La verdad es dura, áspera… pero es la verdad. No se puede derrotar una dictadura con mentiras y mucho menos construir un país basando en mentiras.
La siguiente directa marca un antes y un después en el rumbo del Movimiento Constitucionalista. Por un instante los iniciadores del Movimiento Constitucionalista se reúnen y discuten acerca de la legitimidad del auto-denominado gobierno constitucional cubano, de las mentiras y divisiones que este ha creado en el Movimiento.
También se esbozan las ideas iniciales de cómo crear un Gobierno de Transición, de cómo este Gobierno puede crearse incluso dentro de Cuba invocando el espíritu del Artículo 149 de la Constitución del 1940.