El texto que sigue a continuación es una transcripción parcial de un viejo y escaso libro publicado en 1933 que narra los pormenores de la construcción del Capitolio, así como también una pormenorizada descripción del edificio después de terminado. Queremos agradecer también al Dr. Gustavo León, quien fue el primero en hablarnos de la existencia de este libro y su importancia, pues aparte de contarnos la historia del nacimiento del Capitolio, el libro también incluye una buena colección de fotos de la construcción, así como los textos de las primeras constituciones cubanas, como la de Joaquín Infante, Narciso López y la Asociación del Ave María.
PRIMERA PARTE
BREVE OJEADA PREHISTÓRICA
QUEDARIA incompleto este Libro del Capitolio, si antes de examinar en sus propios valores la monumental construcción no recordásemos, aunque sea breve y someramente, su pasado. Las grandes obras debidas al esfuerzo humano no son nunca el producto de la improvisación, sino el resultado de una labor lenta, tenaz y paciente de años y aun de siglos.
Si como ha postulado la ciencia, la naturaleza no procede por saltos, tampoco el progreso humano tiene tal proceder. Ante cualquiera de las maravillas arquitectónicas que hoy asombran al mundo, tenemos el deber de indagar el pasado si queremos aquilatar la cantidad y calidad de los empeños realizados año tras año, para levantar sobre la tierra, no siempre propicia, los soberbios muros, las bizarras columnas, las empinadas torres. En lo que respecta al Capitolio es interesante ver como a través del tiempo se va transfor- mando uno de los terrenos más apartados y humildes de la antigua Habana en el primer edificio monumental de la República y es uno de los primeros, en su clase, del mundo. Para esta ojeada prehistórica tenemos que remontarnos a una fecha anterior al primer tercio del siglo pasado. Entonces toda la gran extensión de terreno en que se encuentran emplazados actualmente el edificio y sus jardines, era una gran ciénaga, donde los vecinos arrojaban diariamente las basuras y detritus de la ciudad. Vestigios de este terreno legañoso, sobre el cual se amontonaron los desechos y desperdicios de la primitiva urbe durante años y años, se en- contraron al realizarse las excavaciones para la cimentación del Capitolio.
La Habana estaba entonces protegida por sólidas murallas, de las cuales quedan todavía fragmentos que se conservan como reliquias históricas. Este amurallamiento de la ciudad, hecho común en los tiempos antiguos, era más explicable en el caso de La Habana, población costanera, situada en el lugar más codiciable del Golfo de México y expuesta a los ataques de los piratas o de las armadas de las naciones que no estuvieran en buenas relaciones de amistad con la Metrópoli.
El antiguo vertedero a que hemos aludido se hallaba naturalmente en la parte extramuros de la ciudad. Una de las murallas pasaba justamente por el lugar que todavía se conoce con el nombre de Puerta de Tierra, vértice de confluencia de las calles de Riela y Plácido, llamadas antiguamente de la Muralla y de Bernaza. La llamada hoy «Plaza de las Ursulinas», era un egido al cual afluía diariamente el numeroso público que, por razón de sus ocupaciones, necesitaba salir al exterior por la Puerta de Tierra, que era una de las más importantes del recinto amurallado de la urbe. Una gran área de terreno situada al costado Sur del espacio que hoy ocupa el Capitolio, era a la sazón campo de prácticas del ejército español y de ahí el nombre de Campo de Marte que se le dio luego al convertirse en plaza pública y que conservó hasta que, durante el actual Gobierno del General Machado se transformó en la Plaza de la Fraternidad, llamada así por haberse plantado en su centro una ceiba abonada con tierra procedente de todas las naciones de la Amé- rica que concurrieron en el año 1928 a la Conferencia Pan-Americana, y que simboliza los fuertes vínculos de fraternidad que unen a todos los pueblos libres de América.
DE CIÉNAGA JARDÍN
El saneamiento de estas tierras fue, desde luego, el resultado de un largo proceso, en el que in-a fluyó no poco la acumulación y sedimentación de los materiales de todas clases que se iban arrojando a las mismas y que al fusionarse con los terrenos pantanosos contribuyeron a su sequía y consolidación. A este proceso natural hay que añadir los trabajos que se realizaron para convertir esos terrenos en el primer Jardín Botánico que tuvo la ciudad de La Habana y que se debió a los esfuerzos altamente patrióticos de la Sociedad Económica de Amigos del País y al celo y fervor del Superintendente Don Alejandro Ramírez, cuya feliz administración dejó huellas de memorable prosperidad en la capital de la República.
La Sociedad Económica de Amigos del País, desde su fundación en 1794, abrigó ei propósito de dotar a la capital de diversas instituciones de utilidad u ornato público. Desde esa fecha, uno de sus socios más entusiastas, Don Mariano Espínola, expuso la necesidad de que se crease en La Habana una cátedra pública de estudios de Botánica y se destinase algún sitio apropiado de la ciudad para coleccionar y estudiar prácticamente las principales muestras de la flora indígena y exótica.
La Sociedad Económica tomó con verdadero ahínco esta iniciativa de Espínola y recabando el apoyo del Consulado, — otra institución que reportó indudables beneficios a la ciudad de La Habana — obtuvo en 5 de diciembre de 1795, que se lograse consignar la cantidad de 1,000 pesetas fuertes anuales para satisfacer los honorarios de un profesor de Botánica, que lo fue el habanero Don José Estévez.
Con mucha dificultad pudo Estévez iniciar sus enseñanzas, dado lo exiguo de los recursos con que contaba. En realidad nada efectivo se hizo hasta la administración del ya citado Superintendente Don Alejandro Ramírez.
A principios de 1817, gracias a las iniciativas de la Sociedad Económica de Amigos del País y a las gestiones del Superintendente Ramírez, se reunió por suscripción popular una cantidad para entonces bastante considerable con objeto de instituir un Jardín Botánico. El fisco cedió un espacioso terreno extramural, atravesado de Este a Oeste, por la zanja real y emplazado cerca de la Puerta de Tierra y frente al campo militar. El terreno, que así se describe en los documentos de la época, es la antigua ciénaga de que hemos hablado, es decir, el lugar donde actualmente se emplaza el Capitolio.
El progreso, con su marcha lenta, pero segura, iba invadiendo aquellos lugares que entonces se consideraban extracitadinos y por los cuales, lógicamente, habría de ensancharse La Habana futura.
EL JARDÍN BOTÁNICO
Lo que había sido un hacinamiento de escombros, basuras y desperdicios, se convirtió por la obra de unos cuantos patriotas inteligentes y entusiasta, en lugar de recreo e instrucción, pues si el modesto, pero variado huerto que, con el nombre un poco ambicioso de Jardín Botánico, se fomentó en esos terrenos fue un deleite para los sentidos por la riqueza de especies florales que en él se cultivaron, fue así mismo el primer centro de estudios botánicos que tuvo la Habana.
El trazado del Jardín Botánico, fue obra del Brigadier de Ingenieros Don Francisco Lemau. Ofrecía un simpático aspecto y su institución fue, sin duda, motivo de gran satisfacción para los habaneros. Según hemos dicho, la zanja real lo atravesaba de Este a Oeste y — como detalle pintoresco — se construyó sobre ella un pequeño puente. Estatuas simbolizando las cuatro estaciones ornaban el pórtico del Jardín.
Se plantaron árboles de la tierra y no pocos importados de la Florida y la Martinica. El celo de los organizadores suplió la escasez de recursos con que se contaba, a pesar de que el Superintendente Ramírez, a fin de obtener medios económicos para el sostenimiento del Jardín, creó un pequeño arbitrio llamado «de Linterna» que se impuso a todos los buques que entraban en nuestro puerto.
.El Jardín tenía adscripta una cátedra de Botánica que fue primeramente confiada al ya citado profesor José Estévez.
El 18 de febrero de 1824 se encomendó la Dirección del Jardín al célebre economista Don Ramón de la Sagra, que fue además profesor de Historia Natural, percibiendo por todo ello un haber de 1,500 pesetas fuertes al año.
Sagra, hombre de ideas nuevas, avanzadísimas para su tiempo, dotado de un admirable sentido de organización y cultivador de numerosas y varias disciplinas (no hay que olvidar que estamos en los tiempos en que privaba el saber enciclopédico sobre la especialización) dio un gran impulso al Jardín como centro de instrucción y recreo.
LA PRIMITIVA ESTACION DE VILLANUEVA
Permaneció en ese lugar el Jardín Botánico, hasta que a mediados del año 1831 los terrenos en que estaba situado fueron enajenados por la suma de $169,127.00 para la construcción de un edificio destinado a Paradero del camino de hierro que habría de unir más tarde a la capital de la República con la Villa de Güines, a virtud de concesión otorgada por Real Orden al Intendente General de Hacienda, Don Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva, Primer Presidente que fue de la Junta de Fomento, Agricultura y Comercio y primer Presidente también del Consejo Directivo del Ferrocarril en proyecto.
Para la construcción y fomento del ferrocarril proyectado, se autorizó al Conde de Villanueva, para contratar en Inglaterra un empréstito de $2.000,000.00 garantizados por hipoteca sobre las rentas que percibía la Junta de Fomento y sobre los rendimientos de la propia empresa ferroviaria, fijándose un fondo no menor de $40,000.00 anuales para la amortización de los cupones del empréstito.
Los trabajos de construcción del Paradero, que luego se llamó Estación de Villanueva, en memoria del primer Presidente que tuvo la empresa, comenzaron en el ano 1834.
A la sazón se estaba también construyendo el Paseo de Carlos III, que llegó a ser el más importante de nuestra época colonial. Por él circulaban diariamente, a la caída de la tarde, en sus volantas y quitrines, guiados por el auriga esclavo, las principales familias de la sociedad habanera.
Por una orden del General Tacón, Gobernador entonces de la Isla, los arbustos y plantas del Jardín Botánico se trasladaron a un lugar situado en las faldas del Castillo del Príncipe, conocido por Los Molinos porque en efecto los había en ese lugar. En estos terrenos, que todavía se conocen hoy con el nombre de Quinta de los Molinos y junto a los cuales se hallan actualmente los del Jardín Botánico de la Universidad y el Instituto de la Habana, instalaron su residencia de verano, los Capitanes Generales y con este motivo todo el Paseo de Carlos III, a uno y otro lado se llenó de quintas y mansiones señoriales, algunas de las cuales se conservan todavía.
Los trabajos del ferrocarril siguieron su curso con el ritmo característico de aquellos tiempos, que era naturalmente muy distinto al de los nuestros. En el año 1837 el camino de hierro llegó hasta Bejucal y un año después hasta Güines, alcanzando una distancia de 17 leguas cubanas.
En julio de 1840 se inauguró un nuevo tramo de la línea del ferrocarril de la Habana a Cárdenas con una distancia de 18 millas inglesas.
En 1842 la Empresa fue vendida en pública subasta a una compañía anónima constituida por los ilustres cubanos Don Miguel de Aldama y Don Juan Poey, en sociedad con otros ricos hacendados del país, por la cantidad de $3.500,000.00 más $169,127.75 en que fueron tasados los terrenos del antiguo Jardín Botánico.
Esta Compañía en sucesivas reorganizaciones dio lugar a la actual empresa de los Ferrocarriles Unidos de la Habana, que era la propietaria de la Estación de Villanueva cuando el Congreso de la República, por Ley de 20 de Julio de 1910, autorizó al Ejecutivo Nacional representado entonces por el General José Miguel Gómez, para que canjease los terrenos de la Estación de Villanueva por los del antiguo Arsenal, comprendidos entre los Almacenes de San José, el Arsenal propiamente dicho, ocupado por The Havana Central Railway Co., el litoral y la calle de Factoría.
La Estación de Villanueva, construcción vieja e irregular, carente en absoluto de valor arquitectónico fue durante mucho tiempo, el más importante centro ferroviario de la ciudad de La Habana y uno de los más importantes de la República. En él tenían su sede todos los servicios de transporte de pasajeros y de carga de los Ferrocarriles Unidos de la Habana.
A medida que la ciudad fue aumentando en población y mejorando su ornato, sobre todo hacia el Noroeste de la misma y por los contornos del antiguo Campo de Marte y del Parque Central, la persistencia de la vieja y ruidosa Estación de Villanueva en el lugar que se ha indicado, fue haciéndose cada vez más inadecuada y anacrónica. El constante movimiento de trenes, las operaciones de carga y descarga, ponía una nota discordante en la elegancia de gran ciudad, que se iba acentuando por días en esa zona de la capital.
Era pues, una necesidad trasladar la típica pero impropia Estación de Villanueva a otro lugar más apartado de la urbe, como se ha hecho en todas las ciudades importantes del mundo. Su permanencia en los antiguos terrenos del Jardín Botánico constituía cada vez más un grave problema para el tránsito, la limpieza y el embellecimiento de La Habana. Hay que tener en cuenta que esa parte de la ciudad no era ya extramuros, pues las murallas habían desaparecido, demolidas por la piqueta del progreso, y una nueva urbe con toda la grandeza mecánica y el confort de las nuevas ciudades comenzaba a esbozarse ya. Por otra parte, era deseo de la empresa de los Ferrocarriles Unidos construir en La Habana, una Estación Terminal de tipo moderno, análoga a las de otras grandes ciudades del mundo.
En el año 1910, el Estado Cubano era dueño de una gran extensión de El Arsenal terreno al Nordeste de la Ensenada de Atares, que por mucho tiempo se había destinado a Arsenal, pero que en realidad no reportaba ya utilidad alguna, estando ocupado en gran parte por la empresa The Havana Central Railway Co.
Estos terrenos pertenecían a la antigua estancia de Don Diego de Soto. En 1773, a virtud de Real despacho, fueron aumentados con la compra que se hizo a los herederos de Pedro Menéndez y Posada, de 80 solares y 432 varas, por la cantidad de $11,000.
Las embarcaciones que se construían en la ciudad, utilizaban primitivamente un astillero situado en la ribera de la Bahía, entre el Castillo de la Fuerza y la Aduana. Más tarde, este astillero pasó al lugar del Puerto conocido por La Machina y en 1738 comenzó a utilizarse el Arsenal, a este fin, siendo aumentado en terrenos y obras en 1740 por el Intendente de Marina Don Lorenzo de Montalvo, primer Conde de Macuriges.
El Arsenal estaba situado naturalmente extramuros. Había en él espaciosos almacenes, atestados de maderas para la construcción de embarcaciones. Estas se fabricaban sobre terreno firme y primitivamente eran arrastradas por bueyes hasta el mar. Más tarde se construyeron diques al efecto.
Uno de los espectáculos más divertidos de que disfrutaba la Habana de entonces, era la botadura de un navío al agua. Un numeroso público se dirigía entonces por las diversas puertas de la muralla y se congregaba en el Arsenal para presenciar el extraordinario suceso.
Estos terrenos, que cayeron en desuso al construirse astilleros mejor dotados y situados en otros lugares del Puerto, se prestaban como pocos para emplazar una magnífica Estación Terminal como la que actualmente es orgullo de La Habana. De aquí que el Congreso de la República, con fecha 20 de julio de 1910 aprobase una Ley autorizando la permuta de esos terrenos por los de la antigua Estación de Villanueva.
A fín de que se vean las condiciones y forma en que se llevó a cabo la operación de canje de los expresados terrenos, publicamos a continuación íntegramente la Ley de 20 de Julio de 1910:
CANJE DE VILLANUEVA POR EL ARSENAL
Ley
Artículo I. Se autoriza al Presidente de la República, como obra de utilidad pública, y estipulando al efecto todas las condiciones y cláusulas necesarias y convenientes, para permutar los terrenos y edificios del Arsenal, comprendidos entre los Almacenes de San José, los terrenos del mismo Arsenal ocupados por The Havana Central Railway Company, el litoral y la calle de Factoría, por los terrenos y edificios de Villanueva, pertenecientes a los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional) comprendidos entre el trazado actual de las calles de Prado, San José, Industria y Dragones.
Artículo II. Los títulos de propiedad da los terrenos y edificios de Villanueva serán examinados por una Comisión que designará el Ejecutivo y de la cual formarán parte miembros del Tribunal Supremo, que informará al Presidente, por escrito, acerca del dominio de dichos terrenos.
Artículo III. Los terrenos y edificaciones objeto de la permuta serán tasados por peritos que designará el Ejecutivo en unión de los que nombrare, si lo tuviere por conveniente la Compañía Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada, (Compañía Internacional). La diferencia de precio entre las propiedades evaluadas no podrá ser inferior a un millón y medio de pesos a favor de las cedidas por el Estado y se destinará a la construcción de las obras que se especifican en esta Ley.
Artículo IV. Cada parte contratante podrá retirar de sus propiedades permutadas, al efectuarse la permuta o después de ella, en el plazo que al efecto se pacte, cuanto fuere susceptible de traslación, sin afectar a las construcciones actuales que se trasmitirán con el terreno.
Artículo V. Cada parte contratante recibirá la propiedad que le corresponde, libre de toda carga, gravámenes, servidumbres o derechos a favor de terceros, quedando como única y absoluta dueña en pleno dominio sin limitación alguna. Los terrenos que por esta permuta adquiere la referida Compañía se destinarán a los fines expresados en esta Ley y en su consecuencia no se podrá establecer en ellos vías de comunicación de ninguna clase.
Artículo VI. Se acuerda la construcción, en el litoral de la bahía, frente a la Alameda de Paula, de tres espigones de ciento treinta y cinco metros de longitud por treinta y seis de latitud cada uno, sobre tubos de hierro fundido, con piso de hormigón armado, de cuarenta y cinco pulgadas de espesor y sobre cada uno de ellos, un almacén de estructura de acero cubierto y forrado de hierro ondulado, de ciento diez metros de largo por veinticinco de-ancho, provistos de carrileras a ambos lados y de una grúa viajera eléctrica.
Artículo VII. Se acuerda también la construcción en el litoral de la bahía conocido por Tallapiedra, de dos espigones de madera dura del país, de ciento diez metros de longitud por veinte de latitud, con un tinglado de acero sobre cada uno de ellos, de cincuenta metros de largo por diez y ocho de ancho.
Artículo XIII. Se acuerda también la construcción de un horno crematorio moderno, de capacidad bastante para la incineración de las basuras de la ciudad de la Habana en el terreno que el Ejecutivo designe.
Artículo IX. Las obras que se indican en los artículos sexto, séptimo y octavo se construirán por la Compañía para el Estado, como condición de la permuta, conforme a los planos, presupuestos y especificaciones que acuerde el Ejecutivo y serán valorizadas por la Comisión a que se refiere el artículo tercero, sin que el Estado tenga que abonar sobreprecio en el caso de justipreciarse en más de un millón quinientos mil pesos.
Artículo X. Se concede a la Compañía de los Ferrocarriles Unidos de la Habana, el derecho exclusivo y sin limitación de tiempo para construir muelles, espigones y almacenes, en la parte del litoral contiguo a los terrenos que adquiere por permuta, con el fin de destinar dichas obras al servicio público y de los ferrocarriles; sujetándose en cuanto a esta concesión a todas las disposiciones legales vigentes y a las condiciones técnicas que acuerde el Ejecutivo, el cual designará el límite máximo de la vía pública, de la servidumbre de vigilancia del litoral que deberá existir en toda su extensión entre los referidos muelles, espigones y almacenes, y los terrenos objeto de la permuta.
También podrá concertar con The Havana Central Railway Company el enlace de las líneas de una y otra empresa con el fin de que las usen los trenes de ambas Compañías.
Artículo XI. Dicha Compañía conservará los derechos que tenga de su propiedad y concesión en la línea que posee en la calle de Zanja desde la Calzada de Galiano hacia el Oeste, debiendo electrizarla y establecer en terreno que expropiará, una Estación destinada exclusivamente al servicio de viajeros. El movimiento de trenes en dicha calle de Zanja se hará por tracción eléctrica.
Tendrá también dicha Compañía la facultad de convenir con The Havana Central Railway Company, la extensión de la línea principal de esta última mencionada Compañía desde sus muelles y almacenes de Paula, hasta el último espigón de los tres que ha de construir la primera frente a la Alameda de Paula o de hacer el enlace por sí, enchuchando dicha línea principal con las carrileras establecidas sobre cada uno de los nuevos espigones, a cuyo uso tendrá derecho sin carácter exclusivo; y renunciará expresamente la propiedad y concesión que hoy tiene en la calle de Zanja desde la Calzada de Galiano hasta la Estación de Villanueva, no pudiendo establecerse por la parte expresada de esta última calle ninguna otra línea de ferrocarril o de tranvía, a nivel, subterráneo o elevado.
Artículo XII. Lo estatuido en esta Ley no modificará en nada la naturaleza, condiciones ni tiempo de duración de las distintas concesiones que explota la Compañía Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional).
Artículo XIII. Quedan derogadas las disposiciones vigentes que se opongan a esta Ley en todo lo que se refiera al cumplimiento de la misma.
Artículo XIV. Esta Ley empezará a regir desde el día de su publicación en la GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA.
Para dar cumplimiento a lo preceptuado por esta Ley en sus artículos III y IX, el Presidente de la República, General José Miguel Gómez, a propuesta del entonces Secretario de Obras Públicas, señor Joaquín Chalons dictó el siguiente Decreto:
Habana, julio 21 de 1910.
Vista la Ley de 20 de los corrientes mes y año y especialmente sus artículos III y IX.
CONSIDERANDO: que el avalúo y la valorización a que se refieren los citados artículos han de preceder al canje o permuta objeto de dicha Ley,
Resuelvo
- Designar a los tres peritos señores Salvador Guastella, Antonio Coleto y José Primelles, para que bajo la presidencia e inspección del Secretario de Obras Públicas, practiquen la tasación de los terrenos y edificaciones objeto de la permuta a que se refiere la Ley de 20 de los corrientes mes y año y hagan la valorización que la propia Ley preceptúa en su artículo IX, con vista de los planos, pre- supuestos y especificaciones de las obras que se indican en los artículos VI, VII y VIII de la misma.
- Dicha comisión elevará su trabajo por escrito a la Presidencia de la República por conducto de la Secretaría de Obras Públicas.
- El Secretario de Obras Públicas queda encargado de la ejecución del presente (fdo.) José Miguel Gómez, Presidente.
(fdo.) Joaquín Chalons, Secretario de Obras Públicas.
La Comisión así formada procedió a tasar las propiedades objeto del canje, después de un estudio muy minucioso de las mismas y previas las consultas del caso a los Registradores de la Propiedad correspondientes a las zonas donde los terrenos estaban situados, verificándose dicha tasación en la siguiente forma:
Arsenal
Valor de los terrenos…. $ 2.737,900.00 Valor de los edificios y obras………… „ 1.029,104.30
Valor total. …. $ 3.767,004.30 Villanueva
Valor de los terrenos $ 2.196,710.00 Valor de los edificios y obras. 96,178.11 Valor total. $ 2.292,888.11
La diferencia a favor del Arsenal fue, pues, de $1.474,116.19, es decir, menos del límite inferior de
$1.500,000.00 fijado en la Ley, por lo que la permuta se pudo llevar a efecto.
A fin de que se vean las condiciones en que se verificó dicha permuta, transcribimos a continuación la escritura firmada ante el Notario Ldo. Jesús María Barraqué:
Permuta, Obligaciones y Concesiones
En la ciudad de la Habana, a veinte y tres de Diciembre de mil novecientos diez.
Ante mí, Ldo. JESÚS MARÍA BARRAQUE, Notario Público del Colegio de esta Capital, con residencia en la misma y a presencia de los testigos de este vecindario señores Dámaso Pasalodos y Bouffartigue y Carlos Enrique Fuste y Mazzola,
COMPARECEN
En el Palacio Presidencial situado en la Plaza de Armas de esta ciudad, el Mayor General JOSÉ MIGUEL GÓMEZ, Presidente actual de la República de Cuba, natural de Sancti .Spíritus, mayor de edad, casado y vecino de este Palacio Presidencial.
El señor FRANCISCO DE PAULA MACHADO Y ALFONSO, Secretario de Hacienda de la República de Cuba, natural de Sagua la Grande, mayor de edad, casado y vecino de esta ciudad en el Paseo de Carlos III número ciento setenta y uno.
El señor ROBERTO MC LEAN ORR, natural de Escocia, Gran Bretaña, mayor de edad, casado, Administrador General de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada, (Compañía Internacional) y vecino de esta ciudad, calle de Tulipán número diez y siete.
Aseguran hallarse en el pleno goce y ejercicio de sus derechos civiles, y yo, el Notario los encuentro con la capacidad legal necesaria para otorgar esta escritura.
Personalidades
El Honorable señor Presidente de la República y el Secretario de Hacienda, concurren en representación del Estado y del Gobierno de la República para cumplir lo dispuesto en la Ley de veinte de julio del corriente año y en el Decreto para su ejecución, de esta fecha, así como dicho señor Secretario de Hacienda a virtud de lo dispuesto en el artículo ciento cincuenta y nueve de la vigente Ley del Poder Ejecutivo.
El señor Roberto Me Lean Orr, concurre en representación y como apoderado especial de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional) según el poder debidamente legalizado que me entrega en este acto para que lo agregue a la presente escritura y que le fue conferido ante el Notario de la Ciudad de Londres señor John Dalton Vennel, día diez y seis de agosto del corriente año, el cual protesta no estarle revocado, suspenso ni limitado.
Todos los otorgantes con sus respectivos caracteres, dicen:
Antecedentes
La Ley de veinte de Julio de mil novecientos diez.
Primero: Que el Congreso de la República ha dictado y el señor Presidente ha sancionado la siguiente Ley que lleva la fecha de veinte de julio último y ha sido inserta en la Gaceta Oficial el día veinte y tres del mismo mes: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
Decreto número seiscientos veinte y uno de Julio de mil novecientos diez
Segundo: Que para llevar a debido cumplimiento dicha Ley se ha dictado con fecha veinte y uno de julio del corriente año un Decreto que dice así: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
Tercero: Que dicha Comisión ha emitido su informe, en los siguientes términos: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
Cuarto: Que con el propio objeto, indicado en la cláusula segunda se ha dictado con fecha veinte y uno de julio del corriente año otro Decreto que dice así: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
Quinto: Que la Comisión nombrada, en cumplimiento de dicho Decreto, ha emitido el informe a que se refiere el artículo tercero de la Ley de veinte de julio del corriente año, con las conclusiones siguientes:
Resumen de las tasaciones
Arsenal | |
Valor de los terrenos. | $ 2.737,900.00 |
Valor de los edificios y obras. | 1.029,104.30 |
Valor total. . . | 3 767 004.30 |
Villanueva
Valor de los terrenos. |
$ 2 196 710. 00 |
Valor de los edificios. | 96 178.11 |
Valor total. | 2 292 888.11 |
DIFERENCIA a favor del Arsenal. ……. | 1.474,116.19 |
Del resumen anterior, se deduce que el exceso de valor de los terrenos y edificios del Arsenal, es sólo de un millón cuatrocientos setenta y cuatro mil ciento diez y seis pesos y nueve centavos sobre el valor de los de Villanueva, no llegando, por lo tanto, al límite inferior de un millón quinientos mil pesos ($1.500,000) que se fija en la Ley.
Sexto: Que la propia Comisión ha hecho también, con vista de los planos, presupuestos y especificaciones a que se refiere el artículo noveno de la propia Ley, la valorización a que dicho artículo se refiere, y que más adelante se inserta.
Decreto número ochocientos veinte y dos de dos de Septiembre de mil novecientos diez
Séptimo: Que en cumplimiento de la propia Ley inserta en la cláusula primera de esta escritura, ha dictado, además el .señor Presidente de la República, refrendado por el señor Secretario de Obras Públicas, el Decreto siguiente: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
Decreto número mil ciento ocho de veinte y dos de Diciembre de mil novecientos diez
Octavo: Que para llevar a término lo prescrito en la Ley de veinte de julio último repetidamente citada ha dictado también el señor Presidente de la República, refrendado por el señor Secretario de Hacienda, el Decreto siguiente: (sigue el inserto a que esta cláusula se refiere).
DESCRIPCIÓN DEL ARSENAL
Noveno: Que el Estado es dueño en esta ciudad de La Habana, de los terrenos conocidos por del Arsenal con las construcciones y muelles existentes en los mismos que están comprendidos entre los Almacenes de San José o de Depósito de la Habana, los terrenos del mismo Arsenal que son hoy propiedad de The Havana Central Railway Company, el litoral de la calle de Factoría, lindando por el Norte con terrenos de The Havana Central Railway; por el Este con los Almacenes de San José o Depósito de la Habana, por el Sur con el litoral de la Bahía de la Habana, y por el Oeste con la calle de Factoría. Corresponde al Registro de la Propiedad del Mediodía.
FORMAN parte de dichos terrenos los muros que los circundan y los siguientes edificios y muelles construidos en ellos.
Uno. Un edificio de una planta, de muros de mampostería concertada con ladrillos y muros de ladrillos.
Dos. Otro edificio del mismo material que el anterior. Tres. Una pequeña caseta de paredes de ladrillo.
Cuatro. Un edificio de una sola planta de muros de sillería.
Cinco. Otro edificio de acero estructurado formado por tres naves.
Seis. Una caseta de madera destinada a limpieza de automóviles; se encuentra en tan mal estado de conservación, que se estima ruinosa.
Siete. Una caseta de madera que se encuentra en mal estado.
Ocho. Un colgadizo que .se encuentra en estado ruinoso. Nueve. Un edificio de dos plantas.
Diez. Un edificio que puede considerarse como una dependencia o anexidad al anterior. Once. Una caseta da paredes de ladrillo.
Doce. Edificio de mampostería y ladrillo. Trece. Colgadizo anexo al edificio anterior.
Catorce. Un colgadizo para depósito de maderas y varadero. Quince. Otro colgadizo o nave anexo al varadero.
Diez y seis. Una pequeña caseta de madera.
Diez y siete. Un edificio, destinado en la actualidad a almacenaje. Diez y ocho. Una pequeña caseta de mampostería en estado ruinoso. Diez y nueve. Edificio de dos plantas de madera.
Veinte. Un agregado o colgadizo al fondo del anterior descrito. Veinte y uno. Edificio de mampostería de dos plantas.
Veinte y dos. Un colgadizo anexo por el fondo al edificio anterior. Veinte y tres. Una caseta de madera que se clasifica de ruinosa.
Veinte y cuatro. Tres naves formadas por columnas de hierro fundido. Veinte y cinco. Edificio de sillería dura de dos plantas.
Veinte y seis. Colgadizo a dos aguas destinado a caballerizas. Veinte y siete. Edificio del mismo género que el anterior.
Veinte y ocho. Abrevadero.
Veinte y nueve. Un edificio formado por muros de mampostería. Treinta. Colgadizo adosado al edificio clasificado con el número 31.
Treinta y uno. Edificio de mampostería reforzado por pilares en tres grandes naves. Treinta y dos. Casetas de ladrillo.
Treinta y tres. Báscula instalada y protegida.
Treinta y cuatro. Edificio de mampostería de dos plantas. Treinta y cinco. Un edificio de mampostería.
Treinta y seis. Un edificio de madera de dos plantas.. Treinta y siete. Un colgadizo anexo al anterior.
Treinta y ocho. Colgadizo prolongación al anterior. Treinta y nueve. Caseta de obra de ladrillo.
Cuarenta. Una caseta cubierta de papel que se considera ruinosa. Cuarenta y uno. Edificio de mampostería formando una sola nave. Cuarenta y dos. Seis naves o cuerpos de edificación.
Cuarenta y tres. Dos tanques abrevaderos. Cuarenta y cuatro. Una caseta.
Cuarenta y cinco. Muralla divisoria con los Almacenes de San José hacia la calle de Egido. Cuarenta y seis. Una caseta en estado ruinoso.
Cuarenta y siete. Una verja de hierro sobre zócalo de mampostería y pilares de ladrillo que limitan los actuales terrenos del Arsenal.
Cuarenta y ocho. Dos espigones sobre pilotes de madera dura del país. Cuarenta y nueve. Un muelle de igual género que el anterior.
Cincuenta. Tres naves destinadas a Almacenes de mercancías. Cincuenta y uno. Tinglado o colgadizo adosado a la muralla. Cincuenta y dos. Pavimento de bloques de granito.
Cincuenta y tres. Puertas y verjas. Cincuenta y cuatro. Caseta de madera. Cincuenta y cinco. Caseta de obras.
Cincuenta y seis. Báscula instalada para el servicio de Aduana. Cincuenta y siete. Pavimento de adoquines pequeños y grandes en calles. Cincuenta y ocho. Vertedero para las basuras.
Cincuenta y nueve. Muro de mampostería divisorio. Sesenta. Muelle para recibir carbón.
Sesenta y uno. Grada antigua para la construcción de embarcaciones.
Sesenta y dos. Un varadero.
DESCRIPCIÓN DE VILLANUEVA
Décimo: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional) son dueños en esta ciudad de la Habana de los terrenos conocidos por de Villanueva, comprendidos entre el trazado actual de las calles de San José al Norte, Prado al Este, Dragones al Sur, e Industria al Oeste, encontrándose en ellos los edificios siguientes :
Uno. Edificio destinado a Estación, situado en la calle de Dragones por su frente, compuesto de dos plantas.
Dos. Ampliación de la planta baja del anterior edificio. Tres. Andén.
Cuatro. Un espacio cubierto para salida de pasajeros. Cinco. Un edificio de mampostería de dos pisos.
Seis. Un anexo a la planta baja. Siete. Pequeño pabellón.
Ocho. Edificio de dos plantas de sillería y mampostería. Nueve. Un pequeño pabellón de mampostería.
Diez. Caseta de madera.
Once. Caseta de madera destinada a portería, por la calle de San José. Doce. Otra caseta de madera.
Trece. Edificio destinado a depósito de útiles. Catorce. Edificio destinado a caballerizas.
Quince. Corrales. Este es un anexo a las caballerizas. Diez y seis. Colgadizo destinado a corral.
Diez y siete. Edificio destinado a almacén de combinación. Diez y ocho. Edificio destinado a almacén de retorno.
Diez y nueve. Edificio destinado a almacén de recibo. Veinte. Muelle para recibo de carga; es de madera.
Veinte y uno. Otro muelle de carga, también de madera.
Veinte y dos. Cerca de madera situada entre el andén de pasajeros y el patio.
Veinte y tres. Cerca de madera en el andén de pasajeros y el pasillo de salida, por la calle de Dragones.
Veinte y cuatro. Cerca de madera entre el andén de pasajeros y el patio de la plataforma. Veinte y cinco. Cerca de mampostería.
Veinte y seis. Cerca de madera por la calle de Dragones.
Veinte y siete. Cerca de madera por las calles de Prado, San José e Industria.
Veinte y ocho. Pisos de pasta de cemento en el andén de pasajeros y en el pasillo de salida por la calle de Dragones.
PERMUTA
Undécimo: Que han convenido el Estado y los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional) en permutar con carácter definitivo y a todos los efectos legales, mediante las estipulaciones y acuerdos que esta escritura contiene y que son todas condiciones de la permu- ta, los terrenos, construcciones y muelles del Arsenal, que han sido hasta este momento propiedad del Estado, por los terrenos y construcciones de Villanueva, que han sido hasta este momento propiedad de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional). Y llevando a efecto tal convenio, con los antecedentes expuestos, otorgan: Que, el Estado Cubano y los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada (Compañía Internacional) permutan entre sí los terrenos y demás propiedades descritas respectivamente en los artículos noveno y décimo de este ins- trumento ; de manera que aquel trasmite a los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional) todo lo que comprende dicho artículo noveno y dicha Compañía, a su vez, trasmite al Estado, todo lo comprendido en el artículo décimo, siendo ambas transacciones en. pleno y exclusivo dominio.
MEDIDA
Décimo-segundo: Que existiendo algunas diferencias en las medidas de los terrenos permutados por cada parte, queda entendido y convenido que cada una de ellas cede a la otra cuanto le corresponde y pertenece dentro de los linderos actuales ya mencionados.
POSESIÓN
Décimo-tercero: Que cada una de las partes permutantes queda desde este acto, y por virtud de esta escritura en posesión legal y material de lo que respectivamente adquiere por la presente permuta, como dueña en pleno y libre dominio, sin limitación alguna.
LIBERTAD DE CARGAS
Décimo-cuarto: Que siendo condición de esta permuta que cada una de las partes contratantes reciba la propiedad que le corresponda y libre de toda carga, gravámenes, servidumbres, o derechos a favor de tercero, se hace constar expresamente que las propiedades permutadas están, en efecto libres de toda carga, gravámenes, servidumbres o derechos de cualquier clase a favor de tercero, habiéndose cancelado por escritura otorgada en el día de ayer ante el presente notario las cargas que afectaban a los terrenos de Villanueva en favor de los trustees o fideicomisarios que representan las diversas emisiones vigentes de bonos de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional) Los comparecientes a pesar de mi advertencia en contrario, prescinden de agregar certificación del Registro.
Décimo-quinto: Que debiendo destinarse los terrenos del Arsenal que por esta escritura adquieren los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional) a los fines expresados en la Ley de veinte de julio del corriente año, que se ha insertado en la cláusula primera de esta escritura, se consigna expresamente en la misma, según lo determina el artículo quinto de dicha Ley que no podrán establecerse en dichos terrenos del Arsenal vías de comunicación de ninguna clase.
USO DE LAS PROPIEDADES PERMUTADAS
Décimo sexto: Que no debiendo suspenderse el servicio público de trenes en la Estación y patio de Villanueva mientras no se hayan terminado las obras para trasladarlo debidamente al Arsenal y para electrificar en la línea de la calle de Zanja los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Li- mitada (Compañía Internacional) podrán continuar en el uso de los terrenos y edificios de Villanueva durante el plazo máximo de tres meses para el servicio de carga y trece meses para el servicio de viajeros a contar desde que se deje el Arsenal a su completa disposición, y cese en su uso el Gobierno, .siendo ese uso y disfrute de Villanueva completamente gratuito y no afectando a la posesión legal y material por la presente escritura trasmitida, y la República de Cuba podrá también continuar en el uso de los terrenos y edificios del Arsenal durante trece meses a contar desde esta fecha, siendo igualmente ese uso y disfrute completamente gratuito y en las mismas condiciones.
EFECTOS QUE SE RETIRAN
Décimo séptimo: Que cada parte permutante podrá retirar de sus propiedades permutadas, dentro del plazo en la cláusula anterior respectivamente estipulado cuanto fuese susceptible de traslación sin afectar las construcciones actuales que se trasmitirán con el terreno.
RENUNCIA DE PARTE DE LA PROPIEDAD Y CONCESIÓN EN LA CALLE DE LA ZANJA
Décimo octavo: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), renuncian en favor del Estado y en la forma más solemne que en Derecho se requiera a la propiedad, concesión y demás derechos de cualquiera clase que hoy tiene en la calle de Zanja de esta ciudad, en lo que toca al tramo de doscientos noventa y dos metros sesenta centímetros de longitud, comprendiendo desde la -salida de los terrenos de Villanueva, hasta el punto en que la calle de la Zanja se
encuentra con la Calzada de Galiano o sea desde la Calzada de Galiano hacia al Este, quedando extinguida en ese tramo dicha concesión.
Décimo noveno: Que es condición de esta renuncia que no podrá continuar usándose como vía férrea ni establecerse o autorizarse el establecimiento en lo adelante a favor de nadie, incluso el Estado, la Provincia, el Municipio o particulares, Compañías o Sociedades, en ningún tiempo, por dicha parte de la calle de la Zanja, desde los terrenos de Villa-nueva hasta la Calzada de Galiano, de otra línea de Ferrocarril o tranvía de cualquier clase, subterránea, a nivel o elevada.
Vigésimo: Que esta renuncia de parte de la propiedad, concesiones y derechos de la calle de la Zanja no surtirá efecto hasta el transcurso de diez y seis meses, desde que cese el uso del Arsenal por el Gobierno, a que se refiere la cláusula décima sexta antes inserta, durante cuyo término podrán continuar los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), en el uso y disfrute de dicho tramo de calle en las condiciones actuales.
Vigésimo primero: Que los Ferrocarriles Unidos podrán retirar en cualquier tiempo dentro del plazo a que la cláusula anterior se refiere o a su término, las líneas y demás obras y materiales susceptibles de traslación que tienen actualmente en dicha calle.
Vigésimo segundo: Que la renuncia a que se refieren las cuatro cláusulas procedentes, así como la permuta de los terrenos de Villanueva y los convenios -sobre electrificación del resto de la línea de la calle de la Zanja que más adelante se) consignan, no alteran, modifican, amplían o restringen en lo más mínimo los derechos y obligaciones que a los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), tocan y corresponden sobre la parte de sus líneas, productos y propiedades, que conservan de acuerdo con las concesiones, escrituras de adquisición y disposiciones legales aplicables, que no se entenderán modificadas en lo más mínimo por esos hechos y convenios, según se consigna en el artículo décimo segundo de la Ley de veinte de julio del corriente año que se da aquí por reproducido.
ELECTRIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE LA CALLE DE LA ZANJA
Vigésimo tercero: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), se obliga a electrificar el resto de su línea en la calle de la Zanja, desde la Calzada de Galiano hacia el Oeste y a establecer en terrenos que expropiará una Estación destinada exclusivamente al servicio de viajeros, así como a efectuar por tracción eléctrica el movimiento de los trenes de dicha calle de la Zanja. Queda entendido que el .servicio de viajeros comprende sus anexas naturales, como equipajes, correos y expreso.
Vigésimo cuarto: Para la electrificación convenida en la cláusula inmediatamente anterior, se fija a los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada Compañía Internacional) un plazo máximo de dos años, a contar desde que cese el uso del Arsenal por el Gobierno a que se refiere la cláusula décima sexta, anteriormente inserta quedando desde ahora los Ferrocarriles autorizados en forma legal para proceder a esa obra sin más trámite.
CONSTRUCCIÓN DE TRES ESPIGONES FRENTE A LA ALAMEDA DE PAULA
Vigésimo quinto: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), construirán para el Estado, bajo las condiciones que más abajo se expresan, en el litoral de la Bahía frente a la Alameda de Paula, tres espigones de ciento treinta y cinco metros de longitud por treinta y seis de latitud cada uno, sobre tubos de hierro fundido, con piso de hormigón armado de cuarenta y cinco pulgadas de espesor y sobre cada uno de ellos un almacén ,ie estructura de acero cubierto y formado de hierro ondulado de ciento diez metros de largo por veinte y cuatro de ancho, provistos de ca- rrileras a ambos lados y una grúa viajera eléctrica.
CONSTRUCCIÓN DE ESPIGONES EN TALLAPIEDRA
Vigésimo sexto: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), construirán para el Estado, bajo las condiciones que más adelante se expresan en el litoral de la Bahía conocido por Tallapiedra, dos espigones de madera dura del país de ciento diez metros de longitud por veinte de latitud con un tinglado de acero sobre cada uno de ellos de cincuenta metros de largo por diez y ocho de ancho.
CONSTRUCCIÓN DE UN CREMATORIO
Vigésimo séptimo: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional), construirán asimismo para el Estado, bajo las condiciones que más adelante se expresan, un horno crematorio moderno de capacidad bastante para la incineración de las basuras de la ciu- dad de la Habana.
PLANOS, PRESUPUESTOS Y ESPECIFICACIONES
Vigésimo octavo: Que han sido debidamente examinados y aprobados por el Poder Ejecutivo y me entregan los comparecientes para que • los agregue a esta escritura, como parte integrante de la misma, con la propia eficacia obligatoria para todos los otorgantes que si formaran parte de su texto, los siguientes docu- mentos autorizados con su firma.
- Plano número uno, que representa el emplazamiento de los tres almacenes y espigones frente a la Alameda de Paula y de los dos espigones con tinglados en Tallapiedra.
- Plano número dos, que representa e3 tipo de los espigones y almacenes Je hierro frente a la Alameda de Paula.
- Plano número tres, que representa los detalles de construcción de los espigones y almacenes de hierro frente a la Alameda de Paula.
- Plano número cuatro, que representa el tipo y detalles de construcción de los dos espigones de madera dura con tinglados de acero que se construirán en Tallapiedra.
- Plano número cinco, que representa el tipo y detalles de construcción del aparato para incinerar
- Presupuesto del costo de los citados muelles, almacenes y tinglados y
- Especificaciones o pliegos de condiciones facultativas bajo las cuales se construirán los muelles, almacenes y tinglados a que se refieren los planos mencionados en las letras a, b, c. y d, precedentes.
- Especificaciones o pliegos de condiciones facultativas bajo las cuales se construirán el crematorio a planta de destruir basuras a que se refiere el plano mencionado en la letra e, precedente.
COSTO DE LAS OBRAS
Vigésimo noveno: Que el costo total de cada una de dichas obras, es el siguiente, según se detalla en el presupuesto antes mencionado:
- El de los tres espigones frente a la alameda de Paula y los tres Almacenes en dichos espigones, un millón cincuenta y dos mil seiscientos treinta pesos cuarenta y cinco centavos Currency.
- El de los dos espigones y sus tinglados en Tallapiedra, ochenta mil setecientos sesenta y ocho pesos diez y seis centavos Currency.
- El crematorio o planta para destruir basuras, trescientos sesenta y tres mil setecientos diez y ocho pesos Currency.
Lo cual arroja un total de un millón cuatrocientos noventa y siete mil ciento diez y seis pesos sesenta y un centavos en moneda oficial.
Trigésimo: Que la diferencia entre esa suma y la de un millón quinientos mil pesos que los Ferrocarriles Unidos han de abonar al Estado, según lo convenido, o sea la suma de dos mil ochocientos ochenta y tres pesos treinta y nueve centavos Currency se entrega en este acto en efectivo por la representación de los Ferrocarriles Unidos al señor Secretario de Hacienda, que la cuenta y recibe a su entera satisfacción, para que el Gobierno de la República lo aplique en su oportunidad a cualquier mejora, reparación o modificación a las obras a que esta escritura se refiere, según lo dispuesto en la Ley de veinte de julio último. Yo, el Notario, doy fe de la entrega y recibo de dicha suma por haberse efectuado a mi presencia y a la de los testigos de este instrumento.
PLAZO PARA LAS CONSTRUCCIONES
Trigésimo primero: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada (Compañía Internacional) empezarán estas construcciones por los dos espigones y tinglados de Tallapiedra,
sin perjuicio de ir acumulando materiales y preparativos para los almacenes y espigones de la Alameda de Paula.
Trigésimo segundo: Que para construir dichos cinco espigones, tres almacenes y dos tinglados, tendrán los Ferrocarriles Unidos un plazo máximo de dos años a contar desde que se faculte formalmente a la Compañía para e! comienzo de las obras, lo cual se hará dentro del término de un mes a partir de esta fecha, quedando entendido que están otorgadas desde ahora todas las autorizaciones, licencias y concesiones que la Compañía necesite del Estado para la ocupación de terrenos, mar y zona marítima, depósito de materiales, destrucción de obras existentes y cuanto más requiera la realización completa de dichos trabajos y que el Estado tendrá la concesión de cualquier licencia o autorización Municipal que pudiera requerirse.
Trigésimo tercero: Que el Poder Ejecutivo designará el lugar en que la Compañía, ha de construir el crematorio y pondrá a su disposición los terrenos necesarios dentro del plazo máximo de seis meses a contar desde hoy.
Trigésimo cuarto: Que a partir del día en que se pongan por el Estado o la ciudad de la Habana a disposición de la Compañía, los terrenos necesarios para la construcción del crematorio se fija a la Compañía un término de dos años para entregarlo concluido. Cualquier aumento en el costo de dicho crematorio que resulte de demora por parte del Estado en poner a disposición de la Compañía el terreno necesario para el mismo, será de cargo y cuenta del Estado y no envolverá en ningún caso responsabilidad alguna para la Compañía.
