdc.uflib.ufl.edu/AA00064915/00001/2j
Información Adicional
[1] Habana Radio – Proyecto de Infante (I)
[2] ADHILAC – LA ASOMBROSA VIDA DEL PATRIOTA CUBANO JOAQUÍN INFANTE
[3] Research Gate – EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN PARA LA ISLA DE CUBA DE JOAQUÍN INFANTE (PDF)
[4] MovimientoC40 – EL PRIMER PROYECTO DE CONSTITUCIÓN INDEPENDENTISTA PARA CUBA
[5] Wikipedia – Conspiración de 1810
[6] Museo de la Disidencia en Cuba – Conspiración de Infante