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Abraham Simkhovich (Fabio Grobart) era el jefe comunista secreto en Cuba

Abraham Simkhovich era el jefe comunista secreto en Cuba

Inventó a Fidel Castro e hizo una revolución en Cuba. Durante más de medio siglo, Abraham Simkhovich fue el “jefe comunista número uno del país” en secreto.

El comunista de la vieja escuela Abraham Simkhovich fascinó a Fidel Castro con el socialismo en 1948. En ese momento, el futuro líder de Cuba tenía 22 años. Y hasta 1994, el año de la muerte de Simkhovich, Castro se dirigió a él solo en busca de consejos. Fue Simkhovich, y no Fidel, a quien los medios de comunicación mundiales llamaron “el principal ideólogo de la revolución” y “el jefe comunista número uno del país”.

“Era necesario preparar a la sociedad para el hecho de que el Partido Comunista debía gobernar, que el comunismo no era tan peligroso, no era tan terrible, no era tan malo. Eso era lo que yo hacía”, recordó Simkhovich muchos años después.

Abraham Simkhovich llegó a Cuba en 1922. Nació en el pueblo de Tshtsyany, provincia de Suwalki, hoy territorio de Polonia. En su país, logró pasar por la cárcel: llegó allí como miembro del departamento juvenil del prohibido Partido Comunista Obrero de Polonia (KPPP). Cuando fue liberado, decidió emigrar.

Este artículo se reproduce sin menoscabo alguno de los derechos del autor. Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez. MovimientoC40 no reclama ninguna propiedad intelectual, o de cualquier otro tipo sobre este artículo.

Después de la Primera Guerra Mundial y la revolución en Rusia, miles de judíos se fueron huyendo del antisemitismo y del reclutamiento en el ejército; una gran parte de los emigrantes terminaron en América Latina. En 1925, unos 8.000 judíos vivían en Cuba, incluidos 5.200 de Europa del Este. Los lugareños los llamaban “Poliakos”; más tarde comenzaron a llamar así a los emigrantes de Europa del Este de cualquier nacionalidad. Los “Poliakos” se dedicaban principalmente a dos tipos de trabajos: coser ropa y zapatos en talleres propiedad de miembros de la tribu o vender. Los cubanos nativos parodiaban a los comerciantes ambulantes con un acento judío exagerado diciendo “Wendo korbatos baratos” (Vendo corbatas baratas).

Simkhovich no vendía corbatas. En cambio, aceptó un trabajo en una sastrería y se unió a un sindicato de sastres. Esta es la versión oficial de los comunistas. En la prensa norteamericana, por el contrario, convencieron a los lectores de que Simjóvich era un agente del Kremlin de Moscú, que llegó a la isla para “desestabilizar” la situación. “Nadie ha visto nunca a Abraham junto a una máquina de coser, en todos los cuestionarios escribía la palabra “desempleado”. Pero por su apartamento en La Habana pagaba más de lo que ganaba en un mes el mejor sastre. ¿De dónde sale el dinero?, se preguntaba la prensa burguesa.

Cafe in Havana

En agosto de 1925 se fundó en La Habana el Partido Comunista de Cuba. En aquel momento, los comunistas tenían nueve círculos en la isla, compuestos por 80 personas. En el más grande, el de La Habana, había hasta 20 participantes. Diez participantes llegaron al congreso con motivo de la fundación del partido, al menos tres eran judíos, y uno de ellos era Abraham Simkhovich. El congreso eligió al secretario general y a sus asistentes, y también aprobó varias resoluciones. La resolución nº 1 decía: honrar la memoria de Vladimir Ilich Lenin con un minuto de silencio. La resolución nº 2: enviar saludos al buque mercante soviético “Vorovsky”, al que las autoridades cubanas no permitieron entrar en la isla. El propio Simkhovich se mantuvo al margen durante la división de los puestos del partido. En los documentos del partido, solo se escribió una palabra junto a su apellido: “coordinador”.

El Partido Comunista de Cuba fue prohibido al año siguiente. El presidente cubano Gerardo Machado, apodado el “Mussolini tropical”, comenzó la persecución de los comunistas. Algunos de los participantes fueron expulsados del país, otros fueron asesinados; según algunos informes, simplemente los arrojaron desde un acantilado al mar, con pesadas cargas encadenadas a sus pies. Varias personas fueron asesinadas a tiros “accidentalmente” en las calles de La Habana y otras ciudades. Probablemente por temor a represalias, Simkhovich dimitió del Comité Central del Partido Comunista en 1929. A partir de ese momento, no ocupó cargos oficiales durante muchos años, pero fue él quien siguió siendo considerado el principal ideólogo y especialista en el reclutamiento de nuevos miembros.