SUPERVISIÓN DEL GOBIERNO
Trigésimo quinto: Que todas las obras a que se refieren las cuatro cláusulas precedentes se efectuarán bajo la supervisión del Gobierno por medio de la Secretaría de Obras Públicas, que a ese efecto designará a un ingeniero que presencie las obras y cuide que se efectúen con sujeción a los planos, presupuestos y especificaciones agregados a la presente escritura.
AUMENTOS O VARIACIONES
Trigésimo sexto: Que todo aumento o variación en las obras proyectadas habrá de hacerse con la expresa conformidad por escrito, de la Secretaría de Obras Públicas y de la Compañía, y será en todo caso de cargo y cuenta de la República de Cuba. Podrán hacerse no obstante, variaciones en los trabajos bajo los planos y especificaciones, sin cambio en el precio total, cuando lo convengan por escrito la Compañía y el Secretario de Obras Públicas, si esos cambios no afectan materialmente al plano, costo o detalles de dicho trabajo. Esto se refiere, por ejemplo, al caso del crematorio en que la elección del terreno, aun no conocido, puede requerir dichas variaciones.
SOLUCIONES DE DIFERENCIAS
Trigésimo séptimo: Que si se suscitare cualquiera diferencia relativa a las obras entre la Secretaría de Obras Públicas y la Compañía será resuelta en la vía y forma legal, pero no impedirá en caso alguno la continuación de las obras que puedan efectuarse no obstante dicha diferencia en la aceptación de toda la obra ya efectuada y materiales acopiados en la forma y términos que más adelante se consignan.
FUERZA MAYOR Y CASO FORTUITO
Trigésimo octavo: Que la Compañía no incurrirá en responsabilidad alguna por fuerza mayor o caso fortuito o actos o resoluciones de autoridades, empleados o funcionarios públicos, quedando en esos casos, así como en los de huelga, de que tampoco sera responsable, prorrogados los plazos a que esta escritura se contrae, por un término igual a la demora ocasionada.
ENTREGA Y DEPÓSITO
Trigésimo noveno: Que la responsabilidad de la Compañía por dichas obras se lia fijado en la suma de un millón cuatrocientos noventa y siete mil ciento diez y seis pesos .sesenta y un centavos en moneda
oficial. Que a su vez representan la diferencia de precio en la permuta, y la Compañía, para dejar cumplida esa obligación, ha prestado a la República la correspondiente fianza por su parte, mediante La, Continental, Compañía de Fianzas, a completa satisfacción del Gobierno, con fecha de hoy.
Cuadragésimo: Que, en consecuencia, quedan libres de todo gravamen o carga por ese concepto, los terrenos del Arsenal, que pasan en pleno dominio a la Compañía como pagados totalmente.
Cuadragésimo primero: Que el importe de dicha fianza quedará afecto expresa y determinadamente, en cumplimiento de la Ley de veinte de julio del corriente año que se inserta en la cláusula primera de esta escritura, a las construcciones antes referidas, hasta la suma total de un millón cuatrocientos noventa y siete mil ciento diez y seis pesos-sesenta y un centavos.
ESTIMACIÓN DE LAS OBRAS
Cuadragésimo segundo: Que el día último de cada mes hará la Secretaría de Obras Públicas de acuerdo con la Compañía, la estimación de las obras ejecutadas y materiales, utensilios y maquinarias acopiados o importados para la ejecución de las mismas, durante dicho mes, y entregará a la Compañía en esa propia fecha una certificación expresiva de dichas obras y materiales, utensilios y maquinarias, determinando en la misma su valor con arreglo a las bases contenidas en el presupuesto a que se refiere la letra f, de la cláusula vigésimo octava precedente y que forma parte de esta escritura.
. Al término de cada una de las obras se hará en la propia forma la estimación del trabajo ejecutado en ella durante el último mes y la recibirá oficialmente el Gobierno, de acuerdo con los planos, presupuestos y especificaciones por medio de la Secretaría de Obras Públicas.
Cuadragésimo tercero: Que el Secretario de Hacienda el día primero de cada mes a la presentación del certificado a que la cláusula, anterior se refiere, ordenará la cancelación de una parte de la fianza, igual al importe de dichos certificados. Concluidas y recibidas todas las obras según lo previsto en la cláusula an- terior, se ordenará inmediatamente la cancelación total de la fianza.
AUMENTO O DISMINUCIÓN
Cuadragésimo cuarto: Que limitándose en todo caso la responsabilidad de la Compañía al millón y medio de pesor; como sobreprecio de la permuta, queda expresamente consignado que si las obras presupuestadas, costaren en definitiva por razón de lo estipulado, en la primera parte de la cláusula treinta y seis de esta escritura, menos de la cantidad presupuestada, la diferencia será a favor del Gobierno, que la hará suya, y si por el contrario hubiese algún aumento, sea cual fuere su causa, dicho aumento será, en todo caso de cargo y cuenta del Gobierno de Cuba.
CONCIERTOS AUTORIZADOS CON THE HAVANA CENTRAL RAILROAD COMPANY
Cuadragésimo quinto: Que la Compañía de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional), queda expresamente facultada por el Gobierno de la República, para concertar cuando lo estime oportuno y en las condiciones que le convengan, con The Havana Central Railroad Company el enlace de las líneas de una y otra Empresa con el fin de que las usen los trenes de ambas Compañías y la extensión de la línea principal o carrilera urbana de The Havana Central Railroad Company desde sus muelles y almacenes de Paula hasta todos o cualesquiera de los tres espigones que construirá para el Estado, la Compañía de los Ferrocarriles Unidos frente a la Alameda de Paula.
AUTORIZACIÓN A LOS FERROCARRILES UNIDOS
Cuadragésimo sexto: Que la Compañía de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional), queda también expresamente facultada por el Gobierno de la República, para hacer por sí el enlace de la línea principal o carrilera urbana de The Havana Central Rail- road Company, cuando lo estime oportuno y en las condiciones que le convengan, con todos o cualquiera de los tres espigones que construirá para el Estado frente a la Alameda de Paula, enchuchando por sí la línea principal o carrilera urbana con las carrileras establecidas sobre cada uno de los nuevos espigones, a cuyo uso tendrá en todo caso derecho, sin carácter exclusivo.
Cuadragésimo séptimo: Que los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada,
(Compañía Internacional), queda también expresamente facultada para construir de una vez o sucesivamente cuando lo estime oportuno y en las condiciones que le convengan, con derecho exclusivo y siendo esta concesión a perpetuidad, muelles, espigones y almacenes, con todos los accesorios, instalaciones y obras auxiliares, necesarias o convenientes en la parte del litoral contiguo a los terrenos del Arsenal que adquirido por esta permuta, sujetándose en cuanto a esta concesión, a todas las disposiciones legales vigentes y sometiendo únicamente en cada caso las condiciones técnicas a la aprobación del Poder Ejecutivo, por medio de la Secretaría de Obras Públicas, entendiéndoseles otorgadas desde este momento todas las autorizaciones, licencias y concesiones del Estado, de que hubiere menester para este objeto.
Cuadragésimo octavo: Que el límite máximo de la servidumbre de vigilancia litoral que deberá existir en toda su extensión entre los referidos muelles, espigones y almacenes y los terrenos objeto de la permuta, ha quedado señalado por el Decreto número ochocientos veinte y dos de dos de septiembre del corriente año, inserto en la cláusula séptima, en un ancho de seis metros, debiendo seguir dicha vía de servidumbre de vigilancia litoral la línea del litoral, lindando siempre con el mismo en toda la extensión del terreno permutado, contigua a la línea del mayor pleamar.
Cuadragésimo noveno: Que la Compañía de los Ferrocarriles Unidos podrá destinar dichos muelles, espigones y almacenes así como los que pasan a ser de su propiedad por existir hoy en los terrenos que adquiere por esta permuta al servicio público y al de los Ferrocarriles.
ESTACIONES Y LÍNEAS
Quincuagésimo: Que para todo lo relativo a la construcción de estaciones y líneas dentro de los terrenos adquiridos por esta permuta, ha de ajustarse la Compañía a las reglas establecidas en la vigente legislación de Ferrocarriles.
TRASPASO
Quincuagésimo primero: Que sujetándose para el efecto de esta cláusula todos los contratantes a dicha legislación de Ferrocarriles y en virtud del derecho reconocido en el número uno, letra h y q, capítulo V de la Orden treinta y cuatro, Serie de mil novecientos dos, así como a virtud de convenio expreso por esta escritura, quedan facultados los Ferrocarriles Unidos y Almacenes de Regla, Limitada, (Compañía Internacional), para transferir a otra Compañía de Ferrocarril organizada conforme a las Leyes vigentes, todos o parte de los derechos y obligaciones que por esta escritura y por la Ley que la motiva, hayan adquirido.
DECLARACIÓN SOBRE EL IMPUESTO
Quincuagésimo segundo: Que siendo para los fines del ferrocarril todas las adquisiciones y convenios que aquí se contienen, se declaran comprendidos en el número séptimo, Capítulo VIII, de la citada Orden treinta y cuatro de mil novecientos dos.
REQUISITOS DE LA ESCRITURA
Quincuagésimo tercero: Que esta escritura se ha sujetado en su otorgamiento a lo dispuesto en el número VIII, Capítulo VIII de la referida Orden treinta y cuatro, Serie de mil novecientos dos.
COMPETENCIA
Quincuagésimo cuarto: Que designan esta ciudad, como el lugar en que han de practicarse, todas las notificaciones, citaciones y demás diligencias judiciales y extra judiciales a que dé origen esta escritura y se someten a los Jueces de la misma, con expresa renuncia a su fuero propio, si resultare distinto.
GASTOS
Quincuagésimo quinto: Que todos los gastos y derechos que origine esta escritura hasta su inscripción será de cargo de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, Limitada
(Compañía Internacional), excepto la inscripción de los terrenos de Villanueva a favor del Estado, que será de cargo de éste.
ADVERTENCIAS NOTARIALES
Yo, el Notario, advierto a los otorgantes:
Primero: Que con la primera copia de esta escritura, y dentro de treinta días contados desde mañana, deben concurrir a la Administración de Rentas e Impuestos de esta Zona Fiscal, para la declaratoria que corresponde.
Segundo: Que este documento sin estar inscrito en los Registros de la Propiedad y de Ferrocarriles respectivamente, no perjudicará a tercero ni con ese objeto será admitido en los Juzgados, Tribunales y Oficinas del Gobierno, salvo los dos casos de excepción que comprende el artículo trescientos ochenta y nueve de la Ley Hipotecaria.
Lectura, ratificación y firma
Así lo otorgan el Honorable señor Presidente de la República, el señor Secretario de Hacienda y el señor Roberto Me Lean Orr, a mi presencia y la de los testigos antes expresados que manifiestan no tener excepción legal para serlo.
Yo, el Notario, doy fe: de cuanto el presente documento contiene; del conocimiento, ocupación y vecindad de los comparecientes; de haber éstos manifestado cuanto esta escritura expresa; de haberlas enterado a ellos y a los testigos de su derecho para leerlo por sí, de habérselo leído por su renuncia integramente y en un solo acto, y de que conformes con su contenido lo ratifican los otorgantes y firman ante mí con los testigos.
Doy fe también, Yo el Notario, de que con la conformidad de todos se hicieron varias sal- vedades.—José M. Gómez.—F. P. Machado,— Roberto Me L. Orr. — Dámaso Pasalodos. — Carlos
- Pasté. — J. M. Barraqué. (Sigue el poder de los Ferrocarriles Unidos y los planos y pliegos de condiciones de las obras).
LA ESTACIÓN CENTRAL
A principios de enero de 1911 comenzaron las obras de la actual Estación Terminal en los terrenos del antiguo Arsenal, que fueron adjudicados a la firma Snare Triest y se llevaron a cabo, bajo la dirección de los Arquitectos señores J. W. Stickney, por la Empresa de los Ferrocarriles Unidos y Me Nicol por los con- tratistas. Mientras se ejecutaban estas obras los trenes de los Ferrocarriles «unidos continuaban utilizando la vieja Estación de Villanueva.
La nueva Estación Central se inauguró solemnemente el 30 de noviembre de 1912, con asistencia del Presidente de la República, General José Miguel Gómez y de las altas autoridades de la nación.
Ese día fue, pues, el último en que hubo operaciones en la Estación de Villanueva. Al siguiente los vecinos de aquellos contornos hallaron cambiado el panorama de su cotidiana existencia. Cayó un manto de silencio sobre las viejas carrileras, sobre los gastados andenes, sobre los carcomidos salones de espera, sobre todos aquellos sitios en que el tránsito incesante había dejado su huella profunda y desde entonces quedaron convertidos en un montón inerte de piedra, madera y hierro, hasta ser demolidos por la piqueta del progreso y transformados en una nueva maravilla tangible de la civilización. Al adquirir el Estado los terrenos de la Estación de Villanueva, se tuvo el propósito de construir en ellos un Palacio Presidencial digno de la importancia que ya había tomado la ciudad de La Habana.
La mansión del Jefe del Estado se hallaba entonces en el antiguo Palacio de los Gobernadores Generales, construcción de carácter colonial que por su deterioro a través del tiempo no reunía ya condi- ciones para ser la sede oficial del Poder Ejecutivo de la nación. Con fecha 22 de julio de 1910 el Congreso de la República votó una Ley aplicando el superávit de la cantidad que se recaudase por la Lotería Nacional recién instituida a la realización de diversas obras de carácter nacional. Ese superávit se calculaba en
$1.500,000.00 y de él se destinaron $550,000.00 para comenzar la construcción de un Palacio Presidencial, en los terrenos de Villanueva, ya de la propiedad del Estado, fu
En el artículo tercero de la expresada Ley se disponía que el Ejecutivo convocara a un Concurso Internacional de proyectos para el Palacio Presidencial. Se establecieron dos premios: uno no mayor de
$10,000.00 y otro no mayor de $5,000.00 y se nombró al efecto un jurado.
Era condición indispensable que el costo total de las obras del Palacio Presidencial no podría exceder
de $1.000,000.00 incluido el importe de los premios.
El Decreto número 661 de 27 de julio de 1910 designó la Comisión que habría de entenderse con todos los asuntos relacionados con este concurso. Esta Comisión quedó formada por las siguientes personas:
Joaquín Chalons, Secretario de Obras Publicáis, Presidente. Salvador Guastella, Ingeniero Jefe de la ciudad de la Habana.
Luis Mendoza y Sandrino, Director de la Escuela de Pintura y Escultura San Alejandro.
Juan J. García Enseñat, Jefe del Negociado de Bellas Artes, Biblioteca y Archivo de la Secretaría de Instrucción Pública.
Antonio Espinal, Catedrático de Arquitectura de la Universidad de La Habana. Antonio Colete, Ingeniero Jefe, Director de Ingeniería Sanitaria Nacional.
Juan M. Portuondo, Ingeniero Jefe del Negociado de Construcciones Civiles y Militares, – Secretario.
Este Jurado se encargó de redactar las bases del concurso.
Numerosos arquitectos nacionales y extranjeros interesaron las bases del concurso que les fueron remitidas.
Se presentaron 21 proyectos, firmados por arquitectos de distintas nacionalidades. El Jurado, después de larga deliberación acordó rechazar 17 de dichos proyectos por no ajustarse a las bases del Concurso y se- leccionar los cuatro restantes para un estudio posterior. Los cuatro seleccionados tenían los siguientes nombres:
«León de Oro». «Demon».
«La República». «Estrella Solitaria».
El Jurado hizo un estudio muy minucioso de estos cuatro proyectos y en 15 de Abril de 1911 acordó declarar desierto el concurso, toda vez que estos cuatro proyectos seleccionados tampoco se hallaban completamente dentro de las bases acordadas.
No obstante, en 1° de Julio de 1911 fueron designados por Decreto Presidencial los señores Joaquín Chalons, Miguel Saaverio y Mario García Kohly, entonces Secretario de Instrucción Pública, para que realizaran un nuevo estudio de los cuatro proyectos primitivamente seleccionados e informaran e ellos era, a su juicio, el que reunía las condiciones y podía ser aceptado, previas las modificaciones oportunas. La Comisión referida cumplió a satisfacción su cometido, emitiendo su dictamen en siguiente acta.
«En la Habana, a primero de julio de mil novecientos once, traídos a la vista de los comi- sionados los planos correspondientes a los proyectos distinguidos con los lemas «León de Oro», «Estrella Solitaria», «Demon» y «La República», que fueron los cuatro mejores clasificados por dicho Tribunal, han sido estudiados detenida y concienzudamente durante más de dos horas, llegando al acuerdo unánime de que el que mejores condiciones reúne y puede ser aceptado es el distinguido con el lema «La República». Y en cumplimiento de lo acordado y para dar contestación al Honorable señor Presidente de la República de lo dispuesto en el escrito ya citado, se levanta la presente acta, que suscriben los señores comisionados».
El proyecto «La República», declarado el más factible por la Comisión, resultó ser original de los arquitectos Eugenio Rayneri Sorrentino, Profesor que era a la sazón .a asignatura de Estereotomía de la Universidad Nacional y Eugenio Rayneri y Piedra que fue después Director Técnico de las obras del Capitolio.
Visto lo informado, el General José Miguel Gómez, Presidente de la República, declaró aceptado el proyecto por Decreto número 740 de 7 de agosto de 1911 y dispuso se sacaran a pública subasta las obras del Palacio Presidencial, de acuerdo con el presado proyecto, y con un costo máximo $985,000.00.
Como un acto de justicia se otorgó a los señores Rayneri, autores del proyecto, el derecho de tanteo en la subasta, así como el derecho a cobrar el importe de su proyecto, caso de que dicha subasta no les fuera adjudicada.
Presentaron proposiciones para la subasta las siguientes entidades, con expresión de los precios con que licitaron:
Purdy and Henderson Co. . | $ 1,324,865.99 |
Claudio González. …… | 980,000.00 |
General Constructing Co. . . „ | 1,110,000.00 |
Tomás Mur. ………. | 949,584.00 |
Agustín Alvarez. ……. | 980,000.00 |
Eugenio Rayneri | 1,117,000.00 |
Joaquin Zarraluquin | 849,999.99 |
Joaquín Chalons | 1,096.000.00 |
Los señores Rayneri Sorrentino y Rayneri y Piedra hicieron uso del derecho de tanteo y en tal virtud les fue adjudicada la obra por el precio de la proposición más baja, que resultó ser la del señor Tomás Mur, ascendente a la cantidad de $949,584.00.
Fué designado Ingeniero Consultor de las obras del Palacio Presidencial el señor Hilario del Castillo y como auxiliar el señor Francisco Centurión y Maceo.
Se dio comienzo a los trabajos, pero fueron suspendidos al ocupar la presidencia de la República, en el año 1913, el General Mario García Menocal.
EL PRIMER PROYECTO DE RESIDENCIA DEL CONGRESO
El General Menocal tenía el propósito de edificar el palacio Presidencial en los terrenos de la llamada Quinta de los Molinos, emplazada en la antigua Avenida de Carlos III, hoy Avenida de Independencia y contigua al actual Jardín Botánico del Instituto de la Provincia y Universidad de la Habana, y construir un edificio para el Congreso en los antiguos terrenos de la Estación de Villanueva, donde se estaba erigiendo ya el Palacio Presidencial.
El 28 de febrero de 1914 se promulgó la siguiente Ley del Congreso de la República:
Ley
Artículo I. Se acuerda un crédito extraordinario de un millón de pesos, moneda de los Estados Unidos, que será invertido en la construcción de un edificio para residencia y fun- cionamiento de ambos Cuerpos Colegisladores. Esta cantidad será invertida por anualidades de doscientos mil pesos que serán consignadas en el presupuesto correspondiente a cada año.
Artículo II. La Secretaría de Obras Públicas convocará, a los cinco días después de promulgada esta Ley, a un concurso para que dentro del plazo de dos meses se presenten ante- proyectos y planos generales de la obra.
Artículo III. La convocatoria será publicada en Cuba, en cinco periódicos diarios y en cada uno de los Boletines Oficiales de cada Provincia y en la Gaceta Oficial de la República. Así como en dos periódicos diarios de las ciudades siguientes: New York, Washington, Londres, París, Roma, Berlín, Madrid y Barcelona.
Artículo IV. Se nombra una Comisión compuesta de las personas siguientes: Presidente del Senado,
Presidente de la Cámara de Representantes, Un Secretario del Senado,
Un Secretario de la Cámara de Representantes, El Secretario de Obras Públicas.
Será Presidente de esta Comisión, el Presidente del Senado, sustituyéndole en los casos necesarios el Presidente de la Cámara.
Esta Comisión determinará el terreno del Estado en que deba de erigirse el edificio y recibirá los trabajos técnicos que para la obra se presenten y sean necesarios.
La Comisión elegirá, primeramente, tres de los anteproyectos que considere más aceptables concediendo a sus autores un plazo prudencial que no excederá de diez meses para hacer y presentar la descripción detallada de sus trabajos en forma de proyecto completo y definitivo.
La Comisión elegirá entre los tres proyectos por mayoría de puntos.
Los proyectos de arquitectos cubanos residentes en Cuba serán preferidos en igualdad de condiciones en concurrencia con los proyectos extranjeros o de residencia fuera del territorio cubano. La elección será hecha en un plazo de treinta días, a contar de aquel en que termine el plazo del concurso.
Artículo V. Una vez escogido el proyecto definitivo de la obra se procederá a su ejecución,
Cuba.
comenzando ésta dentro de los treinta días después de la elección.
La ejecución será hecha según lo acuerde la Comisión:
- Por el Estado con la Secretaría de Obras Públicas y su
- Por administración, bajo el régimen de la Comisión.
- Por subasta y bajo la dirección del autor del proyecto elegido si éste fuera cubano y residente en
Artículo VI. Los autores de dos de los anteproyectos que fueran elegidos en la terna por la Comisión
recibirán cada uno la cantidad de tres mil pesos oro de los Estados Unidos en premio del trabajo cuya propiedad literaria e intelectual adquiere el Estado cubano.
El autor del proyecto que fuere escogido como proyecto definitivo, recibirá en premio la suma de quince mil pesos en oro de los Estados Unidos, pasando el proyecto a ser propiedad del Estado.
El autor del proyecto definitivo antes expresado, tendrá el derecho de optar por la ejecución de la obra bajo su dirección. En este caso percibirá como retribución de su trabajo el tres por ciento del presupuesto total de la obra, el cual recibirá por trimestres y en proporción a ]a parte de la obra que sea ejecutada.
En 18 de marzo del mismo año, el Presidente Menocal elevó al Congreso el siguiente Mensaje, interesando la suspensión de los efectos de la expresada Ley:
MENSAJE AL CONGRESO:
Estudios cuidadosos llevados a cabo sobre la ejecución de la Ley de 28 de febrero próximo pasado, promulgada en la Gaceta Oficial de 4 del corriente mes y relativa a la construcción de un edificio para residencia y funcionamiento de ambos Cuerpos Colegisladores, me han convencido de la imposibilidad de cumplirla dentro de los plazos establecidos, con la. efectividad que se propuso el legislador.
En tal virtud, tengo la honra de someter a la sabiduría del Honorable Congreso, por si merece su aprobación, la conveniencia y aun la necesidad de que se sirva tomar el acuerdo de suspender los efectos de la mencionada Ley .hasta que, prudentemente obviadas las grandes dificultades que impiden su cabal e inmediata ejecución, después que la Cámara de Representantes delibere acerca de las modificaciones introducidas el día once de! presente por el Senado en la Ley de que se trata, y que ambos Cuerpos Colegisladores resuelvan de común acuerdo, pueda realizarse de una manera eficaz el noble propósito de erigir en la Capital de la República el edificio que ha de corresponder dignamente a los elevados móviles del Honorable Congreso y a los altos fines de su patriótico ministerio.
Palacio de la Presidencia, en la Habana, a diez v ocho de marzo de mil novecientos catorce.
(Fdo.) M. O. Menocal.
En concordancia con el criterio sustentado en este Mensaje, el Congreso votó la Ley de 2 de julio de 1914, que dice así:
Ley
Artículo 1. Se derogan las Leyes de veinte y dos de julio de mil novecientos diez, en la parte que se refiere a la construcción del Palacio Presidencial, en los antiguos terrenos de Villanueva, y la de veinte y ocho de febrero de mil novecientos catorce, concediendo un crédito de un millón de pesos, destinados a la construcción de un edificio para residencia y funcionamiento del Congreso.
Artículo II. El Capitolio para residencia y funcionamiento del Congreso se construirá y terminará aprovechando las obras de fábrica existentes en los terrenos de Villanueva donde se realizaban los trabajos para el Palacio Presidencial.
Artículo III. Se incluirá en dos Presupuestos sucesivos la cantidad de un millón cuatrocientos mil pesos; un millón para terminar v completar las obras del Capitolio, con arreglo a los nuevos planos aprobados por la Secretaría de Obras Públicas, y cuatrocientos mil pesos para la construcción de la residen- cia Presidencial en la Quinta de los Molinos.
Artículo IV. Esta Ley comenzará a regir desde el día de su publicación en la Gaceta Oficial de la República.
LOS trabajos técnicos de modificación de planos de adaptación de la parte construida, cambiando su primitiva estructura la que habría de tener al convertirse en capitolio el proyecto de Palacio Presidencia1 se
llevaron a cabo por el Negociado de Construcciones Civiles y Militares de la Secretaría de Obras Públicas. Se confió este trabajo a dos notables arquitectos cubanos: Mario Romañach, fallecido hace algunos años y Félix Cabarrocas.
Romañach se ocupó de todo lo relativo al estudio de las elevaciones interiores del nuevo edificio y Cabarrocas de sus plantas y fachadas.
Este último transformó por completo el proyecto original, realizando el nuevo edificio dentro del estilo Renacimiento Francés y adicionándole a ambos extremos dos hemiciclos: el de la Cámara de Representantes y del Senado. Cambió además la forma de cúpula del proyecto primitivo que ya se había comenzado a construir, sustituyéndola por otra cúpula de sección cuadrada y bóveda en rincón de claustro. El vestíbulo también fue totalmente transformado en este nuevo proyecto, así como las escaleras principales muy semejantes a las que actualmente existen en el Capitolio, pero más estrechas.
SUBASTA DEL PRIMITIVO PALACIO DEL CONGRESO
Terminados los estudios y aprobado un nuevo proyecto, se sacaron a subasta las obras para la ejecución de un edificio con destino al Senado y la Cámara, constituyendo el Tribunal de Subasta, las siguientes personas. Comandante Enrique Martínez y Martínez, Ingeniero Jefe del Negociado de Cons- trucciones Civiles y Militares. Francisco Ramírez Ovando, Arquitecto Consultor de dicho Negociado. A.. F. Real, Jefe del Despacho de dicho Negociado; y Alberto Lucas, Oficial Pagador, en representación del Pagador y Colector Central de la Secretaría. Previa la redacción e impresión del pliego de condiciones y con las demás formalidades del caso, se celebró la subasta el 7 de noviembre de 1916 y a ella acudieron los si- guientes postores, con los precios que se consignan:
- El señor José Pennino, sólo cotizó las unidades de mármol y granito, por la cantidad de
$133,337.58.
- La Compañía Constructora La Nacional, presidida por el señor Antonio Fernández de Hizo una proposición ascendente a $2.006,300.80.
- La Compañía Constructora de la Habana, presidida por el doctor Octavio Averhoff. Hizo una proposición por la suma de $2.073,679.40, pero consignaba un aumento del 10% de utilidad industrial sobre todos los precios unitarios ofrecidos.
- La Tropical Engineering and Construction Co., presidida por Mr. John W. Parker. Hizo una proposición por la suma de $1.979,485.92.
Esta subasta dio lugar a diversas protestas y entre ellas una prosperó: la relativa a la circunstancia de que el artículo 147 del pliego de condiciones aparecía redactado en forma que daba a entender que la fianza de $50,000.00 exigible a los licitadores habría de prestarse en efectivo y no obstante, el Tribunal admitió pólizas de Compañías afianzadas.
Por Resolución Presidencial de 22 de Noviembre de 1916, fue declarada nula esta subasta, convocándose para una nueva que se celebró el 25 de Octubre de 1917 y a la cual sólo acudieron dos postores: La Compañía La Nacional y el contratista Sr. Antonio Padial.
Por Resolución Presidencial de 4 de noviembre de 1917, a propuesta del entonces Secretario de Obras Públicas, señor José R. Villalón, fue adjudicada esta subasta a la Compañía Constructora La Nacional, por el precio de $2.008,380.00, si bien sólo se contrataron obras por valor de $1.000,000.00, que era hasta donde alcanzaba el crédito concedido por la Ley de 2 de julio de 1914.
La Nacional era una Compañía cubana, presidida por el Catedrático de la Universidad de La Habana, doctor Antonio Fernández de Castro y en la que figuraban los arquitectos Eugenio y Virgilio Rayneri.
COMIENZAN LAS OBRAS
La entrega formal de las obras paralizadas del Palacio Presidencial, a fin de que se comenzaran los trabajos para la residencia de los Cuerpos Colegisladores, se verificó el 27 de noviembre de 1917, levan- tándose el acta oportuna y dándose a los contratistas posesión de los terrenos para que comenzaran sus trabajos.
Estos comenzaron el 7 de diciembre de 1917, dentro del plazo señalado en el contrato.
El 13 de diciembre fue designado Ingeniero Inspector de las obras el señor Francisco Centurión y Arquitecto Inspector a las órdenes del anterior el señor Luis Echeverría.
La Nacional, por su parte, designó como profesionales al frente de las obras a los Arquitectos señor
Eugenio y Virgilio Rayneri.
Las obras prosiguieron sin incidente de importancia hasta el mes de julio de 1918, en que la Dirección de Subsistencias de la República, alegando la necesidad de instalar mercados de abasto en diversos lugares de la ciudad para conjurar la carestía de los artículos de primera necesidad, producida por la guerra mundial, autorizó el establecimiento de uno de dichos mercados en los mismos terrenos donde se verificaban las obras, dando lugar a que se entorpecieran los trabajos de los contratistas y se encarecieran los materiales por las dificultades surgidas en el acarreo de los mismos, toda vez que quedó inutilizada la vía férrea de que se valían los contratistas para esta labor.
Con este motivo la Compañía La Nacional interesó de la Secretaría de Obras Públicas que interviniese, a fin de que se trasladase dicho mercado de abastos a otro lugar donde no le causase perjuicios y como quiera que no se pudo acceder a lo interesado, la compañía La Nacional reiteró su queja en 24 de julio de 1918 y asimismo pidió que se fijaran nuevos precios a ciertas unidades de obra que habían sido afectadas por el motivo antes dicho.
El Departamento de Obras Públicas, visto el informe del Ingeniero Inspector de las obras señor Centurión, accedió a lo interesado por la compañía La Nacional y ello dio lugar a un encarecimiento del 17% sobre el costo total de las obras.
PARALIZACIÓN DE LOS TRABAJOS
Al mismo tiempo las dificultades surgidas causaron gran demora en la marcha de los trabajos y por este motivo la compañía se vio obligada a solicitar, en 23 de diciembre de 1918, una prórroga de 300 días, toda vez que las obras no podían estar terminadas para el 20 de febrero de 1920, que era la fecha en que expiraba el plazo señalado en el contrato.
Con ocasión de la guerra, en la cual ya había intervenido la República, se presentaron serias dificultades para la adquisición de materiales de construcción y al mismo tiempo escasearon los braceros y se encareció la mano de obra de manera extraordinaria. Como esto era ruinoso para los contratistas, interesaron un nuevo aumento de precios y al no ser resuelto, se vieron obligados a paralizar las obras en el mes de marzo de 1920.
Hasta la fecha se habían ejecutado trabajos por el siguiente importe:
Obras conforme el contrato. | $ 459,127.76 |
Obras extraordinarias | 243,860.42 |
Total. | $ 702,988.18 |
Se habían invertido además | en gastos de administración y operación $71,934.13, todo lo cual |
arrojaba un gran total de $774,922.31.
RESCISIÓN DEL CONTRATO CON «LA NACIONAL»
Al tomar posesión de la Presidencia de la República el doctor Alfredo Zayas y Alfonso, el 20 de mayo de 1921, todavía se hallaban paralizadas las obras y en ese estado siguieron hasta que con fecha 21 de octubre de 1921, a propuesta del entonces Secretario de Obras Públicas, señor Orlando Freyre, se rescindió el contrato celebrado en 24 de noviembre de 1917 con la Compañía La Nacional.
Esta entidad presentó ante el Departamento de Obras Públicas en 26 de diciembre de 1921, una reclamación ascendente a la cantidad de $430,000.00 por obras no pagadas, importe del 10% retenido como garantía, intereses de la fianza prestada, gastos de materiales, nómina de conservación e indemnización por daños y perjuicios.
Esta reclamación fue sometida a la Comisión de Examen y Calificación de Adeudos leí Estado, creada por la Ley de 13 de septiembre de 1922, y esta Comisión, por Resolución de 5 de octubre de 1923, redujo la reclamación a $250,000.00 que fue la cantidad que se pagó en efectivo a la expresada compañía.
CUATRO AÑOS DE INACTIVIDAD
Durante la Administración del Presidente Zayas, no se dio un solo paso de avance en las obras.
En el mes de noviembre de 1923 se llevó a cabo el acto de recepción provisional de las mismas y la recepción de los materiales de planta allí existentes.
Ya antes, gran parte de los terrenos habían sido arrendados a particulares y a compañías que levantaron alrededor de la parte edificada tinglados y construcciones diversas de madera, en las cuales establecieron, al amparo de concesiones otorgadas, diversos espectáculos públicos, entre ellos el conocido por Havana Park.
De una parte la inercia de las autoridades encargadas del cuidado y conservación de las obras, y de otra parte la excesiva libertad que se les dio a los concesionarios para disfrutar ampliamente de las concesiones otorgadas, trajeron como consecuencia el deterioro de toda, la parte del edificio construida, así como la pérdida de casi todas las maquinarias y herramientas que estaban depositadas al pie de las obras.
LA LEY DE OBRAS PUBLICAS
Al ser electo Presidente de la República el General Gerardo Machado y Morales, que rige actualmente los destinos de la Nación fue su primer paso importante de gobierno, interesar y obtener del Congreso de la República la votación de la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925, en la que se establece la realización, con carácter escalonado y progresivo de distintas obras públicas, en todo el territorio nacional, bien de naturaleza puramente utilitaria, bien de carácter ornamental.
En el artículo II de dicha Ley, bajo el epígrafe de «Construcciones Civiles» y con el número 6 de las correspondientes a este epígrafe, se consigna la construcción de un edificio para Capitolio de la República en los terrenos de Villanueva».
La situación en que el Gobierno del General Machado halló las obras del Capitolio era, en síntesis, la siguiente: se habían invertido más de $1.800,000.00 en obras cuyo valor intrínseco apenas llegaba a
$600,000;
Se había contraído el compromiso de celebrar la Sexta Conferencia Panamericana en el edificio del Capitolio y las obras estaban completamente paralizadas y convertidos los terrenos de Villanueva, como ya se ha, dicho, en parque de diversiones, tinglados de espectáculos públicos y depósito de trastos e inmundicias.
Para llevar a vías de hecho su propósito, la primera medida del Gobierno fue anular todas las concesiones que en la anterior Administración se habían otorgado a diversos particulares en los terrenos del Capitolio en construcción. Por el Departamento Legal de la Secretaría de Obras Públicas se hizo el estudio de estas concesiones, que ya estaban por sí anuladas y sin validez alguna por no haber cumplido los concesionarios los requisitos de las mismas y por Decreto de 29 de agosto de 1925, se dispuso el desalojo. Así fue posible desocupar en poco tiempo los terrenos del Capitolio sin necesidad de indemnización de ninguna clase.
ESTUDIOS PARA UN PROYECTO DE CAPITOLIO
Entre tanto, el Doctor Carlos Miguel de Céspedes, Secretario de Obras Públicas encargó a los arquitectos cubanos señores Evelio Govantes y Félix Cabarrocas, el estudio de un nuevo proyecto de capitolio sobre la base del que se estaba ejecutando, a fin de sacar las obras a subasta. Los señores Govantes y Cabarrocas cumplieron a satisfacción la labor que les fue encomendada por el doctor Céspedes, introduciendo modificaciones importantes en el proyecto anterior y sin salirse de un presupuesto de
$3.500,000.00 que se les había señalado como límite y en cuya suma estaba incluido el importe del mobiliario.
Cuando se estaba estudiando el proyecto diseñado por los señores Govantes y Cabarrocas, llegó a La Habana el célebre Arquitecto de jardines señor J. T. Forestier, con un cuerpo de ingenieros y arquitectos au- xiliares, todos ellos de gran talento y experiencia, entre los cuales se encontraban los señores Heitzier y Leveau. El doctor Céspedes quiso aprovechar la oportunidad para que los mencionados arquitectos, recién llagados de Europa y en contacto por consiguiente con las grandes construcciones de los países de donde eran procedentes, sugirieran sus variantes al proyecto del Capitolio que se tenía en estudio y asimismo interesar la intervención del arquitecto señor Forestier, para todo lo referente a los parques y jardines que habían de circundar el edificio.
Se designó entonces una comisión presidida por el Arquitecto cubano señor Raúl Otero y por los arquitectos extranjeros señores Heitzier y Leveau, y del trabajo de esta comisión salieron los sketches que sirvieron para redactar el estado de dimensiones y el pliego de condiciones para la subasta de las obras.
SE MEJORA EL PROYECTO
A través de estos sucesivos estudios, el proyecto fue mejorándose y acercándose cada vez más a lo que hoy es realidad, si bien hay que reconocer que entre el proyecto que sirvió de base a la subasta y el que se ejecutó, hay enorme diferencia, decididamente favorable a este último. Y es que las grandes obras, bien en el orden arquitectónico, bien en el orden de otras actividades artísticas o del pensamiento, rara vez son el producto de la labor individual de un hombre, sino el resultado de un trabajo intenso, paciente y sucesivo, de muchos hombres de una misma generación y aun de muchas generaciones.
El Capitolio, de acuerdo con los propósitos del Gobierno habría de simbolizar y perpetuar en la perennidad de la piedra, la libre determinación del pueblo cubano para regir sus destinos, para dictar las Leyes que han de trazarle el camino de su futuro desenvolvimiento. No era posible que idea de tan vasto alcance pudiera realizarse por el estudio de una sola persona, sino que era necesario someterla a períodos sucesivos de depuración, hasta hallar la fórmula justa que sintetizase en la obra artística, por decirlo así, la idea del Gobierno, expresión fiel por otra parte, de los anhelos del pueblo.
A SUBASTA EL PROYECTO DEFINITIVO
Por Decreto Presidencial número 69 de 18 de enero de 1926, se dispuso que fueran sacadas a subasta las obras del Capitolio Nacional designándose para que formaran el Tribunal a las personas siguientes:
El Secretario de Obras Públicas, doctor Carlos Miguel de Céspedes, como Presidente. Y como vocales los señores:
El Vicepresidente del Senado, Comandante Alberto Barreras. El Secretario de Hacienda, doctor Enrique Hernández Cartaya. El Secretario de la Presidencia, doctor Viriato Gutiérrez.
El Presidente del Clearing House, señor Narciso Gelats. El Representante a la Cámara, señor Santiago Claret.
El Ingeniero Jefe del Negociado de Construcciones Civiles y Militares de la Secretaría de Obras Públicas, señor Francisco Ramírez Ovando.
Redactado el pliego de condiciones de la subasta se distribuyeron ejemplares del mismo a toda persona que los solicitó y además fueron directamente remitidos a las siguientes casas constructoras: Albarrán y Bibal;
Arellano y Mendoza; Almuyna y Toral; American Construction Co.; Antilla Cons-truction Co.; Carlos Arguelles; Ernesto Batista ; H. Brens; Leonard E. Brownson; Félix Cabarrocas; Campo y Colete; Cárdenas Engineering Works; Caribean Constructing Co.; Gastellá e hijos; Compte y Co.; Cosculluela y Goicoechea; Dediot, García y Co.; Jorge Echarte; Fitheraid Jhon; Frederick Snare Corporation; Gil y Navarrete; Carlos Govea; Guanche y Gil; Salvador Guastela; Havana Construction Co.; Industrial Eng. Co.; Latta & Pujáis Cont. Co.; Rufino Machado; Conrado y Rolando Martínez ; Mario G. Mendoza; Milliken Brothers Inc; Moenck y Quintana; E. Montalvo; Pedro Navarro; Purdy and Henderson Co.; Sucesores de F. Mata; George V. Waish; White Engineering Co.; Nicolás Yedra; J. Guichards; A. Valdés y Ca.; José Pérez Benitoa; Serafín Sánchez Govín; Eduardo Mahony; E. Suelly.
Se concedió un plazo de 30 días para que 3 licitadores presentaran sus proposiciones. Asistieron a la subasta las siguientes entidades:
Arellano y Mendoza y Morales y Ca. Purdy and Henderson Company.
Mario Lens y Díaz.
La subasta fue adjudicada a la casa Purdy and Henderson Co., por estimarse que, dentro del precio cotizado, era la que más garantías ofrecía. En efecto, dicha casa tenía en la Habana los mejores antecedentes sobre el punto de vista de su solvencia material y moral, habiendo sido la constructora del Palacio del Centro Gallego, el del Centro Asturiano y los edificios de La Metropolitana, Banco de Gómez Mena, etc.
La Secretaría de Obras Públicas designó Director Técnico de los trabajos al arquitecto señor Eugenio Rayneri y Piedra y Director Artístico al señor Raúl Otero.
Por parte de la Purdy and Henderson, fueron designados como facultativos el Vicepresidente de la Compañía, Ingeniero señor Enrique Merry y el Ingeniero señor José Sabí Carreras.
COMIENZAN LOS TRABAJOS
EL contrato se firmó en 15 de marzo de 1926 ante el notario doctor Baldomcro Grau y Triana y los trabajos que dieron ya cima al Capitolio comenzaron el primero de abril de 1926. El doctor Carlos Miguel de Céspedes, Sectario de Obras Públicas interesó y obtuvo del Congreso que designase dos Delegados: uno por el Senado y otro por la Cámara de Representantes, para que intervinieran dieran su opinión en cuanto a las necesites del Congreso en relación con el edificio. Actuaron en este sentido el Ingeniero 3sé R. Yillalón por el Senado y el señor Germán S. López por la Cámara de Representantes.
Las obras se llevaron a cabo sin interrupción, imprimiéndoseles tal rapidez que el honorable señor Presidente de la República General Gerardo Machado y Morales, pudo prestar su juramento para el nuevo período de Gobierno de 1929 a 1935, en la rotonda del Salón de Pasos Perdidos del Capitolio, prácticamente terminado ya, el 20 de mayo de 1929.
La descripción del Capitolio así como el proceso de ejecución de las obras, puede verse en la segunda parte de este Libro.
EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL CAPITOLIO
El nombre de Capitolio que ostenta la sede oficial de los dos cuerpos legislativos de la República, no obedece a un capricho ni siquiera a una preferencia del Gobierno que inició y terminó las obras de construcción del edificio. El nombre de Capitolio es el producto de una encuesta pública promovida por el Secretario de Obras Públicas doctor Carlos Miguel de Céspedes y llevado a cabo por mediación del periódico Excelsior de La Habana.
La opinión pública estaba dividida en cuanto a la denominación que iba a dársele al edificio. Una parte del pueblo prefería el nombre de Palacio del Congreso. Otra se inclinaba a la denominación de Capitolio.
En esa especie de referendum, que se hizo, el pueblo, utilizando las páginas de un diario de gran circulación, triunfó el nombre de Capitolio, obteniendo un número de sufragios muy superior al de Palacio del Congreso.
Pesó por tanto, de manera considerable, en los sentimientos de nuestro pueblo el prestigio latino de la palabra Capitolio, cuyo origen casi coincide con el origen de Roma, la gran matriz de nuestra civilización.
Sobre el origen del nombre Capitolio publicó el periódico Excelsior con ocasión de la encuesta celebrada en sus páginas, una interesante reseña informativa, que por contener datos históricos de valor, nos parece oportuno transcribir:
Su origen es viejo, como la vida histórica de Roma. Anterior al imperio y a la república. Sus antecedentes hay que ir a buscarlos al período dominante de Etruria, cuando las tradiciones gentilicias no habían sido aniquiladas por la organización del estado, y los rasenas, latinos y etruscos, dábanse, por el órgano de sus consejos de tribus autónomas, un rey (rex), para defender, en caso de guerra, los territorios ocupados por las gentes.
Lo que dice la leyenda
Si nos atenemos a la leyenda, a esas narraciones míticas, que enriquecen la prehistoria de Grecia e Italia antiguas, forzoso nos será aceptar el milagro de predestinación que asombró a los mismos que dieron fe de él. Dicen los mitólogos que el rey Turquino Prisco, deseando levantarle un templo a Júpiter, soberano de los dioses, ordenó a los mejores artistas etruscos que emplazaran los cimientos del que sería centro de la grandeza romana, en el monte donde ya acostumbraban a reunirse lo.-» notables de la patria. Cavaron los obreros. A. los dos o tres días de trabajo, y a bastante profundidad encontraron la cabeza de un hombre en perfecto estado de conservación, con la palabra Tulus grabada en la frente. Sometido el caso a los adivinos del Oráculo, dedujeron que tal acontecimiento prometía a Roma el dominio del mundo y el primer puesto entre las ciudades de la tierra. Por tanto: le correspondía a la colina ostentar el nombre que los augures habían descubierto en la inscripción Tulus. Y lo llamaron monte Oapitolino; basamento rocoso donde fue alzándose lenta- mente el templo de Júpiter: el Capitolio.
Dimensiones del Capitolio
Hasta aquí la leyenda. Tanto ésta como la historia, sitúan .su posición, en las márgenes del Tibor. Mide 46 metros de alto, y durante treinta siglos, el desnivel que la separa del estiaje del río, no ha sufrido la más pequeña modificación. Es la misma eminencia que vieron Eneas, Quinto Lucio Catulo, Virgilio y Genserico, y que contempla hoy Mussolini.
Resuelto por los sacerdotes el nombre que llevaría, en lo sucesivo el templo de Júpiter, continuó su edificación hasta Tarquino el Soberbio, último de los reyes romanos, expulsado del trono para castigar el ultraje a que sometió a la honesta Lucrecia. Siete años después fue inaugurado. Se componía de tres naves. La del centro para Júpiter; la de la derecha, la ocupaba Juno, y la de la izquierda, Minerva, diosa de la sabiduría.
El primer Capitolio medía 192 pies de ancho, 204 de largo y 64 de alto. Era un poco mas bajo que sus semejantes corintios, con entabla-miento. de madera y doble fila de columnas revestidas de mosaicos. Al lado, en la plaza Camilum los viejos romanos, a pie y a la intemperie, celebraban sus asambleas populares. He aquí el símbolo de soberanía que se vincula a la palabra Capitolio.
Su origen histórico
Históricamente, el célebre templo romano tiene su origen en la necesidad que obligaba a los pueblos primitivos a buscar sitios escarpados y altos donde erigir sus hogares, para defenderse de los ataques de las tribus vecinas. Los pelasgos fueron probablemente los primeros en escoger cerros y colinas para sus residencias, a las que llamaron acrópolis (akros- extremo alto y polís-ciudad).
No se puede precisar en que época .se impuso a los pobladores de Grecia e Italia la costumbre de alejarse de los valles y llanuras como una medida de protección. Lo que sí está bien aclarado es que las primitivas acrópolis fueron simples tiendas de pieles, casas de adobe y alguno que otro edificio de piedra. El tiempo las fue transformando en poblaciones, re- cintos de murallas, almacenes y finalmente en lugar de adoración a los dioses.
