La Conspiración Cubana
- Parte I – Fidel Castro y el CFR
- Parte II – Fidel Castro y los Rockefeller
- Parte III – Los Rockefeller
- Parte IV – Los Rothschild
- Parte V – Los Rothschild y el Banco Central de Norteamérica
- Parte VI – Rockefeller + Rothschild = Reserva Federal
- Parte VII – David Rockefeller y la Reserva Federal
- Parte VIII – El Council on Foreign Relations (CFR)
- Parte IX – El Caso Wieland (I)
- Parte X – El Caso Wieland (II)
David Rockefeller y Fidel Castro en sede del CFR (Cortesía de© 2002-2010 by Corbis Corporation. All visual media © by Corbis Corporation and/or its media providers. All Rights Reserved.)Es cierto, hay que reconocerlo, los cubanos estamos obcecados con Fidel Castro.
El dictador cubano no sólo es el objeto de los más agudos sentimientos de odio/amor por parte de los cubanos sino que, además, es la colosal interrogante que llena el hueco negro de los últimos 51 años de nuestra historia.
Aunque, no somos únicamente los cubanos los que nos sentimos obsesionados por la figura rediviva del anciano tirano.
En los últimos meses, la reaparición pública del mismo ha ocupado los principales titulares noticiosos.
La última aventura del comandante en jefe cubano transcurrió en el acuario habanero.
Parecerá cosas de dictador senil la invitación –financiada por el gobierno de uno de los países más pobres del mundo- a periodistas y personalidades extranjeras para ver una simple función de delfines.
El periodista invitado fue el norteamericano Jeffrey Goldberg, un corresponsal de la revista The Atlantic, que eventualmente, había escrito un artículo sin mucha resonancia sobre el programa nuclear de Irán. [1]
El viejo dictador cubano resulta que ahora está dedicado a salvar al mundo de una guerra nuclear contra Irán. Para sorpresa de todos, llegó hasta criticar a su entrañable amigo Mahmoud Ahmadinejad por negar el holocausto judío durante la segunda guerra mundial. [2]
La vida da muchas vueltas y Castro –de ascendencia judía-, después de ser gran amigo de Golda Mayer y los sionistas, los traicionó para ayudar a los terroristas palestinos y, ahora, vuelve a defender a los judíos contra los musulmanes.
Por otra parte, entre todos los importantes especialistas, periodistas y personalidades que han escrito sobre el asunto, Castro escogió invitar al último de la lista, a Goldberg, –quien, casualmente, es también judío-, para «discutir» su articulito. [3]
Goldberg, inocentemente, dice en su reportaje sobre su visita a Cuba que, al recibir la invitación, le «pidió» a su amiga Julia Sweig que lo acompañara en esta aventura. [3]
Alto ahí.
¿Quién es Julia Sweig?
Julia E. Sweig es la directora de Estudios Latinoamericanos en el Council on Foreign Relations (CFR) o Consejo en relaciones exteriores. [4]
Sweig –judía como Goldberg- es la «especialista» en asuntos cubanos del CFR, epígono de Herbert Matthews,[5] el famoso repotero del New York Times que creó la romántica imagen internacional de Fidel Castro cuando se inauguraba como jefe guerrillero.[6]
Julia E. Sweig ha sido una estimadísima amiga de Fidel Castro desde hace 20 años. Ha escrito decenas de libros, ensayos y artículos sobre el tema cubano, con los que ha ganado múltiples premios y ha ascendido a las más altas instancias académicas.
Como es lógico, Fidel Castro no tendría a la Sweig entre su círculo interior de amistades si no fuera una sus más ardientes admiradores y defensoras. Sus escritos se han caracterizado por constituir una extensa apología del dictador cubano y su gobierno.
Ahora bien, muchas personas no conocen o saben muy poco sobre el Council on Foreign Relations -o, como mejor se le conoce, el CFR (se pronuncia «ci-ef-ar» en español) – y qué ha significado para la isla de Cuba, sobre todo, en estos últimos 61 años.
El Council on Foreign Relations o CFR es el think tank más importante y poderoso de Estados Unidos. [7]
El término think tank (tanque de pensamiento) define a instituciones investigadoras o de otro tipo que ofrece consejos e ideas sobre asuntos de política, comercio e intereses militares sobre todo a las agencias gubernamentales. Se considera que existen 5,465 en todo el mundo, 1,777 en EE.UU. Entre estas sólo unas 200 son realmente influyentes en el gobierno y la sociedad norteamericanos.
Entre todos los think tanks norteamericanos –y del mundo-, el Council on Foreign Relations (CFR) es el más importante e influyente. [8]
El prestigio del CFR no se debe sólo a que sus «consejos» e «investigaciones» influyen directamente en la política interna y, sobre todo, externa del gobierno norteamericano.
