Hilos Desenrollados

Constitucionalismo C-40: Ni Derecha ni Izquierda, sino Soberanía Popular

Constitucionalismo C-40: Ni Derecha ni Izquierda, sino Soberanía Popular

1. El patrón del ataque

Quienes quieren debilitar la causa C40 rara vez atacan de frente la idea de la soberanía popular. Prefieren erosionarla con etiquetas y tergiversaciones que la encierren en un marco ideológico:

A los delegados constituyentes se les acusa de “comunistas” o “simpatizantes socialistas” para deslegitimar su trabajo.

A la propia Constitución se le cuelga el rótulo de “estatista” o “socialista” para alejarla de sectores que asocian esos términos con regímenes autoritarios.

A sus artículos se les fuerza a interpretaciones parciales, recortadas o descontextualizadas para presentarlos como programas políticos en vez de normas fundamentales.

El objetivo es claro: convertir un pacto nacional en un arma facciosa.

2. Lección de Washington: el veneno del espíritu de partido

Washington advirtió que:

“La dominación alternativa de una facción sobre otra… conduce a un despotismo más formal y permanente.”

Cuando se tilda la Constitución de 1940 con etiquetas ideológicas, se está intentando:

  1. Meterla a la fuerza en el campo de batalla de facciones.
  2. Romper la unidad posible entre cubanos que podrían coincidir en su restitución.
  3. Distraer del hecho esencial: la C40 no es un programa de partido, sino la regla de juego para todos.

3. La Constitución no es un manifiesto político

La C40 no impone un modelo económico único, sino que establece principios, derechos y límites al poder.

Sus artículos sociales no son un plan socialista, sino garantías de justicia mínima acordadas por una asamblea plural (que incluía desde liberales y conservadores hasta socialistas y auténticos).

En su tiempo, la C40 permitió la alternancia política y la existencia de múltiples partidos, prueba de que no pertenecía a ninguno.

4. Por qué no nos definimos en el espectro ideológico

Aceptar una etiqueta sería ceder el terreno que Washington llamó “el peor enemigo de los gobiernos populares”: el espíritu de partido.

El constitucionalista C40 defiende un marco común, no un bando.

En una Cuba restaurada constitucionalmente, la derecha y la izquierda podrán disputar el poder; hoy, el deber es reconstruir el piso común donde se libra esa disputa.

5. Respuesta a la trampa de la etiqueta

Cuando nos exigen definirnos como derecha o izquierda, debemos señalar:

Que es un intento de dividir y debilitar.

Que la C40 no pertenece a ninguna ideología, sino al pueblo cubano entero.

Que la causa no es gobernar desde una facción, sino devolver al pueblo el derecho a decidir bajo la Constitución legítima.

“Quien etiqueta la Constitución de 1940 no la ha leído, o quiere destruirla. La patria no se salva desde la derecha ni desde la izquierda: se salva desde la ley que nos une a todos.”

@gustavo_vigoa

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