Importancia histórica
El monte Capitolino era un acrópolis antes de que se erigiera el templo de Júpiter. Los etruscos y rasenas se refugiaron muchas veces en él, con sus ganados y enseres, para resistir el asalto de hordas conquistadoras. Allí deliberaban y ofrecían sacrificios a sus dioses. Como sus equivalentes, a todo lo ancho de las penínsulas del Adriático y el Egeo, el monte de las márgenes del Tibor, fue adquiriendo la importancia y el valor simbólico que le confirieron la tradición, el imperativo de los hechos y las contingencias históricas. A él corrió un día el paleolítico para librarse de una fiera; el jefe gentil con sus amuletos de superstición, el miembro de la fatria a hincar la rodilla reverentemente ; el rex de las condecoraciones tribeñas, con sus consejos; los reyes de Etruria, los adoradores del politeísmo, los primeros romanos históricos, los republicanos e imperiales. Y el monte pasó de la categoría de atalaya avisadora a santuario de la patria, a símbolo universal de soberanía, grandeza y vitalidad del nacionalismo.
Esto es el Capitolio.
Esplendor del Capitolio
Durante la república adquirió su mayor grado de esplendor. Junto al templo de los dióses, alzóse el palacio de los senadores. De allí salieron las leyes que gobernaron la latinidad hasta los días de César, y dentro de sus muros se acumularon todas las reliquias sagradas y patrióticas que enorgullecían a los romanos. Sobre sus losas se consagraba a los héroes, se veneraban las divinidades y tenían lugar los actos de trascendental resonancia para la república y el imperio.
Los conquistadores del mundo
Cuando los legionarios marcharon a la conquista de los pueblos que se conocían, el Capitolio se convirtió en el centro del mundo. A él llegaron desde África, el Danubio, Asia y tierras del norte, trofeos y riquezas incalculables, generales victoriosos, emperadores en el pináculo de la gloria, poetas y sacerdotes, a ofrendar su agradecimiento al inmenso Júpiter, rey de los dioses y guía infalible de las victorias que arrojaban el mundo a los pies del Senado y de los patricios de la orgullosa ciudad.
Los gansos de Juno
Antes de que Roma fuera la dueña de la tierra, el Capitolio salvó a lo mejor de la aristocracia romana de una muerte segura. Los galos habían tomado la ciudad y sitiaban la colina sagrada. Dentro, Manlio y mil jóvenes escogidos resistían el asedio de los invasores. Al cabo de siete meses de lucha, el jefe de los sitiadores decidió tomar por asalto, durante la noche, la fortaleza y dispuso el ataque. Avanzaron los galos cautelosamente. Rebasaron los primeros bastiones, coronaban ya las almenas, cuando los gansos sagrados de Juno dieron la voz de alerta con sus graznidos, y Manlio y los suyos tuvieron tiempo de aprestarse y rechazar la ofensiva. Y mía vez más los romanos debieron su libertad al Monte Capitolino.
Destruido por el fuego
El Capitolio fue destruido dos veces por el fuego. Reedificado y embellecido por Domiciano, el imperio almacenó en su interior tesoros fabulosos en tal cantidad que Augusto pudo fundir dieciseis mil libras de oro sin que se advirtiera una disminución sensible en las riquezas que contenía. Así, templo, palacio de los tesoros arrancados a los pueblos vencidos y síntesis de la soberanía nacional, el Capitolio existió hasta la invasión y saqueo de los vándalos de Genserico. Desde entonces, como la totalidad de los monumentos romanos, fue desmoronándose y hundiéndose, durante un período que terminó con el Renacimiento.
El Capitolio de hoy
El Capitolio de hoy es obra de Miguel Ángel. Comenzó la reconstrucción en 1540, y se continuaron las obras por un período de cien años. Sobre las ruinas de la plaza de Tabularium, lucen, desde entonces, el Palacio de los Senadores, el Museo Capitolino y el Conservatorio: tres monumentos dignos de la historia legendaria de la colina.
Como en tiempos de los reyes latinos, de la república y principios del imperio, el Capitolio de hoy constituye el afelio de las aspiraciones supremas del pueblo romano.
Y como antes existieron otros capitolios en Tarragona, Antioquía, Capua, Pompeya y Rá-vena, ahora también se levantan los de Washington, Buenos Aires, Tolosa, y este nuestro, más alto que ninguno, de un volumen mayor que el más grande, bello y suntuoso. El Capitolio de Cuba: atalaya de las aspiraciones de pueblo.
SEGUNDA PARTE
CONSTRUCCIÓN DEL CAPITOLIO
PRELIMINARES
EL Capitolio, como se ha dicho ya, está emplazado en los terrenos que anteriormente ocupaban la estación y el patio de los Ferrocarriles Unidos de la Habana y que limitan en la actualidad las calles de José de San Martín, Raimundo Cabrera, Dragones y Paseo de Martí.
La propiedad medía 43,418.00 m2. de los que se han segregado 3,543.00 M2. para dar mayor amplitud a las calles y aceras circundantes, siendo por tanto en la actualidad la superficie que ocupa el edificio con sus parques. y jardines 39,875.00 M2.; de éstos corresponden 13,483.3 M2. a la construcción en sí y 26,391.69 M2. a los parques y jardines.
Al ocupar en el año 1924 la presidencia de la República el General Gerardo Machado Morales, formando parte de su Gabinete de Gobierno el doctor Carlos Miguel de Céspedes al frente de la Secretaría de Obras Públicas, uno de los edificios públicos cuya ejecución más apremiaba era el Capitolio, para residencia del Poder Legislativo, cuyos cuerpos residían en dos edificios distintos y lejanos y poco adecuados a las necesidades actuales del Congreso.
PROPOSICIÓN INICIAL
En 5 de diciembre de 1925 fue remitida a los Honorables Sr. Presidente de la República, y señores Secretarios de Obras Públicas y Hacienda una proposición para la construcción del Capitolio, firmada por el Presidente de la Purdy and Henderson Company, que decía así:
Honorable General Gerardo Machado, Presidente de la República,
Habana.
Señor:
Enterados de que la Sexta Conferencia Internacional Americana habrá de reunirse en esta ciudad en el mes de enero de 1928, y que la construcción del edificio del Capitolio en que habrá de celebrar sus sesiones no se ha reanudado ni podrá comenzar de nuevo hasta después de abril del año entrante, con lo cual pudiera resultar que el Capitolio no esté listo para ser ocupado en la fecha antes mencionada, la firma que me honro en presidir, vinculada al progreso de la República, por haber prosperado en ella desde que se estableció en 1901 y por estar integrada en un 90% por elementos cubanos, tiene el honor de someter a. la ilustrada atención de usted y de los señores Secretarios de Obras Públicas y Hacienda, en el caso de que la cimentación del edificio antes , referido esté definitivamente terminada, la siguiente proposición que se detalla, en el Memorándum adjunto:
La firma Purdy and Henderson Company se compromete a comenzar la construcción del Capitolio dentro de una semana y a trabajar día y noche si fuere necesario, a fin de entregarlo terminado, decorado y amueblado, listo para ser ocupado, en Diciembre de 1927, siempre que las obras comiencen dentro de sesenta días a contar de la fecha de esta proposición, corriendo por su cuenta, todos los materiales y mano de obra necesarios para terminar el edificio, de acuerdo con los planos principales ya preparados o terminándolos y modificándolos a. medida que las obras se vayan realizando ; a hacer y someter a la aprobación del señor Secretario de Obras Públicas lo» modelos y detalles que se requieran y a utilizar los ingenieros, arquitectos y artistas que sean necesarios, cediendo gratuitamente el uso de toda su planta de fabricación, consistente en mezcladoras de concreto, torres de acero, grúas, bombas, máquinas, sierras, etc., las cuales deberán ser mantenidas en buen estado y operadas a cargo de la obra,
En correspondencia a la obligación contenida en el párrafo anterior, la firma que represento deberá ser reembolsada del importe total de los costos y gastos, más un diez por ciento (10%) en concepto de compensación por sus servicios; pudiendo el Gobierno supervisar, inspeccionar o de cualquier otra. manera comprobar constantemente el costo y calidad de los materiales y trabajos.
La firma que represento pagará todos los costos y gastos con sus recursos propios, estando
financiada por un Banco local, que está dispuesto a respaldarla en la forma que sea necesaria, pudiendo ser éste pagado con el importe del impuesto del 1/4% (un cuarto por ciento) que dicho Banco tiene que pagar, de acuerdo con el Artículo XVII de la Ley de Obras Públicas de 25 de julio de 1925, a medida que se vaya ocasionando, lo cual hará que el plazo para pagar el Gobierno fluctúe entre seis o diez anos según el monto total de las obras, a no ser que se considere mejor pagar en un plazo de tiempo más corto o en otra forma igualmente aceptable.
Como usted observará, se trata de una proposición extraordinariamente ventajosa para el Estado, que se hace en un terreno de cooperación y simpatía a la grandiosa obra que viene usted desarrollando y en atención al magnífico crédito de que goza su Gobierno.
Rogándole se sirva concederme una audiencia dentro de la brevedad que el asunto requiere y sus ocupadísimas atenciones le permitan, a fin de concurrir con mi letrado consultor y cambiar impresiones sobre la viabilidad y realización de este proyecto, quedo de usted con la mayor consideración,
PURDY AND HENDERSON COMPANY
(fdo.) L. E. Brownson,
Presidente.
Más tarde el Secretario de Obras Públicas sometió a la consideración del Sr. Presidente de la República el siguiente informe, que fue aprobado por éste en su totalidad:
Re: Palacio del Congreso.
Informe del Secretario de Otras Públicas al Honorable Sr. Presidente de la República:
En relación con la construcción del edificio destinado a Capitolio o Palacio del Congreso de la Repú- blica, tengo el honor de exponer a usted los hechos y antecedentes más importantes que deben ser conside- rados, y las resoluciones que a mi juicio debe adoptar el Gobierno.
Hechos y antecedentes
- —Por ley de 20 de julio de 1910 se dispuso permutar terrenos y edificios del Arsenal comprendidos entre los Almacenes de San José, los terrenos mismos del Arsenal ocupados por The Havana Central R. R. Co., el litoral y la calle de Factoría, por los terrenos y edificios de Villanueva, pertenecientes a los Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada.
- —Por Ley de 22 de julio de 1910 se autorizó al Poder Ejecutivo para disponer de un crédito de
$1.000,000.00 en la edificación del Palacio Presidencial que habría de construirse en los referidos terrenos de Villanueva, convocándose a un concurso internacional con el fin de obtener la presentación de planos y proyectos para su construcción.
- —Por Decreto Presidencial número 661 de 27 de julio de 1910, fue creada de acuerdo con la Ley de 22 de julio de 1910 una comisión para redactar las bases del concurso, compuesta por el Secretario áe Obras Públicas, como Presidente, y del Ingeniero Jefe del Negociado de Construcciones Civiles y Militares como Secretario, actuando como vocales el Ingeniero Jefe de la Ciudad, el Ingeniero Jefe Director de In- geniería Sanitaria Nacional, el Catedrático Titular de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional (Cátedra F), el director de la Escuela de Escultura y Pintura y el Jefe del Negociado de Bellas Artes.
- —En el Decreto Presidencial número 913 de 29 de septiembre de 1910 fue aprobado el informe de la Comisión, publicándose las bases del Concurso Internacional, conforme a lo dispuesto en el Decreto 661 antes citado.
- —Por Decreto Presidencial número 740 de 7 de agosto de 1911, fue aprobado el informe del Tribunal Técnico del Concurso de Proyectos para construir un Palacio Presidencial en los terrenos de Villanueva, adjudicándose la subasta.
- —Por contrato de fecha 5 de enero de 1912, celebrado por la Secretaría de Obras Públicas con los señores Eugenio Rayneri y Sorentino y Eugenio Rayneri y Piedra, quedaron éstos encargados de la cons- trucción del Palacio Presidencial, comenzándose las obras en los referidos terrenos de Villanueva.
- —Por Decreto Presidencial número 520 de 10 de mayo de 1913, se arrendó al Francisco Bandín y Mignes el edificio en que había estado el Almacén de Cargas, situado en los terrenos de Villanueva, mientras durasen las obras del Palacio que se estaba construyendo en dichos terrenos.
- —Por Ley de 28 de febrero de 1914, se concedió otro crédito de $1.000,000.00 para construir la residencia de ambos Cuerpos Colegisladores, disponiendo que dicha cantidad se invirtiera por anualidades de $200,000.00 consignadas en el presupuesto correspondiente a cada año y se nombró una Comisión com- puesta por los Presidentes del Senado, el Secretario de la Cámara y el Secretario del Senado, cuya comisión habría de determinar en el terreno del Estado en que se erigiría el edificio y recibir el proyecto que se habría de seguir.
- —Por ley de 2 de julio de 1914 se derogaron las Leyes de 22 de julio de 1910 en la parte que se refería a la construcción del Palacio Presidencial en los antiguos terrenos de Villanueva y la de 28 de febrero de 1914, concediendo un crédito de $1.000,000.00 para construcción del edificio destinado a Congreso, dis- poniéndole en el artículo 2°, que el edificio destinado al Congreso se terminaría aprovechando las obras de fábrica existentes en los terrenos de Villanueva, valuadas en uno $700,000/00 aproximadamente y .crédito de $1.000,000.00 que se votó a ese fin.
- —Por Resolución Presidencial de 20 de julio de 1914 se declaró sin lugar la alzada interpuesta por los señores Eugenio Rayneri y Sorentino y Eugenio Rayneri y Piedra, contra resolución de la Secretaría de Obras Públicas que suspendió las obras del Palacio Presidencial y dispuso la edificación del Palacio del Congreso en los terrenos de Villanueva.
- —Por Resolución del Honorable Sr. Presidente de la República de 22 de noviembre de 1916, fue declarada nula la primera subasta efectuada para ejecutar las obras del Palacio del Congreso, celebrada en 7 de noviembre de 1916.
- —Por Resolución Presidencial de 4 de noviembre de 1917, le fue adjudicada a la Compañía La Nacional, Sociedad Constructora, la continuación de las obras del Congreso conforme la subasta celebrada por segunda vez en 25 de octubre del propio año, habiendo sido adjudicada por la cantidad de
$2.006,380.00, contratándose solamente obras que no excedieran de la cantidad de $1.000,000.00 por no existir más créditos disponibles.
- —Por consecuencia de las huelgas constantes, petición de aumentos de precios por los contratistas, subidas de jornales y materiales, fueron paralizadas las obras en abril de 1919.
- —Por Decreto del Sr, Secretario de Obras Públicas de 21 de octubre de 1921, fue rescindido el contrato celebrado con la Compañía La Nacional, Sociedad Constructora, para la construcción del Palacio del Congreso.
- —Por informe número 406 del Negociado de Construcciones Civiles y Militares, de la Secretaría de Obras Públicas, de 5 de octubre de 1922 que acompaña las últimas certificaciones de obras, resultan eje- cutadas por valor de $459,127.76 según el contrato original y además $243,860.42 de carácter extraordi- narias no incluidas en el contrato, que hacen un total de $702,988.18.
- —Por resolución número 12436 de la Comisión de Examen y Calificación de Adeudos del Estado, se dispuso el pago de $250,000.00 a la Compañía La Nacional, Sociedad Constructora, contratista de las obras del Congreso por concepto de 10% retenido, valor de obras ejecutadas y no pagadas, importe de los materiales acopiados, plantas y herramientas que existían en las obras. Dicha resolución es de fecha 29 de noviembre de 1923.
- —Por Decreto del Honorable señor Presidente de la República, de 29 de agosto de 1925, se ordenó el desalojo de los terrenos de Villanueva ocupados por distintos particulares que explotaban distintos espectáculos bajo el nombre de Havana Park, Galathea, y otras denominaciones, y en septiembre del propio año se concedió un crédito de $10,000.00 con destina a las obras de demolición de la parte deteriorada de la fábrica existente en dichos terrenos, cuyas obras se están ejecutando.
- —Por orden de esta Secretaría los señores Eugenio Rayneri y Raúl Otero, Ingenieros del Departa- mento, presentaron un informe en 21 de noviembre de 1925, donde manifestaban clara y sinceramente los defectos de que adolece el nuevo proyecto presentado, estimando dichos señores que es necesario introducir reformas en el mismo tanto en su distribución como en sus proporciones y ornamentación y redactar una memoria, estado de dimensiones y presupuestos del mismo que no fueron acompañados, lo cual tomaría más de seis meses en completarse.
La situación que en relación con el edificio del Capitolio encontró este Gobierno al asumir al Poder el 20 de mayo de 1925 no puede haber sido más desastrosa; invertidos cerca de $1.800,000.00 en unas obras, cuyos planos han sido totalmente alterados y cuyo valor intrínseco apenas llega a $600,000.00, contraído el
compromiso de celebrar la Sexta Conferencia Internacional Americana y decidido por el anterior Gobierno que las reuniones de dicha Conferencia se habrían de efectuar en el Palacio del Congreso, con las obras totalmente paralizadas y convertidos los terrenos de Villanueva en un parque de diversiones con numerosos espectáculos que ni pagaban rentas y en depósito de trastos e inmundicias de la propia Secretaría de Obras Públicas, mientras el tiempo y los elementos iban estropeando los que se ha hecho.
Uno de los primeros actos que usted tuvo la bondad de sancionar fue el desalojo de esos terrenos, la destrucción de sus vallas antiestéticas y la remisión de los trastos inservibles que allí se habían amontonado, volándose al propio tiempo la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925, en cuyo artículo VIII se esta- tuye que «en la Capital de la República, el Ejecutivo Nacional procederá al estudio y ejecución de un plan de engrandecimiento, ensanche y embellecimiento, incluyendo la construcción de los edificios que requieren las necesidades del Estado, del ornato público, especialmente los grandes edificios destinados a la instalación del «Poder Legislativo, Judicial, Biblioteca y Museo» al par que el artículo III en su número 6 del epígrafe «Construcciones Civiles especifica que se procederá a la «construcción de un edificio para Capitolio de la República en los terrenos de Villanueva».
- —Como se ve no son sólo las necesidades de dotar al Congreso de un alojamiento adecuado, y de propender al embellecimiento de nuestra capital con un edificio monumental las que nos llevan a recomen- dar a usted la construcción inmediata del Palacio del Congreso, sino la conveniencia de empezar cuanto an- tes a transformar en realidad el Plan de Obras Públicas, y la imperiosa contingencia de tener que preparar el local de la VI Conferencia Pan-americana que lo ha de ocupar por vez primera.
Uno de los triunfos más brillantes obtenidos por la Delegación Cubana en la Quinta Conferencia Internacional Americana celebrada en Santiago de Chile en la primavera de 1923, fue lograr, después de habilidosos trabajos, que la ciudad de la Habana fuese escogida como sede de la Sexta Conferencia. El triunfo no fue fácil; hubo que vencer el deseo de Uruguay de que fuese Montevideo el lugar señalado, lográndose el éxito cubano sólo al obtener de la Conferencia que recomendase la capital sureña para sede de la Séptima Conferencia,
La Conferencia de Chile al señalar como sede la Sexta reunión en la ciudad de la Habana, recomendó al Gobierno Cubano y al Consejo de la Unión Panamericana, en su sesión del 1° de mayo de 1923, que la próxima conferencia se reuniese lo más pronto posible y, en todo caso, dentro del período de cinco años siguientes a la clausura de la Conferencia de Santiago de Chile, transformándose la asamblea en un bello torneo oratorio, en que todos los delegados expresaron su expectación por reunirse en nuestra capital, declarando en su discurso el Delegado del Uruguay que, «ciertamente cualquier capital de nación americana es digna del honor insigne que se discernía a la Habana, pero a esta Isla de Cuba florida y con proa al Oriente, orgullo de sus hijos, fuertes luchadores, idealistas y nobles, más que otra alguna en este instante es digna de la consagración que significa el voto unánime de la Conferencia».
El Consejo Directivo de la Unión Panamericana, de acuerdo con el Gobierno de Cuba, ha señalado el día 16 de enero de 1928, para inaugurar la Sexta Conferencia Internacional Americana en la Habana, coincidiendo la fecha de sus sesiones con la temporada del turismo, lo cual si se sabe aprovechar, transformará a la Habana en el centro del mundo durante dos o tres meses.
Considerando el Honorable Sr. Presidente que esa reunión memorable constituye en realidad la consagración internacional de Cuba y teniendo en cuenta la significación trascendental que para el Gobierno representa esta maravillosa oportunidad que no ha tenido antes, ni tendrá después, ningún otro Presidente de Cuba para presentar a la representación de las 21 naciones de América y a la representación diplomática del resto del mundo nuestra obra administrativa y los progresos de la civilización cubana, he llegado a la convicción de que es necesario adoptar una resolución urgente, de carácter extraordinario, que nos permita tener terminado el Palacio del Congreso para el año 1928.
- —La conferencia de la Habana necesita un lugar conveniente para celebrar sus sesiones y aloja- miento adecuado para las delegaciones que han de concurrir a las mismas.
Si se tiene en cuenta que a la Conferencia de Chile concurrieron 58 personas entre delegados, asesores y secretarios y que es costumbre que asistan a las sesiones plenarias los congresistas del país en que la Conferencia se celebre, que en Cuba son 139 entre Senadores y Representantes, hay que convenir que el hemiciclo en que se efectúen las sesiones plenarias tiene que ser realmente monumental.
Además, la Conferencia de La Habana, que promete ser la más brillante de todas por la índole de los asuntos pendientes y porque es casi seguro que no deje de asistir ninguna, nación americana, tiene que su- ministrar un lugar para reunirse independientemente, para discutir entre sí, lo cual significa que hay que preparar 21 pequeñas salas de conferencias.
Por otra parte, la Conferencia se fracciona en diversas Comisiones formadas por un Delegado por lo menos, por cada nación, que en Chile fueron ocho, pero que en Cuba pueden ser más, las cuales necesitan igualmente un local separado para sus deliberaciones, de tamaño regular, haciendo un total de ocho grandes salones, por lo menos. .
Claro está que repartiendo esos locales entre distintos públicos y privados existentes, se remedia la necesidad. Pero esta medida que haría un pésimo efecto entre los visitantes por la fama, de rica que tiene Cuba, tiene además el grave inconveniente de la distancia que haría casi imposible el funcionamiento de la Conferencia, o por lo menos extraordinariamente molesto para los visitantes, que estarían corriendo de un lado para otro.
El Gobierno de Chile facilitó su Palacio Legislativo para la última Conferencia, como habían hecho anteriormente casi todas las naciones que fueron sede de las otras conferencias, pues teniendo un solo edi- ficio la sala de las sesiones plenarias, las salas de las delegaciones y los salones de las comisiones, la Con- ferencia se efectuó con la comodidad y el lujo inherentes a su categoría.
- —Parece ciertamente que si no se toma alguna medida extraordinaria, el Capitolio no estará listo para esa fecha, teniéndose la impresión de que acaso estaría solo a medias.
Toda obra monumental necesita, además de los planos generales de cimentación, distribución y fachadas, una cantidad tan grande de planos de ejecución y de detalles qué casi siempre fluctúa entre 200 y 300; pues bien, estos últimos planos, a pesar de mis esfuerzos, no se han podido comenzar todavía, encon- trándose incompletos algunos de los planos generales.
La proyección de estos planos constituye el trabajo más delicado y la mayor responsabilidad, pues de ellos depende la grandeza o mediocridad arquitectónica del edificio. No se puede por tanto apremiar este trabajo sin cuya completación no es posible anunciar una subasta en la forma corriente. Su terminación puede llevar dos o seis meses, según el grado de adelanto que se haga, pero de todos modos significa un retraso extraordinario que puede impedir la inauguración del Palacio del Congreso en enero de 1928, siendo el único remedio irlos haciendo mientras se construyen las partes del edificio que ya los tienen.
- —En esas circunstancias ha recibido usted al mismo tiempo que yo, una proposición de fecha 5 de diciembre de 1925 de la casa Purdy and Henderson Co., prestigiosa firma de Ingenieros, Arquitectos y Contratistas establecidos en Cuba desde 1901, que ha edificado .casi todos los grandes edificios de la Ha- bana, pero que nunca se había considerado suficientemente garantizada para contratar con los Gobiernos anteriores, en cuya proposición los señores Purdy and Henderson Co., se comprometen a comenzar la:
«construcción del Capitolio dentro de una semana y a trabajar día y noche si fuera necesario, a fin de entregarlo terminado, decorado y amueblado, listo para ser ocupado en Diciembre de 1927, siempre que las obras comiencen dentro de sesenta días a contar de la fecha de su proposición, corriendo por su cuenta todos los materiales y mano de obra. necesarios para terminar el edificio de acuerdo con los planos principales ya preparados, o terminándolos y modificándolos a medida que las, obras se vayan realizando; a hacer y someter a la aprobación mía los modelos y detalles que se requieran y a utilizar los ingenieros, arquitectos, artistas que sean necesarios, cediendo gratuitamente el uso de toda su planta de fabricación, consistente en mezcladoras de concreto, torres de acero, grúas, bombas, máquinas, sierras, etc., las cuales deberán ser mantenidas en buen estado y operadas a cargo de la obra.
En correspondencia a la obligación contenida en el párrafo anterior, dicha firma que pide ser reembolsada del importe total de los costos y gastos, más un diez por ciento (10%) en concepto de compensación por sus servicios pudiendo el Gobierno supervisar, inspeccionar o de cualquier otra manera comprobar constantemente el costo y calidad de los materiales y trabajos.
Dicha, firma propuso pagar todos los costos y gastos con sus recursos propios, estando fi- nanciada por un Banco local, que está dispuesto a respaldarla en la forma que sea necesario, pidiendo ser éste pagado con el importe del impuesto del 1/4% (un cuarto por ciento) que dicho Banco tiene que pagar de acuerdo con el Artículo XVII de la Ley de Obras Públicas de 25 de julio de 1925, a medida que se vaya ocasionando.»
Como usted comprenderá no es posible complacer a la firma Purdy and Henderson Co., a pesar de su gran solvencia y prestigio, pues el Artículo X de la Ley de 15 de julio de 1925, determina de modo expreso que las obras han de hacerse precisamente por medio de subastas, no siendo conveniente por otra parte efectuar de modo especial, principal y separado uno de los impuestos creados por dicha Ley, porque pudiera perjudicar dicha separación en el mañana algún plan de financiamiento general.
En ese sentido se ha tratado de planear un sistema general de financiamiento, común a todas las obras
del Estado, que permitiese contratar y realizar en cuatro años todas las que pudiesen cubrirse con el producto de los impuestos hasta el 15 de julio de 1935; es decir, inyectar en el país en lo que queda de nuestro período de Gobierno el capital levantado por los contratistas en sus Bancos con la garantía para éstos, por parte del Gobierno, de pagar el importe de las obras en diez años, a razón de un 10% cada año; más el 67o de interés sobre las cantidades aplazadas.
Este sistema aceptado en cuanto a cantidades, plazo y garantías, ha tropezado sin embargo, con un serio obstáculo en el certificado de obra, que ningún banquero considera, tal vez con razón, que sea un papel negociable, sino un simple documento entre el Estado y el contratista por una cantidad alzada, que no es susceptible de transferencia ni negociación.
Sabido es que los bancos nunca prestan su propio dinero, sino que lo adelantan reembolsándose en seguida con el producto de la venta del papel negociable — bonos, certificados, etc. — entre sus clientes o en mercado abierto. No ha sido posible hasta hoy llegar a un acuerdo sobre este importante extremo, y como el tiempo pasa y no es posible llegar a una inteligencia con los banqueros bajo la presión de la urgencia de la construcción del Palacio del Congreso, que tiene que estar terminado de cualquier manera para el 1° de enero de 1928, me permito indicar a usted la necesidad de sacar a subasta inmediatamente la edificación del referido Palacio pagando su importe a medida que se vaya construyendo, con lo cual se demostrará a todo el mundo que este Gobierno sabe afrontar y resolver cualquier situación por difícil que ésta sea, sin rendirse ante los que creen tener la clave del financiamiento general de las obras; sin perjuicio de continuar estudiando — como lo estoy haciendo — y de informar a usted con toda amplitud próximamente sobre el financiamiento general de las obras y la distribución de las cantidades qué forman el Fondo Especial de Obras Públicas.
El inconveniente de pagar al contado se compensa al menos con el ahorro de los intereses, que. en este caso serían una $800,000.00 y con el efecto que en lis banqueros y en la opinión pública podrá producir la decisión de ir haciendo las obras a medida que sea posible pagarlas con el dinero en Cuba, antes que ple- garnos a las exigencias más o menos justificadas de los profesionales del dinero.
Preferible, desde luego, sería contratar y realizar en los años de nuestro gobierno todas las obras prin- cipales y pagarlas en diez años de plazo, pero ante la imposibilidad de hacerlo en este instante, y el riesgo de dejar sin local la Sexta Conferencia Internacional Americana, no veo más camino que el que tengo el honor de someter a su consideración, más ampliamente expuesto en el Proyecto de Decreto adjunto.
Resolución que se propone
24.—En vista de la imperiosa necesidad de tener completamente terminado el Capitolio para el día 16 de enero de 1928, y de la imposibilidad de contratar la obra por un precio alzado por la carencia de planos definitivos detallados y de especificaciones, deseando esta Secretaría alcanzar una fórmula práctica e inme- diata que resuelva la situación planteada, he llegado a la conclusión de que lo conveniente es realizar la obra inmediatamente, sacándola a subasta, de acuerdo con las siguientes bases:
«A» Presupueste de las obras: El importe de la estructura arquitectónica no excederá de ($3.000,000) TRES MILLONES DE PESOS MONEDA OFICIAL empleándose además hasta la cantidad de ($500,000) QUINIENTOS MIL PESOS MONEDA OFICIAL, en el mueblaje del mismo, no pudiendo por ningún concepto invertirse en esta obra mayor cantidad que la presupuestada para estas atenciones.
«B» Tiempo para su ejecución: El contratista queda obligado a comenzar las obras dentro de los cinco días siguientes a la firma del contrato y a entregar el edificio completamente decorado y amueblado, listo para que lo ocupe el Gobierno de la República de Cuba, antes de las 12 meridiano del día primero de enero de 1928.
«C» Penalidad por demora: En caso de que el contratista no entregue el edificio en la forma y fecha estipuladas en la base anterior, pagará una multa de ($1,000.00) MIL PESOS MONEDA OFICIAL por cada día de demora después de esa fecha, no estando obligado el Estado a pagar al contratista cantidad alguna por el adelanto en la entrega del edificio.
«D» Forma de contratación: Las obras se realizarán por contrata, debiendo el contratista aprontar los fondos que sean necesarios para la adquisición de materiales y pago de jornales y servicios de todas clases, cuyos fondos en modo alguno podrán exceder de la cantidad presupuestada en la base «A», quedando obligado a llevar una contabilidad analítica, independiente y separada de esta obra, de acuerdo con las reglas, que convenga con la Secretaría de Obras Públicas, que podrá inspeccionar y comprobar en todo tiempo no sólo la clase y costo de los materiales y el importe de los trabajos y servicios efectuad )B, sino
también las operaciones de contabilidad, las cuales serán revisadas y certificadas trimestralmente por un contador público designado libremente por la Secretaría de Obras Públicas.
El contratista queda obligado a realizar la obra desde la preparación de los planos que sean necesarios hasta la ejecución de todos los detalles a cuyo fin la Secretaría de Obras Públicas pondrá a su disposición los locales, instrumentos y personal necesarios, bajo la dirección artística de un arquitecto designado libremente por la Secretaría de Obras Públicas y la dirección técnica de un ingeniero 0 arquitecto que será la única persona que la representará en la inspección de las obras.
La realización de la obra bajo el citado procedimiento deberá hacerse de modo que por ningún con- cepto, su costo, comprendiendo servicios, material y cualquier otro gasto que tenga que pagar el Estado, excepto el beneficio de los contratistas, exceda del presupuesto límite fijado en la letra «A».
Una vez aprobados los planos por el Director Artístico serán considerados como definitivos y se pro- cederá a su ejecución, sin que puedan modificarse sino de acuerdo con el contratista.
Todo el personal subalterno a que se refiere el párrafo segundo de este apartado, aunque dependiente de la Secretaría de Obras Públicas, se considerará en comisión a las órdenes exclusivas del contratista.
«E» Utilidad del contratista: El contratista recibirá como compensación a ganancias por sus trabajos o servicios el (10%) DIEZ POR CIENTO del importe total del capital invertido en la construcción del edificio y el (3%) TRES POR CIENTO del importe del mobilario.
«E» Reintegro de pago: El Estado pagará al contratista mensualmente las cantidades que hubiese desembolsado o devengado de acuerdo con las bases «A», «D» y «O» en la forma y con los requisitos que se fijen en el contrato correspondiente.
«G» Crédito y garantía para el pago: Los pagos a que se refieren las cláusulas anteriores se harán con cargo al Fondo Especial de -Obras Públicas, creado por la Ley de 15 de julio de 192.5, en garantía de cuyos pagos el contrato se celebrará mediante escritura pública a que concurrirán en representación del Estado y a fin de obligarlo, los señores Secretarios de Obras Públicas y Hacienda, certificando este último la capacidad financiera del Estado para obligarse de este modo, afectando una parte proporcional del referido fondo en garantía del pago de estas obligaciones, de manera que no pueda disponerse de ella para otro objeto mientras no estén totalmente pagadas las obligaciones garantizadas, y estipulando los demás pactos y condiciones que se consideren convenientes para el mejor cumplimiento del contrato por ambas partes.
«H» Garantías del Contratista: Cada lidiador entregará con su proposición una fianza por valor de ($100,000,00) CIEN MIL PESOS MONEDA OFICIAL, para responder a la celebración del contrato sise le adjudica la subasta, pudiendo constituirse dicha fianza en efectivo, bonos del Estado o cheques. certificados del Banco miembro del Clearing House de la Habana.
El que resulte adjudicatario, otorgará en el momento de firmarse el contrato una fianza de ($200,000:00) DOSCIENTOS MIL PESOS MONEDA OFICIAL, constituida en la forma antes mencionada para responder al cumplimiento de dicho contrato.
Además de esta garantía pudra deducir al contratista, al abonarle cada liquidación mensual hasta el (10%) DIEZ POR CIENTO del importe de la misma por el Estado en la forma y momento que se determine en el contrato.
Estimo, Honorable Sr. Presidente, -que un contrato sobre las bases anteriores, no sólo pondría inmediatamente en marcha el plan de embellecimiento de la Habana, sino que proporcionaría el edificio adecuado para nuestro Congreso y la Sexta Conferencia Internacional Americana, construyéndose y amueblándose en dos años con un costo aproximado de $3.000,000.00 el edificio y $500,000,00 el mobiliario (reembolsable esta última cantidad del Fondo Especial de Obras Públicas) más adelante por una Ley especial del Congreso, en contraste con el hecho de que en anteriores épocas se ha. invertido más de la mitad de esa suma y diez y seis años sin resultados prácticos de ningún género.
La terminación de esta obra en el término de 22 meses por el precio aproximado de $3.500,000.00 sin estar todavía completamente terminado ninguno de los planos fundamentales constituye un verdadero es- fuerzo para la Secretaría de Obras Públicas, si se tiene en cuenta las grandes modificaciones que se han introducido en el primitivo proyecto para ponerlo a tono con la importancia de los cuerpos que lo van a ocupar y el prestigio de la República de Cuba.
El antiguo proyecto, primitivamente ideado para Palacio Presidencial y modificado para Palacio del Congreso adolecía de tan graves defectos arquitectónicos, que casi ha sido rehecho totalmente aunque aprovechando lo más posible la edificación realizada, a fin de dotar al Palacio Legislativo de locales apro- piados para las presidencias, comisiones y oficinas de ambos cuerpos colegisladores de que antes carecía casi totalmente. Ahora se agregan dos grandes construcciones en cada ala del edificio, una columnata de
bellísimas proporciones y una cúpula monumental de gran riqueza arquitectónica que han concebido con exquisito acierto los Arquitectos del Departamento.
Esto aumentó notablemente el área de construcción. y naturalmente, el costo, pero no puede prescindirse de ello si queremos que nuestro Palacio del Congreso sea motivo de admiración para propios y extraños, más que signo de incapacidad y mal gusto.
Por otra parte los cálculos de los costos hechos en épocas anteriores están tan reñidos en los precios actuales, que sólo recorriéndolos unidad por unidad, como ha hecho el que suscribe, es que puede uno darse
- cuenta de la diferencia enorme en el precio de ejecución dé trabajos de esta clase. Y si a esto se agrega el hecho de tener que trabajar 16 horas diarias, comprar materiales con fechas anticipadas de entrega, se comprenderá por qué se ha calculado el costo del nuevo Palacio del Congreso en la cantidad que antes se ha mencionado, y que nos demos por satisfechos de que esté terminado el 1° de enero de 1928, aunque luego sea necesario que el Congreso vote algún crédito adicional para terminar con calma la obra de ornamenta- ción imposible de realizar en el tiempo disponible.
La diferencia que apuntamos entre el presupuesto de 1917 y el aproximado actual sale a la vista con solo tomar algunos aspectos de la cuestión, como vemos a reglón seguido:
- —Diferencia de precio: Comenzando con los trabajos en piedra de Capellanía, en el presupuesto de 1917 hay consignados nada más que $350,000.00 y sin contar con los trabajos ya realizados se estima en unos $625,000.00 el importe de los que aún faltan por ejecutar.
Los pisos de mármol calculados a razón de $7.00 por metro cuadrado, no deben por la índole del edificio equipararse con los de construcciones de categoría ínfima y aun dudamos que actualmente pueda conseguirse mármol de la peor calidad a un precio unitario tan bajo.
Referente a las obras de carpintería, especifica uno de los capítulos «de persianas incluyendo jambas, derrames, vidrios y herrajes de bronce a razón de $13.20 metro cuadrado». Actualmente y deduciendo lo que no puede considerarse como metro cuadrado de esta clase de carpintería, vestiduras, jambas, vidrios y he- rrajes, el precio unitario no puede considerarse inferior a $20.00.
En ideáticas condiciones se halla en lo que a aumento de precio se refiere, el 80% prácticamente de los conceptos enumerados en el primitivo presupuesto, pues exceptuando los muros, instalación eléctrica y alguna, otra cosa aislada, en los restantes puede decirse que la diferencia actual es de 100% mayor que la considerada en 1917.
- —Volumen de otra a ejecutar: En las necesarias modificaciones para aumentar la magnificencia del edificio, se han introducido mejoras notables en el diseño, tales como la escalinata de honor, puerta co- chera, cúpula, cuerpos laterales, columnatas, etc., para los que no se tomaron con anterioridad las debidas consideraciones, pues mientras se asignaban para la escalinata solamente $9,800.00 se advierte que el nuevo estudio de ésta y la cúpula, adquieren proporciones colosales, mientras la puerta cochera y cuerpos laterales en las cuatro esquinas serán obras a ejecutar no consideradas en el presupuesto antiguo, con el consiguiente aumento .
- —Belleza en el acabado: Se nota en el presupuesto antiguo que para locales de gran importancia, como la gran Sala de Pasos Perdidos, en que se indica piso de mármol, el pie sanitario se calculó de La combinación es tan absurda que no necesita comentarios.
Igual sucede con los principales salones, en los cuales se proyectaron zócalos y ornamentaciones de «scagliola» que sólo se usa en obras de imitación y no en trabajos de primera clase como ésta en que el mármol de la mejor condición es el único que puede usarse.
No es posible, como se ve, pretender que el presupuesto actual sea una cantidad fija e inmutable; lo que deseamos es que el Palacio del Congreso quede completamente terminado en su parte arquitectónica y amueblado, para que lo pueda ocupar la Sexta Conferencia Internacional Americana en enero de 1928. La terminación de algunos detalles, el aumento de su riqueza artística, el complemento de la decoración puede realizarse más adelante votando el Congreso los créditos que sean necesarios, aunque desde luego, nunca serán por grandes cantidades.
En cambio, el dinero para la terminación de la estructura arquitectónica que deberá estar terminada en enero de 1928 se tomará del fondo especial de Obras Públicas, toda vez que se trata de un edificio que ha de destinarse al alojamiento del Congreso de la República y al propio tiempo contribuirá por su carácter monumental al embellecimiento de la Capital.
Por lo .expuesto, el que suscribe propone la firma del correspondiente Decreto convocando a la subasta del Palacio del Congreso, de acuerdo con las bases antes mencionadas, así como también para designar un Tribunal compuesto por los Secretarios de la Presidencia y Hacienda, el que suscribe, el Senador
señor Alberto Barreras y Fernández, un miembro de la Cámara de Representantes, el Presidente del Clearing House, y un Arquitecto designado libremente por el Secretario de Obras Públicas, que adjudique la subasta al licitador que considere más conveniente para los intereses del Estado.
Usted, no obstante, resolverá.
De usted con la mayor consideración.
Aprobado:
(Fdo.) Gerardo Machado, Presidente de la. República.
(Fdo.) Carlos Miguel de Céspedes, .Secretario de Obras Públicas,.
Y en 18 de enero de 1926, fue publicado en la Gaceta Oficial el Decreto número 69 que transcribimos:
«POR CUANTO: La Quinta Conferencia Internacional Americana celebrada en Santiago de Chile en 1923 acordó por unanimidad designar a la ciudad de la Habana como sede de la Sexta Conferencia, manifestándose por la Delegación de Uruguay que, «si bien cualquier capital americana es digna del honor insigne que se ha discernido a la Habana, es a la República de Cuba, por la condición especial de sus hijos fuertes, luchadores, idealistas y nobles, a la que corresponde más que a otra en este instante, la consagración que significa el voto unánime de 1a, Conferencia».
«POR CUANTO: El Consejo directivo de la Unión Panamericana de acuerdo con el Gobierno de la República de Cuba ha señalado el día 16 de enero de 1928, para inaugurar en la ciudad de la Habana la Sexta Conferencia Internacional Americana.
«POR CUANTO: Dada la importancia de esta reunión y la especial situación geografica de Cuba, es de esperarse que concurran a las deliberaciones de dicha Conferencia las delegaciones de todos los, países que componen el continente americano, por cuya razón si se tiene en cuenta que a la Conferencia de Chile asistieron 18 delegaciones con un personal oficial de 158 personas entre delegados, asesores y Secretarios y que es costumbre que asistan a las sesiones plenarias los Congresistas del país en que la Conferencia se celebre, resulta, indispensable que el hemiciclo en que se efectúen las. sesiones plenarias, tenga grandes proporciones.
«POR CUANTO: Es necesario proveer a la Conferencia de varias salas pequeñas para reunión de las diversas Delegaciones y algunos grandes locales para las sesiones de las. comisiones, no siendo posible repartir esos locales en distintos edificios públicos y privados, porque esta medida, aparte de que no habría de producir buen efecto entre nuestros huéspedes, tendría además el grave inconveniente de distanciar grandemente los distintos órganos de la Conferencia, dificultando su funcionamiento.
«POR CUANTO: Otros, países en que anteriormente se han celebrado las Conferencias Internacionales Americanas han cedido para este fin sus Palacios Legislativos, toda vez que tratándose de edificios construidos especialmente para alojar cuerpos deliberantes tienen en un mismo lugar grandes salas para sesiones plenarias, salones para las comisiones y otros locales para las demás funciones deliberativas, con la cual la Conferencia puede celebrarse con la comodidad y el lujo inherente a su categoría.
«POR CUANTO: Habiendo empezado a construirse en la ciudad de La Habana un edificio destinado a Palacio Legislativo cuyas obras se encuentran paralizadas desde hace tiempo con motivo de los diversos errores cometidos en su fabricación y especificando el artículo VIII de la Ley de 15 de julio de 1925, conocida con el nombre de la Ley de Obras Publicas que «en la Capital de la República el Ejecutivo Nacional procederá al estudio y ejecución de un plan de engrandecimiento, ensanche y embellecimiento, incluyendo la construcción de los edificios que requieren las necesidades del estado de ornato público, espe- cialmente los grandes edificios destinados a la instalación del Poder Legislativo, Judicial, Biblioteca y Museo», viene obligado el Gobierno de modo preferente a la terminación del Palacio del Congreso.
«POR CUANTO: De acuerdo con el artículo I de la Ley antes mencionada se declaran de utilidad pública todas las obras comprendidas en el programa que dicha Ley contiene y desarrolla en los artículos siguientes, especificándose en el número seis del epígrafe de «Construcciones Civiles» del artículo III correspondiente a la provincia de la Habana, la construcción de un edificio para. Capitolio de la República
en los terrenos de Villanueva.
«POR CUANTO: De acuerdo con el párrafo primero del artículo I de la propia Ley las obras anteriormente relacionadas y cualesquiera otras que el Ejecutivo Nacional estime de conveniencia pública, se realizarán cumpliendo siempre con el requisito de previa subasta, en las oportunidades que dicho Ejecutivo crea procedente, procurando que las de más importancia y necesidad queden ejecutadas dentro del término de cuatro años».
«POR CUANTO: A las razones de alta política internacional anteriormente expuestas que obligan al gobierno de la República de Cuba a tener el Capitolio completamente decorado y amueblado, listo para ser ocupado por la Sexta Conferencia Internacional Americana el día 16 de enero de 1928, se agregan las del párrafo segundo del artículo X de la referida Ley de Obras Públicas que autoriza al Ejecutivo para adoptar los sistemas y procedimientos que estime eficaces» y «celebrar dentro de esos cuatro años todos los contratos que estime convenientes, siempre que se ajusten para su cumplimiento a las condiciones antes expuestas, aunque los contratos citados tengan que cumplirse con posterioridad a los cuatro años expresados, de un término no mayor de diez años con cargo a los ingresos normales y que produzcan los impuestos autorizados por esta Ley, en cada uno de esos años».
POR CUANTO: Los planos, originales del Capitolio fueron desechados hace tiempo por inservibles, destruyéndose la cúpula que se había construido, sin que haya podido terminarse aún el proyecto definitivo ni determinar qué parte de los cimientos de la; obra pueda aprovecharse en la terminación de la misma a pesar de los minuciosos y activos, estudios realizados por la actual Administración, por lo que la Secretaría de Obras Públicas ha llegado al convencimiento de que si se espera a la terminación del proyecto definitivo con todo su juego de planos y especificaciones para sacar a subasta por un precio alzado la construcción del Capitolio, dicho edificio no sólo resultaría muy costoso, sino que en modo alguno estaría listo para la fecha de inauguración de la Sexta Conferencia Internacional Americana.
POR CUANTO: En virtud de gestiones realizadas por la Secretaría de Obras Públicas cerca de diversas casas contratistas, se obtuvo de Purdy and Henderson Co., contratistas establecidos en Cuba desde el año 1901, que han fabricado un gran número de importantes edificios en el territorio nacional, la oferta formal de construir y terminar totalmente las obras del Capitolio antes del 1° de diciembre de 1927, aceptando pagar la multa que se le señale por cada día de demora, que se les pague el importe total de las obras por la valorización del costo real de las mismas más un 10%, que dicho importe les sea liquidado en diez años, o sea dentro del término fijado por el artículo 10 de la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925, con el interés del 6% anual sobre la cantidad adeudada, si bien solicitaron en reciprocidad, dada la premura del tiempo, que se contratasen las obras directamente con ellos, sin subasta, o que de lo contrario se les reconociese el derecho de tanteo en ella.
POR CUANTO: A pesar del vivo deseo de la Secretaría de Obras Públicas de comenzar inmediatamente la construcción de las más importantes, y de los numerosos ofrecimientos de diversos contratistas para llevarlas a cabo mediante un sistema de pagos aplazados que se vienen estudiando cuidadosamente, resulta inevitable un descuento de tiempo en que en modo alguno puede soportar la construcción del Palacio del Congreso, toda vez que señalado el día 16 de enero de 1928 para la inauguración de la Sexta Conferencia Internacional Americana ha quedado obligada la República de Cuba para con sus hermanos de América a tener listo para esa fecha el referido Palacio, sin que apenas quede tiempo para terminarlo.