En 1929, Simjóvich visitó Moscú, donde se convirtió en miembro de la sección latinoamericana de la Internacional Comunista. En Rusia, conoció a comunistas alemanes que ayudaron a los camaradas cubanos con dinero para la publicación de las revistas Bandera Roja, Centinela y Sentry. El cambio frecuente de seudónimos ayudó a Simjóvich a escapar de la persecución de las autoridades en Cuba. Pero, a pesar de esto, fue arrestado dos veces y, en 1932, fue expulsado de la isla acusado de espionaje. A través de Alemania, Simjóvich regresó nuevamente a la Unión Soviética. Pero entonces sucedieron dos cosas a la vez. En agosto del mismo año, el presidente Machado fue derrocado y huyó a los Estados Unidos. Y una fiel compañera del Partido Comunista y, según los rumores, la amante de Simjóvich, Dora Stern Weinstock, se acostó con el hijo de un alto funcionario y, como muestra de gratitud, hizo varios pasaportes para los comunistas deportados.

Carné del PCC

En 1934, Simjovich volvió a ser visto en La Habana. En 1936 recibió la ciudadanía cubana y dos años después se levantó la prohibición de las actividades del Partido Comunista en la isla. Al mismo tiempo, el número de comunistas creció lentamente y entonces a Simjovich se le ocurrió la idea de utilizar lectores en las fábricas de tabaco. Hacer puros es un trabajo manual monótono. Para estimular a los trabajadores, una persona especial se sienta en la tienda y les lee poemas e historias en voz alta. Simjovich, conocido entonces como Fabio Grobart, comenzó a suministrar a los lectores literatura comunista. Las cosas fueron bien: en 1933, el Partido Comunista tenía 500 miembros, en 1936, 3.000, en 1938, ya 10.000. Después de la innovación de Simjovich y Grobart, otras 30.000 personas se unieron al partido en las fábricas de tabaco. En las elecciones de 1944, 122.000 electores votaron por candidatos comunistas y, en las elecciones intermedias de 1946, 195.000. La población de Cuba era entonces de unos seis millones de personas.

En 1946, en Estados Unidos se conoció que en Cuba existía una “eminencia gris” que conducía a los comunistas al poder. Los hermanos periodistas Joseph y Stuart Alsop escribieron: “En La Habana, el gobierno soviético mantiene un activo centro de penetración política en América Central y del Sur… Pero la mayor parte del trabajo la realiza un cuartel general soviético no oficial, dirigido por un tal Fabio Grobart. Es un personaje de una película de Hitchcock. Puede ser polaco, pero tiene media docena de pasaportes… Además de México y Cuba, dirige las principales actividades de los comunistas en Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica”.

En 1947, los periodistas estadounidenses lo llamaron “la figura más misteriosa de la política cubana” y se quejaron de que se negaba no solo a conceder entrevistas, sino también a responder a cualquier pregunta, incluso sobre el clima en La Habana. Se le consideraba el jefe comunista número uno no solo de Cuba, sino de toda la región del Caribe. Cuando el Partido Comunista de Venezuela se dividió en tres facciones, el líder de los comunistas cubanos, Blas Roca, llegó al país y transmitió la orden de Grobart de volver a unirse. La orden se cumplió.

Y aquí hay otro informe de los periódicos estadounidenses de 1948: “Las conexiones de la Rusia soviética con los comunistas latinoamericanos están cuidadosamente ocultas. Una noticia importante fue el reciente informe de que Fabio Grobart fue visto entrando en la embajada soviética en La Habana a primera hora de la mañana. No hay diplomáticos de alto rango en esta embajada que orienten abiertamente a los comunistas, como lo hizo Konstantin Umansky de Ciudad de México durante varios años antes de la guerra. La financiación rusa no es obvia”.

El nombre que eligió Fabio Simchovich para sí mismo es en honor al antiguo cónsul romano Quinto Fabio Máximo, apodado Cunktator. Este era el nombre de una persona que avanza lenta y obstinadamente hacia su objetivo, evitando peleas decisivas, desgastando a su oponente y ganando. De este nombre surgió el término “socialismo fabiano”, cuya idea era la transformación lenta de una sociedad capitalista en una comunista.

En 1948, Fabio Grobart fue expulsado nuevamente de Cuba. Según otra versión, Grobart viajó a Europa para curarse de la tuberculosis. Los anticomunistas cubanos afirmaron que Grobart había tenido una serie de reuniones con Fidel Castro, un estudiante de derecho de 22 años, antes de partir. Después de eso, el mundo recibió en la persona de Fidel a un revolucionario y socialista intransigente. Cuando Castro logró llevar a cabo un golpe de Estado en la isla en 1959, una de las primeras medidas adoptadas por su gobierno fue el regreso a Cuba del “estratega político” Grobart. En ese momento vivía en Praga bajo el nombre de Antonio Blanco. Ernesto Che Guevara y el hermano de Fidel Castro, Raúl, vinieron a convencerlo de que regresara.