El CFR es la organización de las 6000 personalidades más influyentes de la sociedad norteamericana. Los integrantes del CFR dominan todas las instituciones económicas, financieras, políticas, mediáticas, académicas y religiosas sobre las que se sostiene toda la estructura de la sociedad norteamericana. [9]
Una parte importante de presidentes y vicepresidentes norteamericanos, equipos presidenciales, funcionarios gubernamentales, senadores y congresistas; decanos, directores y presidentes de las principales universidades, centros de investigación y otros think tanks; dueños y directivos de las mayores cadenas mediáticas, bancos y corporaciones privadas (sin excluir, como es lógico, la Reserva federal), etc., han sido y son miembros del CFR.
A la cabeza de la élite congregada en el CFR, se haya -a sus noventa y tantos años de edad- su presidente vitalicio, David Rockefeller. [10] Este, por casualidad, es hijo y nieto de John y Nelson Rockefeller, quienes fundaron el CFR allá por 1921. No en balde, la sede de esta institución de halla en una vieja casona de New York, propiedad de los Rockefeller que, inicialmente pertenecía a Harold Pratt, nombre por el cual se conoce esta edificación. [11]
Ahora bien, qué relación existe y ha existido entre el CFR y Fidel Castro Ruz (FCR).
¿Por qué Julia E. Sweig, la «especialista» para Latino América del CFR ha viajado continuamente a Cuba en los últimos 20 años, fungiendo como una de las propagandistas más conspicuas del régimen cubano?
¿Por qué David Rockefeller en persona ha agasajado con toda pompa y honores al dictador cubano en la mismísima casa Harold Pratt [12] y hasta lo ha ido a visitar a Cuba, acompañado por las más prestigiosas personalidades del mundo político, financiero y corporativo norteamericano [13] , presidiendo la organización que hace lobby en el Congreso norteamericano por el fin del embargo contra Cuba? [14]
La tragedia de Cuba definitivamente trasciende la terquedad y la maldad de una personalidad tiránica.
Piénsese bien.
Es imposible que un dictador, por muy genial y carismático que sea, haya perdurado en el poder durante 51 años en uno de los países más empobrecidos del mundo, sobreviviendo a once presidencias norteamericanas a sólo 90 millas de las costas de EE.UU. y a la caída de la poderosísima URSS y el bloque comunista, su único sostén económico y militar.
Fidel Castro ha movilizado a todas las fuerzas de la izquierda mundial contra Estados Unidos. Ha promovido el espionaje, terrorismo, el narcotráfico y el tráfico de armas y de todos los materiales y tecnología prohibidos por las convenciones internacionales a nivel mundial. Ha apoyado a los gobiernos más agresivos contra Norteamérica y hasta ha dirigido guerras aparentemente contrarias a los intereses y la seguridad norteamericanos.
Más aún, Castro instigó a los soviéticos, en el momento crucial para la seguridad mundial durante la crisis de los misiles en 1962, para que lanzaran un ataque nuclear contra EE.UU., cosa de la cual, ahora, dice arrepentirse, entre otras cosas.
Después de todo su extenso expediente antinorteamericano, ¿cómo es que Washington jamás no haya tocado a Fidel Castro ni con el pétalo de una flor –con excepción de un embargo inoperante- y haya continuado –gracias a dios, por decir algo- respetando el tratado secreto con los soviéticos de no agredir a Cuba, veinte años después de la desaparición de la Unión Soviética?
¿Por qué el CFR, el tanque pensante central de la política norteamericana, mantiene tan afectuosas relaciones con el tirano cubano?
Nada es casual en esta vida.
En realidad, está perfectamente documentado que las relaciones entre Fidel Castro y el CFR se remontan a 1949, hace 61 años, cuando se iniciaba en su carrera de agente provocador internacional. Fue entonces cuando Castro, como veremos en detalle, entabló sus primeros contactos con el CFR a través de un personaje altamente equívoco llamado William Arthur Wieland.
Octavio Guerra Royo
Nacido en La Habana, Cuba. Estudió Electrónica, Lingüística Literatura, Filosofía, Dirección de Tv y Guionista. Ha trabajado como técnico de aviación, periodista, traductor y editor. También ha sido profesor de Lingüística y Filosofía. Actualmente reside en Miami.
Sitio Web: http://www.octavioguerra.com/
[2 ]http://www.charter.net/news/read.php?id=16534645&ps=3293&cat=&cps=0&lang=es
[4] http://www.cfr.org/bios/4230/julia_e_sweig.html
[5] https://www.cfr.org/content/publications/attachments/Membership_Roster.pdf
[6] http://en.wikipedia.org/wiki/Herbert_Matthews
[7] http://archive.newsmax.com/archives/articles/2001/2/15/224945.shtml
[8] http://en.wikipedia.org/wiki/Think_tank
[9] http://en.wikipedia.org/wiki/Council_on_Foreign_Relations
[10] http://en.wikipedia.org/wiki/David_Rockefeller
[11] http://www.pratthouse.com/
[12] http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,983660,00.html
[13] http://www.powerlineblog.com/archives/2008/02/019856.php
[14] http://www.americanthinker.com/2009/01/a_bailout_for_castro_too.html
Fuente
Escuela Habana – LA CONSPIRACIÓN CUBANA: FCR Y EL CFR (PRIMERA PARTE)
Bertha Roque
Esto es lo que necesita cuba…y ya está adentro amén..