POR CUANTO: En virtud de las citadas negociaciones entre la Secretaría de Obras .Públicas y la casa de Purdy and Henderson Co., ésta ha reconocido la imposibilidad legal que , tiene la Administración de hacer un contrato prescindiendo del requisito de subasta, así como tampoco puede otorgársele el derecho de tanteo, pues aparte de que la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925 no lo autoriza, es propósito firme de la actual Administración proceder con la mayor imparcialidad en la contratación de las obras públicas,
.ofreciendo a todos los interesados la misma oportunidad para participar en ellas.
POR TANTO: En uso de las facultades que me confieren la Constitución y las Leyes vigentes, especialmente la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925,
RESUELVO:
PRIMERO: Sacar a subasta por el término de treinta días naturales, la inmediata construcción del Edificio del Capitolio o Palacio del Congreso, en los terrenos de Villanueva, situados en el espacio que limitan el Paseo de Martí, y las calles de San Martín, Raimundo Cabrera y Dragones, en la ciudad de la Ha-
bana, de acuerdo con las siguientes bases:
«A» PRESUPUESTO DE LAS OBRAS:
El importe de la estructura arquitectónica del edificio no excederá de ($3.000,000.00) TRES MILLONES DE PESOS MONEDA OFICIAL, empleándose además hasta la cantidad de ($500,000.00) QUINIENTOS MIL PESOS MONEDA OFICIAL en el mueblaje del mismo, no pudiendo invertirse en esta obra mayor cantidad que la presupuestada para estas atenciones.
«B» TIEMPO PARA SU EJECUCIÓN:
El contratista queda obligado a comenzar las obras dentro de los cinco días siguientes a la firma del contrato y a entregar el edificio completamente terminado, decorado y amueblado, listo para que lo ocupe el Gobierno de la República de Cuba, antes dé las doce meridiano del día primero de enero de 1928.
«C» PENALIDAD POR DEMORA: En caso de que el contratista no entregue el edificio en la forma y fecha estipuladas en la base anterior, pagará una multa de ($1,000.00) MIL PESOS MONEDA OFICIAL por cada día de demora después de esa fecha, no estando obligado el Estado a pagar al contratista cantidad alguna por el adelanto de a entrega del edificio.
«D» FORMA DE CONTRATACIÓN:
Las obras se realizarán por contrata, debiendo el contratista afrontar los fondos que sean necesarios, para la adquisición de materiales y pagos de jornales y servicios de todas clases, cuyos fondos en modo alguno podrán exceder de la cantidad presupuestada en la base «A», quedando obligado a llevar una contabilidad analítica, independiente y separada de esta obra de acuerdo con las reglas que convenga con la Secretaría de Obras Públicas, que podrá inspeccionar y comprobar en todo tiempo no sólo la clase y costo de los materiales y el importe de los trabajos y servicios efectuados, sino también las operaciones de contabilidad, las cuales serán revisadas y certificadas trimestralmente por un contador público designado libremente por la Secretaría de Obras Públicas. El contratista queda obligado a realizar la obra desde la preparación de los planos que sean necesarios hasta la ejecución d<? todos los detalles, a cuyo fin la Secretaría de Obras Públicas pondrá a su disposición los locales, instrumentos y personal necesarios; bajo la dirección artística de un arquitecto designado libremente por la .Secretaría de Obras Públicas y la dirección técnica y económica de un ingeniero o arquitecto, que será la única persona que la representará en la inspección de los obras. La realización de la obra bajo el citado procedimiento deberá hacerse de un modo que por ningún concepto, su costo, comprendiendo servicios, material y cualquier otro gasto que tenga que pagar el Estado excepto el beneficio de los contratistas, exceda del presupuesto límite fijado en la letra «A». Una vez aprobados los planos por el Director Artístico, serán considerados como definitivos y se procederá a su ejecución sin que puedan modificarse sino de acuerdo con el contratista. Todo el personal subalterno a que se refiere el párrafo segundo de este apartado,, aunque dependiente de la Secretaría de Obras Públicas, se considerará en comisión a las órdenes exclusivas del contratista.
«E» UTILIDAD DEL CONTRATISTA:
El contratista recibirá como compensación o ganancia por sus trabajos o servicios, el 10% DIEZ POR CIENTO, del importe total del capital invertido en la construcción del edificio y el 3%, TRES POR CIENTO del importe del mobiliario.
«F» REINTEGRO Y PAGO: El Estado pagará al Contratista mensualmente las cantidades que hubiere desembolsado o devengado de acuerdo con las bases «A», «D» y «E» en la forma y con los requisitos que se fijen en el contrato correspondiente.
«G» CRÉDITO Y GARANTÍA PARA EL PAGO: Los pagos a que se refieren las cláusulas anteriores se harán con cargo al Fondo Especial de Obras Públicas, creado por la Ley de 15 de julio de 1925, en garantía de cuyos pagos el contrato se celebrará mediante escritura pública a la que concurrirán en
.representación del Estado y a fin de obligarlo, los Secretarios de Obras Públicas y Hacienda certificando este último la capacidad financiera del Estado para obligarse de este modo, afectando una parte proporcional del referido fondo en garantía del pago de estas obligacíones, de manera que no pueda disponerse de ella para otro objeto mientras no estén totalmente pagadas las obligaciones garantizadas y estipulando los demás pactos y condiciones que consideren convenientes para el mejor cumplimiento del contrato por ambas partea.
«H» GARANTÍA DEL CONTRATISTA:
Cada licitador entregará con su proposición una fianza por valor de $100,000.00, CIEN MIL PESOS MONEDA OFICIAL, para responder a la celebración del contrato si se le adjudica la subasta, pudiendo constituirse dicha fianza en efectivo, bonos del Estado o cheques certificados, de Banco miembro del Clea- ring House de la Habana. El que resulte adjudicatario, otorgará en el momento de firmar el contrato una
fianza por valor de $200,000.00, DOSCIENTOS MIL PESOS MONEDA OFICIAL, constituida en la forma antes mencionada para responder al cumplimiento de dicho contrato. Además de esta garantía se podrá deducir al Contratista, al abonarle cada liquidación mensual, hasta el 10%, DIEZ POR CIENTO del importe de la misma si lo estimare necesario el Tribunal de esta subasta, cuya cantidad se retendrá y devolverá por el Estado en la forma y momento que se determina en el Contrato.
SEGUNDO: Para tomar parte en la subasta serán requisitos indispensables adjuntar a las proposiciones: a) Una lista de las obras realizadas en Cuba o en el Extranjero, debiendo haber construido edificios de carácter similar al que se proyecta por valor análogo al presupuesto de esta obra. b) El inventario y avalúo de su planta de fabricación de edificios, la cual deberá valer más de $50,000.00 y cederse gratuitamente para el uso de la obra y c) La fianza de $100,000.00, CIEN MIL PESOS MONEDA OFICIAL a que se refiere el inciso «H» del artículo anterior.
TERCERO: El Tribunal para la subasta estará compuesto por los señores Secretarios de Obras Públicas, Hacienda y la Presidencia, el Senador Alberto Barreras y Fernández, el Representante Sr. Santiago
- Claret y Martí, el Presidente del Clearing House de la Habana y un arquitecto designado libremente por la Secretaría de Obras Públicas, y adjudicará la subasta teniendo en cuenta las mayores facilidades de pago que se ofrezcan al Gobierno, el tanto por ciento de ganancia, y especialmente los antecedentes y capacidad económica de los licitadores.
CUARTO: Hasta las cuatro de la tarde del trigésimo día natural a contar de la promulgación de este Decreto, se recibirán en el Departamento de la Secretaría de Obras Públicas, Antiguo Convento de Santa Clara, situado en la calle de Sol esquina a Aguiar, en la ciudad de la Habana, proposiciones en pliegos cerrados y lacrados para esta subasta, constituyéndose el Tribunal en el lugar, día y hora indicados para proceder a la apertura de las proposiciones que se hubieren presentado. El tribunal dictará la Resolución que estime justa en el término de cinco días naturales.
QUINTO: Todas las proposiciones deberán hacerse por septuplicado y se colocarán junto con sus anexos en un sobre cerrado y lacrado con la siguiente inscripción: «Proposición para la subasta de la construcción del Palacio del Congreso», poniéndose ésta dentro de otro sobre cerrado y lacrado dirigido al señor Secretario de Obras Públicas, Subasta del Palacio del Congreso. Habana.
SEXTO: El licitador a quien se adjudique la subasta deberá celebrar un contrato con el Gobierno de la República de Cuba dentro de los cinco días siguientes después de haber recibido el aviso de la adjudicación, haciendo constar en la escritura las estipulaciones corrientes en esta clase de contrato y las demás que se consideren convenientes para la salvaguardia de los intereses de ambas partes.
SÉPTIMO: Tanto el licitador como el contratista quedan obligados a someterse a loa Jueces y Tribunales Cubanos sin que en ningún caso puedan alegar su condición de extranjeros ni hacer al Gobierno de Cuba reclamaciones más que ante los Tribunales Nacionales, conforme dispone el Artículo X de la Ley de Obras Públicas de 15 de julio de 1925.
OCTAVO: Queda entendido que el licitador que tome parte en esta subasta renuncia todo derecho a acción para recurrir e impugnar la Resolución que dicte el Tribunal de la misma y que sólo el hecho de presentar su proposición representa una formal aceptación de todas y cada una de las cláusulas de este De- creto.
NOVENO: Los señores .Secretarios de Obras Públicas y Hacienda, quedan encargados de la ejecución de este Decreto.
Dado en el Palacio de la Presidencia, en La Habana, a 18 de enero de 1926. — (Fdo.) C. M. CÉSPEDES, Secretario de Obras Públicas. —
(fdo.) GERARDO MACHADO, Presidente.
Subasta y adjudicación:
En la ciudad de la Habana, a veinte y dos de febrero de mil novecientos veinte y seis, siendo las cuatro de la tarde, se reunieron en una sala del Despacho de la Secretaría de Obras Públicas, los señores Enrique Hernández Cartaya, Secretario de Hacienda; Viriato Gutiérrez, Secretario de la Presidencia; Alberto Barreras, Senador; Santiago Claret, Representante ; Narciso Gelats, Presidente del Clearing House y Francisco Ramírez, Arquitecto de la Secretaría de Obras Públicas, bajo la Presidencia del Dr. Carlos Miguel de Céspedes, Secretario de Obras Públicas, actuando de Secretario
el doctor Viriato Gutiérrez, con el fin de proceder, como Tribunal designado en el Decreto número 69 de diez y ocho de enero último, al estudio de las proposiciones presentadas el día veinte del corriente para la realización de las obras del Capitolio o Palacio del Congreso, en virtud de la subasta convocada al efecto, y para llevar a cabo, como consecuencia de ese estudio, la adjudicación correspondiente.
El Secretario dio cuenta con las tres proposiciones presentadas: de los señores Arellano y Mendoza, y Morales, y Compañía, número uno; Purdy and Henderson Co., número dos; y Mario Lens y Díaz, número tres. El Presidente manifestó que debía empezarse por el examen de la personalidad de cada uno de los lidiadores. Examinada la proposición de los señores Arellano y Mendoza y Morales y Cía., aparece formulada por los mismos y suscrita por el señor Adolfo R. Arellano, a nombre de la primera razón y por L. Morales en representación de la segunda. La proposición de Purdy and Henderson Co., está hecha por esta entidad, firmando en su nombre su Presidente L. E. Brownson. La del Sr. Mario Lens y Díaz aparece representada por éste con el carácter de Ingeniero y Contratista y así también la suscribe. No habiendo dudas sobre las dos primeras proposiciones, puesto que suscriben los mismos que contraen las obligaciones, se pasó al estudio de la del Sr. Mario Lens, que menciona como asociado a los señores Carrere y Hastings, Arquitectos Consultores de New York. Leído el documento suscrito por el señor Tomás Hastings, a nombre de aquella firma, que acompaña el Sr. Díaz, aparece del mismo que Carrere y Hastings se hacen cargo de la dirección artística y arquitectónica del Palacio del Congreso, autorizando al Sr. Lens para ofrecer sus servicios cuando presente su proposición al Gobierno de Cuba, de acuerdo con convenio con el Sr. Lens a ese fin. El Tribunal, en atención al propio recordamiento que hace el Sr. Lens, en su escrito y a que del contenido del atestado notarial suscrito por Tomás Hastings en New York, que se ha acompañado, no resulta que Carrere y Hastings concurran a la subasta como licitadores, estimó procedente consignar como único licitador en la proposición No. 3, al citado Sr. Mario Lens y Díaz,
Acto seguido entró en el examen de las, condiciones requeridas por el artículo segundo del Decreto número 69 — para tomar parte en la subasta—. El Tribunal acordó estimar incumplida por el Sr. Mario Lens, la primera de sus condiciones, porque la realización de obras que representa como realizadas por él, ya que. no son de considerar las que se reseñan como de Carrere y Hastings, en virtud de no concurrir éstos como licitadores, aunque estimables en su clase, para demostrar la capacidad técnica del autor, no expresan valor, ni pueden comprenderse entre las similares a la proyectada con valor análogo al presupuesto, por lo que resolvió excluirla -por no poder ser tomada en consideración a los efectos de la adjudicación, no obstante reconocer el buen deseo del licitador.
Examinadas después las proposiciones de los señores Arellano y Mendoza y Morales y Ca., y Purdy and Henderson Co., fueron objeto de un detenido estudio, apreciándose que ambos, licitadores cumplen los requisitos del artículo segundo del Decreto número 69. Comparadas dichas proposiciones, el Tribunal consideró que no es de estimar la aparente ventaja que sobre facilidades de pago ofrece la primera de ellas, o sea Arellano y Mendoza y Morales y Ca., por cuanto no se propone ninguna fórmula concreta, ni el Banco de Comercio tampoco determina, ya que en el atestado notarial acompañado se limita a manifestar que se inclina favorablemente a conceder las facilidades de pago que resultaren convenientes; pero en cuanto al tanto por ciento de beneficio, sí aparece la proposición de Arellano y Mendoza y Morales y Co., ofreciendo un uno por ciento menos que la de Purdy and Henderson Co., y que en lo que respecta a antecedentes técnicos; la casa Purdy and Henderson Oo., presenta una relación mayor de edificios de construcción similar y de valor análogo, que la de Arellano, Mendoza y Morales y Ca., excluidas las residencias particulares o construcciones industriales y limitando el cómputo a los edificios monumentales y de decoración. En cuanto a antecedentes económicos, es mayor la cantidad de obras que aparecen realizadas por Purdy and Henderson Co.
El Tribunal después de amplia deliberación, acordó: que superando los antecedentes económicos y técnicos de Purdy and Henderson Co., a los de Arellano y Mendoza y Morales y Ca., en el sentido de mayor cantidad de obras realizadas y de encontrarse entre ellas también mayor número de edificios monumentales, más similares al proyectado y de valor análogo a su presupuesto, requisito que el Decreto expresado manda considerar especialmente, no es suficiente la ventaja del uno por ciento que resultaría de la proposición de Arellano y Mendoza y Morales y Ca., por resultar más ventajosa para el Estado, a juicio del Tribunal, dada la naturaleza de la obra, tiempo de ejecución y destino de la misma, adjudicarla al que más estrictamente resulte cumpliendo la primera y capital condición de la subasta de haber realizado edificios similares de valor análogo al proyectado, sin desmerecer por eso el alto concepto que justamente tienen y disfrutan las firmas de Arellano y Mendoza y Morales y Ca.
Por todo lo que el Tribunal acordó recomendar favorablemente la adjudicación de la obra subastada a los señores Purdy and Henderson Co.
En este estado el .Sr. Barreras expuso: que teniendo conocimiento de que los Sres. Carrere y Hastings estarían dispuestos a venir a la Habana, se inclina a opinar que el Gobierno Cubano debe utilizar la experiencia, preparación y capacidad, en diversos órdenes, de la citada firma, renombrada mundialmente como notables Arquitectos, para la dirección artística y orientaciones generales de la construcción del Palacio para el Congreso Cubano. El Tribunal acordó dar traslado de la sugestión del Sr. Barreras al Sr. Secretario de Obras Públicas para lo que considere procedente.
Con lo que se dio por terminado el acto, extendiéndose el Acta correspondiente que firmaron los Sres. Carlos Miguel de Céspedes, E. Hernández Cartaya, Alberto Barreras, F. Ramírez, Santiago Claret, V. Gutiérrez y N. Gelats.
Proposición aceptada:
La proposición de la Purdy and Henderson Co., por haber sido la seleccionada será la única que daremos a conocer para que se pueda apreciar el fallo del Tribunal:
Sres. Miembros del Tribunal de la Subasta para la Construcción del Palacio del Congreso, Secretaría de Obras Públicas. Señores:
En cumplimiento del anuncio contenido en la cláusula 4.a del Decreto 69 de 18 de enero de 1926, publicado en la Gaceta Oficial de la República, correspondiente al 21 del mes próximo pasado, venimos a proponer al Gobierno hacernos cargo de la construcción del Palacio del Congreso en la forma mencionada en dicho Decreto, recibiendo como ganancia el (10%) DIEZ POR CIENTO del importe de la estructura arquitectónica del edificio y el (3%) TRES POR CIENTO del importe del mobiliario sin retribución alguna, siempre y cuando que, al formalizarse el contrato, se haga constar en la escritura, como específica la cláusula Sexta del mencionado Decreto «las estipulaciones corrientes en esta clase de contratos y las demás que sean convenientes para los intereses de esta firma».
«A ese fin acompañamos, de acuerdo con lo dispuesto en la cláusula 2.a del referido Decreto:
- Una lista de las obras de carácter similar a la que se proyecta, realizadas en Cuba por esta firma, sin asociarse a ninguna otra, por valor de ($17.458,000.00) DIEZ Y SIETE MILLONES CUATROCIENTOS CINCUENTA Y OCHO MIL PESOS MONEDA OFICIAL, sin contar el Palacio
del Centro Asturiano y otras construcciones de otros tipos como ingenios, muelles, etc., realizados en Cuba y en el extranjero por esta firma porque si bien su importe pasaría de TREINTA Y CUATRO MILLONES DE PESOS, no se ajustan a los requisitos de esta subasta que exigen precisamente edificios de carácter artístico o monumental.
- El inventario y avalúo de nuestra planta de fabricación de edificios, asciende a ($57,206.00) CINCUENTA Y SIETE MIL DOSCIENTOS SEIS PESOS MONEDA OFICIAL, sin incluir aquellas
maquinarias que no son de uso en la construcción de edificios; y
- Un cheque certificado marcado con el número 715 de la cuenta número 49,612 a la orden del Sr. Secretario de Obras Públicas contra The National City Bank of New York, por la cantidad de ($100,000.00) CIEN MIL PESOS MONEDA OFICIAL.
«No se nos oculta la enorme dificultad que representa construir en el tiempo indicado un edificio de la magnitud y belleza arquitectónica que muestran los hermosos bocetos del Palacio del Congreso preparados por los Arquitectos de la Secretaria, de Obras Públicas, bajo la administración del Dr. Carlos Miguel de Céspedes, sobre todo, si se tiene en cuenta que, debido a la premura del tiempo, no ha sido posible terminar los planos y especificaciones; pero si se recuerda que esta firma viene estu- diando el asunto desde antes del 5 de diciembre de 1925 en que, rompiendo su tradición de no trabajar para el Gobierno, se dirigió oficialmente al Honorable Sr. Presidente de la República proponiéndole, cuando ningún otro contratista parecía darse cuenta, de la cooperación que debíamos prestar a nuestros gobernantes frente a la magnitud del compromiso contraído por el Gobierno Cubano, de dotar a la Sexta Conferencia Internacional Americana de un palacio adecuado a la gloriosa fama de este maravilloso país, se comprenderá que los problemas que para otros casos parezcan insolubles no lo serán para nosotros, si se nos adjudica la subasta y se sigue a nuestras indicaciones en la ejecución de la obra».
«Hace unos tres meses que previendo las dificultades que se pueden presentar con motivo de la
escasez de tierra dura, otros materiales y mano de obra para cortar las extensas fachadas del Palacio del Congreso indicamos a determinada cantera la necesidad de aumentar su maquinaria de extracción a fin de que pueda producir lo necesario para esta obra; nos hemos preocupado de preparar la contratación de los canteros residentes en Cuba y sostenido agentes en España con el mismo fin; nos hemos comunicado con los grandes centros vendedores de mármol; hemos tenido nuestros ingenieros y dibujantes trabajando en cálculos y posibles proyectos; y hemos preparado convenientemente nuestra vastísima organización — a expensas, de nuestros propios recursos naturalmente, para acometer con energía y seguridad esta grandiosa obra tan pronto nos lo permita el progreso que se haga en sus planos y especificaciones».
«Claro está que si hubiéramos empezado a estudiar el asunto a última hora, no nos consideraríamos en condiciones de hacerla como necesita el Gobierno, como seguramente no lo estarán quienes, aun siendo especialistas en grandes edificios como nosotros, no hayan estudiado con igual detenimiento y preparación los grandes problemas que envuelve esta obra.
«La Compañía PURDY AND HENDERSON se compromete a tener listo y amueblado el Palacio del Congreso en cuanto sea necesario para la celebración de la Sexta Conferencia Internacional Americana, siempre que el Gobierno le dé todas las facilidades administrativas y medios económicos que resulten in- dispensables para ello, pues su experiencia de 25 años, el enorme valor de los edificios que ha construido y el hecho de haber cumplido siempre sus contratos a satisfacción de sus clientes más exigentes, le permite confiar plenamente en sí mismo, y en su experimentado personal — casi todo cubano — que ha demostrado en todo tiempo su actividad, su eficiencia y sus grandes condiciones de trabajo».
«Así lo comprendió el Gobierno de Inglaterra, cuando deseando inaugurar el 19 de febrero dé 1923, el nuevo Hotel («The New Colonial») en Nassau, Islas Bahamas, cuyo costo fue de $2.500,000.00, escogió a esta firma, entre todas las del mundo, sin recurrir a concurso ni subasta alguna; teniendo la satisfacción de que entregamos dicho edificio en sólo OCHO MESES, según puede verse en el pequeño álbum fotográfico que acompañamos marcado con el número I».
«Por todas estas razones, la firma PÜRDY AND HENDERSON vinculada al progreso de la República de Cuba, por haber prosperado en ella desde que se estableció en 1901 y por estar integrada por un 90% de elementos cubanos, deseando cooperar en la medida de sus fuerzas a la gran obra administrativa que está realizando el Gobierno del General Gerardo Machado y Morales, viene a someter de buena fe, a este Tribunal, su proposición, en la seguridad de que, en caso de que se le adjudique esta obra el Gobierno puede estar seguro de que la Sexta Conferencia Internacional Americana se inaugurará en el Palacio del Congreso el 16 de enero de 1928».
«De ustedes con la mayor consideración, PURDY AND HENDERSON COMPANY (Fdo.) L. E. Brownsm, Presidente.
«La firma Purdy and Henderson Co., iniciada originalmente en 1896, ha ganado tal fama en los Estados Unidos, que en los últimos tiempos sólo se ha dedicado allí a proyectar y calcular la cimentación y estructura de acero de los grandes edificios que como se comprenderá es la parte más importante de ellos desde el punto de vista técnico y económico. Aunque. su trabajo de esta clase se encuentran en todas las grandes ciudades de los Estados Unidos, mencionaremos entre los más conocidos de los cubanos el Hotel Plaza, Equitable Trust Company, el Fíat Iron Building, The National City Bank y la estación de Pennsylvania de la ciudad de New York.
«A pesar de estos grandes trabajos, las oficinas del Presidente de la Compañía se encuentran en la calle de Habana número 55 en esta ciudad, manteniendo otra gran oficina en la ciudad de New York, desde donde nuestra firma se puede poner en contacto con más rapidez que otra alguna de esta ciudad con los grandes centros manufactureros del mundo, con la correspondiente economía de tiempo y dinero que tanto significan siempre en toda clase de obras y especialmente en las de esta clase, y sólo presentamos en nuestra proposición las obras construidas en Cuba y las Indias Occidentales bajo la dirección y por el personal de nuestra organización cubana.
PURDY AND HENDERSON COMPANY
(fdo.) L. E. Brownson, Presidente.
Aun no habían transcurrido cuarenta y ocho horas de la adjudicación de las obras, cuando el Secretario de Obras Públicas comenzaba su campaña en defensa de los intereses del Estado invitando a la firma adjudicataria a reducir al 9% en vez del 10% el tipo que por sus servicios había de percibir como
compensación, lo que inmediatamente consiguió de esta corporación.
DIRECCIÓN FACULTATIVA DE LAS OBRAS
Ante el Notario doctor Baldomcro Grau y Triana, firmaron el contrato de obras correspondiente el doctor Carlos Miguel de Cés pedes y Ortiz y el doctor Enrique Hernández Cartaya, Secretario de Obras Públicas el primero, y de Hacienda el segundo, en representación del Estado Cubano y el señor Leonard E. Brownson, en representación de la Purdy and Henderson Co., como Presidente de esta entidad. En dicho contrato se hizo referencia a los dos funcionarios que habrían de afrontar la dirección de las obras por parte de la Secretaría de Obras Públicas, es decir, un Director Artístico, encargado de la confección de los planos generales de la obra y responsable del aspecto estético de ésta, y un Director Técnico, encargado de la organización de los trabajos y responsable de la solidez de la construcción y la economía en general de los procedimientos. Recayeron dichos nombramientos en los señores Raúl Otero, Arquitecto Consultor de la Secretaría de Obras Públicas y Eugenio Rayneri, Ingeniero y Arquitecto que ya había intervenido en las antiguas obras del proyecto del Palacio de la Presidencia y Residencia del Congreso.
II
EJECUCIÓN DE LAS OBRAS
LOS planos que sirvieron de base para la subasta fueron ejecutados por los arquitectos del Departamento a cuyo frente se encontraba el señor Raúl Otero.
Todos los esfuerzos que se hicieron para proyectar el edificio aprovechando lo más posible la construcción antigua fueron infructuosos.
Comenzaron las demoliciones ordenadas por el Director Técnico, se reforzaron muros, techos que se pretendían utilizar, se construyeron dinteles y se colocaron vigas de acero para salvar nuevos vanos, cuando se advirtieron ciertas diferencias de medidas y falsas escuadras que obligaron a levantar un plano de replanteo correcto, con ei que se procedió a la ejecución de los planos de trabajo conforme a las medidas indicadas. En los planos rectificados aparecieron entonces acotados los ejes de los muros de carga.
Con el producto de las demoliciones se comenzó primeramente a rellenar y afirmar el terreno circundante a las obras para evitar que el lodo impidiese de alguna manera el tráfico de hombres y vehículos; más tarde se aprovechó una gran cantidad en los macizos de concreto de los pilares y zapatos de los nuevos cimientos y finalmente muchos miles de metros cúbicos sirvieron para contribuir al relleno de las obras del nuevo Ma- lecón y de la Avenida de las Misiones.
Se procedió después a la reconstrucción de la antigua vía férrea, que desemboca en la demolida Estación de Villanueva, es decir, precisamente en los terrenos donde se iba a erigir el edificio, a fin de realizar por ella el transporte de los materiales de gran peso que se habrían de recibir en grandes cantidades, tanto del extranjero como del interior de la República. De esta manera se obtuvo una gran economía y rapidez en lo que se refiere al transporte, manipulación y acarreo de dichos materiales. En estas páginas se reproducen los planos del Capitolio, tal como fueron concebidos por el Arquitecto Sr. Raúl Otero y aunque esos planos fueron objeto de sucesivas modificaciones, constituyen indudablemente un factor de suma importancia en la ejecución de la obra.
PLANOS PRIMITIVOS DEL PROYECTO
Obsérvese en las fachadas que en gran parte se conserva la severidad del estilo clásico, la proporcionalidad de las masas en los diversos cuerpos, la monumentalidad del pórtico, la grandiosidad de la escalinata de granito y en sentido vertical la robustez del basamento, la proporción entre los diámetros de las columnas en las loggias respecto a las distancias entre sus centros o intercolumnas, todo lo cual denota como el propio señor Otero manifestaba «cierta tranquilidad».
En cuanto al interior, notablemente modificado en la actualidad, pueden apreciarse aún las ingentes proporciones del Gran Salón de Pasos Perdidos, el comfort que se experimenta por la situación de los dos patios centrales, la sensación señorial que inspiran el Oran Vestíbulo y la grandiosidad de éste, así como en
la planta principal las salas de conferencias, las de comités parlamentarios, la Biblioteca, y la Sala de Diplomáticos, esta última convertida en la actualidad en el Salón Martí.
El tercer piso fue dedicado a las Salas de los Comités Provinciales y el cuarto a las oficinas de los Congresistas.
En cuanto a los bloques de construcción que comprenden ambos Hemiciclos, puede decirse que apenas se hizo primitivamente estudio alguno de ellos.
Los datos que anteceden se traen a colación para que pueda apreciarse la transformación experimentada en la obra, desde sus comienzos hasta la fecha en que fue recibida oficialmente por la Secretaría de Obras Públicas.
Efectuadas las demoliciones ordenadas se encontró que las cimentaciones antiguas, en unos casos no correspondían con los ejes de los nuevos muros y en todos resultaban insuficientes para soportar las nuevas cargas por carecer de las secciones necesarias. No hubo más remedio que excavar hasta siete metros de profundidad para encontrar terreno lo bastante sólido sobre el que cimentar. Estas excavaciones fueron muy embarazosas, pues el terreno estaba materialmente minado de cimientos de concreto que corrían en todas direcciones y que correspondían a los diversos proyectos anteriores, entre los que no había correspondencia alguna. Por este motivo no pudo emplearse medio mecánico alguno como la grúa excavadora, pues no podía romper los macizos de concreto, y todas las excavaciones tuvieron que hacerse a mano o como corrientemente se dice a pico y pala.
Aunque se encontró bastante agua en el fondo de las excavaciones, procedente de filtraciones y del drenaje natural de los terrenos, pudo ser achicada con sifones de vapor y nunca fue factor digno de consideración en el progreso de la obra, pero sí desde luego en su costo.
Debido a la gran sección que presentaban los pilares y muros, fue consultado el Director Técnico sobre si serían sus deseos que en los planos de trabajo se diseñase una estructura de concreto o acero para soportar las cargas dejando espacios huecos entre ésta y los vestimientos finales, cosa corriente en estos casos, a la par que económica, no accediéndose a ello por entenderse que la solidez del conjunto era cosa fundamental.
La experiencia de los Contratistas por sus edificaciones vecinas como el Hotel Plaza, el Centro Asturiano, el Centro Gallego, el Hotel Inglaterra y el «Diario de la Marina», les llevó a la conclusión de que el subsuelo de los terrenos del Capitolio es de formación idéntica al de los edificios citados y de aquí que, fijaran como base para sus cálculos de cimentación que el terreno podía soportar con facilidad 3 toneladas por pie cuadrado, lo que fue aceptado por el Director Técnico.
Las secciones enormes de los muros y pilares comportaban iguales o mayores proporciones en las zapatas, que en muchos lugares exceden de 2 mts. de ancho y 5 rots. de profundidad, aprovechándose esta circuns- tancia para construirlas de concreto y rajones sin otro refuerzo de acero que el correspondiente a los pilares que formarían la estructura.
Los cimientos están constituidos por placas de concreto reforzado de diverso espesor. Los refuerzos están hechos con barras de acero corrugadas colocadas a 4″ del fondo de las placas y espaciadas uniformemente. Debido a que las cargas son excéntricas en muchos lugares, los ejes de las placas de los cimientos no corresponden exactamente con los ejes de los muros o pilares que soportan.
Ya que estamos tratando de cimentaciones en los comienzos de la obra expondremos un caso interesante que pese a sus apariencias de gravedad fue resuelto a entera satisfacción de los Directores Técnico y Ar- tístico. El cuerpo central y saliente de la fachada posterior, proyectado de una sola planta, fue modificado entre otras razones para dar mayor amplitud a la Biblioteca e importancia al movimiento de la fachada. Los cimientos se habían ejecutado de acuerdo con el primer estudio, habiéndose diseñado, corno es lógico suponer, con la economía debida, proporcionada a la carga que debía soportar y con su centro de gravedad correspondiendo con el de la carga. Pero el nuevo plano mostraba posteriormente que la construcción alcanzaba la altura total del resto del edificio y su proyección rebasaba los límites de la zapata ya construida; en pocas palabras, que el cimiento no era adecuado.
Qué procedía entonces? ¿Demolerlo, retrasar las obras, y encarecerlas? Ante estas conjeturas se buscó una solución más práctica y fue la siguiente: En las secciones de concentración de las cargas se diseñaron unos contrafuertes, que abrazando el cimiento antiguo, soportasen una viga de concreto reforzado de la sección necesaria, que debía correr paralela a los muros y por encima de la zapata. Luego y en vista de la magnitud y excentricidad de las cargas se añadiría al cimiento antiguo, por su parte exterior, una nueva placa de concreto reforzado, anclada a la anterior y pisada por los contrafuertes mencionados.
Las condiciones desfavorables del terreno que obligaban a mover las tierras a tanta profundidad, fueron motivo de ampliación de los trabajos. Primeramente se construyó un tanque de agua de 120,000 galones de
capacidad efectiva, que se emplazó en el sótano correspondiente al cuerpo saliente S.W. del edificio. Luego se construyeron los otros tres sótanos correspondientes a los cuerpos salientes extremos, destinados a los equipos mecánico y eléctrico que oportunamente describiremos.
Terminadas las cimentaciones, conforme a las exigencias del proyecto y con objeto de salvar los contratistas su responsabilidad en el cumplimiento del contrato, dirigieron al Secretario de Obras Públicas una comunicación referente al retraso experimentado y los desembolsos hechos por causa de estos trabajos que consideraban extraordinarios y no previstos, y como consecuencia participando que la obra no podía ejecutarse en el término pactado.
Estimando el Secretario de Obras Públicas que no procedía la prórroga, no accedió a la demanda. Las obras tenían su plazo fijo de ejecución y debían quedar terminadas para dicha fecha, haciéndolo así constar en una contestación enérgica, conceptuando de responsables a los contratistas si tal cosa sucediera y apercibiéndolos de las penalidades severas en que incurrirían.
Aquéllos, por su parte y con gran actividad, convertían los detalles mostrados en los planos en enormes macizos y extensas cubiertas de hierro y concreto; centenares de obreros se movían en todas direcciones; cuantos medios mecánicos modernos son conocidos fueron empleados en persecución del ideal y todo se ejecutaba cronométricamente, con un orden y organización tal, que semejaba un pequeño ejército que accionaba a la voz de mando de su Jefe.
Los estudios verificados al parecer cubrían las necesidades del edificio, pero el doctor Céspedes no satisfecho con esto, se dirigió a la Cámara de Representantes y al Senado, para que nombrasen sendas representaciones que estudiasen los planos y sugiriesen ideas respecto al funcionamiento de dichos cuerpos colegisladores, súplica que fue en el acto atendida y designados los señores Germán López por la Cámara y José R. Villalón, ingeniero y ex-secretario de Obras Públicas, por el Senado.
A las dificultades del proyecto sucedían los problemas constructivos; cada sección del edificio era un escollo que tenía que vencerse.
Las exigencias de la decoración no permitían al Ingeniero diseñar los miembros estructurales empleando las secciones más económicas, siendo necesario recurrir en algunas ocasiones a ordenar a los molinos de acero, la fabricación de piezas especiales, que generalmente no tienen demanda en el mercado.
Las vigas de acero que soportan el piso del Salón de Pasos Perdidos y la crujía del fondo en que las luces eran respectivamente de 48 y 33 pies, la cubierta del Gran Salón dedicado a la tumba del «Mambí Desconocido » y la cubierta del Vestíbulo de Honor en el centro posterior del edificio-son ejemplos dignos de tenerse en .consideración a este respecto, lo mismo que la estructura que forma la cubierta del Salón de Pasos Perdidos.
Construidos los macizos de la Planta Baja con la debida economía, esto es, de .concreto reforzado su porción estructural y de concreto y rajones al resto, se procedió a colocar las vigas de sostén de la cubierta de esta planta en las secciones correspondientes a las Loggias y Pasos Perdidos; en las primeras las vigas colocadas en número de 18 eran de 15″ de peralto y las de soporte del piso de Pasos Perdidos en número de 18 también, pero de 30”, reforzadas con planchas en sus dos pestañas. Una grúa carterpillar fue la encargada de la erección de estas, empleando horas contadas en la operación que de otro modo hubiera requerido varios días debido a su difícil manipulación y gran peso.
En las cubiertas de los cuatro vestíbulos de las oficinas y del público, lo mismo que en la primera crujía posterior, con excepción de la porción central, se colocaron 34 vigas de 24″ reforzadas con planchas también y para soportar las escaleras de Honor en sus mesetas y arranques se emplearon vigas de 24:», pero sencillas. Se construyeron los techos y placas de las Escaleras de Honor, de concreto reforzado con el espesor y refuerzos necesarios, protegiendo las vigas con el mismo material y todo fue diseñado para soportar igual carga que el resto del techo de la planta baja, es decir, 100 lbs. de carga viva, además del peso propio de los
materiales que formaran los techos, pisos y decorado.
Quedaba por resolver la porción central del edificio. No se había hecho estudio alguno concreto de la cúpula, aunque podían apreciarse cuáles serían sus dimensiones. Los cuatro pilares, de aparente sustentación entonces, eran otros tantos macizos sin conexión y debían trabajar como una unidad;
las condiciones de seguridad para el obrero que tendría que trabajar a considerable altura, la elevación de los materiales y la simplicidad del andamiaje eran factores .tan dignos de tenerse en cuenta en el diseño del acero de esta cubierta, como la solución más económica, por otra parte, de soportar un techo de tan vastas dimensiones, pues mide 24 mts. aproximadamente en ambas direcciones, sin soportes intermedios.
Formaban la armazón cuatro vigas de gran sección formadas por planchas y angulares, que descansaban en los macizos de concreto; otras cuatro vigas también armadas y cosidas a los puntos tercios de las anteriores,
servían para acortar las distancias entre los soportes y hacer más rígido el conjunto. Dos nuevas vigas que unían los centros de las anteriores recibían finalmente cuatro vigas simples de 28″ y 10 mts. de largo, espaciadas uniformemente, consiguiéndose de este modo que la placa de concreto que habría de cubrir esta gran extensión, no excediera nunca de 6″ de espesor.
El proceso de la construcción naturalmente pedía que este techo se forjase a continuación y, por supuesto, los que desconocían la finalidad perseguida hacían los más variados comentarios. Nosotros, por el momento, tampoco lo daremos a conocer, hasta más adelante, cuando describamos la construcción del Gran Domo, para no apartarnos en lo posible de la relación de los trabajos por su orden cronológico.
Se construyeron los muros del ábside y los anexos de la cúpula, dotándolos de cimentaciones exageradas a primera vista, pero que desempeñaron un papel muy importante en el diseño para la sustentación de aquélla. Siguió después la construcción de la bóveda que forma la cubierta de la Porte Cochera del frente del edificio, en la que se empleó un nuevo sistema de construcción. Aparecía dibujada en los planos absolutamente maciza, apreciándose en una sección un volumen de concreto de 2 mts. de ancho, 12 mts. de largo y más de 4 mts. de altura, sin soporte intermedio y de esta masa enorme de concreto arrancaba la bóveda que tenía asiento continuo en el otro arranque. Como el arquitecto no quisiera variar su diseño, se le propuso un estudio estructural que resultó ser de su entera satisfacción y en el que el volumen de concreto se reducía al mínimum se obtenía la resistencia necesaria y se disminuía considerablemente el peso.
La estructura la formaban 4 arquitrabes compuestos por 2 vigas de 24″ con sus separadoras de canales de 15″, que sostenían además de la plataforma de la escalinata, el peso de la bóveda, que quedaba colgada de aquéllas mediante tensores formados por 2 angulares de 3″x3”x3/8”, que sostenían una canal de 15”, vertical, remachada a otra horizontal de 12″ que corrían en sentido longitudinal del supuesto apoyo. Finalmente, cuatro vigas de 8″ conectadas a estas canales y empotradas en el muro en su otro extremo, sostenían el techo plano que quedaba entre este muro y el arranque de la bóveda.
El complemento de la porción central del edificio en esta planta fue objeto también de un estudio acucioso; nos referimos al techo del Vestíbulo de Honor. Este salón fue proyectado con sus paredes y techos revestidos de piedra, aunque después se desistió de revestir el techo con piedra por razones de economía y rapidez de ejecución. No obstante la armazón del techo se había diseñado y ejecutado de acuerdo con la primera idea.
Los problemas que se presentaron y resolvieron satisfactoriamente fueron debidos a las exigencias del puntal que no permitían el empleo de vigas mayores de ciertas medidas. Uno de los dilemas constructivos fue que de forjarse el techo de concreto primero, no podrían cerrarse las bóvedas de piedra y si esta operación era la primera, el encofrado se perdería.
Se diseñó la estructura para que el techo de piedra se construyese primero y posteriormente se forjase el techo de concreto, con la siguiente solución: las luces de las placas no excederían de 8 pies y su encofrado a la par que refuerzo consistiría de planchas de metal desplegado que envolverían al mismo tiempo las vigas de soporte. Pero al desecharse la idea de que las bóvedas fueran de piedra se procedió a la ejecución del te- cho de concreto en la forma acostumbrada.
Como dijimos anteriormente, los espacios dejados al Ingeniero para la colocación de sus refuerzos fueron tan reducidos que los arquitrabes de carga principales no pudieron diseñarse con la debida economía, pues donde, por ejemplo, hubiera podido colocarse una viga de 30″ de 180 libras de peso por pie lineal a satisfacción, hubo que substituirla por una de 20″ de 149 libras, cuatro planchas de 14x 3/8” y 2 de 14 x ½” para obtenerse la resistencia necesaria.
En las fachadas laterales después de situar los huecos y macizos de conformidad con los planos existentes, hubo que colocar dos series de vigas empotradas en los muros que con unas placas de concreto de unos a otros deberían sostener unas porciones adicionales a los muros de estas fachadas para que estuvieran en concordancia con las que se estaban construyendo; pero hubo que demoler la totalidad al decidir la construc- ción de los hemiciclos en la forma actual.
Finalizaremos esta primera etapa de la construcción en su parte estructural, haciendo referencia a las grandes cerchas de acero que forman la cubierta del Salón de Pasos Perdidos, construidas en forma tal que los empujes laterales comunes a todo arco se redujeran a compresiones verticales en los apoyos, resultando prácticamente de alma llena. Esta circunstancia fue básica en el diseño, pues los pilares de concreto en que descansaban, debido a su gran altura y a la falta de conexión no podían resistir empujes horizontales. Estos tipos de armaduras son raramente usados y de fabricación muy enojosa ; así se pudo observar que en ésta se inutilizaron en los talleres varias piezas que taladradas en los lugares indicados antes de curvarse, no se correspondían los taladros en el momento de empalmarlas y por lo tanto no podían ser aprovechadas.
Su gran peso, la altura a que se colocaron y la inaccesibilidad no fueron factores de importancia ya que una grúa comprada para otro objeto salvó la situación, debido a su capacidad de 25 toneladas y su alcance de 85 pies. Completaban esta estructura las vigas de amarre necesarias, piezas auxiliares para contener el concreto de la cubierta, planchas de asiento, anclajes y tramos de columnas para trasmitir verticalmente las cargas.
CANTERÍA, GRANITO, EQUIPOS
Por su belleza peculiar e inigualable, el costo relativamente bajo del material y de su elaboración, la resistencia necesaria y el hecho de existir yacimientos extensos, fue seleccionada la piedra de Jaimanitas para ser empleada en los revestimientos de fachadas e interiores, pero por motivos de delicadeza por parte del Dr. Céspedes hubo que abandonar la idea ya que tales canteras eran de su pertenencia y no juzgó oportuno ni correcto el poder aparecer como mixtificado en manera alguna con la construcción. De todos modos el señor Secretario comisionó a los directores facultativos para determinar qué otra piedra podría ser la sustituía y después de un estudio detenido le informaron de la conocida por «Capellanías» y fue la que aprobó en definitiva.
De esta clase de piedra existen dos variedades que se conocen por los nombres de Dura de Hacha y de Cincel, esta última de dureza y compacticidad semejante al mármol y capaz de poder ser pulimentada. La primera se halla en la categoría de la de Jaimanitas en cuanto a la elaboración se refiere.
El Director Técnico pensó, pues, en los comienzos que el 50% de cada una de estas variedades se emplearía para no hacer muy costosa la obra, pero en seguida cambió de criterio y ordenó que toda la cantería tendría que ser de Piedra de Cincel.
No existiendo en toda la isla la maquinaria, las herramientas y los obreros en número suficiente y perfectamente capacitados para trabajarla, hubo necesidad de importarlos en su casi totalidad, y se instalaron nueve sierras mecánicas con hojas de dientes desmontables y sembrados de diamantes que seccionaban los cantos cuadrándolos a las medidas más aproximadas para que el desbaste a ejecutar por los canteros fuera el mínimo; luego éstos con herramientas accionadas por medio del aire comprimido, las terminaban con la gradina, lima y piedra pómez, para alisar las superficies expuestas
La manipulación de los cantos, en extremo difícil para ejecutarla el hombre a mano, se perfeccionó mecánicamente de tal modo que los bloques, muchos de los cuales pesaban hasta nueve toneladas, eran montados en planchas de ferrocarril en las canteras y llegaban a la obra donde eran recibidos, medidos y aceptados; luego una grúa potente con capacidad de 15 toneladas era la encargada de la descarga y entongado, si el bloque no resultaba para uso inmediato; en caso contrario se conducían en las mismas plan- chas hasta las sierras, donde aparejos diferenciales montados en carriles de acero se ocupaban de su descarga. Entonces en planchas pequeñas montadas en carriles que podían accionarse con unas palancas, se calzaban y nivelaban para ser cortados por las sierras. Terminada esta operación otro diferencial los montaba en camiones, conduciéndolos a los talleres para ser definitivamente labrados y terminados, o a la máquina molduradora.
Los cantos, sillares y piedras molduradas al salir de los aparatos tenían generalmente un centímetro más del espesor requerido, que el cantero debería a la postre recortar para obtener el «acabado» apetecido y con la idea también de precaver los despuntes de aristas y marcas que los aparatos hubieran podido dejar.
Un compresor de gran capacidad y tendidos de tuberías con sus mangueras y «pistolas» a las que se podían conectar las diversas herramientas para cada operario, suministraban el aire comprimido a todas las sec- ciones de los talleres. Compárese el trabajo que ejecuta una barrena o taladro accionados por el aire comprimido con el que puede ejecutar la mano del hombre con pistoletes y mandarrias para practicar un orificio en la roca, y esta era la diferencia práctica que se obtenía entre la labra a mano y los procedimientos empleados. Como se ve, esta diferencia no pudo ser más notable, en economía material y temporal.
Se emplearon en el asiento de las piedras las cuñas de plomo para no dañar sus aristas y una vez aplomadas y niveladas se calafateaban las juntas con estopa blanca para impedir el rebose y salidero del derretido, hecho éste a base de cemento blanco.
La trabazón de las piedras o despiezo es de tal naturaleza que en muy contadas ocasiones hubo de recurrirse al empleo de grampas para anclarlas o miembros estructurales para soportarlas ya que los espesores de las llamadas indebidamente chapas en ningún caso fue menor de 10″ y en muchos lugares ocuparon todo el espesor del muro que constituían. En los Estados Unidos por ejemplo, los espesores corrientes empleados en las construcciones en que la piedra se usa para revestimiento, son de 4″ y 6″
únicamente.