Fidel Castro leyendo

Curiosamente, en su primera etapa en el poder, Fidel Castro no se autodenominaba comunista. La revolución la llevó a cabo su Movimiento 26 de Julio y sus colaboradores de la organización estudiantil Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Al mismo tiempo, la mayoría de los partidarios de Castro no soportaban a los comunistas, cuyo partido en Cuba llevaba entonces el nombre de Partido Socialista Popular – NSPK. Grobart volvió a la carga. Organizó las primeras consultas de la nueva dirección cubana con el representante de la Unión Soviética, el corresponsal de TASS en La Habana, Alexander Alekseev. Las reuniones fueron secretas, porque tras el viaje de Nikita Jruschov a Estados Unidos en septiembre de 1959, la dirección soviética no quería estropear las relaciones con los estadounidenses. Sin embargo, tras estas consultas, Fidel dejó de lado las dudas y tomó un rumbo radical hacia el comunismo siguiendo los pasos de la URSS.

Grobart le enseñó que en la isla sólo debía haber un Partido Comunista y para ello era necesario llegar a un acuerdo con el NSPK. Además, la ideología debe inculcarse desde la juventud: para ello se necesitan cursos teóricos para los jóvenes activistas del Movimiento 26 de Julio.

Para negociar con el “viejo Partido Comunista”, Grobart organizó reuniones secretas en una casa de pescadores en el pueblo de Cojimar, a 15 km de La Habana – este pueblo se hizo famoso por Ernest Hemingway, que lo eligió como escenario de la historia “El viejo y el mar”. En las reuniones estuvieron presentes, en representación de las autoridades, Fidel y Raúl Castro, el Che Guevara con su adjunto Ramiro Valdez y el comandante de las fuerzas armadas de la revolución Camilo Cienfuegos. Luego, el número de iniciados disminuyó. Cienfuegos murió en un accidente aéreo a finales de 1959. Fidel y el Che Guevara culparon a los enemigos de la revolución de su muerte, los emigrados cubanos culparon a Fidel. Desde el NSPK, las negociaciones fueron conducidas por su secretario general, Blas Roca, a quien Grobart conocía desde hacía más de 30 años, y dos miembros del Politburó. El objetivo de las negociaciones era fusionar los partidos. Roca y su séquito tuvieron que convencer a la base comunista.

Fidel Castro saludando desde un balcon

En 1959, según el proyecto de Grobart, se creó una red de escuelas especiales del partido, en las que los “viejos” comunistas enseñaban a los partidarios de Fidel el marxismo-leninismo: así formaban a la nueva élite del país. En dos años, unos 30.000 cubanos se formaron en estas escuelas. Basándose en el modelo de la Escuela Superior del Partido de Moscú, se creó su homóloga cubana: la Escuela Central del Partido Comunista de Cuba, que lleva el nombre de Nico López. El diploma de esta institución era un requisito previo para el acceso a un alto cargo del partido o del gobierno.

Como predijo Grobart, los comunistas tardaron años en unirse. En abril de 1961, Cuba sobrevivió al desembarco en Bahía de Cochinos: una fuerza de desembarco de emigrados cubanos intentó derrocar a Castro. En una manifestación del Primero de Mayo, Fidel Castro anunció que no habría más elecciones multipartidistas en Cuba, que el país construiría el socialismo y adoptaría una constitución socialista. En diciembre de ese mismo año declaró: “Soy comunista y lo seré hasta el final de mis días”.

Fidel Castro dando un discurso

Hasta el final de sus días, Fabio Grobart fue su sombra. En los años 60 asumió la dirección de la revista Socialist Cuba. Estaba en su espíritu dirigir desde la zona “gris”, siendo el corazón y el centro rector de la ideología. Sus palabras y discursos fueron pronunciados por Fidel y Raúl Castro desde las altas esferas. El propio Grobart aparecía en los congresos del partido sólo para presentar otra propuesta estándar para la reelección del camarada Fidel para otro mandato como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Se cree que fue Grobart quien evitó un intento de conspiración en 1967. Luego, los “viejos” comunistas del NSPK, con el apoyo de la URSS, intentaron derrocar a Castro del poder. Ante la insistencia de Grobart, fueron seguidos a tiempo. Como resultado, el jefe de seguridad cubano Manuel Pinheiro, apodado Barbarroja, grabó personalmente las negociaciones de los miembros del NSPK con Rudolf Shlyapnikov, un representante de la KGB en el Ministerio del Interior de Cuba; en esa reunión discutieron los detalles del golpe.

Rl comunista Fabio Grobart
El 1 de octubre de 1967, todos los conspiradores fueron arrestados. Tres de ellos se suicidaron mientras estaban detenidos. 35 personas fueron condenadas a diferentes penas de prisión. La pena más severa fue impuesta al ideólogo del Partido Nacional Socialista de Cuba, Aníbal Escalante: 15 años de prisión. Sin embargo, tres años después fue liberado y enviado a Praga. Rudolf Shlyapnikov tuvo que regresar a Moscú.

El hombre que “inventó” a Fidel y la revolución cubana murió el 22 de octubre de 1994. Tenía 89 años. En 1975 fue condecorado con la Orden Soviética de la Revolución de Octubre. Aunque ni en Cuba ni en la URSS muchos no entendían quién era Fabio Grobart, quién era Abraham Simkhovich y por qué exactamente le habían concedido esa condecoración.

https://fitzinfo.net/2022/07/23/abraham-simkhovich-was-the-secret-communist-boss-in-cuba/

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