MÁXIMO GÓMEZ
Fue el primer guerrillero de la década iniciada por Céspedes el 10 de octubre de 1868 y el genio director de la última y definitiva lucha por la Independencia. En los Pinos de Baire enseñó a loe cubanos a escribir con su resolución el prólogo de las hazañas del machete. Palo seco y las Guácimas, Mal Tiempo y Juan Criollo consagraron al héroe. En la paz que siguió al Zanjón, como al reanudaras el combate después, en 1895, fue emblema de esperanzas, bandera de guerra, augurio de victoria.
Grande por la virtud y el carácter, más grande aun por la abnegación y el desinterés. Cuba venera y recuerda al glorioso dominicano llamándole, como por su nombre de pila, El Libertador.
José Manuel Carbonell
Fuente
[1] Digital Library of the Caribbean – Máximo Gómez y las Invasiones del 75 y del 95