Y ahora nos transportaremos a las canteras, para observar qué obstáculos había que vencer en su explotación por formar este capítulo uno de los más importantes en el proceso de la construcción del edificio.
Los yacimientos de piedra de la variedad que nos ocupa se presentan de modo muy distinto a los de cualquier otra clase de piedra de uso común en el ramo de construcción pues mientras estos últimos constituyen las verdaderas canteras o sea masas considerables de material de las que el hombre puede extraer porciones prácticas de las medidas de su antojo, no sucede esto con la llamada piedra de Capellanías.
Su formación geológica corresponde al período terciario como lo acredita la diversidad de fósiles que contiene en su seno. En la nomenclatura mineralógica corresponde al grupo de las calizas bastas, aunque con vetas de cuarzo.
Se encuentra en vetas de poco ancho y espesor que corren casi superficialmente y en tramos al parecer aislados, ya que no se puede apreciar nexo alguno entre ellos.
La acción del tiempo, principalmente ha sido la causa inmediata de que aquellas capas más cercanas a la superficie se hayan curado o en otros términos, endurecido en cierto grado más que las inferiores, siendo difícil de apreciar hasta qué profundidad aquella acción ha tenido lugar pues la transición es gradual. Y los nombres de piedra dura de cincel compacta, densa, de grano fino y capaz de poder ser pulimentada, y dura de hacha de grano más vasto y desintegrable, con que se les conoce en el ramo de construcción, les han sido impuestos de acuerdo con su dureza y las herramientas que son necesarias para su labra. Como hemos descrito antes, en el Capitolio sólo se empleó la dura de cincel.
Las canteras explotadas primeramente fueron las de Capellanías, de donde la piedra toma su nombre, situadas entre Ceiba del Agua y Artemisa, en la provincia de Pinar del Río. El espesor máximo de los blo- ques obtenibles de la calidad requerida, no pasaba de un metro y sólo se conseguía en secciones muy limitadas, y era en extremo difícil obtener un espesor promedio de 70 centímetros necesario para las exigencias del despiece de las fachadas en planta baja. Así con conocimiento de causa, hubo que conformar las alturas de las hiladas de las piedras a los espesores obtenidos en las canteras.
Sin embargo, la belleza en el despiezo de las columnas pedía que la altura de sus hiladas fuera de un metro aproximadamente y los bloques extraídos que daban esta medida después de limpios, se separaban y dedicaban a este objeto exclusivamente.
La gran cantidad de bloques requeridos para los bolos de las columnas y su medida especial fueron motivo de que por su búsqueda se pusieran en explotación nuevas canteras en las que se trabajó sin descanso para cumplimentar el envío a la obra del material en cantidad y sin demoras. De esta¿ canteras, las conocidas por Cazadores y San José, representaron un buen papel en el suministro de la piedra en conjunto; la última se encargó del envío del material necesario, cuyas medidas variaron entre 30 y 50 centímetros de espesor.
Relatar la forma en que se extraían y preparaban los bloques para ser enviados a la obra, nos apartaría del objeto de esta narración y lo que antecede es tan sólo para explicar una de las causas que determinaron el por qué del empleo de las columnas de granito del pórtico principal así como el del zócalo alrededor de todo el edificio.
En todo pliego de condiciones y especificaciones para una obra de cantería, se exige que las piedras sean asentadas según sus lechos de cantera si han de recibir alguna carga de consideración. En este caso estaban las columnas del pórtico pero con la agravante de que la altura de las hiladas mostrada en los planos era de todo punto imposible de obtener con la piedra de Capellanías a no ser con menoscabo de la estética, pues la altura requerida de 1.50 ms. era superior al espesor efectivo obtenible en las canteras para que las piedras se asentaran de acuerdo con sus lechos.
Se estudió entonces la posibilidad de satisfacer la condición impuesta por la altura determinada, sustituyendo cada piedra de 1.50 mts. por dos de 0.75 mts. con una junta a hueso y la otra acusada, pero el resultado no satisfizo entre otras razones porque las juntas ciegas son casi siempre las que más se notan y podrían echar a perder la belleza del conjunto.
Una proposición para ejecutar dichas columnas en mármol Boticcino tampoco fue considerada por su elevado costo en comparación con el acabado resultante, frialdad y poca vida del material, así como inadecuado a ese fin. Elevado al Secretario de Obras Públicas un informe del Director Técnico, en que explicaba minuciosamente que el granito era el material más adecuado para las columnas de referencia, ya que la escalinata estaba proyectada con este material y la riqueza y severidad que se conseguiría darían gran importancia a este cuerpo del edificio, fue aprobado por dicha autoridad, efectuándose la compra de dicho
material de acuerdo con los planos existentes que incluían la escalinata, columnas y gran parte del zócalo.
Por aquella época ya se había cortado y labrado una gran cantidad de piedras de acuerdo con los planos, entre las que se encontraban como es natural las del zócalo por ser las primeras en orden de asiento. Para conseguir que su altura fuera de 1.20 ms. hubo que hacer caso omiso de los requisitos de asiento, por no soportar carga alguna.
Estas piedras, con otras que fueron objeto de algunos cambios, pudieron utilizarse en otras secciones del edificio en forma de sillares, previo el ajuste consiguiente y al decir otras, casi nos limitamos a las de la Porte Cochera posterior, que como decimos en otra parte se varió totalmente cuando las piedras ya labradas estaban listas para ser asentadas.
La entrega del granito se efectuó en un plazo corto y se asentaron las piezas del zócalo; el correspondiente a la escalinata se depositó en lugar aparte hasta que la obra estuvo en condiciones de recibirlo sin entorpecer su marcha.
CAMBIO EN LA DIRECCIÓN ARTÍSTICA DE LAS OBRAS
La actividad experimentada en el Negociado de Construcciones Civiles de la Secretaría de Obras Públicas debido a la multitud de proyectos de ejecución perentoria y la confianza bien ganada que inspiraba al doctor Céspedes el entonces Director Artístico de las obras del Capitolio, señor Baúl Otero, fueron las causas de que éste no pudiera dar cima a su proyecto y se pusiera a las órdenes del Secretario, para otros trabajos, sustituyéndolo el señor José M. Bens Arrarte, arquitecto cubano, que después de ejercer su profesión en esta capital se trasladó a París, cursando en la Escuela de Bellas Artes de la capital francesa.
Coincidió su llegada a la Habana con la necesidad del Sr. Secretario de trasladar al señor Otero y reconociendo el doctor Céspedes sus méritos no vaciló en ofrecerle el cargo vacante de Director Artístico que el señor Bens aceptó, entrando en funciones inmediatamente.
Su actuación corta al frente de la parte más enojosa de la obra fue fructífera, pues realizó estudios de las plantas, introdujo variaciones acertadas en las elevaciones e hizo los estudios preliminares de la cúpula.
Comenzó su labor haciendo estudios de los hemiciclos, patios centrales, fachada posterior y biblioteca, completándolos con ciertas modificaciones en la segunda línea de las Loggias y la silueta de la cúpula, aunque ésta fue posteriormente variada. Sus fuentes de inspiración fueron siempre buenos ejemplos de construcciones o proyectos franceses que hábilmente adaptó a las necesidades del edificio.
Proyectó los hemiciclos fuera de los límites de los cuerpos salientes extremos, para que sus condiciones higiénicas de luz y ventilación estuvieran en armonía con nuestro clima. Esta misma idea la había dejado tra- zada el señor Otero, como se aprecia en sus planos últimos de fachadas, pero sin hacer estudio cabal de las plantas.
Ordenó la demolición de las obras ejecutadas en los grandes patios centrales, que los seccionaban y que en aquellos instantes sólo representaban unos macizos y una cubierta de hormigón armado.
Convirtió los cuatro cuerpos salientes de los extremos en la planta baja, en otros tantos vestíbulos que conducían a los elevadores, a los que circundaban escaleras para establecer la comunicación vertical más cercana con los hemiciclos y disponiendo de los espacios remanentes para oficinas que en la actualidad disfrutan los Jefes de Despacho, v en Galerías de circulación.
En la planta principal y correspondiendo a las mismas secciones, conservó la posición de los salones de Conferencias dándoles mayor amplitud y dotándolos de entradas racionales según sus ejes. Sobre las oficinas de los Jefes de Despacho colocó los Salones de los Presidentes de la Cámara y del Senado, repitiendo las galerías de circulación en igual forma que en la planta baja. De este modo quedaban enlazadas las obras ejecutadas con las proyectadas.
Procedió entonces al estudio en elevación de la segunda línea de las Loggias, proporcionando las dimensiones de los huecos y reduciéndolos de altura para permitir la colocación de grupos escultóricos en las me-topas. El resultado de esta composición se reflejo en el interior del Salón de Pasos Perdidos, siguiéndola en ellos igualmente.
La fachada posterior experimentó un cambio radical debido a la importancia que dio al cuerpo saliente central, variándolo de proporciones y también a las mejoras introducidas en el despiezo de la totalidad.
Como resultado de la primera variante alteró las dimensiones de la Biblioteca, colocando escaleras y elevadores en esta porción central y cambiando una sección de la galería con el Salón de Diplomáticos en hermosa antesala de la Biblioteca.
Finalizó su actuación cuando hacía estudios de la Cúpula, que no mencionaremos debido a su carácter
embrionario.
Como resultado de la cantidad enorme de obras ejecutadas sin estar previstas y del uso de materiales de mejor calidad y mayor costo, se vieron los contratistas obligados, por exigirlo así el contrato, a levantar un Acta en la que exponían las razones por las que debía cesar su responsabilidad de terminar las obras en, el tiempo y por el costo convenidos.
En dicho documento se le recomendaba al Secretario la .conveniencia de no precipitar la marcha de los trabajos, pues los planos estaban bastante atrasados, siendo imposible terminar el edificio para la fecha seña- lada y preparar con calma otro alojamiento a los señores Conferencistas.
Por otra parte los fondos correspondientes a la apropiación de tres millones de pesos, se agotaban por momentos y el Secretario verificó una transferencia de crédito, disponiendo de los $500,000.00 destinados a mobiliario, para atender preferentemente a la construcción y el Director Técnico ordenó la paralización de todos los trabajos, excepto los relacionados con la piedra a fin de cumplir los deseos del Secretario.
Pero todos los esfuerzos quedaron anulados por no estar debidamente terminados los planos del Hemiciclo, y entonces el Secretario abandonó su idea de que la Conferencia se celebrase en el Capitolio, señalando la Universidad como el lugar más adecuado.
Con los escasos recursos de que disponía en aquellos instantes, demolió en la Universidad todo lo inservible o ruinoso que por su estado pudiera ocasionar algún mal efecto al visitante, construyó calles, jardines, trasladó equipos completos dedicados a la enseñanza, y embelleció con una regia escalinata el acceso principal.
Para ejecutar tanta obra en tan poco tiempo tenía necesidad de personal idóneo y equipo eficiente que se encargaran de su ejecución y estas reservas las tenía en el Capitolio, por suya razón se demoraron las obras en éste, pero salió, airoso en su empresa, pues los trabajos hechos en la Universidad le merecieron cálidos elogios del Honorable señor Presidente y de toda la opinión pública.
Las obras del Capitolio marchaban con lentitud si se tienen en cuenta sus dimensiones enormes y por el mes de Marzo de 1927 estaban tocando a su fin los tres millones y medio de pesos apropiados, cuando el Se- cretario después de aceptar la renuncia del Sr. Bens, decidió la reorganización del alto personal de la obra, dictando medidas muy acertadas. Las principales fueron: abolición del personal y enseres dedicados a la confección de maquetas, fusión del salón de dibujo de los Contratistas con el del Departamento de Obras Públicas y designar al arquitecto señor Eugenio Rayneri y Piedra para que asumiera los cargos de Director Técnico y Artístico.
SÍNTESIS DE LA LABOR DEL INGENIERO SR. RAYNERI
Al ser designado el Arquitecto señor Eugenio Rayneri para los dos cargos de Director Técnico y Artístico, procedió inmediatamente al estudio de todos los problemas pendientes que no eran pocos, llevándolos a feliz término.
Digna del mayor encomio fue su labor, así como la del personal de dibujo que tenía a sus órdenes, compuesto por jóvenes cubanos en su gran mayoría y a cuyo frente estaba el señor Luis V. Betancourt, cuya cooperación fue valiosísima por sus profundos conocimientos en arquitectura y con auxiliares tan eficaces como los hermanos Miguel Ángel, Julio César y Carlos Manuel Japón, R. Frankiin, Osear González, A. Steiner, M. Tihaumer, V. Dupré, R. Colete, C. Urbach, P. Navarro y otros.
El señor Rayneri desarrolló grandes actividades en un corto espacio de tiempo y terminó todo el proyecto, tanto arquitectónico como decorativo.
En las fachadas exteriores se estudió y proporcionó el pórtico central en su entablamento y ático, en la posterior la cuarta planta fue diseñada y proporcionada, así como en los hemiciclos exteriormente. Se escogieron los temas para las metopas de los cuerpos extremos y las loggias del frente del Paseo de Martí y se trajeron artistas franceses e italianos, con Mr. Droueker al frente de ellos y cubanos como Sicre, Betancourt y otros, para realizar en barro los modelos que eran supervisados y aprobados por la Dirección Técnica y Artística antes de su ejecución definitiva.
Los dos patios centrales también fueron diseñados nuevamente con sus despiezos y se terminaron sus planos.
Rayneri procedió también simultáneamente al estudio definitivo de los hemiciclos del Senado y la Cámara, que solamente estaban esbozados y a determinar su distribución proporcionando y diseñando toda su decoración.
Hay que hacer constar que fue también labor única y exclusiva de la Dirección Técnica y Artística el
diseño y colorido de toda la decoración interior del Capitolio en todos sus detalles.
En la planta baja se proyectaron los cuatro vestíbulos de entrada, la rotonda central, que no llegó a ejecutarse, pues se decidió convertirla en la Cripta del Soldado Desconocido, proyecto del arquitecto cubano Félix Cabarrocas; la biblioteca Maceo, el gran vestíbulo posterior y sus galerías, así como los salones para la policía, galerías, etcétera. En la planta principal los Pasos Perdidos o Salón Verde, con sus bóvedas y para- mentos, la Biblioteca del Congreso, el Salón Martí o vestíbulo de la Biblioteca, las escaleras de honor, los vestíbulos de honor, la gran rotonda y cúpula interior, el gran nicho de la estatua de la República y las gale- rías de comunicación. En la tercera planta los Comités de Provincias, y Comités de Relaciones Exteriores y galerías. En la cuarta planta el Restaurant, la Sala de Armas, las oficinas, el depósito de libros y las galerías. La gran cúpula fue otro de los grandes problemas que acometió y resolvió felizmente, siendo hoy esta parte del edificio del Capitolio la más majestuosa y mejor proporcionada de toda la composición arquitectónica.
Otra labor no menos complicada fue la de estudiar, diseñar y despiezar todos los pisos, tanto de mármoles como de granito o terrazo, escogiendo 58 distintas variedades de los mejores mármoles del mundo, que fueron, colocados en los lugares que correspondía según sus colores y decorado correspondiente.
Todo el trabajo de carpintería del Capitolio fue también proyectado, diseñado y detallado en puertas, ventanas, antepechos, mamparas, zócalos, etc., así como también las grandes puertas monumentales, barandas y grandes ventanales, metopas, herrajes y todos los trabajos de bronce.
Para darse cuenta de la magnitud de la labor realizada, basta saber que se han hecho cerca de cinco mil planos, testigos mudos del gran esfuerzo realizado. Estos planos sirvieron para la ejecución de la obra y fueron utilizados por las distintas casas decoradoras y entre ellas por la firma inglesa de Waring and Gillow. Esta gran casa europea solamente tuvo necesidad de diseñar por su cuenta, para ganar tiempo, las salas de Conferencias, el Despacho del Presidente del Senado y de la Cámara y los Comités Parlamentarios de la mayoría y minoría del Congreso.
NUEVA APROPIACIÓN DE UN MILLÓN DE PESOS
Las medidas tomadas por el doctor Céspedes no tardaron en surtir sus efectos. Hubo un cambio radical en el desenvolvimiento de los trabajos. El detener un tanto la marcha de los mismos para que hubiera abun- dancia de planos con que avanzar más tarde y no hubiera problemas que no se pudieran resolver instantáneamente, el designar al señor Rayneri que con su habilidad y buen juicio salvara las situaciones difíciles, y sus visitas frecuentes a las obras, fueron indicios de que sus anhelos estaban próximos a convertirse en realidad.
Para conseguir la finalidad de su plan, dedicó un millón de pesos sobre los tres y medio ya empleados, que se invirtieron a razón de cien mil pesos mensuales como promedio. De este modo no tan sólo equiparó la velocidad de la obra con los planos sino que a los tres meses siguientes de estar en vigor sus últimas disposiciones se solucionaban todos los problemas, a lo que el señor Rayneri es acreedor por la pericia en el desempeño de su cargo.
Un millón de pesos es una cantidad considerable, pero la magnitud del Capitolio podía asimilarla sin que se notase cambio alguno susceptible. Cada hilada de piedra labrada tenía desarrollada una longitud apro- ximada de 800 mts. y tardaba en completarse con todas las fuerzas disponibles, alrededor de quince días con un costo de $50,000.00 más o menos; pero no siendo posible asentar las piedras en todo el perímetro del edi- ficio y patios centrales por su orden, se fueron completando las distintas secciones según requerían las circunstancias.
Las obras de ladrillo, concreto y hierro se llevaron también adelante, pues el costo de ellas es relativamente bajo en proporción y se comenzaron algunos trabajos importantes relacionados con la cúpula.
Casi todos los trabajos concernientes a la Planta Principal exclusivamente, de los que el señor Bens hiciera estudios incompletos, fueron terminados siguiendo las líneas generales por él trazadas aunque con algunas variantes por requerirlo así la construcción y el gusto de los señores Céspedes y Rayneri.
Cierra con broche de oro el primer período de esta etapa, el estudio bastante bien detallado de la cúpula que hoy es admiración de propios y extraños por su belleza y arrogancia. En tres estudios hechos con anterioridad se apreciaban algunos vicios de construcción, pero a decir verdad no pasaban de simples sketches, sin medidas ni detalles definidos por los que se pudieran ejecutar los planos de trabajo.
Se contrató a los señores Purdy and Henderson Co., de New York, para que prestaran los servicios profesionales en el diseño de la estructura y cimentación, remitiéndoles un juego de planos generales que resultaron suficientes para los cálculos y con plenas indicaciones de las masas para ocultar los miembros
estructurales. Pero preferimos por su importancia dedicar un capítulo aparte a todos los trabajos relacionados con esta cúpula que por sí constituye la principal atracción del edificio, tanto en su interior como exterior.
De los trabajos estructurales en el resto de la obra solamente describimos el del techo de la Biblioteca y de paso el del Depósito de Libros, directamente encima del anterior, como trabajo efectuado dentro del período de la última consignación.
La historia de este techo de la Biblioteca no deja de ser pintoresca. La biblioteca es un salón espacioso que mide 20 mts. de largo y ancho y el Depósito de Libros, sobre ella, tiene las mismas dimensiones.
El señor Raoúl Otero estando aún ejerciendo su cargo de Director Artístico, había hecho un proyecto de la Biblioteca en plantas y elevación con una sección que mostraba las líneas generales del decorado del techo y sobre éste tenía designado un espacio de igual área que la Biblioteca, el cual destinaba a Depósito de Libros.
Tenía ideado que en tal local se pudieran almacenar 300,000 volúmenes y exigió que el piso se diseñara para una carga viva de 300 libros por pie cuadrado y que la estructura fuera suficiente para soportar esta carga, el peso muerto de la estructura, techo decorado, y además el peso de la cubierta del Depósito de Libros.
Remitidos los planos a los contratistas y con las instrucciones que les fueron dadas, diseñaron la estructura correspondiente entregándola al Sr. Otero para que pudiera terminar su decorado del techo de la Biblioteca, pero no lo llevó a cabo por no poder seguir atendiendo a las obras.
Los miembros principalísimos de esta estructura lo formaban dos arquitrabes de acero de doble alma, cada uno compuesto por una plancha de 78″ por 5/8”, 2 angulares de 6″ por 6″ por 7/8”, 2 de 6″ por 4″ por 3/4″ y 2 planchas de 14″ por 7/8″ y 2 de 10″ por 3/4rr en las pestañas. Las secciones de estos arquitrabes impresionaron tanto al señor Bens que en principio creyó en la existencia de algún error y entonces los contratistas enviaron al Director Técnico todos los datos y cálculos de cada pieza de la estructura, no teniendo éste objeción alguna que hacer.
Al inquirir el señor Bens las causas que determinaban las dimensiones de tales arquitrabes y percatado de ellas estimó que la colocación del Depósito de Libros sobre la Biblioteca era absurda, pues constituía una mentira arquitectónica que el techo citado tuviera que soportar tan enorme carga.
Para aliviar este peso dispuso que se suministraran dos armazones de acero, una para sostener el techo de la Biblioteca con una carga viva de tan sólo 100 libras por pie cuadrado y la otra semejante a la anterior para la cubierta del local inmediatamente superior. Con estos requisitos les fueron entregados por los Contratistas los perfiles y disposición de las nuevas armaduras, semejantes a la ya colocada bajo el piso de la Rotonda, por lo que fue necesario cambiar el decorado del techo de la Biblioteca proyectado por el señor Otero.
Como resultado de estas disposiciones se convino en que el piso del Depósito de Libros no fuera cargado con un peso superior al unitario mostrando en los planos del acero y que el exceso de libros sería colocado en los estantes de la Biblioteca del Congreso y la pública «Maceo», construida ésta posteriormente en la planta baja del edificio.
A fines del año 1927 fue colocada la estructura del primer techo y forjada también su cubierta de hormigón armado correspondiente, quedando enrasada estructuralmente la tercera planta casi en su totalidad. Los techos de los vestíbulos en los desembarques de las Escaleras de Honor como el del Vestíbulo de la Biblioteca, hoy Salón Martí, fueron terminados posteriormente cuando se hicieron los estudios definitivos de las plantas y elevaciones de estos locales. Estructuralmente considerados los techos anteriores no significaron ningún problema porque las vigas que se colocaron aunque de dimensiones respetables, debido
principalmente a la distancia entre los apoyos, no ofrecieron dificultad en su diseño.
En el hemiciclo del Senado se habían hecho estudios suficientes y precisos para impulsar las obras en esta sección y se diseñó la armazón de acero de la cubierta con el de las columnas que habrían de recibir gran parte de su peso. Estas columnas además, enlazadas con vigas tendrían que soportar parte de la carga de los palcos, las arcadas y el entablamento de piedra al interior.
Debido al poco dinero disponible por el momento para atender a todas las necesidades se obtuvo un precio de la estructura en su totalidad y luego se contrató solamente la parte correspondiente a las columnas, dejando el resto para otra ocasión para no entorpecer la marcha de la construcción de pilares y techos de concreto, muros de ladrillos y revestimientos de piedra.
En el Hemiciclo de la Cámara se construyeron las graderías destinadas al público que ofrecen un ejemplo como pocos de estudio ingenioso, al que se sacó muy buen partido.
El muro circular de la segunda línea correspondiente a la galería en la planta principal ofrecía muy poca altura comparada con el puntal general y sin embargo el nivel de la galería del público debía corresponder con el del resto del tercer piso. El muro circular exterior necesitaba un amarre en un plano horizontal entre la
planta principal y la cuarta para quedar debidamente reforzado y la proporción de los huecos exteriores no era posible cambiarla sin afectar la belleza de la fachada. En estas condiciones se proyectó el techo de la galería circular en forma abovedada para ganar todo el puntal posible, disponiéndose una serie de arcos de concreto correspondiendo con cada pilar exterior, y sobre estos arcos dos pequeños postes con una viga sobre ellos para recibir la carga del piso. El empuje de los arcos quedaba contrarrestado con la acción de las vigas superiores y de este modo el amarre horizontal del muro exterior resultó muy efectivo.
NUEVO IMPULSO A LOS TRABAJOS
En la segunda quincena del mes de marzo de 1927 fueron llamados por el doctor Céspedes para celebrar un cambio de impresiones, el señor Eugenio Rayneri, Director Técnico y Artístico de las obras y los señores Enrique Merry y José Sabí en representación de la Purdy and Henderson Co. El Secretario explicó el objeto de la reunión, esto es, saber qué se requería para terminar el Capitolio el 20 de mayo del siguiente año y cuál sería su costo.
Con los planos bastante adelantados aunque no finales, fue relativamente fácil hacer un presupuesto detallado para conocer lo que aún faltaba por ejecutar, asignándose algunos capítulos con consignaciones prefijadas para no excederlas en cuanto fuera posible, como decoración, pinturas, bronces, etcétera. El presupuesto alcanzaba la suma de nueve millones y medio de pesos sobre los ya empleados, o sea un total de
$14.000,00.
Impuestos los contratistas de las responsabilidades que iban a contraer, remitieron un memorandum al doctor Céspedes que mereció su aprobación, en el que exponían su plan de ejecución y se firmó un nuevo Contrato por valor de cinco millones de pesos, en el que la compensación de los contratistas quedaba reducida al 7%.
Por Decreto número 497 de 13 de abril de 1928, el Honorable Sr. Presidente resolvió:
«Disponer la rectificación del Decreto número 2033 de 30 de diciembre de 1926 entendiéndose redactado en la forma siguiente:
«Adjudicar a The Chase National Bank of the City of New York el financiamiento de las obras de «Construcción de la Carretera Central» para el pago de certificaciones de obras diferidas y subrogadas, hasta un límite de cinco millones de pesos, y para atender igualmente al financiamiento de las obras de «construcción del Capitolio o Palacio del Congreso» también hasta un límite de cinco millones de pesos, en idéntica forma, y con cargo a los ingresos normales calculados del «Fondo Especial de Obras Públicas» con arreglo a las bases acordadas por el Gobierno y proposiciones hechas definitivamente por dicho licitador adjudicatario, con la salvedad hecha en cuanto a la oportunidad de realizar esos pagos, todo ello con sujeción a las estipulaciones del convenio celebrado contenido en la escritura número 14 de 19 de febrero de 1927″.
El memorandum aprobado por el Secretario decía en síntesis: que era necesario adquirir más equipos para el corte de cantería, ordenar inmediatamente la construcción de una torre de acero para la erección de la cú- pula, libertad para contratar con firmas de solvencia y responsabilidad y por último, que los fondos fueran suficientes en todos momentos.
En estas condiciones, la actividad desplegada fue extraordinaria. Se ordenaron, construyeron y colocaron las estructuras de acero correspondientes a las cubiertas del Hemiciclo del Senado y de la Cámara, del Depósito de Libros y los techos de las Escaleras de Honor; se forjaron los techos y el edificio quedó, con excepción de la cúpula, en condiciones satisfactorias para recibir la decoración, pisos y acabado.
En otro lugar nos hemos referido .a la estructura del techo del Depósito de Libros, diciendo que era semejante a la del techo de la Biblioteca, aunque más ligera, y ahora nos quedan las correspondientes a la Cámara y al Senado que describiremos a grandes rasgos por ser muy complejas. Comencemos por la de la Cámara.
En el proyecto aprobado podía apreciarse que la sustentación de la gran cubierta la formarían dieciocho columnas dispuestas en forma semicircular y los muros anexos al estrado presidencial; las columnas serían de fustes de piedra de Capellanías brilladas y sus capiteles de bronce fundido, y los muros de ladrillos, con diversos revestimientos, reforzados con pilares y cerramentos de hormigón armado.
Las proporciones de los intercolumnios, ya fijos, con el diámetro y altura de las columnas y entablamento no se pudieron seguir con exactitud, pues las columnas debieran ser de menor diámetro que el que tienen en la actualidad, pero la sobrecarga obligó a ello, y aun con la proporción actual el peso que soporta de 60 toneladas cada una, equivale a cerca de 500 libras por pulgada cuadrada.
Propuesta la sustitución de estas columnas macizas por columnas de acero revestidas de piedra se desechó
por el temor de que las juntas verticales pudieran resultar visibles y entonces se hizo una selección de las piedras que se utilizaron en estas columnas, que asegurasen el descarte absoluto de cualquier motivo de fallo.
Como los capiteles de bronce aun no se habían recibido se prescindió de ellos por el momento, construyéndose sobre las columnas unos tacos de concreto reforzado que contenían los pernos de anclaje de los arquitrabes de acero, de forma poligonal, en que descansan las columnas de acero que soportan las cerchas.
Las esquinas de las construcciones ocupadas por los palcos presidenciales eran pilares robustos de hormigón armado y sobre ellos descansaba la cercha principal. De su sección media y perpendicular a ella partía otra cercha que descansaba en su otro extremo sobre una viga armada de doble alma, cuyas reacciones tomaban dos columnas de acero de 10″ conectadas en sus bases a los arquitrabes mencionados primeramente.
Ocho cerchas radiales secundarias, conectadas a la principal se apoyaban en su otro extremo en sendas columnas de acero que llevaban la carga correspondiente a los arquitrabes en forma poligonal.
Los miembros citados son los componentes principales de la estructura que resultó ser de un peso extraordinario por razón de su carga, dimensiones, detalles ornamentales y constructivos.
Primeramente la cubierta de vidrios alambrados protectores en la porción central, con el techo de vidrios ornamentales; luego el resto de la cubierta de hormigón armado, después la construcción suspendida en que se habrían de colocar las maquinarias para la ventilación, fueron objeto de que la estructura resultara en extremo complicada y sin embargo fuera también una obra maestra en cuanto a diseño, fabricación y montaje concierne. La grúa grande fue la encargada de la erección de las piezas muy pesadas y el resto se hizo con simples aparejos y andamiajes colgantes.
Para soportar la construcción del ático se colocaron 18 vigas de acero de 18” entre el muro exterior y los arquitrabes poligonales, dispuestas en forma radial y correspondiendo con los ejes de las columnas de pie- dra.
El gran plafón con sus treinta y ocho casetones, sobre el que se hallan los equipos de la ventilación, tiene su armazón compuesta por dos canales de 15″ colgadas de las cerchas y vigas de 12 radiales y otro canal de 6″ semicircular y paralelo a las primeras.
La estructura de la cubierta del Senado, aunque embarazosa, resulta mucho más sencilla que la anterior y el diseño se asemeja bastante. Para soportarla se contó con cuatro columnas de acero de carga y 8 de suje- ción. Entre las columnas y entre éstas y los pilares de las esquinas de los palcos presidenciales se colocaron vigas armadas de planchas y angulares, en cuyos puntos céntricos descansaban las cerchas, una principal que corre paralela al eje transversal y 8 secundarias, siete de los cuales son radiales y la otra paralela a la principal.
Las piezas secundarias, en general bastante ligeras, sirven para formar la cubierta de vidrios alambrados, bordeada de concreto reforzado, la de vidrios decorativos y de soporte de la ornamentación de yeso.
No es posible describir más minuciosamente los detalles de estas estructuras sin tener los planos a la vista y aun así serían temas tan arduos que la generalidad no los comprendería y por vía de ilustración acom- pañamos algunas fotografías tomadas durante su montaje para que el lector pueda realizar por sí la verificación de este aserto.
Dos capítulos muy importantes de la construcción en general fueron la decoración y los mármoles, en los que se hicieron proezas por la calidad de los trabajos y el tiempo exiguo empleado en su ejecución.
No habiendo aun idea alguna de como se decorarían los salones principales y sobre los planos generales primitivos cual los trazara el señor Otero, una firma inglesa presentó una serie de dibujos coloreados mos- trando la decoración de diversos locales que estuvieron mucho tiempo en suspenso y finalmente desechados debido a los cambios experimentados en la obra, debiendo advertir que algunos de ellos eran primores por la belleza de su colorido y riqueza de sus ornamentos.
Cuando los planos finales y de detalles estuvieron terminados por la oficina de la Dirección Técnica y Artística, les fueron entregados a las firmas Waring and Gillow Ltd., de Londres y William Baumgarten and Co., Inc., de New York, para que los estudiasen y sometieran sus proposiciones con expresión de costo, especificaciones de los trabajos y tiempo de ejecución.
Estudiadas dichas proposiciones por el Director Técnico y Artístico estimó más ventajosa para los intereses del Estado la de Waring and Gillow Ltd., y así lo comunicó al Secretario, quien en definitiva ordenó que les fueran adjudicadas las obras de decoración, suscribiéndose el Contrato correspondiente.
Comenzaron por los revestimientos de Caen Stone en el mes de octubre de 1927 en los locales así
especificados, mientras esperaban por la ejecución de los modelos que procedían de Londres; a medida que llegaban, el Director Técnico y Artístico los aprobaba o hacía reparos si no se ajustaban a los planos correspondientes.
Se les dio una gran nave, antiguos almacenes de carga de los ferrocarriles y en ella instalaron sus oficinas y talleres. Bien pronto demostraron su organización potente, encargando a varios de sus Superintendentes de la dirección de los diversos sectores, tales como modelado, vaciado, reproducciones, trabajos de madera, ebanistería y pintura.
Después de visitar algunos talleres y estudios de esta capital y reconocer la bondad de nuestros artesanos, sub-contrataron muchos trabajos entre las entidades concernientes al ramo y los obreros por ellos utilizados que en ocasiones excedieron de 2,000, fueron en su totalidad nativos o que con nosotros conviven.
Su capacidad quedó demostrada en la perfección que hoy puede notarse en todos los trabajos y en la actividad desplegada en ocho meses escasos de ruda labor.
Todo el decorado de la cuarta planta, oficinas de la planta baja, Biblioteca «Maceo», salones de la policía y enlucidos de masilla y yeso en todo el edificio fueron subcontratados aparte a firmas locales.
Los techos abovedados de las Escaleras de Honor, Gran Vestíbulo central posterior y galerías de la Cámara en la planta principal y posterior de la planta baja se hicieron de losas catalanas, variando el número de roscas según las condiciones. El objeto perseguido era que todas las molduras se corrieran con tarrajas para aplicar luego los ornamentos y así se les exigió a los sub contratistas locales, en sus contratos respectivos, no habiendo ejecutado sus trabajos de acuerdo con estos requisitos la firma inglesa por constar de otro modo en su proposición aceptada.
Los contratistas generales Purdy and Henderson Co., comunicaron al señor Rayneri que algunos procedimientos y materiales que Waring and Gillow Ltd. se disponían a emplear no eran adecuados a nues- tros sistemas de fabricación y condiciones climatológicas y entonces fueron variados para satisfacer estas necesidades.
La urgencia requerida en la adjudicación de los trabajos de decoración fue la causa determinante de que el doctor Céspedes aceptara la proposición más ventajosa por su costo inferior, aunque excedía de la con- signación presupuestada, y todo lo que pudo hacer fue reducir el montante en la cantidad de unos
$120,000.00.
Con más tiempo y muchos más detalles se entregaron las especificaciones y planos para los mármoles a los subcontratistas capacitados que los solicitaron, debiendo someter sus proposiciones con los precios unitarios y totales por cada concepto.
El doctor Céspedes estimó conveniente la celebración de una subastilla y a tal efecto convocó en las oficinas de Purdy and Henderson Co. Electo por unanimidad Presidente del Tribunal, designó al señor José Sabí, Ingeniero de las obras, para ocupar el cargo de Secretario, y se procedió a la apertura de las proposiciones y lectura de su contenido levantándose un acta que firmaron además del Presidente y Secretario, el Director Técnico y los demás miembros del Tribunal compuesto en su mayor parte por los altos oficiales de Purdy and Henderson Co., y los postores allí presentes.
Al día siguiente fue entregado al Ur. Céspedes un cuadro comparativo en que aparecían detallados y en cifras los presupuestos de los postores con indicación de a quien correspondía el precio más bajo en cada local, y una carta de Purdy and Henderson Co., que después de analizar las proposiciones sugería al candidato para ejecutar los trabajos por su competencia y solvencia conocidas, pero como resultaba el postor más alto pedían autorización al doctor Céspedes para tratar de conseguir una rebaja.
Estudiados estos asuntos por el doctor Céspedes y el señor Rayneri, decidieron adjudicar los trabajos en principio al postor más bajo, que resultó ser la firma Fratelli Remuzzi de Italia, pero velando por los in- tereses del Estado acordaron repartirlos con la firma Vereinigte Fichterlgebirge-Granit Syenit u Marmorwerke A. G. de Alemania, en los locales en que los precios de esta última firma resultaran más bajos que los de los italianos. Y como esto pudiera originar confusiones que redundasen en perjuicio de las obras, hicieron un cómputo de las diferencias entre estos dos postores adjudicándoles el Contrato de la planta principal, escaleras principales posteriores, escaleras de Honor y escaleras de los costados del Pórtico a Fratelli Remuzzi y el del resto de los mármoles a la Vereinigte Fichterlgebirge-Granit-Syenit y Marmorwerke, A. G., o casa Grasyma.
Con la entrada del año 1928 creció la efervescencia en las obras; más de cuarenta subcontratistas con numeroso personal todos ellos, trabajaban sin descanso para cumplir sus compromisos, pero lo más notorio era la organización perfecta de Purdy and Henderson Co., para que los millares de obreros empleados no se interfiriesen, trabajando sin atropellos y velando por la protección más eficaz de los trabajos ya ejecutados.
A medida que los decoradores terminaban los techos de algún local, se retiraba el complicado andamiaje para asentar los pisos y después de transcurridos tres días para que el mortero y derretido hubieran fraguado, se protegían los pisos y colocaban nuevamente los andamios para los pintores, bajándolos definitivamente cuando éstos hubieran terminado para pulir los pisos. Colmado el edificio con los andamios, daba la impresión de que su terminación el 20 de mayo no pasaba de ser una quimera, pero cuando se advirtió con qué facilidad quedaba despejado cualquier salón en unas pocas horas, las vacilaciones tornáronse en fe in- quebrantable de que el triunfo estaba próximo.
Cuando se iniciaron los trabajos del Capitolio se recordará que se pretendió salvar todas las obras existentes en aquella época con fines económicos, pero luego se vieron precisados los Directores Técnico y Artístico a hacer caso omiso de ellas por no acomodarse al nuevo proyecto.
Sin embargo hubo una rara peculiaridad y fue que en las vicisitudes por que atravesó la obra siempre se respetó la existencia de un punto de partida, eje de la composición y de los trabajos, que se llamaba «cú- pula».
Cuatro macizos de concreto determinaban la situación y como resultado del estudio que de la misma hiciera el señor Raúl Otero, se fijó el eje transversal del edificio. El otro eje, determinante del centro de la cúpula se hizo coincidir con el de los salones de Pasos Perdidos y en los dos primeros años de la construcción poco se hizo digno de mención en esta porción central del edificio.
La insistencia de los Contratistas porque se le entregasen los planos generales de la cúpula fue aumentando hasta que al hacerse cargo de la Dirección Artística el señor Eugenio Rayneri dedicó su atención preferente al estudio cabal de la cúpula, fijando su forma y altura v hábilmente secundado por una de los arquitectos de la Purdy and Henderson Oo., el señor Ricardo E. Franklyn, la llevó a la más feliz terminación.
LA CÚPULA
No es necesario ser docto en la materia para apreciar las dificultades que hubo que vencer para poderla hoy admirar.
En primer lugar, cuando aún se hacían los planos preliminares en los que sin embargo podían apreciarse las proporciones de sus masas, comprobaron los ingenieros do la Compañía constructora que el peso de la estructura excedía de 30.000 T. y que los cimientos existentes no les ofrecían confianza alguna por estar trabajando en aquellos instantes casi al límite de su capacidad, pues soportaban sendo.- macizos de concreto de más de 40 pie;-; de alto con un peso equivalente a 6,000 libras por pie cuadrado.
Interesando del señor Rayneri todos los datos y piaros referentes a estos antiguos cimientos, no pudieron ser complacidos por no encontrarse en los archivos de la Secretaría, pero sí aseguró que podrían soportar una carga total de 14,000 toneladas y que descansaban sobre pilotes. Este aserto podía ser veraz en cierto modo, pero como donde interesaba tal resistencia era en los cuatro macizos referidos, después de asumir un poder de carga a cada pilote de 20 toneladas dedujeron que de haberse clavado propiamente los 700 pilotes necesarios ocuparían una superficie mayor que la de los cimientos y en vista de esta anomalía decidieron hacer caso omiso de estos y hacer sus estudios sobre nuevas fundaciones.
También recomendaron al señor Rayneri la conveniencia de aligerar en cuanto fuera posible la construcción, introduciendo una estructura de acero para dar la resistencia y estabilidad que se requiriese.
Estas medidas acertadas no vaciló el señor Rayneri en aceptarlas e inmediatamente un grupo de ingenieros de fama mundial, de los que sólo mencionaremos a N. A. Richards y H. V. Spurr, verdaderos ases en el diseño de estructuras de acero y pertenecientes también a la Purdy and Henderson Co., en New York, trabajaron con tal ímpetu que una semana después de haber recibido los planos generales, enviaban los de los cimientos completos y en menos de un mes, los del total de la estructura de acero en forma que permitieran al Arquitecto el estudio de los detalles constructivos de los demás elementos.
Los cimientos de un edificio no pueden diseñarse si se desconocen las condiciones del subsuelo, por cuya causa se hicieron dos calas con la pretensión de encontrar la roca firme a una profundidad ventajosa con po- sibles economías, pero desgraciadamente después de profundizar con la barrena hasta 73 pies, tan sólo se obtuvieron muestras de arcilla mezclada con arena en diversos grados y los Contratistas comunicaron el re- sultado de sus experimentos a sus compañeros de New York y que el terreno no debía cargarse en mayor proporción que la de tres toneladas por pie cuadrado.
El peligro que ofrecen los terrenos arcillosos, particularmente si el agua o la humedad llegara a ellos, de poder comprimirse bajo la acción de un peso, de ser removidos o cambiar de posición, dando por resultado
que el asiento no uniforme de la superestructura sea de fatales consecuencias, fue evitado mediante la introducción de pilotes. Por otra parte, en la necesidad de tener que aumentar el poder de carga del terreno hasta 7,000 libras por pie cuadrado con un buen factor de seguridad hubo que recurrir, a mayor abundancia al empleo de pilotaje.
Las instrucciones enviadas para la hinca de los pilotes fueron: que para evitar todo asiento posible, el número de pilotes que se colocasen debajo de cada cimiento, debería llenar por completo los espacios no consolidados del subsuelo cuya cantidad la determinarían las condiciones locales. Se comenzaría clavando una hilera de pilotes, espaciados a 30″ entre sus centros, siguiendo el perímetro de los cimientos, luego las hileras siguientes gualtrapeando los pilotes y posiblemente alterando su espaciamiento si se advirtiese que el terreno circundante se levantara; la longitud de los pilotes recomendada era entre 25 y 30 pies.
Todos los pilotes empleados fueron de jiquí y se clavaron con el martinete de vapor. Solamente unos pocos pudieron clavarse en toda su longitud teniendo que aserrarse la mayor parte cuando la penetración llegaba a los 20 pies.
Terminados los trabajos de hinca del pilotaje satisfactoriamente, se aserraron todas las cabezas de las estacas a un mismo nivel y se apisonó el terreno rellenándose con piedra picada hasta una altura de 6″ por debajo del nivel de los pilotes cortados. Se colocaron los refuerzos de acero y se construyeron los encofrados, suspendiéndolos de obras falsas de madera hasta que el hormigón se hubo depositado y fraguado.
De las cuatro nuevas bases de sustentación de la cúpula, tres eran típicas y las correspondientes a lado del Pórtico mucho mayores y más complejas que las anteriores. Ahora solamente describiremos una de las tí- picas.
La forma de estas bases corresponde al diseño de vigas T invertidas de 40 pies de largo, 26 de anchura de las aletas, 33 3″ de distancia entre los centros de los apoyos y con una carga de 7,000 libras por pie cua- drado. El espesor de las aletas era de 60″ y la sección libre del alma o vástago de 7/ 6″ de espesor por 10 pies de altura.
El refuerzo de las aletas lo formaban 139 barras de 1″ de sección cuadrada y 18 de ½” para mantenerlas equidistantes. El del vástago o alma, tres hileras de 20 barras cada una, 60 en total, de 1 3/4″ de sección cua- drada también; de estas barras 20 eran rectas y 40 dobladas en diversos planos y en ángulos de 45° para reforzar la viga contra los esfuerzos cortantes.
En las porciones donde el alma pasa por debajo de los puntos de apoyo, estaban reforzadas con tres enrejados formados cada uno por 14 barras de 1/2″ dispuestos horizontalmente y en forma de ganchos.
Para sostener en su posición las barras del alma, se ataron con alambres gruesos y cabillas de menor sección con las que se formaron obras falsas, quedando suspendidas de dos aparejos diferenciales mientras se depositaba el concreto.
El volumen de concreto correspondiente a cada base típica era de 250 M3 y como tenían que depositarse sin interrupción se pusieron en marcha tres mezcladoras de concreto para que el chorro de concreto fuera continuo y no se invirtieran más de ocho horas en la operación.
Después de fraguar el concreto se construyeron en el perímetro de las bases, muros de contención de concreto reforzado y cubiertas entre estos muros y el alma de la T, para aligerar las bases suprimiendo el peso del relleno que de otro modo gravitaría sobre ellas.
Listas las bases para recibir el acero se colocaron debajo de cada columna unos emparrillados formados por dos carnadas de vigas de acero, la inferior de 7 a 20″ por 75 libras en el sentido longitudinal y la otra de 4 vigas de 20″ por 100 libras perpendiculares a las anteriores. Sobre los emparrillados se colocaron platos de acero «Billets» de 35″X40″ de sección y 61/2″ de espesor, cepillados en su cara superior para asegurar un buen asiento a la columna.
A cada base de fundación correspondían dos columnas de acero distantes de 16 ½” del eje o 33° 3″ entre sus centros. Las columnas, diseñadas para cargar 1,440 toneladas estaban descompuestas por planchas y angulares y coronadas por billets de 30″ X 6″ en los que descansaban dos arquitrabes pareados de 44° 5″ de largo y formados cada uno por un alma de 72″ x ¾” y cuatro angulares de 8″x8″x1″ con cuatro planchas de 20″ por 7/8// en toda su longitud como pestañas.
En los extremos libres de los arquitrabes y a cuatro pies fuera de los centros de las columnas correspondientes a la planta baja, descansaban las columnas de la planta principal sobre billets de 28″x38″x7″ que trasmitían a los arquitrabes cargas concentradas de 1,370 toneladas, por cuya razón estos tenían dos planchas de 69 1/2″ x 5/8” y 8 de largo en cada uno de sus extremos para refuerzo del alma y 52 angulares de 6″x4″ por 3/4″ en sentido vertical.
Como dato interesante de estos arquitrabes diremos que pesaban alrededor de 26 toneladas cada uno, siendo las piezas más pesadas que se han fabricado en Cuba en la longitud de ellos, y que tienen lugares en los extremos en que los remaches empalman diversas piezas con un espesor total de 5 ½” por lo que hubo que ordenar a los Estados unidos la máquina capaz de hacer este trabajo de roblonadura.
El montaje de piezas tan largas y pesadas se verificó sencilla y rápidamente después que entre la grúa cartepillar y la grande, ayudadas más tarde con un winche, las elevaron desde el terreno hasta el nivel de la planta principal, donde después de apuntalar el piso se llevaron sobre rodillos de acero hasta el lugar de su destino.
La construcción de la cuarta base ofreció un poco de dificultad por querer conservar una cantidad de obras que para no interferir con los cimientos hubo que colgarlas de grandes vigas destinadas a otros lugares de la obra pero que por el momento tenían que rendir esta labor de tanta importancia.
