La publicación del libro Historia mínima de la Revolución cubana de Rafael Rojas, de El Colegio de México, es oportuna. En efecto, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en 2015 marca el inicio del fin de un ciclo en la historia de ese país. El momento es ideal para analizar, en múltiples niveles, la concatenación de acontecimientos que marcaron la vida pública cubana durante la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI. Estamos hablando, grosso modo, de un periodo que abarca el ciclo biológico de cubanos nacidos después de la segunda guerra mundial.
Antes de tratar con más detalle el contenido del libro, cabe resaltar que Rafael Rojas ha logrado cumplir de manera ejemplar las expectativas asociadas a la colección Historia Mínima. En 17 breves capítulos, da cuenta de modo ameno, y con un estilo sencillo y directo, de la compleja y accidentada historia política cubana de 1950 a 1976 y luego, en un último capítulo titulado «Después de la Revolución», que adopta más la forma de un ensayo, lleva su reflexión hasta el día de hoy. Cada uno de los capítulos presenta sintéticamente coyunturas y a veces temáticas asociadas a la gestación y consolidación de la revolución cubana. En la misma elaboración del capitulado, llama la atención el talento del historiador para recortar el tiempo en episodios concisos y marcar el ritmo no solo de la presentación de los hechos sino también de una lectura que incita al lector a querer seguir adelante. En pocas palabras, es un libro cautivante que logra hábilmente reconstruir lo que el autor llama «[…] una historia mínima de un fenómeno complejo y cambiante […] llamado Revolución cubana» (p. 9).