No describiremos los pormenores de este cimiento pero sí diremos que tenía dos vástagos, uno de apoyo a los macizos que estaban debajo de dos de las columnas de granito y el otro que recibía la carga de cuatro de las columnas de acero. De estas .columnas las dos centrales pisaban unos arquitrabes triples de acero que descansando en gran parte sobre el cimiento recibían fuera de los límites de éste la carga de las otras columnas.
A cierta altura y por debajo del nivel de la planta principal las columnas centrales soportaban unos arquitrabes pareados cuyo otro apoyo eran dos macizos de concreto, que recibían las cargas de las columnas superiores a 21 ½” del eje de los de la planta baja.
Se procedió luego a excavar y cimentar los espacios dejados entre las cuatro bases principales y cimientos adyacentes acuñando de este modo la cimentación de los cuatro macizos con anterioridad a las obras. Los cimientos de seis columnas que parten de la planta principal, cuyos ejes son paralelos dos a dos con los de las columnas correspondientes a las bases típicas y que en otro capítulo anotamos como de dimensiones exa- geradas, fueron utilizados satisfactoriamente y hechos trabajar a toda su capacidad.
Conviene recordar también la forma que se dio a la armazón del piso de la rotonda. En el espacio central de 10 mts. en cuadro aproximadamente, subdividido por las vigas de 28″ en tres rectángulos se construyó una gran torre de acero con plataformas a diversas alturas, escaleras para los trabajadores, espacio central para cuatro montacargas y en las esquinas cuatro grúas giratorias con capacidad de 10 toneladas cada una. Esta torre, con su equipo, dimensiones y solidez fue de un resultado extraordinario pues principalmente el problema del andamiaje se redujo a una bagatela y el progreso de la obra se percibía con notoriedad.
Continuemos ahora con la descripción de la estructura a contar de la Planta Principal.
Uniendo los ejes de las columnas correspondientes a las cuatro bases nuevas con líneas imaginarias la figura resultante sería un octógono de cuatro lados mayores construidos ya de acero y cuatro menores sin ar- ticulación con los primeros; pero suponiendo que lo estuvieran, la figura sería extensible y capaz de deformarse, por lo que se colocaron cuatro columnas que llamaremos suplementarias, en las intersecciones supuestas de los lados mayores y de este modo la unión continua de los centros de las columnas se transformaba en un rectángulo cuyas esquinas quedaban notablemente reforzadas por los triángulos formados por cada tres de las columnas.
Estos grupos de tres columnas representaban por su rigidez las bases esenciales para la sustentación del domo. En las articulaciones de sus piezas en el sentido vertical se colocaron miembros para soportar los revestimientos de ladrillos, piedra y mármol, introduciéndose igualmente en ellos las crucetas de refuerzo contra la acción del viento, tendente a volcar la estructura.
Seis columnas aisladas, colocadas en los pilares que soportan los arcos torales más distantes del centro, reciben tres arquitrabes de acero formados por almas de 72″ por 5/8 y pestañas de 4 angulares de 6″ por 6″ por 1″ y cuatro planchas de 14″ por 1”.
Paralelamente a estos tres arquitrabes y correspondiendo con las siete columnas de los arcos torales interiores se colocaron tres cerchas enormes de 187″ de altura cuyo cordón inferior componían cuatro canales de 18″ y 4 canales de 15″ el superior.
Conectadas a los arquitrabes y descansando en él cordón inferior de las cerchas se dispusieron en cada sección cuatro vigas de 30″ de 200 libras por pie lineal como peso máximo, que llevaban sendas columnas de acero correspondientes a otras tantas de las columnas del peristilo y en su otro extremo libre, hacia el interior, un anillo formado por vigas de 14″, canales de 15″ y angulares de 6 por 4 por ½” servían de soporte al entablamento.
Apareciendo en los planos generales arquitectónicos el entablamiento interior de piedra, se diseñaron las vigas para el peso correspondiente, pero cierto día al informársele al doctor Céspedes la conveniencia de
cambiar los nervios del domo, considerados en el estudio del acero como de bronce, a piedra, y aprobar dicha proposición del señor Rayneri, se convino con éste en sustituir la piedra del entablamento por otro ma- terial más ligero para que el peso extra de los nervios no afectara la resistencia de las cerchas.
El piso de la galería circular correspondiente al tambor, igual que el estilóbato, tenían su armazón formada de piezas ligeras, la del piso de la galería sostenía el muro exterior del tambor y en la convergencia de tres partes de vigas sobre el cordón superior de las grandes cerchas arrancaban seis de las columnas de acero interiores. Sobre cuatro arquitrabes con apoyos en cada dos cerchas adyacentes, compuestas por un alma de 72″ por 15/16″ y cuatro angulares de 8″ por 6″ por 7/8″ y seis planchas de 16″ por ¾” se colocaron ocho columnas que con las dos de la entrada central hacían el total de 16 dispuestas en forma circular y empotradas en el muro de la segunda línea del peristilo.
Las columnas de piedra interiores descansaban independientemente de las de acero en la prolongación de pares de vigas de 15″ que se extienden desde la línea del tambor a las cerchas y las 8 de los chaflanes sobre vigas de 27″ rígidamente conectadas a los arquitrabes paralelos a ellas.
En la galería del tambor se colocaron en toda su extensión crucetas verticales y en el nivel del piso refuerzos adecuados para resistir los efectos del viento. Las crucetas también llamadas de forma de X eran angulares de 5″ por 31/g» por 5/16″ y los refuerzos enlazaban cada una de las 16 columnas interiores con las dos más próximas de las exteriores.
La armazón del piso del peristilo era semejante a la del tambor, pues el refuerzo lo formaban pares de canales de 15″ dispuestas de igual modo que las anteriores, que empalmaban la parte superior de las cruce- tas. Estos pares de canales de 15″ y una cadena exterior de vigas de 12″ sostenían el piso estructural de concreto de 5″ de espesor y un anillo hacia el exterior de 15″ de grueso sobre el que asentaron las columnas de piedra.
Al llegar a este nivel hubo que retardar un poco la colocación del acero para dar lugar al asiento de las columnas de piedra cuya operación se verificó igualmente con la ayuda de las cuatro grúas de la torre de montaje. Hubiera sido tarea que esperar por el fraguado del mortero ya que el equipo así lo permitía, pero de todos modos y contando con este factor imprescindible sólo se invirtieron diez días escasos en el asiento total de las columnas.
La intercalación de este trabajo en el del montaje de acero se debió al hecho de que ciertos miembros de la estructura descansan en la línea de las columnas exteriores, siendo necesario tener estas terminadas para recibirlos, y en segundo término aunque de mayor importancia, para que las grúas pudieran llevar las diversas secciones de las columnas a sus lugares respectivos sin obstáculos que pudieran traducirse en demoras perjudiciales para la marcha eficaz de todos los trabajos.
Prosiguiendo con la estructura de acero, diremos que teniendo en cuenta la disposición del señor Rayneri y aprobación del señor Secretario de sustituir los nervios de la cúpula de bronce a piedra hubo que reforzar algunos miembros de la estructura ya que la carga iba a ser mucho mayor que la que se tomó en consideración al estudiarse el diseño.
Colocadas las armazones de la doble cubierta del peristilo y el anillo de vigas para .soportar la construcción circular de la segunda línea se procedió a la erección de los últimos tramos de las columnas de acero interiores con sus refuerzos contra el viento y coronamiento de vigas para soporte del basamento de los nervios y aproximadamente la mitad del peso de la bóveda.
Ocho de las columnas, debidamente reforzadas recibirían el peso remanente de la porción superior mediante cuatro cerchas perpendiculares de tres cordones en las que el cordón superior alcanza la altura del collarín y una serie de vigas forma un polígono de transición para adaptarse a la forma circular de éste.
Conectadas al polígono de vigas del collarín y a dos series de vigas que enlazan las cerchas en dos niveles distintos, se colocaron treinta y dos vigas curvas correspondientes a cada nervio y con apoyo en un muro de hormigón armado que se construyó después y que siguiendo la forma de la bóveda se extendía hasta el nivel medio, entre la base de los nervios y el collarín.
Forzosamente estos detalles de la construcción exigían que el orden de los trabajos se alterase teniendo que paralizarse materialmente algunos para dar preferencia a otros debido a las exigencias del momento. Así se podía observar que el asiento de la cantería de la cúpula se realizaba al mismo tiempo en el estilóbato, entablamento del peristilo y basamento de los nervios, cuando los cantos de las secciones inmediatamente inferiores distaban mucho aún de pensarse en su aserrío.
Las cerchas de que acabamos de hacer mención resolvieron a nuestro juicio tal multitud de problemas tanto económicos como constructivos que sin lugar a dudas podemos calificarlas como la obra maestra del diseño complicado en general de la estructura. De ellas cuelgan los tensores y la estructura del casquete
interior, soportan las escaleras que partiendo del nivel de la cubierta del peristilo se extienden hasta el collarín, conteniendo los reostatos de los reflectores, fueron factores primordiales del peligroso andamiaje y sin embargo son tan sencillas en cuanto a su construcción y montaje se refiere que no podemos pasar por alto sin dedicar nuestros más cálidos elogios a los autores del diseño, Purdy and Henderson Co.
Por exigirlo así los planos arquitectónicos, el estudio del acero hetího por Purdy and Henderson Co., de New York, terminaba a la altura del collarín pero en exceso de precaución se consultó con el señor Raynery la conveniencia de colocar un poco de acero más en la porción correspondiente a la linterna en previsión contra los huracanes .que periódicamente nos azotan y obtenida la debida autorización se construyó la ar- mazón del casquete de la linterna, soportándolo en columnas de acero correspondientes a cada una de piedra, y haciendo empalmes rígidos con las vigas del collarín, un remate de bronce asido fuertemente a un dispo- sitivo en la estructura del casquete pareció denotar que el trabajo estaba vencido, pues se había podido escalar hasta la cumbre del edificio; y en efecto así sucedió.
No sabemos por qué, si debido a las ansias del doctor Céspedes, al fervor y celo dé los empleados, prurito de reputación de los Contratistas o todos estos elementos combinados, el caso fue que todos salieron airosos en sus cometidos, desde el instante en que la terminación de los trabajos se redujo a los conceptos de maquinaria, personal y administración, de los que las obras del Capitolio marcaron el paso en todos los momentos.
Se construía y remataban los trabajos con asombrosa rapidez sin tener en cuenta su volumen ni dificultad, pues en las luchas vencen los que tienen fe en el triunfo. Prueba de este aserto fue el corte, labra y asiento de las piedras constitutivas de los nervios que por su número y diversidad de plantillas y configuración, ya que las piedras de la misma hilada eran las únicas iguales entre sí, bastaron para probar la eficiencia y ánimo de todos los que de alguna manera intervinieron en su ejecución.
Tanto las superficies libres dejadas por los nervios como la del cimborrio y remate se cubrieron con planchas de cobre sobre las que se aplicaron dos capas de oro de 22 kilates en láminas. El objeto de este revestimiento era imprescindible como protección contra los gases corrosivos que se encuentran en la atmósfera, ya que el oro no es atacado por ellos y forma un bello contraste con la blancura de la piedra.
Continuaron las obras de revestimientos y decorado sin más problema que el de su ejecución en un tiempo exiguo, pero felizmente se terminaron siendo factor principalísimo la torre de acero central en su calidad de punto de apoyo de todos los andamies y como distribuidora de materiales de todo el contorno.
Esta pálida exposición del proceso de la construcción de la Cúpula condensada en grado máximo para no cansar al lector con adjetivos y minuciosidad de detalles que pudieran interesarle, la completaremos con algunos datos facilitados por los Contratistas para que por comparación con otros edificios construidos por ellos se tenga un concepto más preciso de su estructura y cimentación ya que no puede hablarse del resto de sus elementos pues es única en su clase.
En el edificio de ocho pisos, La Metropolitana, que ocupa una extensión de 1,800 M2, se emplearon en la estructura de acero 1,032 toneladas solamente y en el Palacio del Centro Asturiano diseñado para .soportar cuatro pisos adicionales, unas dos mil cien toneladas ; pues bien, en la cúpula del edificio del Capitolio el tonelaje de acero excede de esta última cantidad y el volumen de concreto de sus cuatro bases principales iguala prácticamente al del empleado en la cimentación de las columnas del último edificio.
Respecto a la altura que alcanza el remate—unos 96 mts.—podemos compararla con el edificio de la Cuban Telephone Co., una de nuestras torres más altas y veremos que la de ésta es solamente dos terceras partes de la del Capitolio. La aguja de la Iglesia del Sagrado Corazón de los P.P. Jesuítas, es la que más se acerca en altura, debido a la diferencia de nivel en el emplazamiento, pero numéricamente resulta un 20% de menor altitud.
Durante la erección de la Cúpula y cuando el asiento de la cantería del Pórtico tocaba a su fin se procedió a la construcción de la Gran Escalinata. Su estructura es de concreto reforzado y el revestimiento de granito.
Esta escalinata de dimensiones excepcionales, pues mide de ancho 35.90 ms. por 27.43 ms. de largo, consta de 55 pasos interrumpidos por mesetas, con guarderas robustas y escalonadas que coronan dos grupos escultóricos de bronce: «La Virtud Tutelar del Pueblo» y «El Trabajo», obras del glorioso Zanelli.
La fotografía adjunta dará una idea bien precisa de su amplitud y solidez de construcción, pues en ella aparecen al pie de 5,000 almas, casi todas de obreros y empleados de la construcción del edificio en el día que fue tomada.
TERCERA PARTE
DESCRIPCIÓN DEL CAPITOLIO EXTERIOR
EL Capitolio está emplazado en un cuadrilátero que cierran las siguientes calles: Paseo de Martí, Dragones, Raimundo Cabrera y José de San Martín. Su fachada principal, con la monumental escalinata en su centro, mira a la primera de las mencionadas calles.
La cúpula por su grandeza y elevación se divisa no sólo desde los extremos más apartados de la ciudad y aun de las poblaciones limítrofes, sino también desde una distancia de unas cuantas millas mar afuera. Así, las dos luminarias que primeramente ve el viajero que se acerca a nuestras costas son: la torre del Castillo del Morro y la cúpula del Capitolio, centinela y guardián de nuestras libertades la primera; cifra y símbolo de esas libertades la segunda.
Visto desde lejos, el Capitolio da la sensación de una gran mole de piedra, pero ya se aprecia la disposición armónica de sus masas, y su severo perfil, que irradian sugestiva fuerza.
Para estudiar la armonía arquitectónica del edificio situémonos frente a su fachada principal, en eje con la cúpula y observemos primero su contorno o silueta, y luego sus distintos elementos de composición, anali- zándolos dentro del más amplio sentido artístico. Lo primero que llama nuestra atención es que se trata de una fachada perfectamente simétrica respecto al eje que pasa por la cúpula. Sin duda alguna, tenía que ser una composición simétrica; ello indica en un edificio monumental, estabilidad. Más siendo su destino albergar los cuerpos Colegisladores, cuyas fuerzas están equiparadas en nuestra democracia, la arquitectura responde entonces con tuda lógica al fin que se ha perseguido: la analogía y equilibrio entre ambas partes del edificio.
Al mismo tiempo nos impresionan sus dimensiones: la cúpula con una altura total de 91.73 metros y el largo total del edificio con 207.44 metros; medidas verdaderamente respetables, pero necesarias, tanto para que pueda prevalecer- en el conjunto de edificios cercanos, como por la exigencia de locales interiores que respondieran no sólo a las necesidades actuales sino a un futuro de probable engrandecimiento de la Nación.
La fachada responde en cuanto a su distribución de masas, a la escuela francesa moderna. Consta de: un cuerpo central bien destacado del resto, con la gran escalinata, a que ya nos hemos referido, y a iguales dis- tancias del mismo, dos cuerpos salientes de menos anchura y elevación.
Entre el cuerpo central y los cuerpos salientes de los extremos hay dos alas que los unen entre sí y completan el frente principal del edificio.
Por último, en los extremos se extienden amplias masas de muros que siguen una forma semicircular y van a unirse con la fachada posterior. Esta forma semicircular sugiere enseguida un interior dedicado, a reunio- nes o asambleas deliberativas; en efecto, esos muros son los límites de los hemiciclos del Senado y la Cámara de Representantes. La fachada que da a la calle de Raimundo Cabrera es semejante a la principal en cuanto a distribución de masas, pues tiene como ésta un cuerpo central proyectado (en la planta baja es la Porte-Cochere o entrada para carruajes y en los pisos superiores el saliente de la gran biblioteca del Congreso) dos pabellones extremos (con entrada para el público al Senado y a la Cámara) y dos alas de unión intermedias entre estos cuerpos, que forman en todos los pisos las fachadas de los departamentos dedicados a las oficinas y los Comités Parlamentarios de ambos cuerpos colegisladores.
Las fachadas laterales (la derecha que da hacia la Plaza de la Fraternidad y la izquierda hacia la calle de José San Martín) son las resultantes de la principal y la posterior.
ANÁLISIS DE LAS ELEVACIONES
Analicemos ahora, dentro de ese conjunto, las parles en que están divididas las elevaciones y notaremos que
constan en general de tres partes: el basamento, un orden completo, y un ático. El basamento constituye la planta baja del edificio que tiene en su parte inferior un estilóbato o zócalo de granito que corre alrededor de todo el edificio, interrumpido sólo por las escalinatas de los distintos cuerpos, también de granito. Este ba- samento de 7.05 metros de altura, contados desde la parte superior del zócalo, es de sólidas proporciones y consta de un gran moldurón de base, de donde se levantan los muros, almohadillado, con ventanas cintradas y en los que se pueden apreciar la simetría y regularidad del despiezo de las piedras. Este basamento remata, en una cornisa ancha y de poco vuelo,
El eje de cada ventana coincide con el de cada intercolumnio de la columnata de la planta alta, cuyas columnas tiene una separación de 4.10 metros, de centro a centro. La disposición concordante de vanos y macizos da además al basamento una apariencia de gran robustez. El espesor de los muros varía entre 1.79 metros en los pabellones extremos y 0.97 metros en los hemiciclos, hechos de concreto reforzado, con revestimiento de piedra.
Sobre este sólido basamento se alza un cuerpo completo de orden dórico, de proporciones casi clásicas. En sus alas de unión se destacan las logias, formada cada una por diez columnas dóricas de piedra, de 1.36 metros de diámetro y 10.70 de altura y cuyos bolos tienen 0.75 metros de elevación. Las bases de estas columnas tienen 1.85 metros en cuadro. Los capiteles brillantemente labrados y trabajados, ostentan un cuarto bocel ornamentado con huevos y flechas tallados profundamente, con lo cual se ha conseguido un bello juego de luces y sombras en lo alto de las columnas.
Con esta columna de las logias se obtiene no sólo un precioso efecto de contraste entre los planos blancos de la fachada y las sombras proyectadas por el techo sino que se logra eliminar el exceso de luz solar y de calor en el interior del gran Salón de Pasos Perdidos, en el cual han de congregarse numerosas personas .en ocasiones de fiestas o ceremonias oficiales.
LAS LOGIAS
Las logias están construidas por las columnas con su base y capiteles decorados, formando entre ellas nueve intercolumnios, en cuyos ejes están las amplias ventanas que dan al Salón de Pasos Perdidos, y que miden 1.96 metros de ancho por 7.10 metros de alto. Sobre estas ventanas se destacan como hermosos motivos de decoración, los recuadros esculpidos o metopas labradas en la piedra, en bajo relieve y que están inspirados en temas simbólicos de la vida nacional. He aquí los que corresponden al ala derecha o sea a la del Senado:
- —El comercio
- —La
- —El
- —La minería.
- —La Instrucción.
- —La cerámica.
- —La
- —La mecánica.
- —La
- —La industria
- —El comercio marítimo.
He aquí los del ala izquierda (Cámara):
- —Los
- —La
- —Los leñadores.
- —La carpintería.
- —El
- —La
- —La
- —La caña.
- —La forja de
- —La destilería.
- —Las
Además hay otras cuatro metopas en cada uno de los pabellones extremos, tres de las cuales se hallan en sus frentes correspondiendo a sus tres intercolumnios y la restante en sus costados; ellos representan en el pabellón del lado del Senado: la música, el baile, la poesía y la arquitectura.
Y en el pabellón del lado de la Cámara: Las matemáticas, la química, la astronomía y la física.
ARTESONADO DE LAS LOGIAS
Ya hemos visto que la primera línea se compone de 10 columnas dóricas distanciadas entre sí 4.10 metros, de centro a centro, y que frente a ellas, en la segunda línea, hay otras tantas pilastras de ancho igual al diámetro superior de las columnas, que es de 1.17 metros. Pues bien, sobre estas pilastras y columnas corre un arquitrabe de piedra que, a su vez, soporta otros arquitrabes, situados transversalmente y perpendiculares a la fachada. Entre cada dos de estos arquitrabes se hallan, perfectamente combinados, tres casetones de no mucha profundidad, con sus correspondientes rosetas que llenan el cuadrado central. El conjunto formado por la repetición de estos arquitrabes y casetones es bien proporcionado y está policromado en toda su extensión.
CUERPO CENTRAL Y ESCALINATA
En cuanto al cuerpo central es de notar especialmente su gran escalinata de granito, bordeada por macizas guarderas, coronadas por dos magníficos grupos de figuras en bronce que simbolizan una «El trabajo» y la otra «La virtud tutelar del Pueblo», ambas del insigne escultor italiano Angelo Zanelli. La magnitud de estos grupos, que tienen 6.50 metros de altura, está en proporción con las grandes masas de los muros del Pórtico Central dan a la gran escalinata, un carácter majestuoso, que armoniza con el conjunto.
EL PÓRTICO CENTRAL
La gran escalinata conduce al Pórtigo Central. Dicho Pórtico, que tiene 36 metros de ancho y más de 16 metros de altura, lo forman dos macizos en los extremos y 12 columnas de orden jónico, de las cuales seis están en la primera línea y las otras seis en la segunda línea de muros.
Estas columnas de granito se distinguen por sus enormes dimensiones, pues tienen de diámetro 1.55 metros y una altura de 14.10 metros. Sus bases tienen 2.15 metros en cuadro, y sus capiteles jónicos romanos, de dos caras, tienen 2.00 metros por 1.92. Estos seis pares de columnas de granito, cuyo espaciamiento es de 4.50 metros de centro a centro, forman cinco intercolumnios, ocupando los tres centrales las grandes puertas principales del Capitolio, que tienen 2.35 metros de anchura por 7.70 de alto, y que están situadas en la segunda línea de muros del Pórtico. En los extremos laterales del interior de este pórtico existen otras puertas más pequeñas que son las entradas a los elevadores y escaleras, que conducen a la cúpula; puertas que tienen una decoración muy bella y clásica, consistente en un entablamento sostenido por delicadas ménsulas, que, a su vez, descansan sobre las fajas que forman el jambeado del hueco.
Un motivo de alta decoración y de bello simbolismo son los recuadros de mármol boticcino esculpidos por Angelo Zanelli y colocados sobre todas las puertas y los paneaux laterales de este hermosísimo pórtico. Estos paneles decorativos o recuadros están a la misma altura y vistos en con junto hacen el efecto de un magnífico friso; que corre alrededor de todo el pórtico. Los asuntos representados en estos paneles son: a la izquierda El espíritu destructor con la guerra», a la derecha «El espíritu constructivo con la paz» y al centro el Escudo de la República. Estos bajorrelieves están ejecutados en estilo romano clásico.
El aspecto exterior de este pórtico es de gran severidad y solidez debido a sus buenas proporciones y a la acertada disposición de los elementos arquitectónicos y ornamentales que lo componen.
Es de observarse que en su entablamento están exageradas las proporciones del orden jónico clásico, pero esta exageración es beneficiosa, pues las grandes masas de los muros laterales la exigía para compensación. Las líneas del arquitrabe y su ancha faja decorada con grecas y rosetas, constituyen también un elemento original.
La cornisa es rica en decoración, y son de notarse sus modillones, exquisitamente labrados, así como las cabezas de leones situadas en la moldura de cima, cuyos salientes proyectan una serie de sombras alternadas de mucha gracia y singular efecto artístico.
Todo el plafón de esta cornisa está decorado ricamente con recuadros, entre los modillones y en cada uno hay rosetas de distinto diseño y gran relieve.
LA FACHADA POSTERIOR
La fachada posterior está tratada siguiendo el mismo orden dórico de la fachada principal, pero con pi- lastras, que sostienen el mismo coronamiento o cornisa dórica con mútulas y dentículas intercaladas, que constituyen una variación bastante original en esta composición francesa. Estas pilastras abarcan la altura de dos pisos y entre ellas se ven las ventanas, cuyas proporciones están de acuerdo con los macizos.
En la fachada posterior hay también un cuerpo central saliente acusando una entrada: la porte cocliéra de acceso para carruajes. Este saliente también acusa un lugar importante del edificio; la gran biblioteca del Congreso en .el piso principal.
EL ÁTICO
.Naturalmente, un edificio monumental, como es el Capitolio y tratado y siguiendo a los clásicos, ya a la escuela francesa neoclásica, ha de tener un ático.
Este ático, que en el Capitolio es un poco exagerado de proporciones, por la necesidad de darle un puntal adecuado al cuarto piso, donde se hallan las oficinas de los señores Representantes y Senadores, forma el cuerpo de terminación superior en todas las fachadas.
LA CÚPULA
La cúpula está emplazada en la intersección de los ejes del Salón de Pasos Perdidos y el Pórtico Central. Comienza a erguirse sobre el edificio por encima del ático del pórtico y consta de un estilóbato cuadrado, de
32.46 metros de anchura, con chaflanes entrantes en sus esquinas; luego se prolonga en un cuerpo cilindrico o tambor de 31.68 metros de diámetro con aberturas o ventanas cintradas. Este tambor constituye, el ba- samento de un peristilo corintio, rematado por una balaustrada.
Dicho peristilo tiene de diámetro exterior 31.00 y una altura de 14.75 metros. Su? columnas de 0.95 metros de diámetro tiene 9.50 de altura. Sus capiteles, finamente labrados, están inspirados en los del pórtico del Templo de Mars Vengeur en Roma, aunque variándolo ligeramente en las proyecciones de sus ornamentos por la altura a que debían ser puestos. El empleo de este orden es el más apropiado por su esbeltez y sus delicadas proporciones, si se tiene en cuenta que va aligerándose la apariencia arquitectónica a medida que se eleva la estructura. El entablamento de este peristilo tiene detalles exquisitos de labrado en piedra, entre los que se destacan los modillones, y rosetones del plafón de la cornisa, que, vistos desde lejos,
rompen la continuidad con sus efectos de luz y sombra. De cerca tienen el atractivo y la gracia de ornamentos bien situados y artísticamente terminados.
Al llegar aquí en nuestra descripción, observamos una segunda línea o muro cilindrico dentro del peristilo, que es donde están las ventanas que permiten la entrada de luz al interior. Este Peristilo es no sólo una tran- sición conveniente para la silueta del conjunto, sino algo útil a la iluminación interior. En nuestro clima, próvido de luz solar y de calor, debemos valemos de todos los medios que brinda la Arquitectura para con- seguir una disminución de esos agentes físicos, que si bien son útiles y necesarios en cierta medida, en casos como este de la Cúpula es conveniente atenuarlos para producir una iluminación suavemente difusa y evitar, al mismo tiempo un exceso de calor interior.
En esa segunda línea del peristilo se ven diez y seis grandes ventanales de bronce y cristal y un friso de guirnaldas labradas que corre por encima de los ventanales.
Su techo es artesonado con casetones que irradian del centro de la Cúpula, estando policromadas sus molduras ornamentadas, su fondo y sus rosetas.
La amplitud de este peristilo, que es, al mismo tiempo un lugar de tránsito, y donde están situadas las escaleras de bronce que conducen a la terraza; su bien diseñada decoración; la magnitud y proporciones de sus columnas en fin, el conjunto de todos estos elementos, dan al que lo contempla, una grata visión de aquellos tiempos de la antigua Roma que tantos monumentos de arte dejó a la posteridad.
Por encima del peristilo y a plomo con el muro de la segunda línea ya mencionada, se destaca un cuerpo más retirado y de menor diámetro con el cual se consigue ir disminuyendo gradualmente la silueta y llegar a la cúpula propiamente dicha.
Este cuerpo, superpuesto sobre la segunda línea del peristilo y concéntrico con él, es el último cuerpo cilíndrico de la estructura y su composición arquitectónica va preparando los elementos del domo. Tiene 16 pares de pilastras con bases y capiteles jónicos modernos, entre las cuales se ven caladas en el muro diez y seis ventanas rematadas superiormente en arco Ide medio punto, siendo las hojas de las ventanas de bronce y cristales. Esa combinación, de dobles pilastras resaltadas y arcos intermedios, es muy apropiada, pues éstos se agrupan de tal manera que hacen graciosa por la relación de sus vanos y macizos el coronamiento de la estructura y le dan variedad a la composición. Esta serie de pilastras soporta un entablamento que tiene en su borde y por la parte superior un barandaje de bronce, para que la cornisa pueda servir de balcón de tránsito.
Encima de este entablamento hay un pretil, cuyas líneas de molduras resuelven en cada lugar donde ocurren los pares de pilastras, formando unos anchos pilares, de donde arrancan los nervios resaltados del domo. Estos nervios en número de diez y seis son de gran proyección respecto del casquete principal de la cúpula y su sección y forma general están inspirados en los de la cúpula de San Pedro en Roma.
La silueta de la cúpula es un acierto. Efectivamente tiene una curvatura que, aunque compuesta de arcos de círculos, éstos están acordados de tal modo que el efecto es casi el de un paraboloide, desde cuya cúspide se deslizan suavemente los salientes de piedra que forman sus diez y seis nervios.
Entre estos 16 nervios y contrastando con la blancura de la piedra se ven los paneles que forman el casquete; recubiertos con doble lámina de oro de 22 quilates, que da un porte de originalidad y elegancia a la cúpula.
Por fin, viene la linterna, con sus 10 columnas jónicas y su entablamento, sobre la cual hay una cupulilla toda laminada de oro.
En esta linterna hay colocados cinco grandes reflectores giratorios, cuya potencia lumínica es de 60 millones de bujías cada uno, y su alcance teórico de 50 millas.
La linterna tiene como base una plataforma circular de 6.60 metros de diámetro, bordeada por un barandaje de bronce. A esta plataforma se llega por medio de una serie de escalerillas interiores, escondidas entre el casquete exterior de la cúpula y las bóvedas interiores.
Hecha esta descripción de las fachadas y de la cúpula, analicemos esta y comparémosla con sus análogas existentes en otros países.
Las más famosas cúpulas del mundo, construidas desde la época del Renacimiento, y consideradas como obras maestras; influyeron necesariamente en el diseño de la cúpula del Capitolio.
Por ejemplo, la cúpula del Panteón de París, obra del gran Souffiot, cuya masa se aproxima a lo que exigían las grandes masas del Capitolio, ha sido el modelo principal, pues consta de: un estilóbato donde
comienza a erguirse, un peristilo de columnas corintias, una segunda línea de donde se levanta el tambor superior y por fin la Cúpula y la linterna. Pero analizando detalladamente veremos que la del Capitolio ostenta una mayor viveza de detalles y estos detalles, son muy diversos y bien combinados. Así, las proporciones del peristilo son más esbeltas, esto es, la relación entre su diámetro total y su altura lo hace aparecer más alto. Dentro del mismo peristilo, el gran friso sobre los ventanales, así como el artesonado del techo son originales y no existen en la del Panteón. Tampoco existen en la del Panteón las pilastras que embellecen el tambor superior. Además la Cúpula y linterna son completamente distintas en sus detalles.
Debemos mencionar también otra obra maestra; la cúpula más perfecta y monumental que existe en el mundo, obra de la época del florecimiento del arte renacentista: la Cúpula de San Pedro en Boma.
. Esta cúpula diseñada por el gran artista Michael Angelo Buonarotti, está consagrada por siglos de admiración y hasta la fecha no ha habido quien la supere. Puede considerarse como un modelo en todos los sentidos.
La curva del perfil de esta Cúpula y sus vigorosos nervios proyectantes del casquete principal han servido también dé inspiración. Se han suprimido como es natural las ventanillas y durmientes qué existen en dicha cúpula, p»,»1 en la del Capitolio no tenían razón d. ¿dstir. Otras cúpulas semejantes, como m de San Pablo en Londres, obra de Sir Christopher Wren, que está inspirada en la del Panteón de París, y la del Capitolio de Washington, fueron motivo de estudio y análisis.
II
INTERIORES
El pórtico principal consta de 12 columnas de granito de estilo romano, con un» diámetro de 1.55 metros y
14.10 metros de altura. Estas columnas forman dos hileras que hacen cinco intercolumnios, entre los cuales están las puertas principales de ingreso al edificio. Estas puertas por su importancia sólo se usarán en los grandes actos oficiales, como, por ejemplo: la toma de posesión del Presidente de la República, la apertura de una Legislatura, una velada conmemorativa, etc.
El PÓRTICO PRINCIPAL
En este pórtico pueden verse, encima de una faja ornamental que hay entre cada dos pilastras de la segunda línea, los magníficos bajorrelieves en mármol ejecutados por el escultor Zanelli representando: «La guerra y la Paz», «El espíritu destructor» y «El espíritu constructivo», y dos más: «El amor patrio» y «El valor militar».
Esas puertas de entrada son de bronce con recuadros en bajorrelieves, exterior e interiormente. Cada puerta tiene 10 recuadros exteriores y 10 interiores, lo que hace un total de 60 cuadros, en los cuales se desarrollan los hechos más interesantes de la historia de Cuba, comenzando por los Siboneyes • y terminando con la inauguración del Capitolio. Son bellísimos bajorrelieves que contribuyen a hacer del Capitolio un monumento histórico.
Una vez que traspasamos estas puertas nos encontramos con un gran espacio octogonal, sobre el que desarrolla la Cúpula. Mirando hacia arriba y alrededor en este gran espacio, observaremos primero: que el octógono pasa, por la transición de las pechinas a convertirse en un círculo, donde hay un friso decorativo con los escudos Nacional y de las seis provincias de la República.
Más arriba hay una columnada corintia, adosada al muro circular con ventanas intermedias de bronce y cristales, a través de las cuales .pasa la luz y la ventilación necesaria.
Luego un entablamento del mismo orden, ricamente decorado, da fin a la composición arquitectónica; pero sobre todo este espacio y sirviendo-de cielo, vemos una bóveda esférica lisa, donde ha de ser pintada una composición alegórica.
La composición arquitectónica del interior de la cúpula ha sido inspirada lo mismo que la del exterior, -en la del Panteón de París, variando sin embargo .mucho las proporciones y detalles.
Al frente y exactamente en el eje central del edificio está la grandiosa estatua de la República en bronce
fundido, obra también del escultor Zanelli, sobre un pedestal de mármol ónice de 2.50 metros de altura ha- ciendo un total de 14.20 metros de alto.
Le forma fondo a la estatua un nicho decorado con pilastras de mármol verde moderno de bases y
.capiteles dóricos ¡de bronce fundido, un entablamento también dórico de piedra dura de capellanías, cuyo plafón puede verse decorado en rombos y recuadros tallados en la piedra con rosetas de bronce. Este nicho está terminado superiormente por una bóveda semiesférica con casetones policromados. .
Ese espacio central constituye el lugar prominente del Capitolio. Desde él se extienden hacia derecha e izquierda las grandes salas de Pasos Perdidos; inmensos salones de 14.50 metros de anchura por más de 48 metros de. largo y con un puntal total de 19.50 metros.
LOS SALONES DE PASOS PERDIDOS
Dichos salones están tratados eclécticamente, es decir, no se ha seguido rigurosamente un solo estilo de composición; sus pilas- tras de mármol verde moderno, con bases y capiteles de bronce dorado, colocadas sobre un zócalo corrido de mármol Portero; la cornisa dórica de piedra casi blanca y luego su bóveda ins- pirada en la de San Pedro en Roma, semi-cilíndrica con casetones color ocre donde se destacan los tonos azul, rojo y toques de oro e iluminada directamente por ventanales de bronce y cristales, hacen un conjunto muy bello, por sus proporciones y colorido, difícil de describir..
Estas salas terminan en sus extremos con dos grandes puertas decoradas que corresponden: la de la derecha a las galerías del hemiciclo del Senado y la de la izquierda a las galerías del hemiciclo de la Cámara.
Dichas puertas están constituidas por columnas de mármol, conocido con el nombre cipollino dorato, que tienen bases y capiteles de bronce, un entablamento y frontón roto de mármol «giallo San Ambrosio», que tiene intercalado un escudo oficial de la República en bronce delicadamente fundido y cincelado.
Sobre cada una de estas puertas finales de los Pasos Perdidos, en la parte comprendida entre la cornisa general del salón y la bóveda superior, hay un gran espacio semicircular que está destinado a contener una pintura mural. Estas obras han sido confiadas a los notables artistas cubanos Enrique García Cabrera y Manuel Vega, que pintarán «El descubrimiento de Cuba,» y el «Acto de izar la bandera cubana por primera vez en el Morro el 20 de mayo de 1902
Finalmente, en el espacio existente en la parte interior del pórtico central, sobre la puerta de entrada y frente por frente a la estatua de La República, el gran pintor cubano Leopoldo Romañach pintará un gran lienzo en el cual aparecerán sintetizadas las escenas más culminantes de «La Reconcentración».
Tanto este cuadro como los de García Cabrera y Vega destinados a los arcos extremos del salón, comenzarán a ejecutarse en breve plazo, pues ya existe el compromiso en firme con esos ilustres artistas.
ALA DEL SENADO: GALERÍAS DE CIRCULACIÓN
Traspasada una de dichas puertas, la del ala derecha de Pasos Perdidos, nos encontramos con una amplía galería que comunica en sí a todos los salones que forman el Senado y que son: La sala de Conferencias, el despacho del Presidente del Senado, las Salas de los Comités Parlamentarios de los partidos políticos existentes en la República, Secretaría del Senado y, por fin, el hemiciclo propiamente dicho.
SENADO, SALA DE CONFERENCIAS
La Sala de Conferencias es un gran local lujosamente decorado y amueblado en estilo Renacimiento italiano. Sus dimensiones son; 9.65 metros de ancho por 18.87 metros de largo y 12.50 metros de puntal. Sus muros están decorados con un zócalo de mármol con paneles que tienen incrustaciones de otros már- moles. Sostienen este zócalo, bellas pilastras también de mármol, con capiteles de orden corintio en estilo Renacimiento italiano, como toda la decoración. Luego corre sobre todo el empilastrado un entablamento ricamente decorado que, a su vez, sostiene la escocia y artesonado, formando nervios que van de pilastra a pilastra, dejando cuadrados y rectángulos intermedios con adornos del estilo. Del techo cuelgan dos
magníficas lámparas de bronce cincelado. Entre cada par de pilastras se abren los grandes ventanales de bronce y cristales que dan a la fachada del Paseo de Martí. Sobre cada ventanal y en el espacio del friso están colocados los escudos de las provincias de la República.
Completan el conjunto los pisos de mármol de varios colores como el «rosso verona», «botticino», «chiampo perla», etc.
Los muebles son todos de caoba, con delicados trabajos de talla en alto y bajo relieve, y con legítimas pieles y damascos en los asientos y respaldos de los butacones, sillas y sofás.
Los cortinajes de los grandes ventanales son de terciopelo verde y bordados en oro, así como las alfombras, jugando todo en colorido sobrio y armonioso, que da una impresión de lujo y elegancia.
DESPACHO DEL PRESIDENTE DEL SENADO
Este es un salón cuya decoración y mobiliario están tratados en estilo Luis XIV. Sus muros son empanelados con molduras resaltadas en oro, formando los adornos característicos del estilo; sus puertas son de caoba y cristales; zócalo y piso de mármol, y escocia y cielo raso ricamente ornamentados con atributos de las leyes, de las ciencias y de las artes. Una magnífica lámpara de cristal, en el mismo estilo, pende del centro del techo.
Su mobiliario es bellísimo, todo de caoba, y consta de: la mesa y poltrona del Presidente, sillas auxiliares, mesas consolas, canapés, y otomanas. Todos estos muebles llevan tapices de seda en color gris. Las ventanas y puertas tienen visillos y cortinajes. El conjunto por su armonía de colorido en distintos tonos de gris francés y toques de oro discretamente distribuidos, es sobrio, elegante y severo.
LOCALES ACCESORIOS
El despacho del Presidente del Senado se comunica directamente con la. Tribuna Presidencial del Hemiciclo, por medio de un pasillo, a cuyos lados están el Vestuario y el cuarto de toilet privado, ambos de gran lujo, con las paredes empandadas con mármoles de distintos colores.
HEMICICLO DEL SENADO
Es un vasto espacio formado por una parte semicircular de 19.60 metros de diámetro con una extensión rectangular de 4.00 metros, que va a unirse con otro receso de menos anchura, también de forma rectangu- lar, donde se levanta la Tribuna Presidencial, haciendo un fondo total de 18.00 metros. La parte semicircular está bordada por cinco grandes recesos, en forma de grandes nichos para dar cabida al público y de pasillos intermedios de comunicación con la galería que le circunda.
En el eje del hemiciclo y en el tramo recto que le sirve de fondo está la presidencia y a ambos lados los dos palcos para el Presidente de la República, bellamente decorados y con capacidad para unas doce personas cada uno.
Dentro del espacio circular hay cinco gradas formando de una a otra, pequeños desniveles desde la periferia, al centro. En estas gradas están colocados los escaños individuales para 35 Senadores, habiendo espacio para colocar 20 escaños más. En el centro se ha destinado un lugar para los taquígrafos del Senado en número de seis.
La Presidencia o Tribuna Presidencial, es una plataforma elevada a la que se llega por dos escaleras laterales. Esta plataforma con su gran mesa y cinco sitiales, es toda de caoba, tallada. El frente es apanelado y apilastrado. El fondo es un gran muro dividido en grandes paneles, todos de piedra con el objeto de colocar inscripciones en letras de bronce.
En el centro de este gran muro decorativo y detrás de la tribuna se ve una puerta de bronce empandada, bordeada por una composición arquitectónica, toda de mármol «Giatto San Ambrosio». Esta puerta da acceso al Jzall que comunica con el despacho del presidente del Senado. Sobre esta puerta y colocado en el centro
del gran muro anteriormente citado se halla un gran escudo de la República de bronce fundido y cincelado.
La composición arquitecitónica del interior ofrece un aspecto de nobleza y dignidad, conseguido tanto por sus proporciones de conjunto como por sus detalles de ornamentación. Así pueden verse los muros de pie- dra, de un ligero color crema, tratados en estilo clásico romano en la siguiente forma:
Un estilóbato corrido alrededor del local, con pequeñas puertas que dan a los pasillos de entrada y salida del hemiciclo. Luego, sobre el estilóbato, se destacan los cinco grandes nichos, en un muro que tiene adosadas hermosas pilastras corintias con bases y capiteles de bronce.
Estas pilastras sostienen un entablamento corintio de piedras, que constituye el remate superior de los muros que circundan este espacioso lugar. Luego el cielo raso todo policromado, jugando en su forma y decoración con la distribución de la planta del hemiciclo y un gran lucernario con pequeños nervios que forman recuadros entre los cuales hay intercalados vidrios de colores, completan el conjunto de la composición.
Hemos hecho referencia a los grandes nichos que circundan al hemiciclo. Estos nichos constituyen palcos o espacios donde tendrá cabida el público que acuda a las sesiones senatoriales, teniendo cada uno 72 asientos, 42 en el piso inferior y 30 en el superior, lo cual hace un total de 360 asientos para los cinco nichos. Hay además pasillos y otros lugares donde puede el público estar de pie. El público tendrá acceso a estos palcos por medio de galerías situadas en el tercer piso, que tienen comunicación directa con las cajas de escaleras y halls de elevadores.
ILUMINACIÓN
La iluminación de día está asegurada por el lucernario central del hemiciclo, formado por casetones con vidrios de colores, que dejan pasar una luz tamizada del exterior y por una serie de ventanas altas que están situadas entre el cornisamento superior y el cielo raso. Por la noche la iluminación es indirecta, mediante una poderosa batería de reflectores situada entre el lucernario interior y el exterior, también de vidrio, que está sobre la cubierta o techo del hemiciclo.
Además oculto sobre el cornisamento existe otra fila de reflectores dirigidos hacia los planos del cielo raso, que, a su vez, reflejan la luz hacia abajo. En los palcos y galerías, así como en los pasillos intermedios, la iluminación se consigue por medio de artísticos brazps de pared que distribuyen la luz por igual en todos sentidos.
VENTILACIÓN GENERAL
Existe un gran número de huecos o vanos alrededor de todo el hemiciclo por donde puede circular el aire de abajo hacia arriba, pues habiendo 18 puertas que dan al exterior, al nivel de la galería del hemiciclo y en la parte superior del hemiciclo, en la faja comprendida entre la cornisa y el cielo raso seis grandes ventanales giratorias, es fácil comprender la libre entrada del aire inferiormente y la salida del aire viciado por la parte superior. Pero los rigurosos días de verano y el ambiente caldeado que se respira en locales donde se reúne gran número de personas, han hecho necesario el estudio de un sistema por el cual se asegure una venti- lación mecánica refrescando la temperatura interior. A este efecto se ha instalado un sistema de ventilación por medio de maquinarias para la extracción del aire viciado, que sale por la parte superior del hemiciclo y de los palcos públicos, mediante paneles calados disimulados por la decoración.
ACÚSTICA MICRÓFONOS
Cada una de las tribunas senatoriales está dotada de un micrófono radio-: magnético que recoge la voz del que habla y la trasmite a grandes magnavoces que existen en ciertos lugares especiales amplificándola y repartiéndola simultáneamente por todos los ámbitos del hemiciclo.
Este sistema de amplificación fue instalado por la casa Philips de Holanda.
SALONES DE LAS SECRETARIAS DEL SENADO Y COMITES PARLAMENTARIOS
Estos salones ocupan casi la mitad del ala posterior del edificio y están unidos entre sí por una espaciosa galería de cuatro metros de anchura, con una longitud de cerca de 60 metros.
E1 salón de los Secretarios del Senado es un amplio local dividido en tres partes por mamparas artísticas de madera y cristales. La parte central está destinada al Jefe del Despacho del Senado y los dos laterales a cada uno de los Secretarios de ese cuerpo colegislador. Este salón está decorado en estilo Oeorgian y tanto sus paredes como su cielo raso están brillantemente decorados. Sus ventanas al exterior están dotadas de visillos y cortinas. Los herrajes de los cierres en el mismo estilo del salón son acabados en oro. El piso de mármoles de colores. El mobiliario de caoba, armonizando en color y decoración con el del Salón, consta de mesas de trabajo, butacones, sofás y estantes para libros.
. Los salones para los Comités Parlamentarios son dos, y de mayor importancia que los anteriores, pues sus dimensiones son mayores, su decoración, en estilo Renacimiento Italiano, es más ricamente policromada y con toques de oro discretamente repartidos y su mobiliario es más lujoso. Este consta de largas mesas y de butacones situados en ambas bandas de las mesas, de artísticos estantes para libros y un hermoso reloj de pie. Estos muebles, todos de caoba y con trabajos de talla a mano, tiene un acabado de barniz muñeca, brillante.
Estos salones tienen también su carpintería o sea sus puertas y ventanas dotadas de cortinajes de damasco, jugando en color y estilo con el conjunto. Los herrajes son del más perfecto acabado en oro y delicadamente ornamentados. Luego sus pisos de mármoles y rosetones completan el efecto decorativo. Estos salones están destinados a las reuniones, separadamente, de la mayoría y la minoría del Senado.
ALA DE LA CAMARA
Dijimos, cuando hablamos de las puertas finales de Pasos Perdidos, que traspasada la que corresponde al ala derecha de esa gran sala nos encontrábamos con las galerías que conducen al Senado y sus dependencias ; ahora nos encontramos en el extremo opuesto o sea en el ala izquierda de Pasos Perdidos. De aquí se pasa por otra puerta igual a la opuesta, que ya se ha descripto, a las galerías de la Cámara que ponen en co- municación entre sí a los salones de este cuerpo colegislador y al hemiciclo de la Cámara. Esta galería tiene igual disposición que la del Senado.
Dichos salones son los siguientes: Sala de Conferencias, Salón de la Presidencia, Secretarías de la Cámara; dos salones para los Comités Parlamentarios salones de despacho de los leaders de la mayoría y minoría de la Cámara y el hemiciclo propiamente dicho.
La Sala de Conferencia es semejante a la del Senado. El mismo estilo Renacimiento Italiano en la decoración y mobiliario. Un gran zócalo de mármoles y sobre el mismo pilastras también de mármol de otro color. Los paramentos son de caen stone. El arte-sonado ricamente decorado, policromado y tocado con oro en profusión haciendo el mismo efecto de riqueza de las antiguas salas de los palacios venecianos. El mobiliario es también muy parecido al del -Senado así como los cortinajes que son de terciopelo rojo y las lámparas de bronce.
El despacho del Presidente de la Cámara es un local que tiene 6.40 metros de largo por 4.70 metros de ancho y 6.00 metros de puntal, lujosamente decorado y amueblado en estilo Imperio.
Sus pisos son de mármoles, los ornamentos de las paredes y el techo están cubiertos con láminas de oro, sobren un fondo color gris francés. Sus puertas y ventanas con maderaje de caoba y cristales, sus herrajes en acabado de oro y sus cortinajes de damasco verde, con adornos del estilo, bordados con hilo de oro, son detalles de terminación que contribuyen a embellecer este salón. Los muebles todos de caoba y finamente terminados están tapizados con tapiz verde floreado, pintados de gris francés, con los adornos en oro.
Una lámpara de bronce, con acabado de oro y del mismo estilo Imperio, está colgada del centro del cielo raso.
Este amplio salón del despacho del Presidente de la Cámara tiene adjuntos otros locales accesorios como el pasillo de comunicación con el hemiciclo y servicio privado para el Presidente de la Cámara y cuarto de vestuario. El toilet es lujoso; todos los aparatos son de porcelana o mármol, formando fajas en negro de Bélgica y fondo en mármol blanco estatuario.
HEMICICLO DE LA CAMARA
Este hemiciclo, lo mismo que el del Senado, se acusa al exterior con una fachada circular cuyas líneas generales son las mismas que las del resto de las fachadas. Una amplia galería de circulación abovedada de
5.60 metros de anchura y cuyas ventanas dan al exterior circunda al hemiciclo propiamente dicho. Este hemiciclo cuya composición está inspirada en parte en los teatros y anfiteatros romanos, consta de dos pisos; en el de abajo está la gradería para los escaños de los representantes y en el superior los palcos para público distinguido y gradería para el público general. Los escaños para los Representantes son 169, dispuestos en 8 filas o gradas que aumentan 0.20 metros en altura cada una respecto a su inmediata inferior. Cada una de estas gradas tiene 1.26 de anchura, donde caben cómodamente el pupitre y el asiento para cada Representante.
La composición arquitectónica interior de sus muros es la siguiente: Un basamento de piedra dura de Capellanías en forma semicircular, que circunda la gradería de los Representantes; este muro tiene en su parte baja un gran zócalo de mármol rojo levanto de 2.00 mts. de altura y un bandean o faja ancha y de poco vuelo, de piedra, que corre a todo lo largo de la parte superior del muro. En dicho muro se ven intercaladas, de tramo en tramo, pequeñas puertas de 1.40 de ancho por 2.40 metros de alto, con sus derrames empandados, cerrados con cortina de terciopelo.
Este basamento es de suficiente espesor, y altura proporcionada para sustentar una magnífica y bella columnata formada por 18 columnas corintias que tienen sus capiteles en bronce fundido, siendo las bases y fustes •de piedra de Capellanías dura que, brillados perfectamente, tienen la apariencia de mármol botticino. Dichas columnas tienen una altura de 5.70 metros y un diámetro de 0.60 metros. Esta hermosa columnata soporta un gran coronamiento formado por un arquitrabe en yeso policromado, un friso pintado a varios tonos de sepia donde se han representado en 23 recuadros distintos motivos romanos con los siguientes asuntos: La Maternidad, la Historia, Las Leyes, las Artes, La Navegación, La Oratoria, La Agricultura, El Trabajo, El Derecho, la Justicia, La Guerra, La Paz, La Igualdad, la Fraternidad, la Patria, La Filosofía, Las Letras, La Política, La Libertad, La Ciencia, La Enseñanza, La Victoria, El Progreso y El Comercio, en fin todos aquellos símbolos de la vida de un pueblo, que dan carácter a su historia.
Más arriba, sobre el friso, está la gran cornisa corintia ricamente ornamentada, que se une con un artesonado que forma un elemento de transición entre la columnata y el cielo raso.
El techo está compuesto del siguiente modo: Un lucernario central en forma de semicírculo con casetones, dentro de los cuales se han intercalado vidrios, que tienen ornamentos policromados, y a través de los cuales pasa la luz, tamizada, que llega del exterior. Este lucernario, semejante al del Senado, tiene por la parte de arriba una batería de 87 reflectores, cuya luz ilumina, simultáneamente con los reflectores escondidos sobre la cornisa de la columnata, todo el interior del hemiciclo y con igual intensidad. Alrededor de este lucernario corre una franja decorativa de follaje en color sepia y fondo azul cobalto.
El basamento y la columnata, con su gran cornisamento circular, rematan por sus extremos con dos cuerpos (uno a cada lado) que se proyectan desde un gran muro recto, monumentalmente trabado, que forma el frente principal del hemiciclo; delante de este gran muro está la tribuna presidencial a un nivel superior al de los escaños.
La composición de dicho muro está formada por un gran paneau decorativo cuyo fondo está destinado a inscribir los nombres de los grandes legisladores de la República o bien máximas ejemplares de nuestros pensadores.
Este fondo, en mármol mandolato de color amarillo ocre suave y con muy ligeras vetas rosadas, está bordeado por una ancha franja de mármol, rojo levanto, y Giallo Siena formando una greca con discos en bronce dorado. Ambas esquinas superiores de esta franja tienen superpuestos unos ornamentos de bronce fundido y cincelado, que simbolizan el Poder. Todo este paneau decorativo tiene como base un gran friso, en bronce, formada por recuadros moldurados y cuya puerta está bordeada por una ancha jamba de mármol rosso levanto.
La derecha del friso, cuyas figuras en alto relieve miran hacia el centro representa los beneficios de la libertad obtenida y a la izquierda así mismo en alto relieve y mirando al centro las figuras, representa la lucha por la libertad.
Como ya hemos dicho, a ambos lados de este muro se proyectan los dos cuerpos que forman los palcos para el Presidente de la República, cuyos muros, de piedra, tienen el zócalo de mármol rojo levanto, y como en un nivel superior está el piso de los palcos. Las ventanas que dan al hemiciclo están a una altura de 3.60 sobre las gradas de los representantes. Estas ventanas, bellamente ornamentadas con su jamba y frontis, tienen un friso decorado representando dos leones que sostienen con sus patas delanteras una corona de triunfador. La decoración interior de estos palcos presidenciales es toda en yeso y en estilo renacimiento italiano y consiste en piso de mármol, estilóbato con zócalo de mármol rosso Verona, paredes formando
paneles moldurados y cornisa ornamental con follaje. El cielo raso con un florón central, de donde pende una elegante lámpara.
La Tribuna del Presidente de la Cámara está sobre una plataforma elevada que sostiene una artística mesa de caoba de más de 3.50 metros de largo con su frente arquitectónicamente compuesto con pilastras dóricas, decoradas y estriadas y los espacios intermedios empandados. Junto, a la mesa hay 5 sitiales también de caoba labrados, en estilo clásico romano. Todos los escaños de los representantes son también de caoba y los -pupitres o mesas con trabajos de bronce intercalados.
El piso de toda la gradería es de goma, de un centímetro de espesor, para evitar el ruido de las pisadas. Este piso está colocado en planchas de color amarillo ocre con franjas de color rojo veteado oscuro en los caminos o pasillos, que armonizan con el color rojo oscuro de todo el mobiliario, cuyo acabado es en barniz muñeca brillante.
Cada una de las puertas de- comunicación del hemiciclo hacia la galería tiene una cortina de terciopelo rojo orlada con grecas bordadas en hilo de oro.
Las ventanas de los palcos presidenciales también tienen cortinas de terciopelo rojo colgadas de una barra de bronce con -anillos de bronce dorado, que hacen tornar a las cortinas artísticos pliegues.
Como ya hemos dicho la parte central o el hemiciclo propiamente dicho tiene un puntal de más de 17 metros desde la grada más baja hasta el lucernario.
En el segundo piso o sea sobre la galería de circulación de la Cámara es donde está la gradería del público en general, con 396 asientos y los palcos, situados entre cada dos columnas de la columnata. Cada palco tiene seis asientos y siendo 19, hacen un total de 114 asientos. El piso de estos palcos es de mosaico romano y el de las gradas, de goma gruesa incombustible.
La ornamentación del cielo raso y paredes de todo este espacio semicircular es de acuerdo con la ornamentación lujosa del hemiciclo; el techo es todo encasetonado y policromado, y las paredes son empandadas y con ornamentos simbólicos sobre cada panel.
La iluminación artificial es muy semejante a la del Senado. En la parte superior del lucernario hay una batería de reflectores y en el saliente de la cornisa de la columnata también hay ocultos una hilera de reflectores. Además la gradería del público tiene en cada testero bellos apliques o brazos de dos luces cada uno, todo lo cual hace que la luz se distribuya con uniformidad.
.Respecto a la acústica, el sistema es igual que en el Senado; cada pupitre tiene instalado un micrófono y repartidos a distancias convenientes se han colocado los amplificadores o magnavoces que permiten que en todos los lugares se oiga claramente al que está haciendo uso de la palabra.
SALONES DE LAS SECRETARIAS DE LA CAMARA Y DE LOS COMITES PARLAMENTARIOS
Estos salones están en el ala posterior del edificio, con fachada hacia la calle Raimundo Cabrera. Son tres salones simétricamente dispuestos respecto a los del Senado, siendo sus dimensiones y su decoración y mobiliario igualmente lujosos. Uno de los salones es para las dos Secretarías, otro para la Mayoría de la Cámara y el tercero para la Minoría.
Salón Martí
Este es un gran local situado en la parte central posterior del edificio, en el punto de unión de las galerías que comunican entre sí los dos hemiciclos y los grandes salones de los Comités Parlamentarios, con la gran Biblioteca del Congreso.
Las dimensiones de este Salón son: 33.80 metros de largo por 11.00 metros de anchura con un puntal de
12.50 metros, esto es, que comprende la altura de los pisos segundo y tercero. El estilo en que está trazado es Renacimiento Italiano, siguiendo la Escuela Romana, y está inspirada la composición arquitectónica de sus muros en los de la- Villa Madama y las logias de Rafael en el Vaticano. En efecto, vemos que el salón está dividido en tres partes, siendo la central de mayor puntal que las otras dos. En las puertas que dan hacia la gran biblioteca, así como en las ventanas que dan frente a ella, podemos observar una composición ornamen- tal completamente romana, consistente en pilastras a ambos lados de los huecos, que rematan superiormente con ménsulas de alto relieve que hacen se resuelvan las molduras del arquitrabe, del friso y las molduras de base de la cornisa. Luego continúa el entablamento con pequeños frontones rectos y curvos. Esta ornamentación es muy romana y puede verse en muchos edificios de Roma de la época del Renacimiento,
tales como el Palacio Farnesio, el Jesu, etc.
En el plafón de este gran salón, sobre el hermoso cornisamento que rematan los muros, descansan los grandes arquitrabes de •caiga que dividen el techo de la parte central en tres partes; estos arquitrabes están bellamente ornamentados con molduras y cada espacio del cielo raso decorado con recuadros y florón central.
Pero lo que hace más bello a este salón es su admirable policromía. Allí vemos en los recuadros de pilastras y paneles, sobre un fondo de color sepia, la variada ornamentación estilo rafaelesco, pintada en diversos tonos brillantes de azul, rojo y ocre, buscando el contraste de los ornamentos con sus fondos y haciendo gradualmente disminuir la intensidad de colores desde el cielo raso hasta el piso. Este inmenso salón que es digno de llevar el nombre de Martí, es uno de los más bellos y propiamente mejor decorados en todo el Capitolio. El busto de nuestro Apóstol de la libertad, de colosales dimensiones sobre un pedestal todo de mármol preside la magnificencia de este lugar, obra y donativo del eminente escultor montene-grino Janko Brayowitch.
Completan el conjunto las cinco grandes y preciosas lámparas de bronce del más puro renacimiento Italiano, que penden de su cielo raso, así como su mobiliario exquisito y los suntuosos cortinajes de ventanas y puertas.
LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO
Apenas se traspasan los umbrales de entrada de este lugar, conmuévese el ánimo por la magnificencia y amplitud del gran espació que abarca la mirada. Luego nos impresiona la rica caoba de sus regias estanterías y de su mobiliario, así como la originalidad de su plafón y las grandes lámparas que cuelgan del elevado techo. Las dimensiones del local son las siguientes: 21.10 metros de ancho, por 19.26 metros de fondo y un puntal de 12.50 metros. Las estanterías tienen la siguiente composición arquitectónica: Un primer piso de pilastras dóricas pareadas, que se agrupan a ambos lados de cada ventana o puerta, en los espacios destinados a estantes de libros. Las pilastras son estriadas y sus capiteles, labrados con huevos y flechas. Sobre cada estantería corre un pequeño friso, todo decorado con roleos de follaje. Dichas pilastras soportan un entablamento dórico mutular, que a la vez sirve de balcón para un segundo piso de estantería, siendo la baranda de este balcón toda de bronce y formando grecas. Su piso es de grueso linoleum, para amortiguar el
.ruido de las pisadas, y además incombustible. La estantería de este segundo piso se compone también de pilastras pareadas, pero aquí son jónicas, también estriadas y con sus bellos capiteles de volutas perfectamente talladas. El cornisamento de estas pilastras, que es jónico lenticular, se une con el plafón del techo, cuya distribución, ornamentación y colorido juegan, por su sobriedad y sencillez de línea, con las de la estantería.
El plafón tiene al centro un espacio octogonal sobre el cual se abre un lucernario bellísimo, formando un techo de vidrios emplomados de vivos colores. La ornamentación y colorido del techo está formada por adornos en color sepia sobre un fondo de ocre claro, buscando la armonía con el color predominante de sepia quemada de toda la estantería de caoba.
El mobiliario está compuesto de hermosas mesas del más puro renacimiento italiano y un grupo de cuatro butacones para cada mesa de lectura.
Los cortinajes son de color marrón y de tela conocida por brocatello.
Las ventanas vidrieras tienen todos los visillos de tela fina para amortiguar la fuerza de la luz. Todos los herrajes de puertas y ventanas juegan en estilo y riqueza con el resto de la decoración, acabados en oro cin- celado.
Son de notar también los magníficos pisos de mármol formando fajas y dibujos de estrellas con piezas de distintos colores, que juegan con la forma del plafón del techo y en colorido con el de la decoración, que es a base de color sepia y de color caoba.
De los cuatro espacios que hacen las esquinas de este gran salón, cuelgan magníficas lámparas de bronce que pesan más de 900 Ibs. constituidas por tres hileras, superpuestas en sus respectivos platos, de candeleros de velones, conteniendo cada uno un bombillo en forma de llama. Dichos platos van disminuyendo de diámetro desde abajo hacia arriba y contienen en total 70 bombillos cada uno. La terminación o acabado de todos los muebles, estantería y carpintería de puertas y ventanas es de barniz muñeca.
III
PLANTA BAJA PORTE COCHERAS DE LA CALLE RAIMUNDO CABRERA
Hemos dicho al hacer la descripción de la fachada posterior del edificio, que da a la calle Raimundo Cabrera, que hay un gran cuerpo central que proyecta notablemente del resto y se destaca como queriendo demostrar su importancia. También dijimos que esa importancia se debía a que este cuerpo proyectante contenía en su seno la gran biblioteca del Congreso. Debajo de la biblioteca, todo ese espacio corresponde a la porte- cochera y al gran vestíbulo de entrada. De este gran vestíbulo se desenvuelven luego las arterias de comunicación hacia todo el edificio.
El lugar en que está situada la porte-cochera es el más adecuado, pues partiendo del centro las dos ramas de la gran escalera de honor que conducen respectivamente al Senado y a la Cámara, nada más lógico que el emplazamiento de un. Oran Vestíbulo con su porte-cochera en ese lugar.
La Porte-Cochera mide al exterior 10.26 metros de saliente por 32.40 metros de largo o frente, e interiormente 7.10 metros por 28.02, siendo sus muros de un gran espesor, lo que le da un efecto arquitectónico muy hermoso. Sus aceras y zócalos son de granito, así como sus escalinatas.
Todos los muros son de piedra y sus techos en forma de bóveda de cañón seguido o sea cilindrica, con las penetraciones de las bovedillas también cilindricas, que se forman por encima de los arcos de la primera y segunda línea.
En seguida nos encontramos con las tres puertas de entrada del vestíbulo. Son de gruesas barras de hierro y adornos forjados, de estilo romano y llevan en su luceta fija. superior el escudo de la República, en hierro repujado. Subimos unos cinco pasos hasta llegar al nivel del vestíbulo y al llegar a éste nos encontramos con un amplio espacio de 20.10 metros de anchura por 10.60 metros de fondo, donde se puede ver la sobriedad de su trazamiento arquitectónico de estilo romano, con sus muros de piedra, en los que se ha combinado un artístico despiezo. Sus huecos de arcos a plena cintra, sus pisos de mármol Tavernelle con anchas fajas de mármol Rosso Verona y su techó formado por una gran bóveda de forma carpanel de cinco centros se desenvuelven del frente al fondo, interrumpida su continuidad por las penetraciones de otras bovedillas, engendradas por los arcos de medio punto que hay en los muros paralelos a la fachada.
Las generaciones de esas bóvedas se interceptan perpendicülarmente con la bóveda principal, formando graciosas curvas, que son las aristas que caracterizan a las bóvedas romanas. Siguiendo estas aristas, se han formado paneles, hundidos en los espacios por ellas limitados, que embellecen más la composición.
A lo largo de los vanos del fondo hay cinco pasos de mármol para llegar al nivel general de la planta baja, interrumpido por los pedestales para los candelabros. En los costados del vestíbulo también hay otras dos es- calinatas de cinco pasos de mármol, limitadas también por los pedestales de otros candelabros de la misma forma y estilo. Dichos candelabros de bronce son bellísimos, tanto por su forma como por sus detalles y su trabajo de ornamentación está exquisitamente cincelado. Su terminación superior es una pieza de porcelana semitransparente, donde se esconden los reflectores, que emiten su luz hacia las bóvedas difundiéndola suavemente por éstas y por los muros, sin molestar la vista.
Además de esos candelabros hay faroles que cuelgan de la bóveda, encentrados con los arcos, estos faroles son de forma muy original y de cada uno de sus ocho lados sale •un brazo con un foco de luz.
El vestíbulo tiene lateralmente las puertas de entrada a las escaleras y a los halls de elevadores; que constituyen los medios de comunicación vertical para todos los pisos, en esta parte central y posterior del edificio. Traspasadas las cinco alturas que se hallan frente a la entrada nos encontramos con una galería que corre a todo lo largo del edificio. Su estilo es romano. Los pilares son de piedra y forman entre ellos espacios rectangulares en cuyos ángulos se forman pequeñas esquinas que son el nacimiento de las bóvedas por las aristas de sus techos. Sigue después de esta galería y siempre paralelamente a la fachada, otra nave, en el mismo estilo de la anterior que es ya el lugar donde arrancan las dos ramas de la gran escalera de honor, que se dirigen una hacia el Senado, a la derecha y la otra hacia la Cámara, estando dichos arranques a una distancia de. 38.00 metros una de otra, o sea que cada una dista 19.00 metros del eje central.
Se nota que todos estos locales tienen una arquitectura semejante a base de grandes bóvedas, con penetraciones. Los pisos son todos de mármol, con fajas obscuras, y los muros de piedra. Las bóvedas están construidas de pequeñas losas planas de barro cocido, de las conocidas con el nombre de losas catalanas.
Después repelladas con una capa de mortero hidráulico, y por último con un mortero especial o betún ya preparado para imitar la textura, color y dureza de la piedra. Este material se llama Caen stone y con él se han recubierto todas las bóvedas de la planta baja y algunas de sus paredes.
ESCALERAS DE HONOR
Estas escaleras son de proporciones monumentales y grandiosas en su¡composición. Están constituídas por amplios y cómodos pasos de mármol de 5.08 de anchura, entre dos guarderas laterales o muros de piedra. Estas guarderas terminan horizontalmente a la altura del piso principal, con un bandean decorado con grecas romanas y sólidas molduras que van a unirse al saliente del rodapié qué corre a lo largo de las guarderas. Los muros que forman estas guarderas son de suficiente espesor para soportar en la parte superior un orden com- pleto de columnas dóricas con su entablamento; columnas que tienen un metro de diámetro y bases de 23 centímetros de vuelo, además de los muros laterales que limitan su anchura y que tienen un espesor de 0.82 metros. En estos muros podemos observar magníficos ventanales de bronce -y cristales, que .tienen 1.96 metros de anchura por 7.10 metros de altura. Las hojas que abren son de una altura de 3.80. El resto, fijo, luce adornos romanos de bronce fundido. Estos ventanales que dan hacia los patios permiten una espléndida iluminación a todo el interior de esta gran escalera y a la galería que corre paralelamente a. ella.
Las proporciones de las columnas, son de un efecto muy agradable, con sus bases áticas y sus capiteles dorios romanos bellamente decorados. El entablamento consiste en una cornisa arquitrabada con mútulas y dentículos de buenas proporciones y adecuado espaciamento. Remata superiormente la caja de la escalera con una bóveda de cañón • seguido, dividida en casetones cuadrados y rectangulares, con rosetones y adornos intercalados. Toda esta bóveda de estilo renacimiento italiano es policromada en azul cobalto, rojo,
^pia quemado y lleva láminas de oro aplicadas sobre algunos puntos de la ornamentación. Las dos ramas de la escalera de honor son exactamente iguales, en dimensiones, arquitectura, decoración ,y colorido.
Volviendo otra vez al vestíbulo, en la planta baja, recordamos la galería que corre a casi todo el largo de éste, paralelamente a la fachada posterior. Esta es la galería de comunicación de ambos extremos del Capitolio.
A ambos lados de estas galerías se agrupan las siguientes oficinas: En el ala de la Cámara: Superintendencia y Conservación, Dirección Técnica, Correos y Telégrafos, Centro Telefónico con su cuarto de toilet, toilets para el público, Oficinas de la Policía Interior, con un local para Guardarropía, y Armero. En el ala del iSenado: Oficina de la Prensa con su saloncito de espera y toi-let, las Oficinas del Mayor, toilets públicos para hombres y toilets para señoras, y Biblioteca Maceo.
LA BIBLIOTECA MACEO
La Biblioteca Maceo es pública y de carácter popular. Ha sido construida con el propósito .de mantenerla abierta en horas no laborables, a fin de que los obreros, empleados, el pueblo que trabaja en general, pueda utilizarla.
Sus dimensiones son: 19.68 metros de largo por 9.92 metros de anchura y 7.00 de puntal. La estantería cubre todos sus testeros y consta esencialmente de una serie de pilastras estriadas con capitel corintio sosteniendo un entablamento ricamente decorado. Entre las pilastras están los estantes, y al centro del testero principal hay un nicho donde está colocado un busto del General Maceo, obra del escultor francés Droucker. Toda la estantería se levanta sobre un zócalo de caoba dividido en paneles que ostentan una ornamentación de estilo Renacimiento Italiano, tallada en la madera. Sus pisos son de mármol, con fondo crema Tavernelle con losetas pequeñas de rosso verona intercalados como tacos en cada esquina de las anteriores, haciendo un
efecto muy agradable a la vista; todo el conjunto del piso está bordeado por una faja de color rosso verana.
Los techos tienen su decoración en casetones de variadas formas, de estilo Renacimiento Italiano, en los que juegan; armónicamente la forma cuadrada, rectangular y la forma de cruz y en la qtfe los planos de los salientes contrastan con la profusa y bien distribuida decoración del fondo y de sus molduras.
El plafón es de yeso, pero está pintado imitando madera, y es tan perfecta la imitación que difícilmente se logra hallar la diferencia.
PUERTAS DE ENTRADA PARA LOS CONGRESISTAS Y EL PUBLICO
Ya hemos dicho, al hacer la descripción de las fachadas principal y posterior, que los cuerpos extremos de
éstas se destacan o proyectan del resto, aunque con menos importancia que el cuerpo central de cada fachada. Esos pabellones extremos, que están colocados simétricamente con respecto al eje central del edificio, acusan las entradas de uso diario para los legisladores y para el público.
Cada uno de esos cuatro pabellones o avant corps contiene un vestíbulo de entrada con determinado fin: los dos del frente principal serán para entrada de los congresistas y público en días de sesiones y los vestíbulos que están por el fondo, o sea por la calle de Raimundo Cabrera están destinado para los congresistas solamente. Estos cuatro vestíbulos tienen la misma disposición, las mismas dimensiones y arquitectura y decoración, exactamente iguales y todos conducen en sus respectivos lugares a las cajas de escaleras y elevadores que se hallan en frente y en eje con las entradas. Por lo tanto, describiendo uno de ellos quedan descritos los restantes.
El acceso al vestíbulo es por tres puertas que tienen hojas de hierro forjado formando calados en estilo romano, con el escudo de la República en su parte alta. Al entrar se ven los muros del vestíbulo bordeando un amplio espacio de 18.72 metros por 10.21 metros con un puntal de 6.10. Dichos muros tienen adosadas de tramo en tramo pilastras dóricas de mármol, rosso húngaro, con capiteles de bronce decorados y finamente terminados, haciendo entre ellas cinco espacios iguales. En el centro de la segunda línea está el ancho vano que conduce a los elevadores y escaleras, y en los espacios extremos hay puertecillas que facilitan el acceso a las galerías de comunicación.
Entre las pilastras corre un gran zócalo de mármol más obscuro de rosso sanguínea y el resto de las paredes está empanelado. El acabado de estas paredes está hecho con mortero de enlucido Caen stone y es- tán despiezadas como si fueran sillares de piedra.
El techo es hermosísimo y tiene la sobriedad propia de un vestíbulo. Siguiendo los espaciamientos de las pilastras hay cinco filas en sentido perpendicular a la fachada, separadas por espacios o fajas estrechas decoradas y 3 filas, en sentido paralelo a la fachada. Estos casetones son cuadrados y de gran profundidad, enriquecidos con los elementos del orden corintio y rosetas o florones centrales en estilo Renacimiento Italiano. Los pisos son de mármol de distintos colores, en que juegan el crema del Tavernelle, el rosso verona y el rojo sanguíneo, todos siguiendo las líneas del diseño del techo.
Las tres lámparas de bronce en forma de faroles semejando pequeños pabellones colgantes que penden del plafón completan la decoración de estos locales.
PASAJE A CUBIERTO BAJO LA GRAN ESCALINATA Y VESTIBULO PARA EL ACCESO A LA TUMBA DEL MAMBI DESCONOCIDO
Al frente del edificio y en los costados de la gran escalinata de Honor, hay dos arcos de proporciones muy solidas que conducen a un gran pasaje a cubierto donde están las entradas a la cripta para la Tumba del Mambí Desconocido.
Este pasaje, que está situado debajo de la meseta superior de la gran escalinata y tiene 6.00 metros de anchura por 31.90 metros de largo, está cubierto con una bóveda cilindrica o de cañón seguido dividida de tramo en tramo por anchos arcos torales que descansan sobre pilastras. Interiormente los muros están terminados en caen stone imitando la piedra en su despiezo, en su color y su textura. Interiormente en el muro que da hacia el edificio hay tres huecos en forma de bovedillas de poca altura y ancho que conducen a otra galería también abovedada que es el vestíbulo o lugar de transición para llegar-a la cripta. Este muro sostiene la segunda línea de columnas de granito del pórtico y el de sustentación del frente de la Cúpula; por una ingeniosa combinación arquitectónica que ha hecho una serie de arcos y bóvedas que le da a esa entrada un carácter especial de severidad. Estos tres arcos tienen puertas de hierro forjado de carácter romano con gruesos barrotes y ornamentos simbólicos con el escudo de la República en bronce y hierro repujado. Frente a estas entradas hay unos nichos para colocar estatuas o vasos decorativos.
CRIPTA Y TUMBA AL MAMBI DESCONOCIDO
A| redactarse este Libro, todavía no está construida la cripta y monumento al Mambí desconocido que se proyectan en la base de la cúpula del Capitolio, Sin embargo, como los planos y sketches han sido aprobados ya definitivamente, con vista de ellos es posible dar una idea de lo que será esta magnífica obra arquitectónica y escultórica.
El proyecto es original del notable arquitecto Félix Cabarrocas. En el desarrollo del mismo el artista ha conservado la forma octogonal del recinto, aprovechando las líneas arquitectónicas de mayor potencia
aparente. Para no alterar el carácter del lugar elegido para el monumento y para darle a su vez la mayor capacidad, el arquitecto Cabarrocas le ha dado una forma abovedada, pues otra solución cualquiera hubiera resultado incongruente con la realidad.
La estructura de la cripta es una curva baja y cerrada, condiciones a las cuales se presta el poco puntal del recinto.
La colocación del túmulo, para la cual se bajará el nivel del piso, recuerda el efecto imponente de las tumbas de Napoleón y de Grant. El artista no rehuyó de propósito la semejanza, por estimar que se trata de una disposición que podríamos llamar clásica, ya .que es la única que verdaderamente responde al fin propuesto, pues el respeto debido a la paz de un sepulcro impone el aislamiento y la separación. El público podrá contemplar el sarcófago, pero a cierta distancia, desde la baranda que circunda la abertura central de la rotonda y mirando hacia abajo, esto es, hacia el seno de la tierra, donde cayó para siempre el héroe anóni- mo. El contacto inmediato con la tumba quedará reservado por medio de un- descenso en escalera al piso inferior de la cripta, sólo para los que allí concurran a depositar la ofrenda del agradecimiento patrio.
Para darle carácter nacional al monumento, se ha valido el artista de los siguientes elementos.
Seis figuras de mujer sostienen el ataúd: son nuestras provincias que ostentan en sus escudos de armas los nombres imperecederos de los combates de la Invasión.
El sacórfago aparece, en su tapa, cruzado de extremo a extremo con el machete libertador, que partió desde donde se encuentra la inscripción de Baraguá, hasta la de Mantua, es decir, indicando todo el recorrido de aquella epopeya incomparable de triunfo y de muerte. Guirnaldas con el gorro frigio de la República y coronas funerarias que llevan en su centro las iniciales consagradas de Patria y Libertad, completan por los extremos y lados del sarcófago, esa su dedicación nacional.
¿Y qué otro simbolismo mejor, ni más cubano para cobijar esa tumba como tantas otras perdidas en nuestra tierra, que bajo las pencas de la palma criolla (decorado de los nervios que forman la bóveda) y para alumbrarla desde lo alto (iluminación superior desde el centro del techo de la bóveda y en forma estrellada) que con la luz de la Estrella Solitaria. El sarcófago y las seis figuras de las provincias serán de bronce; el pedestal de mármol de color oscuro; los muros de y piedra de Capellanías dura de cincel; los pisos y esca- leras de mármol de colores armónicos.
La bóveda se construirá con una estructura de acero, revestida de estuco imitando la piedra de Capellanías.
La decoración será de líneas severas y en armonía con la misma se decorará un pequeño local que habrá en la cripta y que está destinado a museo histórico.
Los tres nichos para conservar las banderas históricas llevarán cierres de cristal con marcos de bronce. De bronce serán también las rejas, los candelabros y pebeteros.
La iluminación, se obtendrá por la estrella lumínica de cristal del techo y por candelabros que se situarán alrededor de la cripta.
La cripta y tumba del soldado desconocido será, en suma, el sagrario del más noble recuerdo que puede albergar un patriota en su corazón: el del mambí anónimo que envuelto en su propio heroísmo, cayó un día para siempre en la manigua redentora.
OFICINA DEL CONGRESO EN LA PANTA BAJA
Entrando por los dos vestíbulos que están al frente principal del edificio y que corresponden a las entradas de los Senadores y Representantes se pasa por medio de galerías de circulación que comunican interiormente todo el edificio a los siguientes locales : Del lado del Senado, a la oficina del Jefe del Despacho que tiene
6.30 metros por 13.40 metros y se comunica con las oficinas de confección del Diario dé Sesiones y su archivo correspondiente que se encuentran precisamente debajo del hemiciclo.
Estas oficinas tienen una gran amplitud y constan de un área semicircular cuyo radio es 20.00 metros, más un espacio rectangular de 8.10 metros por 18.90 metros. Además en este lugar hay un entresuelo para el trabajo de los taquígrafos que se comunica con el hemiciclo para que puedan turnarse a intervalos de tiempo en la labor de tomar y transcribir los debates del Senado o la Cámara.
Todos los locales tienen una gran relación entre sí y están agrupados en el sector del edificio destinado al Senado y comunicados por medio de galerías que hacen fácil el funcionamiento de las oficinas instaladas en los mismos.
Además existe cerca de ellas, locales destinados a servicios sanitarios para el público y para los empleados, dos escaleras de servicio que comunican con el sótano y un elevador de carga. Un patio interior situado entre el hemiciclo y las oficinas del Jefe del. Despacho, les da a estos locales y al sótano ventilación
y luz.
Otros locales importantes por sus dimensiones están cercanos a la oficina del Jefe del Despacho y tienen fácil comunicación con ésta y con los vestíbulos de entrada. Nos referimos a dos espaciosos salones, uno dé
13.30 de ancho por 40.00 metros de longitud y el otro de 5.50 metros de ancho por 30.00 metros de largo, destinados el primero a archivos generales del Senado y de la Cámara y el segundo a Almacén de enseres y utensilios de las oficinas de las plantas baja y principal del edificio. Junto a estos locales también hay cuartos de servicios sanitarios para el personal.
Los pisos de las galerías de comunicación y la oficina del Jefe del Despacho son de mármol Tavernelle con fajas de mármol rosso verona bordeando estas fajas las distintas unidades arquitectónicas en que se di- viden las galerías. Los pisos de todas las oficinas antes mencionadas son de terrazso de varios colores, con juntas de expansión de bronce, formando losas de igual tamaño y simétricamente dispuestas en cada salón; los zócalos son de terraszo donde los pisos son de ese material y de mármol rosso verona en los locales donde el piso es de mármol.
Los techos están decorados sencilla pero elegantemente, formando la parte superior de los muros un entablamento o cornisa arquitrabada en estilo Renacimiento Italiano;
estas cornisas son de yeso y tanto éstas como las paredes están terminadas con pintura de aceite a tres capas en un color ligeramente amarillo ocre y en acabado mate.
La iluminación en estos locales está perfectamente asegurada por las lámparas que en gran cantidad están distribuidas. Estas lámparas son sencillas y su diseño responde al carácter de cada local. En cuanto a su si- tuación y número, ambos extremos han sido objeto de estudio cuidadoso.
Varios de los salones y galerías que ya se han enumerado y descrito y que pertenecen al ala del Senado, se repiten iguales en forma, posición y dimensiones en el lado de la Cámara, tales como el salón del Jefe del Despacho de la Cámara, las galerías que unen a éste con los vestíbulos, las oficinas del Diario de Sesiones, las oficinas de los taquígrafos y los servicios sanitarios para los empleados y el público. En estos locales, la composición arquitectónica es la misma que en los anteriormente descritos y sus pisos, paredes y techos están acabados en los mismos materiales y colores. Además hay dos grandes salones situados paralelamente a la fachada principal destinados a oficinas generales de trabajo de la. Cámara y Senado. El primero de dichos salones tiene 40.00 metros de longitud por 13.30 de anchura y el segundo tiene 30.00 metros de largo por 5.50 metros de ancho.
PATIOS INTERIORES
De la planta baja sólo nos resta ahora describir los dos hermosos patios interiores que dan ventilación Y luz a grandes e importantes lugares en todos los pisos del edificio. Los patios son dos, uno en el ala de- recha o sea en el lado de la Cámara y otro en el ala izquierda o del Senado. Están situados siguiendo sus ejes la misma dirección del eje longitudinal del edificio, que es al mismo tiempo el eje de los dos hemiciclos. Es decir, que estando situados paralelamente a la fachada principal del edificio, cada uno de estos patios tienen una longitud igual a la de cada una de las alas de Pasos Perdidos. Sus dimensiones son 39.88 metros de largo por 14.06 metros de ancho.
Las cuatro fachadas que encierran a cada uno de estos patios son de la misma piedra dura con que están hechas las fachadas exteriores.
La arquitectura de ellas es del mismo estilo clásico y su composición consta de un primer piso de 7.00 metros haciendo de basamento con 9 vanos o puertas de arco de medio punto con su despiezo regular, acusando cada piedra; una ancha banda en la parte inferior es el zócalo y una sencilla cornisa remata la parte superior de este primer piso. Sobre ese basamento se levanta un cuerpo principal que comprende la altura de dos pisos y en el cual se ven las grandes ventanales a uno y otro lado que dan hacia los Pasos Perdidos y hacia la gran escalera de honor; estos huecos están situados en eje con los del basamento y tienen 1.98 metros de anchura por 7.10 de alto; sobre cada uno de estos huecos hay paneles hundidos de mármol. Este segundo cuerpo sobre el basamento está compuesto por pilastras dóricas de 0.20 metros de saliente y 1.22 metros de ancho entre los cuales están los ventanales ya mencionados. Dichas pilastras sostienen un entabla- mento en forma de cornisa arquitrabada con mútulas salientes y dentículos entre éstas, bajo el alero o corona.
Después sigue un cuerpo superior, que hace de ático muy sencillo en su composición, pues consta solamente de una base moldurada, un plano general donde están situadas las ventanas de los locales interiores y una cornisa de poco vuelo y sobria en molduras sin ornamentación alguna. Como se ve, la ar-
quitectura de estos patios es del mismo estilo de las fachadas aunque más sencilla. Su mayor belleza consiste en las hermosas proporciones entre sus vanos y macizos, en el despiezo regular de las piedras, y en sus dimensiones. Dos grandes jarrones en cada extremo y simétricos respecto a un macizo de pra-ma que le sirve de centro, completan el conjunto. En cada uno de los muros intermedios, entre cada dos vanos hay un brazo que sostiene tres focos de luz para la iluminación de toda el área del patio.
En uno de estos patios hay. adosada a uno de sus muros, una tarja que recuerda a los obreros muertos en las obras del Capitolio y cuya leyenda dice así:
In memoriam
Muertos en la construcción de este edificio:
VICENTE MASSANET Julio XVI – MCXXVI ÁNGEL CASTRO Junio XVI – MCMXXVII RAMÓN OLIVERA Agosto XXV – MCMXXVIl
PEDRO HERNÁNDEZ Noviembre XXII – MCMXXVIII BERESCFORD GRAGWELL Enero VII – MCMXXIX
Una plegaria para los que dieron su vida. Un recuerdo paga todos los que pusieron en estas piedras brazos, ciencia y espíritu.
IV TERCER PISO
Lo que digamos respecto al ala del edificio que corresponde al Senado, debe entenderse que se repite exactamente igual en el ala correspondiente a la Cámara, pues ambos cuerpos colegisladores tienen las mis- mas necesidades y por lo tanto se les ha dotado de igual número de salones y locales accesorios.
Así es que describiendo la parte del. Senado quedará descrita la de la Cámara, exceptuando solamente lo referente a las porciones de los Hemiciclos.
ELEVADORES Y ESCALERAS DE COMUNICACION
Hemos dicho que en lugares próximos a cada uno de los cuatro vestíbulos, uno de los cuales son para Representantes y Senadores y los otros dos para el uso del público que concurra a las sesiones o a las oficinas de ambos cuerpos) hay un elevador y escaleras que comunican con todos los pisos. Estas escaleras son amplias y cómodas. Su anchura es de 1.80 metros y sus pasos de 0.30 x 0.175 aproximadamente. Estos pasos son de mármoles de colores formando fajas y paneles. Estás escaleras se desenvuelven rodeando la caja del elevador y en cada cambio de dirección hay amplias mesetas que sirven de descanso.
Los elevadores que fueron instalados por la Casa Otis se mueven dentro de espacios cerrados formados por paredes que los hacen completamente invisibles. Estos carros de 1.80 metros por 2.40 de superficie son lujosos y elegantes interiormente, y su ventilación está asegurada por el friso calado y las ventanillas que están junto al techo. En cada piso, las cajas de los elevadores están dotadas de puertas artísticas de bronce, bordeadas por jambas de mármol verde.
GALERÍAS
En el tercer piso estos elevadores llegan a unas galerías que comunican con los hemiciclos, para que el público pase inmediatamente a la gradería a presenciar las sesiones. Estas galerías también comunican con las seis salas llamadas de Comités Provinciales y con el salón especial de la Comisión de Relaciones exteriores.
COMITÉS PROVINCIALES
Las seis salas de Comités Provinciales son lujosas y están tratadas en el estilo Renacimiento español. El tamaño de estas salas es variado, sus dimensiones oscilan entre 7.90 metros por 10.26 metros las más. grandes, hasta 7.88 metros por 7.62 metros las más pequeñas. Todas son diferentes en ornamentación. Sus techos o plafones de yeso tienen gran riqueza y variedad de ornamentos y están pintados imitando maderas de distintas clases. Sus paredes están terminadas en repello rústico con un colorido sugestivo que les da carácter de antigüedad. Corre a todo alrededor de cada salón un bellísimo zócalo de caoba con paneles orna- mentales y tallados a mano. Las puertas y ventanas tienen jambeado decorativo y sobrepuertas con los
escudos legendarios de las provincias cubanas.
Los pisos son de mármol tavernelle y fajas de rosso verona así como también las bases, o rodapiés de los zócalos de madera.
Los herrajes para puertas y ventanas han sido diseñados y ejecutados para estos salones, en el estilo Renacimiento Español, finamente cincelados y acabados en plata oxidada, imitando los trabajos antiguos españoles, en hierro martillado de la época más florida del Renacimiento Español.
El mobiliario para cada uno de los salones consta de una mesa central alargada con 6 u 8 butacones, un sofá, un estante para libros y una sombrerera, todos de caoba encerada, y los asientos y respaldos de las sillas son de cuero legítimo repujado.
Completan la decoración de estos las bellas lámparas que cuelgan del techo hechas en bronce fundido y acabado de plata oxidada, también de diseño en el mismo estilo Renacimiento Español.
Las dos salas para las Comisiones de Relaciones exteriores (una en la Cámara y otra en el Senado) ocupan el lugar central detrás de cada hemiciclo y lo más próximo a los elevadores. Son dos salones iguales. El estilo de su decoración arquitectónica, mobiliario, herrajes, lámparas, etc., es también Renacimiento Español,-y sus dimensiones son 6.45 metros de anchura por 13.40 metros de largo.
ELEVADORES Y ESCALERAS DEL CUERPO CENTRAL POSTERIOR
A cada lado del cuerpo central, que está ocupado por el gran vestíbulo en la planta baja y por la Biblioteca del Congreso en los tres pisos superiores, hay instalados elevadores y además hay unas escaleras lujosas que le dan fácil comunicación a toda esta parte posterior del edificio. Las escaleras están situadas en su caja, independientemente de los elevadores, en locales adyacentes.
Las escaleras que son de construcción de concreto tienen los pasos revestidos de gruesas planchas de mármol Tavernelle así como sus guarderas o rodapiés. Por el lado exterior y sobre la maciza guardera corre un hermoso barandaje de hierro repujado y bronce, formando roleos de follajes y rosetones en su banda central mientras por debajo y superiormente está bordeado por una greca de hierro forjado.
. Las paredes que forman las cajas de escaleras desde el primero hasta el cuarto piso están terminadas en caen stoné despiezado imitando los sillares de una obra regular de piedras y los plafones de cada tramo de escaleras están empandados así como también los plafones de cada meseta, en los cuales corre a todo alrededor un grupo de molduras ornamentadas con un florón central donde está adaptado un plafonier para foco de luz.
El techo en el último piso de estas escaleras está constituido por un hermoso lucernario que descansa sobre una cornisa decorada de poco vuelo. Ese lucernario formado por cristales emplomados de colores que. están sostenidos y adaptados a piezas de acero que le dan rigidez y seguridad producen una claridad tenue y agradable y embellece sugestivamente este local.
Los elevadores adyacentes a estas escaleras son dos en cada lado y están ocultos entre cuatro paredes que hacen invisible la maquinaria, las guías y carros. Interiormente los carros tienen la misma elegancia y co- rrección de acabado que los otros anteriormente descritos. La caja de estos elevadores está precedida de un saloncito de espera bellamente decorado con zócalos de mármoles de colores de 2.00 metros de altura, formando paneles, luego las paredes terminadas en Caen Stone despiezado imitando piedra, y rematados superiormente en cornisas del mismo estilo Renacimiento Italiano en que está diseñado todo el conjunto. Los frentes de los elevadores tienen bellísimas puertas de bronce, que son distintas en cada piso al igual que la decoración de los salones de espera.
Tanto estos elevadores como las escaleras, en cada piso, están situadas junto a las galerías que comunican entre sí a todas las oficinas y dependencias importantes de la parte superior del edificio.
Debido al hecho de que todos los grandes salones de la Planta Principal en la parte central del edificio abarcan la altura de dos pisos como el salón de Pasos Perdidos y la cúpula que se alza aún, el nicho donde está la estatua de la República, el gran salón Martí y la Biblioteca del Congreso, resulta que el tercer piso del edificio tiene ambas alas, la del Senado ,y la de la Cámara independientes y separadas completamente una de otra.
Las dos alas de este piso tienen todos sus salones, galerías, cajas de escaleras y elevadores absolutamente iguales, menos en la parte de los dos hemiciclos, que es distinta en uno y otros, por su forma y distribución de muros.
El tercer piso del hemiciclo del Senado está distribuido en la siguiente forma: Una amplia galería de circulación de 5.54 metros de anchura y de forma circular bordea el hemiciclo o espacio central empezando
y terminando junto a las galerías opuestas de los elevadores y escaleras del público que ya se han descrito y que corresponden a los pabellones extremos de las fachadas principal y posterior. Dicha galería de circulación tiene por finalidad dar acceso del público a los palcos del hemiciclo. Estos palcos, como ya se ha dicho en otro lugar al describir el he-
miciclo del Senado, están en dos pisos dentro de los grandes nichos o recesos que bordean el espacio central.
Pues bien, véase como estas galerías le dan comunicación a estos dos pisos facilitando la entrada y salida del público a ellos.
-Los nichos dejan un espacio de separación entre ellos de 2.00 metros aproximadamente, con el objeto de poner escalerillas que conducen desde esta galería a los palcos inferiores o sea a los que están en el primer piso de los nichos; dichas escalerillas son de caoba y cubriendo el muro hasta 1.30 de altura tienen zócalos empandados que siguen la inclinación de los pasos. En el segundo piso de los palcos hay puertas en su muro posterior que comunican inmediatamente con la galería, pues están casi al mismo nivel; cinco pasos solamente son necesarios para bajar a la galería y salvar ese desnivel.
La decoración arquitectónica de esta galería es Renacimiento Italiano sencillo; muros con pilastras jónicas y entablamento que sostiene una serie de arquitrabes radiado al centro del hemiciclo y de pilastra a pilastra de los muros opuestos; en estos arquitrabes revuelve por ambos lados la cornisa general y dejan entre ellos espacios planos que se repiten en cada interpilastra. El piso es de mármol con fondo Tavernelle y fajas de» rosso Verona. La decoración y capacidad de los nichos ya se ha descrito al describir el hemiciclo del Senado.
HEMICICLO DE LA CAMARA EN EL TERCER PISO
Esta parte del tercer piso del edificio lo ocupan las graderías para el público y los palcos para invitados de honor, tales como Ministros, Cónsules, etc.
Ya sabemos que hay una bellísima columnata corintia sobre el muro circular que limita el hemiciclo propiamente dicho, columnata que tiene 19 intercolumnios. En estos 19 intercolumnios se han colocado otros tantos palcos, cada uno con 6 butacas. Cuatro de estos palcos están destinados a los cronistas parlamentarios. Luego, entre estos palcos y la gradería del público que se levanta desde un nivel más alto hay un pasillo de circulación que tiene salidas de tramo en tramo en forma de escalerillas para llegar al nivel de la galería exterior y darle fácil salida al público de los palcos y de la galería. La decoración arquitectónica de este tercer piso del hemiciclo donde está la gradería y palcos públicos así como su capacidad de asientos ya se ha dicho cuando hicimos la descripción del hemiciclo de la Cámara.
V CUARTO PISO
El cuarto piso del Capitolio está dedicado en su mayor parte a las oficinas privadas de Senadores y Representantes y a las oficinas para la prensa. Hay además otras oficinas. suplementarias de administración, el gran local para almacén de libros de la Biblioteca, un Restauran! con sus accesorios y la Sala de Armas con sus locales anexos de duchas, servicios sanitarios, armeros, etc. Otra gran parte de este piso está ocupada por los vanos que corresponden a los grandes patios, bóvedas del Salón de Pasos Perdidos, vano de la Cúpula, y del ábside donde está la estatua de la República; los vanos de las partes centrales de los hemiciclos, los pequeños patios intermedios de ventilación y por fin las habitaciones para criados y sus servicios sanitarios.
Las oficinas particulares de los Senadores y Representantes están situadas respectivamente en las alas derecha e izquierda del edificio, distribuidas en la siguiente forma: 31 oficinas para Senadores de 4.00 por
5.00 metros interiores como medida promedio, teniendo todas ventilación y luz directa del exterior, pues unas dan hacia las fachadas, otras a los patios grandes y el resto a patios interiores que se han proyectado con esa idea. 121 Oficinas para Representantes distribuidas en la misma forma que las de los Senadores y de las mismas medidas. Así mismo, están distribuidos en distintos lugares de este piso, 14 locales para servicios sanitarios generales. Estos locales tienen zócalos y divisiones de mármol blanco de 2.00 metros de altura, piso de cerámica blanca y las paredes finamente terminadas con tres capas de pintura de aceite. Los aparatos son todos de porcelana de la. más alta calidad y con secaderos automáticos de aire caliente. Las oficinas
están acabadas de la siguiente manera: pisos- de terrazzo, formando dibujos en color con juntas de separación de bronce, las paredes con tres capas de pintura de aceite, en delicado color ocre y superiormente, en su unión con el cielo raso, están terminadas con escocias o cornisas forrajeadas en yeso. El cielo raso es liso.
Después, en ambos lados del cuerpo central, por la parte posterior de la cúpula, cada cuerpo colegislador dispone de un salón de 13.40 metros por 4.60 metros para administración y otro de 11.10 metros por 5.04 metros para los pagadores, con sus bóvedas de seguridad de 2.10 por 4.60 metros hechas de hormigón y ladrillo y su caja de aire aisladora.
Además, en este piso hay dos grupos de cuatro oficinas cada uno dedicadas al trabajo de los reportera y taquígrafos de la prensa parlamentaria, cuatro oficinas del lado del Senado y las otras cuatro del lado de la Cámara, con su correspondiente mobiliario.
La parte del cuarto piso que está encima de la Gran Biblioteca está destinada a almacén de libros; es un espacio de 20.00 metros por 20.80 metros, que tiene en su parte central el vano donde está la vidriera emplomada del techo de la biblioteca. En ambos lados de este gran local hay dos salones de 4.40 x 7.80 metros dedicados a, oficinas del bibliotecario.
En este almacén hay capacidad para 150.000 volúmenes. Tiene en su techo otro lucernario de armazón de acero y vidrios que permiten el paso de la luz necesaria para iluminar el lucernario del techo de la Biblioteca. Las áreas que corresponden a los pabellones extremos del frente del edificio están ocupadas por dos grandes salones y sus dependencias, que son necesarias para la comodidad y la eficiencia de los miembros del Poder Legislativo. Dichos salones son: El Restaurant que está en el ala del Senado, y la Sala de Armas que está en el ala de la Cámara. Estos salones están situados en lugares próximos a la llegada de los
elevadores y escaleras y tienen por consiguiente fácil e inmediato acceso.
SALÓN RESTAURANT
El Salón restaurant es un local de 20.00 metros de largo por 7.90 metros de ancho y 4.40 de puntal y está tratado en estilo Renacimiento Español. Su decoración consta de bellas pilastras enriquecidas con la variadísima ornamentación plateresca y con capiteles corintios, situados según tramos iguales, en los muros de mayor longitud y frente a frente, sosteniendo grandes ménsulas que a su vez reciben los poderosos arquitrabes del techo, dividiendo transversalmente a éste, en cinco grandes espacios. Dichos arquitrabes sirven para soportar toda la viguetería que forma el encasetonado del fondo. Todos estos arquitrabes, viguetas, y techo, son de concreto, pero su revestimiento es enmasillado. Sobre él se ha hecho una pintura de imitación de maderas cubanas de distintas clases. Todo este techo está policromado en tonos fuertes y brillantes que contrastan sobre el fondo mate oscuro de la madera veteada.
Entre pilastra, y pilastra, hasta la altura de 1.80 metros corre un zócalo de azulejos sevillanos de reflejos de cobre, de-colorido brillante, formando paneles decorativos, variadísimos en ornamentación plateresca. La puerta de entrada es otro detalle delicado de la hermosa decoración de este salón, los emplomados de las vidrieras que dan a los patios son también muy hermosos.
Uno de los muros extremos del salón está además embellecido con un cuadro, todo de azulejos, que representa el desembarque de Cristóbal Colón en Cuba.
El resto de las paredes es de repello ligeramente rústico y su acabado es en colores de distintos tonos ocre y verde opaco difundidos.
Los pisos juegan en el mismo estilo del conjunto y están formados por losetas rojas rectangulares y olambrillas intercaladas a distancias iguales.
De tres de los casetones centrales del techo cuelgan otras tantas lámparas de bello diseño, acababas en plata oxidada.
Este restaurant tiene anexos otros locales que le son indispensables; por ejemplo: un patio de ventilación y luz, corrido a todo lo largo de su frente, decorado con zócalos de azulejos sevillanos hasta una altura de 1.40 metros, y con piso de losetas rojas y otros dos patios más pequeños en ambos lados del pequeño vestíbulo que hay a la entrada del restauran! y que son de 3.90 metros por 4.10 metros con su zócalo de azulejos y una pequeña fuente central a semejanza de los antiguos patios sevillanos de la época del Renacimiento en España.
Tiene además un vajillero que es un local auxiliar de 3.06 metros por 6.05 metros para .guardar mantelería, cristalería y vajilla.
Por una puertecilla situada en uno de los extremos del restauránt se pasa al Pantry y a la cocina que están
en un local de 6.15 de ancho por18 metros da largo donde hay instalados todos los aparatos necesarios para cocina de gas, hornos, refrigeradores, máquinas de mondar, picaderos, batidores, etc. así como mesas, fregaderos, vertederos y estanterías para los útiles de cocina necesarios para realizar todas las faenas propias del arte de la buena cocina..
Este amplio local tiene un zócalo de azulejos blancos hasta el techo y piso de terrazzo que lo hacen muy higiénico. En el techo hay dos grandes lucernarios que dan luz y ventilación a todo el local.
SALA DE ARMAS Y LOCALES ANEXOS
La Sala de Armas con sus .cuartos de taquillas y de duchas está situada en el otro pabellón extremo de la fachada principal, correspondiente al ala de la Cámara. Sus dimensiones son 12.00 metros de largo por
7.90 de ancho y 4.40 de puntal y está tratado en un estilo de transición que corresponde a la época del Renacimiento Español primitivo, en el que todavía influían algunos detalles ornamentales del feudalismo. Esta fue la época más florida de la Caballería Andante española.
Sus muros están decorados con bellos zócalos de caoba tallados y policromados formando paneles en toda su extensión, interrumpidos solamente en las puertas de sabor casi gótico. El techo está formado por grandes arquitrabes que lo dividen en tres partes iguales; sobre éstos descansan las viguetas y por fin el entablado del fondo. Este techo es como el del Restaurant: de concreto con revestimiento de masilla y luego pintado. La imitación de madera es igual en perfección a la del Restaurant. En los muros de frente y del fondo hay dos ventanas anchas, apaisadas, divididas en cinco ventanillas, con vidrios emplomados, representando figuras de guerreros de la época medioeval.
Al centro del muro del fondo hay una puerta de madera tallada, exquisitamente trabajada en estilo Renacimiento Español. Otras puertas iguales, se ven también en el Saloncito que precede á la sala de armas y que sirve de entrada a éste y de salida a los pequeños patios laterales. Estos patios, son iguales que los del Restaurant, con un bonito zócalo de azulejos sevillanos, piso de losas rojas y olambrillas, y en el centro una bonita fuente de cerámica.
El piso de la Sala de Armas, es otro detalle más llamativo por ser de maderas preciosas del país, perfectamente acopladas y formando dibujos en cenefas y centros que se destacan, por sus colores, del fondo; los dibujos están formados por listones de majagua, ácana y caoba sobre fondo de cedro; las distintas maderas están tan perfectamente unidas que el todo parece una sola pieza. Como es de suponer este piso está colocado sobre una base que lo separa del suelo de concreto por medio de listones o viguetas. Sobre este piso hay colocadas tiras de linoleum para la esgrima.
. Esta Sala de Armas tiene una luz tenue durante el día y la iluminación para por la noche será por medio de faroles artísticos, que cuelgan del techo, de estilo Renacimiento Español.
De la Sala de Armas se pasa directamente a las taquillas que están situadas en dos locales inmediatos, a ambos extremos de la sala. Uno de ellos tiene 3.10 metros de ancho por 14.10 de largo, y el otro 3.66 metros por 8.00 de largo. Pueden caber 90 taquillas dobles, lo que da capacidad para 180 personas. De estos locales de taquillas se pasa enseguida a los cuartos -de duchas, (un cuarto de duchas para cada salón de taquillas) uno de los cuales tiene cinco compartimentos individuales y dos lavamanos y el otro 6 compartimentos. Cada uno de dichos compartimentos está formado por paredes cubiertas de cerámica de 2.50 de alto, con su puerta de vidrio esmerilado, insertada en un marco metálico niquelado. Esas duchas tiene cada una su plato de porcelana y los pasillos que hay entre ellos tienen piso de cerámica inglesa.
Próximo a la Sala de Armas hay también un local con cuatro inodoros, cuatro urinarios y tres lavamanos de porcelana. El local está terminado con divisiones de mármol blanco y piso y zócalo de cerámica blanca inglesa. Un pasillo que sale del salón de taquillas conduce a dichos locales, que se encuentran a uno y otro lado y llega al Salón de Barbería. Dos pequeños patios laterales dan ventilación y luz a esos locales.
SALÓN DE BARBERIA
Tiene 6.15 metros de largo, por 3.87 de ancho y está decorado lujosamente en estilo pompeyano, con planchas de vitrolite que recubren completamente sus muros. Estas planchas de vitrolite están colocadas formando un zócalo empanelado con su base y banda superior corridos; sobre este zócalo se ven las planchas con bellos empanelados simétricamente dispuestos que tienen los adornos y figuras propias del estilo pompeyano grabadas y pintadas a mano.
Los muebles de la barbería consisten en dos magníficos sillones de armazón de hierro fundido, esmaltados, con asientos y respaldos de cuero legítimo y un gran lavabo con todos los accesorios para el
cliampoo. TJn armario, un esterilizador, una mesita para Manicura y varias sillas completan el conjunto. Hay además grandes espejos y mesas auxiliares delante de los sillones. Varios apliques en las paredes y focos de luz del mismo estilo pompeyano en el techo, sirven para iluminar de noche el local.
CUARTOS PARA CRIADOS Y SERVICIOS SANITARIOS
En el .cuarto piso hay ocho habitaciones para criados, de distintos tamaños que varían desde 5.62 por 4 40 metros hasta 4.40 por 3.90 metros las más pequeñas, en las cuales pueden caber cómodamente hasta 26 en conjunto. Estas habitaciones están bien aireadas e iluminadas, pues todas tienen puertas y ventanas que dan a patios interiores y que se proyectaron exclusivamente con esta idea. Tiene además cada habitación un closet para ropa.
Próximos a estas habitaciones hay dos locales para los servicios sanitarios de criados.
Dichas habitaciones están situadas en dos grupos en la parte del frente del edificio, entre el ático del Pórtico y los pabellones extremos comunicándose estos dos grupos de habitaciones por un pasillo intermedio que corre sobre el pórtico central. Este pasillo o corredor tiene comunicación inmediata con los locales de los elevadores y escaleras que están en ambos lados del Pórtico Central y que sirven de comunicación a todos los pisos desde la planta baja hasta la Cúpula. También sirve para pasar al espacio que hay sobre el artesonado del Pórtico Central donde están los focos de luz colocados en el centro de cada uno de los casetones.
VI SÓTANOS
Hemos dejado de propósito la descripción de este piso para el final, por la enorme importancia que tiene, dados el carácter del edificio y el uso a que está destinado.
Este piso está dedicado a todas las maquinarias, almacenes, talleres de reparación y demás pertenencias indispensables en todo edificio de la importancia y extensión de éste.
Los sótanos están situados en ambos ex tremes del edificio y ocupan toda el área de los dos hemiciclos, con sus correspondientes patios y de los cuatro pabellones extremos, más algunos pasillos de comunicación. Es decir, que los sótanos están en las dos alas opuestas del edificio, sin comunicación entre ellas.
Describiremos primero aquellos locales del sótano situados en el ala del Senado.
Todo el gran espacio semicircular situado bajo el hemiciclo del Senado, con un radio de 19.55 metros, más otro espacio rectangular anexo al anterior, están destinados a los talleres de mecánica para la reparación de las maquinarias y a taller de carpintería. Este gran local tiene interiormente dos filas también semicirculares de pilares aislados y cuatro columnas de fuste redondo, que soportan con una combinación de grandes ar- quitrabes todos los techos y muros de los pisos superiores del hemiciclo.
La comunicación a este sótano, que dicho sea de paso, está abierto, es decir, que. no tiene tabiques divisorios, se hace por medio de dos escaleras y dos elevadores: una de estas escaleras es pequeña y conduce a la planta baja del hemiciclo y la otra es la escalera .que dando acceso a todos los pisos está frente al vestíbulo de planta baja en el pabellón de entrada del público. El elevador que hay allí-también llega hasta el sótano. (Este es el único de los grandes elevadores que descienda al sótano).
Frente al lugar del sótano a donde llega este elevador hay un túnel o pasaje subterráneo que conduce al local de las bombas y motor Kewanee.
Ese gran sótano de forma semicircular está perfectamente ventilado e iluminado por 17 ventanillas que dan a la fachada y por otras tres que dan al patio interior rectangular situado en el fondo del hemiciclo.
Todo este sótano está construido con subsuelo de concreto y piso de terrazzo. Las paredes y pilares interiores (todos de concreto) están recubiertos de azulejo blanco has2 ta una altura de 3.00 metros y el resto hasta el puntal de 3.80 metros está pintado con cuatro capas de pintura de aceite, sobre un repello de mortero y cemento. Los techos y arquitrabes están enmasillados e igualmente pintados.
Un elevador de carga, instalado en este sótano, llega hasta la planta baja solamente, estando oculto completamente entre los muros. La maquinaria está también oculta y se halla situada en la parte alta del pozo.
El sótano situado debajo del vestíbulo de la fachada posterior está ocupado por un gran tanque de agua y un .Kewanee con dos bombas. Sus paredes son de concreto, de gran espesor y; sus dimensiones son 13.70
metros de largo por 9.58 metros de anchura y 3.80 metros de altura. El local donde se halla el Kewanee y las bombas es de 4.92 de anchura por 9.58 de largo. Se comunica por medio de un pasaje subterráneo con el taller de mecánica.
El otro sótano opuesto a este último, que está situado en el .pabellón de la fachada principal, debajo del vestíbulo de los Senadores, está ocupado por los filtros, refrigeradores, bombas de limpieza al vacío y un local aparte para las pizarras de control de la corriente eléctrica de toda el ala del edificio relativa al Senado y un local aparte para un grupo de transformadores que recibe la carga eléctrica del exterior. Este sótano tiene de dimensiones 18.92 metros de largo por 9.30 metros de ancho. Tiene además un local anexo donde hay una escalera de concreto que conduce a la planta baja. Los dos estos sótanos están azulejados con azu- lejo blanco hasta el techo y su piso es de terrazo.
SÓTANOS DEL ALA DE LA CÁMARA
Los sótanos de la Cámara están situados debajo del gran espacio semicircular del hemiciclo de la Cámara y debajo de los dos vestíbulos de los pabellones extremos de esta parte del edificio, no existiendo comunicación alguna entre el primero y los dos últimos, por haberse considerado innecesario, debido a que estos locales se destinaban a labores sin nexo o relación entre sí.
El sótano del hemiciclo es amplísimo- como el del Senado, y está limitado exteriormente por el muro semicircular de la facha- da que tiene 1.66 metros de espesor, e interiormente por los muros de contención. El muro exterior tiene un radio de 19.55 metros en su paramento interior y hay interiormente dos filas concéntricas de pilares, además de cuatro gruesas columnas al centro, que unidos todos por grandes arquitrabes sostienen los muros de carga de los pisos superiores del hemiciclo de la Cámara. Además de este espacio semicircular de 19.55 metros de radio, hay otro rectangular .de 7.00 metros por 18.00 metros y un patio interior para ventilación, al fondo del hemiciclo que sirve para ventilar los salones anexos a él, detrás del propio hemiciclo, en todos los pisos. Este sótano está destinado a los almacenes generales del edificio y a taller de reparaciones, está dividido por particiones hechas con enrejados de malla metálica gruesa y sólida, con sus puertas correspondientes.
Todas las paredes interiores tiene un zócalo de azulejos blancos hasta la altura de 3.00 metros y el resto está perfectamente repellado y pintado con pintura de aceite.
El piso de terrazzo con juntas de expansión de bronce está construido sobre una base o subsuelo de concreto y sus uniones con los muros están calafateadas para protección contra la humedad.
Dicho sótano tiene dos escalerillas de concreto, situadas en los dos extremos del hemiciclo, para comunicarse con la planta baja;
hay además un montacarga movido eléctricamente junto a una de esas escalerillas para subir o bajar fácilmente cualquier objeto de mucho peso.
Este sótano, igual que el del Senado, tiene la misma ventilación y luz que aquel por medio de 17 ventanillas que dan a la, fachada exterior, más otras cinco que dan al patio interior mencionado; todo lo cual hace que este sótano sea claro y fresco. Además hay una instalación oculta de tubería de ventilación artificial, que inyecta aire puro y fresco y lo extrae después produciendo una renovación continua del mismo para cuando sea necesario tener cerradas todas las ventanas. Este sistema de ventilación artificial es automático y eléctrico y es el mismo instalado en el sótano del Senado.
El sótano situado debajo del vestíbulo público en la fachada posterior es un local que tiene 18.97 metros de largo por 9.15 metros de anchura y 3.80 de puntal, y está dividido en dos partes desiguales, la mayor de las cuales está dedicada a salón de pizarras o chuchos eléctricos y la menor para los grandes transformadores, a donde llega la carga eléctrica del exterior. 4
Este sótano tiene un pequeño local anexo para taller de reparaciones eléctricas.
El piso de estos locales es de terrazzo con juntas de expansión de bronce, zócalos de azulejos blancos hasta la altura de 2.00 metros y el resto de paredes y techos está perfectamente terminado con cuatro capas áe pintura de aceite, unas escaleras de tramos rectos, de pasos de mármol y baranda de hierro forjado, situada junto a este sótano, conduce a la planta baja.
El otro sótano opuesto a este último y situado debajo del vestíbulo de entrada de los Representantes es de las mismas dimensiones que el anterior y acabado en la misma forma. Hay en este sótano dos locales, uno de ellos está ocupado en parte por los aparatos de planta de refrigeración y planta de limpieza al vacío, con sus filtros, bombas y tuberías correspondientes y la otra parte bastante amplia está ocupada por un taller de reparación y almacén.
El otro local cercado y comunicado por una puerta a un pasillo está ocupado» por las maquinarias de limpieza al vacío y depósito general de la basura. De aquí parten las tuberías hacia todos los locales del edificio, para hacer la limpieza por medio de aspiradores que se adaptan a una o más embocaduras, situadas en lugares lo más ocultos posible en cada salón.
Todos los sótanos anteriormente descritos están provistos de sencillas lámparas que dan luz abundante para poder trabajar.
VII
INSTALACIÓN ELÉCTRICA
No estaría completa esta reseña descriptiva del Capitolio si no incluyéramos en ella, para terminar, la instalación eléctrica del edificio, aspecto importantísimo de toda construcción moderna, máxime cuando es de la magnitud del Capitolio.
Al diseñar la instalación eléctrica del Capitolio se procuró en todo lo posible independizar la perteneciente a la Cámara de la que pertenece al Senado, y, de acuerdo con esa idea, se hicieron en el edificio, dos grandes redes de distribución, una convergiendo al sótano de la Cámara, por Industria y San José y la otra convergiendo al sótano del Senado por Prado y Dragones.
La corriente eléctrica es suministrada por la Compañía Cubana de Electricidad y en los sótanos citados anteriormente se adaptaron dos cámaras de transformación, una en cada .sótano. Estas cámaras de transformación son a prueba de fuego, de manera que .cuando por cualquier emergencia la temperatura en dichas cámaras pasa de un cierto límite de seguridad, unas puertas de hierro cierran automáticamente las entradas, ahogando el fuego por falta de aire. En estas cámaras de transformación entra la corriente a alto voltaje y por medio de baterías de transformadores es reducida en voltaje y baja tensión, suministrando la corriente al Capitolio, que es trifásica con 208 volts entre fases y 120 volts entre fase y neutro.
De las cámaras de transformación de la Compañía Cubana de Electricidad se alimentan las .pizarras generales del edificio. Estas son dos, una en cada uno de los sótanos citados. La del Senado consta de seis pizarras y de. cinco la de la Cámara. Cada una de estas pizarras tiene un chucho automático de aceite y un amperímetro hasta una capacidad de 800 amperes, correspondiendo una para cada uno de los pisos y habiendo una de más en el Senado, que corresponde a la- Cúpula.
De las pizarras generales se alimentan los gabinetes generales de distribución, por medio de 20 cables en el Senado y 16 en la Cámara, de un millón y cuarto de Mila-circulares o sea de un diámetro de una pulgada y media. Van dentro de conductores individuales de fibra, de dos y media pulgadas de diámetro.
Los gabinetes generales de distribución son del tipo de seguridad y van empotrados en las paredes. Los chuchos que son de 60, 100 y 200 amperes, según la pizarra, son del tipo de brocha y los fusibles van en compartimientos aparte, a los cuales no se puede tener acceso sin antes desconectar .el circuito correspondiente. De estos gabinetes hay nueve en todo el edificio, seis de veinte circuitos cada uno y tres de diez circuitos. Estos circuitos alimentan los gabinetes de ramales para el alumbrado y los motores para los diversos servicios del Capitolio.
Los gabinetes de ramales son también del tipo de seguridad y van empotrados en las paredes. Tienen doble puerta de hierro, una que da acceso a los chuchos y la otra a los fusibles, teniendo los chuchos una capacidad de treinta amperes. Hay ciento diez y nueve gabinetes de ese tipo distribuidos por todo el edificio, fluctuando su tamaño seis hasta veinte y ocho circuitos, que es el mayor. Estos gabinetes controlan todo el alumbrado del edificio, así como los tomacorrientes para ventiladores u otros accesorios. Para todos aquellos lugares en que las lámparas o reflectores quedaban demasiados lejos del punto desde donde se debían controlar, se emplearon chuchos magnéticos de control remoto, que se ocultaron en lugares a propósito, empleándose de estos chuchos cuarenta y seis en todo el edificio.
Toda la tubería que se empleó fue galvanizada de la mejor calidad y no se empleó ninguna tubería cuyo diámetro fuere menor de tres cuartos pulgadas. El alambre es de cobre de la mejor calidad, con forro de 30% de goma Para, no empleándose ningún alambre menor del número 14 B & S, excepto en los timbres y teléfonos que se usó el número 18 B & S. La carga total conectada es de 2000 kilowatts.
A continuación damos una ligera descripción de la iluminación de los principales salones y de los diversos servicios que dependen de la electricidad.
ILUMINACIÓN
La iluminación del Capitolio fue objeto de un estudio muy cuidadoso por parte de los Ingenieros que la diseñaron. Todos los salones y habitaciones fueron objeto de cálculo y este cálculo, unido a las considera- ciones artísticas del local de que se tratara fueron los que determinaron el sistema, nivel y tipo de lámpara que habría de emplearse. La iluminación de los Pasos Perdidos y la Cúpula puede figurar entre las iluminaciones de luz indirecta más perfectas del mundo. Toda la superficie interior de la cúpula que es de unos 2000 metros cuadrados está iluminada por una sola hilera de reflectores, colocados en su primera cornisa. 232 reflectores de 200 watts cada uno, convenientemente enfocados y desde una distancia media de 25 metros dan en su superficie una iluminación de 15 pies-bujías. El casquete que remata la Cúpula y que está pintado de azul imitando el color del cielo, está iluminado a un nivel de iluminación de 50 pies-bujías, por medio de 25 proyectores de 500 watts cada uno, equipados con bombillos azules. Este alto nivel de iluminación del casquete hace el efecto óptico de levantarlo a una gran altura del resto de la Cúpula ha- ciéndola aparecer como si en su centro no tuviera techo.
La estatua cubierta de oro que representa a La República y que se alza en el centro de los Pasos Perdidos, resultaría pobre rodeada de tanta luz indirecta si no fuera por cuatro proyectores de 500 watts cada uno, completamente ocultos a la vista, que la bañan de luz, dándole el resplandor que necesita.
El resto de los Pasos Perdidos, así como el ábside son iluminados a un nivel de iluminación en el techo de 15 pies-bujías, por medio de 516 reflectores de 150 watts y 228 de 100 watts.
Los Hemiciclos del Senado y la Cámara son iluminados por medio de reflectores colocados sobre los lucernarios, cuatro reflectores de 300 watts cada uno, por cada metro cuadrado de cristal fueron necesarios, para obtener 10 pies-bujías sobre las mesas de los Legisladores, lo que hizo un total de 256 reflectores en el Hemiciclo de la Cámara y de 124 en el del Senado. Para hacer resaltar la belleza del decorado así como para evitar un marcado contraste entre los cristales muy iluminados y el resto -del techo, se iluminó éste con luz indirecta por medio de reflectores ocultos en la cornisa.
La Biblioteca también está iluminada a través de un lucernario, pero en este caso el lueernario es de vidrio emplomado, lo que obligó a usar una alta intensidad de luz en la parte superior de los vidrios a fin de com- pensar la absorción del cristal. Se emplearon 158 reflectores con bombillo de 200 watts convenientemente espaciados. Además de este sistema de iluminación la Biblioteca está equipada con cuatro grandes lámparas que aparte de ayudar en algo a la iluminación principal que viene del lucernario, completan el decorado del local
Las Escaleras de Honor están iluminadas con luz indirecta por medio de reflectores ocultos en las cornisas, empleándose en cada escalera 184 reflectores de 100 watts cada uno.
Todos los lucernarios de las galerías del tercero y cuarto piso, que durante el día dejan de pasar la luz natural, están provistos de reflectores de tamaño apropiado, de manera que se obtiene de noche el mismo efecto que de día.
La iluminación del exterior del Capitolio se obtiene por medio de 220 proyectores de 500 watts cada uno y de 28 de 200 watts cada uno. Están situados y enfocados de tal manera que la intensidad de luz en la parte más alta de la Cúpula es de 25 pies-bujías y va disminuyendo la intensidad de luz uniformemente hasta llegar al nivel de la azotea, en que la intensidad es sólo de 15 pies-bujías lográndose con esto que desde la calle toda la cúpula luzca iluminada a una intensidad de luz uniforme.
En la linterna de la Cúpula se halla situado el Centelleador, que al tiempo de montarse era el único en su clase en el mundo. Consiste en cinco proyectores de 26 pulgadas de diámetro cada uno, de lámparas de arco, y dotados de dos movimientos: uno de rotación sobre su propio eje y el otro vertical entre el plano horizontal y una elevación de 45 grados. Cada proyector tiene una potencia- lumínica de 60 millones de bujías inglesas (candiepower). Bajo condiciones climatológicas favorables, el haz de luz puede ser visto de distancias que exceden de cien millas. El arco eléctrico de cada proyector requiere 125 amperes, corriente directa de 110 a 125 volts, usando carbones -de un diámetro de pulgada y cuatro que duran de tres a cuatro horas. Para obtener la corriente directa necesaria, en el quinto piso, hay instalado un equipo motor generador que tiene un motor de inducción trifásico de 150 caballos de fuerza, directamente conectado a un generador de corriente directa de 100 kilowatts, que suministra la corriente necesaria para el Centelleador. .
AMPLIFICADORES DE LA VOZ
Los Hemiciclos de la Cámara y el Senado se hallan equipados con amplificadores de voz, de tal manera que a voluntad de los Legisladores se pueden amplificar su voz en todo el salón. Debajo de los Hemiciclos, en un entresuelo se hallan las plantas que operan estos amplificadores. Son dos: una en el Senado y la otra en la
Cámara, pero están arregladas de tal manera que si por cualquier motivo una de las plantas sufre un desperfecto, automáticamente se pone en servicio la otra. Estas plantas están además conectadas con salidas para amplificadores y micrófonos en los Pasos Perdidos, de manera de poder amplificar la voz en dicho salón, en caso de recepciones.
LLAMADORES DE AUTOMÓVILES
En las cuatro esquinas de los jaridines del Capitolio se hallan los llamadores de automóviles que están dotados de combinaciones de luces y un altoparlante de tal manera que el operador del aparato que se halla en la puerta central del edificio marca y canta el número, que corresponde a cada máquina, saliendo clara- mente indicado el número en los aparatos y reproduciéndose su voz muy amplificada, de suerte que las máquinas que se hallan estacionadas a distancia pueden ver y oír claramente su número.
VENTILACIÓN
Los Hemiciclos de la Cámara y el Senado, así como los sótanos y lucernarios de dichos cuerpos .se hallan convenientemente ventilados por grandes ventiladores. En el Hemiciclo de la Cámara hay seis ventiladores y cinco en el del Senado, cada uno conectado con un motor de diez caballos de fuerza. Son del tipo inyector de aire. Toman aire fresco de los patios y lo inyectan por diversas partes en el Hemiciclo de manera que no causan fuertes corrientes, ni producen ruido alguno. El aire que inyectan los ventiladores, antes de entrar en los Hemiciclos es tonificado por medio de unos purificadores de aire de que están equipados los ventiladores. Los sótanos son ventilados por medio de un ventilador del tipo extractor de aire, cada uno. Toman el aire viciado del sótano, por medio de diversas aberturas repartidas por el techo favoreciendo la entrada de aire nuevo por las ventanas. Los lucernarios de los Hemiciclos, por la gran cantidad de reflec- tores que tienen para su iluminación, hubo necesidad de ventilarlos, haciendo pasar una corriente de aire a través de todos ellos, lográndose esto con un extractor de aire, movido por un motor de cinco caballos en cada uno de los lucernarios.
La cocina está también equipada con un extractor de aire, movido por un motor de tres caballos que la mantiene convenientemente ventilada y evita que los olores pasen a otros locales.
REFRIGERACIÓN
El edificio cuenta con dos plantas de refrigeración que mantienen el agua fría, previamente filtrada, en diversas fuentes distribuidas por todo el edificio. Estas plantas se hallan una en cada uno de los sótanos de los Hemiciclos y son automáticas en su operación. La cocina también está equipada con plantas de refrigeración en las neveras.
LIMPIEZA AL VACÍO
Para la limpieza al vacío cuenta el edificio con dos bombas movidas por motores de cuarenta caballos de fuerza, situadas una en cada uno de los sótanos del Senado y de la Cámara.
ELEVADORES
Del Sistema Otis. Son de alta velocidad; 400 pies por minuto y son operados por corriente continua. La corriente alterna del edificio es transformada en cada uno de los elevadores en corriente continua, por medio de equipos de motor generados, de veinte y cinco caballos de fuerza.
SISTEMA DE SUMINISTRO DE AGUA
Es .del sistema Kewanee. Dos bombas de triple pistón movidas por motores de siete-caballos y medio inyectan agua. a presión a, un tanque de capacidad suficiente para todo el edificio y en el que
se mantiene el agua a una presión que fluctúa de 80 a 40 libras, suficiente para que llegue hasta el ultimo
piso con presión bastante.
VIII
COSTO DEL CAPITOLIO
CONSIDERACIONES PREVIAS
Antes de dar el dato exacto del costo del Capitolio, es imprescindible hacer algunas consideraciones sobre el aspecto económico de esta obra.
Al proyecto primitivo que se sacó a subasta se le calculó un costo de $3.500.000.00, pero sin incluir en él, el mobiliario, el decorado general, las oficinas del ^Congreso y las personales de los señores Congresistas, así como todo aquello que naturalmente pudiéramos llamar la exterioridad de la obra, como los jardines, parques, reparación y transformación de las calles adyacentes, etc.
El proyecto de la obra sacado a subasta, era sumamente sencillo. Entre este proyecto y el Capitolio tal como se construyó y entregó al Congreso hay semejanza de líneas, pero en dimensiones, calidad de materiales, distribución interior, ornamentación y decoración, dotación total de su mobiliario y el de todas sus oficinas en general, hay en-, tre ambos proyectos una distancia que los hace completamente distintos. En realidad, sobre la marcha se concibió y construyó un nuevo Capitolio, bien diferente del proyectado y desde luego considerablemente superior, que lo coloca en la categoría de las obras monumentales.
. Cuando se diseñó el proyecto de Capitolio que sirvió para la subasta se calculó el costo pensando que sería posible utilizar todos los cimientos de la antigua obra del Palacio del Congreso que existían en los terrenos de Villanueva e inclusive muchos de sus muros, pilares estructurales y cubiertas. Muy pronto la realidad demostró que esto no era posible.
En primer término, el estado de abandono en que la antigua obra yacía desde hacía muchos años, fue causa de que una .gran parte de lo construido anteriormente quedase en condiciones muy poco favorables para ser aprovechada en una obra nueva. Pero además se halló una total desproporción entre la índole de los cimientos y las nuevas cargas que habrían de soportar, así como una discordancia absoluta entre la distribución que se encontró diseñada en el terreno y la que había de dársele en definitiva a la nueva construcción. Los elementos estructurales no tenían la resistencia suficiente para las nuevas cargas proyectadas y finalmente, el grueso de los muros no coincidía con el ancho de los primitivos cimientos.
Todo este asunto fue detenidamente considerado y estudiado por los Ingenieros de la Secretaría de Obras Públicas y por los Ingenieros de la casa constructora Purdy and Henderson Co., quienes a pesar de sus deseos de compaginar las exigencias de la nueva obra, con lo que fuera aprovechable de la obra antigua, tuvieron que llegar a la conclusión de que era necesario desechar todo lo anteriormente construido arrasando con la vieja estructura y estableciendo cimentaciones nuevas y, por cierto, dadas las condiciones del subsuelo, bastantes costosas. Naturalmente esto ya aumentó en proporción muy considerable al costo que se había calculado al proyecto sacado a subasta.
MODIFICACIONES EN EL PROYECTO DEFINITIVO
Iniciadas las obras, no tardaron en comenzar las modificaciones que la práctica iba, no ya aconsejando, sino exigiendo. Un edificio de la magnitud del Capitolio no puede ser proyectado de una sola vez. Cabe tener de él una visión sintética, una silueta, un perfilamiento más o menos acertado de sus contornos; pero en los numerosos detalles no es posible que el ojo experto del constructor más ^avezado prevea todas las necesidades del conjunto.
Uno de los problemas que primeramente se presentó, fue el relativo a los hemiciclos del Senado y la Cámara, que tal como habían sido proyectados en el plano de subasta, resultaban demasiado reducidos y ahogados, sin la suficiente ventilación y luz en el volumen del edificio. Se hizo un estudio detenido de este asunto y se llegó a la conclusión ,de que resultaba imprescindible proyectarlos hacia afuera, cómo en efecto se hizo y como están en la actualidad; disposición que le da gran majestad y belleza al edificio. Para eso fue necesario ampliar considerablemente el área de construcción a ambos lados extremos, y cómo al hacerse esto» padecían las proporciones, fue necesario ampliar también la parte posterior, dándosele mucha mayor superficie a la biblioteca, con lo que se atendía a una nueva necesidad, pues la biblioteca del Congreso por la gran cantidad de volúmenes que posee y que puede poseer en el futuro, requería un local de grandes dimensiones.
La cúpula proyectada primitivamente respondía, como es natural suponer, a las proporciones del proyecto sacado a subasta, por lo que al ampliarse éste en la forma que se ha.-dicho, no resultaba la del proyecto primitivo proporcionada con las nuevas dimensiones del edificio. Fue, pues, necesario hacer las modificaciones consiguientes hasta convertirla en lo que es hoy. Es decir, una cúpula con mayor área y mayor altura,, que la que en principio se había .proyectado.
No se necesita ser muy experto en el ramo de construcciones para comprender el aumento de costo que suponen tan importantes modificaciones. Pero hay otros aspectos no menos importantes.
. En el proyecto primitivo se había estipulado el uso de piedra blanda de Capellanías o de Jaimanitas, cuyo costo es extraordinariamente inferior al de la piedra de Capellanías dura de cincel, que se eligió en definitiva; pues tratándose de un edificio de la magnitud y monumentalidad del que se proyectaba, parecía propio emplear un material de insuperable calidad.
Al sustituirse la piedra del proyecto» primitivo por la de Capellanías, se modificó también casi todo el resto del material constructivo para que hubiese una verdadera concordancia en la calidad. El pórtico central se hizo de granito, así como la gran escalinata y las escalinatas secundarias que estaban proyectadas en piedra, así como el zócalo central que rodea todo el edificio.
ORNAMENTACIÓN Y OBRAS DE ARTE
Sin embargo, todas las modificaciones resultan pálidas cuando se comparan con. las llevadas a cabo en lo que se refiere a la ornamentación exterior e interior del edificio. Para este extremo se convocó a las mejores casas del mundo, expertas en el ramo «de decoración monumental, como la Waring and Gillow Lt. de Londres, las casas Jansen y Dominick de París, la casa Baumgarten de New York, aceptándose las ofertas de la. Waring and Gillow Ltd., por ser de todas la que mejores garantías daba en cuanto a la fecha de terminación y precios. Los proyectos, no obstante, fueron en definitiva retocados y adaptados por la Dirección Técnica y Artística del Capitolio.
Las estatuas monumentales de bronce, obras del gran escultor Zanelli, así como un sinnúmero de bajo- relieves y puertas monumentales, tampoco figuraban en el proyecto primitivo y ellas son parte considerable en el aumento del costo. Tampoco figuraban en el proyecto la mayoría de los trabajos escultóricos de las metopas talladas en piedra y mármol, que figuran en el frente del edificio, para lo cual se contrataron artistas de Francia e Italia.
En los pisos hubo también alteraciones de importancia, contratándose de un material mucho más rico y costoso que los proyectados, habiéndose usado en definitiva una variedad de cincuenta y ocho mármoles de colores.
El mobiliario tenía que modificarse lógicamente con las innovaciones introducidas en la ornamentación, por lo cuál el costo por este concepto aumentó considerablemente.
Añádase a todo esto, ciertas obras que pudiéramos llamar de miscelánea qué tampoco habían sido consideradas en el proyecto definitivo, como la cocina, las plantas de refrigeración, las plantas de limpieza al vacío, los aparatos de ventilación y humidificación de los hemiciclos, los poderosos reflectores de la cúpula, e infinidad de detalles más, cada uno de-los cuales, dada la magnitud e índole del edificio, supone, un aumento de dinero muy estimable.
Por último, entre los monumentos del Capitolio figura de Cripta y Tumba al Mambí Desconocido, que se emplazará en la rotonda de la planta baja y que tratándose de una obra de arte, tiene valor crecido.
En lámparas, apliques y candelabros, todos de bronce y diseñados especialmente se invirtió una suma mucho más considerable que la que se pensaba y así en todos los detalles de amoblamiento, ornamentación y habilitación en general.
EL COSTO DEL CAPITOLIO Y EL IMPUESTO SOBRE LA GASOLINA
Atravesaba el país una época de prosperidad indudable y de reconstrucción nacional, cuando se comenzaban las obras del Capitolio en abril de 1926, y ello, unido al éxito extraordinario de recaudación obtenido por el impuesto a la gasolina que, además de estabilizar el precio de este producto, acabó con el monopolio irritante de que era objeto, fue la causa que determinó al Gobierno a hacer algo más que un mero Palacio Legislativo, decidiéndolo a perpetuar en un monumento nacional, la grandeza de una patria erigida por el esfuerzo de sus propios hijos. Así se fue ampliando y modificando el proyecto primitivo del Capitolio, hasta llegar al límite de grandiosidad a que se llegó.
Debemos explicar, aunque sea someramente, la justicia y eficacia del impuesto sobre la gasolina, cuyos ingresos, sin pesar sobre el consumo y por tanto sobre el pueblo, han superado con mucho, durante los años fiscales de 1925-1929, al costo total del Capitolio.
Antes de establecerse por la Ley de Obras Públicas el impuesto a la gasolina, dicho combustible pagaba al entrar en Cuba, según la partida número 8, de unos aranceles de más de veinte años $4.70 por cada 100 ki- los, si procedía de los Estados unidos y $5.871/2 si procedía de otros países, o sea $0.10 a $0.20 por galón;
Estos aranceles, tan altos, estaban justificados hacía veinte años, cuando la gasolina era un artículo de uso muy limitado, pero no en los tiempos actuales cuando los progresos del automovilismo, de la aviación y del motorismo en general, han hecho de ese combustible un artículo de primera necesidad.
Pero ocurría algo más anómalo aún. A pesar de lo crecido del arancel, la Aduana no obtenía una recaudación importante por concepto del mismo.
No obstante consumirse alrededor de treinta y cinco millones de galones de gasolina, sólo aparecían liquidados como tal gasolina por la partida 8 del arancel, unos dos millones y medio de galones anuales y ello se debía a que el resto era importado como petróleo crudo, para ser refinado en Cuba y este producto, de acuerdo con la partida 6 del arancel solamente pagaba $1.40 por los cien kilos, y algo más grave todavía: una gran parte de la gasolina era introducida sin pagar un solo centavo al amparo de la exención arancelaria otorgada al petróleo para combustible por la ley de 14 de julio de 1920.
No obstante eso, la gasolina si bien no producía apenas ingreso a la Aduana, se vendía al público a un precio abusivo, cuyo promedio de 1921 hasta 1925, es decir, cuatro años antes de implantarse la Ley de Obras Públicas fue de $0.40 (cuarenta centavos) el galón al detalle, de manera que este precio promedio es el que vamos a tomar como punto .de comparación respecto de los precios que obtuvo posteriormente.
En el segundo semestre de 1925, o sea, el primero de la vigencia de la Ley de Obras Públicas, el precio promedio de la gasolina descendió a $0.32 por galón, con un promedio de consumo de quince millones de galones, de modo que el consumidor de gasolina obtuvo al implantarse la Ley de Obras Públicas y sólo en su primer semestre, una economía de $0.08 por galón, que en quince millones de galones representa un ahorro de $1,200.000.00.
En el año 1926 bajó el precio de la gasolina a $0.31 por galón y hubo un consumo de cuarenta y un millones cuatrocientos treinticinco mil seiscientos ochenta galones, por lo que el consumidor se benefició en la considerable suma de $3.729.211.00.
En el primer semestre del año 1927, la gasolina bajó aún más de-precio, llegando a alcanzar el de $0.24 por galón, con un consumo promedio de veinte millones de galones en el semestre y una economía para el consumidor de $3.360.000.00 en seis meses.
En suma: que en dos años el consumidor se benefició en $8.289.211.00 y el impuesto •produjo al Estado en ese mismo tiempo una recaudación de $7.743.568.00. Haciéndose un cálculo conservador y teniendo en cuenta que el consumo de la gasolina iba en aumento, se podía calcular en los diez años de vigencia de la Ley una recaudación de $50.000.000.00 anuales, que como renta para el Estado supera enormemente a la que se obtenía antes de promulgarse la Ley de Obras Públicas y al mismo tiempo se ha acabado con un monopolio, contribuyendo al abaratamiento extraordinario de un combustible de primera necesidad.
Se desprende de todo ello que lo recaudado por el impuesto de la gasolina ha sido más que suficiente para satisfacer lo invertido en el Capitolio, por lo que su construcción no ha pesado en lo más mínimo sobre el pueblo, puesto que el impuesto de la» gasolina, lejos de encarecer el producto, lo abarató, obteniendo una doble finalidad:, economía para el consumidor y recaudación efectiva para el erario.
COSTO REAL DEL CAPITOLIO
En definitiva, el Capitolio ha tenido un costo de $16.640.743.30. Ahora bien, en ese costo está incluido algo que tiene valor imponderable: la gran cantidad de obras de arte que hay en el interior del edificio y que aun teniendo hoy un alto valor; éste será mucho mayor en el futuro. También está incluido todo el mobiliario, decoración, maquinarias, etc., hasta el último detalle para la instalación y funcionamiento del Congreso y todas sus dependencias, tal como se encuentra ya hoy en el edificio.
El costo por metro cuadrado resulta de $229.95, pero como quiera, que en él va incluido todo lo que se refiere a ornamentación, lámparas, mobiliario, obras de arte, etc., este cálculo no es sólo de construcción.
La construcción en sí puede calcularse en unos $180.00 el metro cuadrado, costo realmente económico dado que se trata de una construcción monumental.
Está incluido en el costo el valor de la planta de construcción, que fue necesario «adquirir para la
fabricación del edificio y la cual está instalada y susceptible de ser usada en cualquier otra obra, por lo cual en realidad el costo de esa planta que comprende una inmensa torre de acero, nueve máquinas de aserrar cantería, cepillos, molduras, pulidoras, tornos, varias grúas poderosas, todo el equipo necesario para cortar y labrar la piedra, etc es procedente descontarlo del costo del edificio, ya que se trata de un valor no consumido, sino existente, con una merma insignificante.
Fuente:
https://www.scribd.com/document/172283506/Libro-Capitolio-1raParte
Información Adicional
[1] Cuba Collectibles – Capitolio
[2] Arquitectura Cubana – Libro: República de Cuba. Capitolio
[3] YouTube – Capitolio Nacional
[4] YouTube – Capitolio en construction 1929 y otras obras en la habana.