CÍVICA DE LA COMUNIDAD
por
ANTONIO SOBRINO PLASENCIA
Maestro normal, doctor en pedagogía, Dr. en leyes, inspector escolar del distrito de pinar del río.
PREFACIO
Una de las materias de enseñanza que ha■ resultado siempre más monótona y falta ele interés ha sido la enseñanza de la Cívica, tanto en las escuelas primarias como en los centros secundarios.
Preceptos morales, reglas de derecho, estudios legales no dicen nada a los sentimientos ni a los intereses de los niños; y en eso es en lo que la escuela tradicionalista convirtió lo que debió haber sido la más interesante de las materias de estudio.
La escuela nueva, que tiene en cuenta la satisfacción de los anhelos y necesidades de los educandos, que sabe que la escuela debe ser vida, movimiento, acción en una palabra, ha transformado de un modo radical el aprendizaje de la Cívica, dejando de un lado las memorizaciones vacías de sentido y las reglas ininteligibles a la conciencia infantil o juvenil.
El autor de este libro que aspira con el mismo a contribuir modestamente a la tarea de la nueva educación, ha tenido en cuenta tocias esas cosas y por eso es que la obra está llena de sugestiones a la acción, pues de nada le valdría a un ciudadano conocer sus derechos si no siente el deseo o la necesidad de ejercitarlos; ni conocer sus deberes más sagrados si no se mueve algo en lo profundo de su espíritu y lo impele a la ejecución de bellas acciones de raridad, confraternidad, cooperación y amor.
La enseñanza de la Cívica ha de tener como fin primordial interesar al alumno en los problemas de la comunidad local, en primer término; después en los de la nación y por último en los de la humanidad, por lo que toda lección o actividad escolar ha ele tender a despertar la curiosidad del estudiante hacía, el medio social que lo rodea, conociendo sus bondades y sus defectos; sus bellezas y sus miserias; la actuación buena o mala de los agentes de la sociedad. Debe ser, valga la frase, “la chismografía de la comunidad”.
La parte informativa debe considerarse, por lo tanto, no como un fin sino como un ventajoso medio para el aprendizaje, el punto de partida desde el que se iniciarán el maestro y los alumnos en la investigación de cada problema.
Como podrá observarse, las guías para el trabajo y para la acción que aparecían al final de cada asunto en la primera edición han sido suprimidas y en cambio en todas las lecciones se hace una referencia al Cuaderno de Trabajos de Cívica de la Comunidad que he tenido el gusto de redactar. El trabajo del libro y del cuaderno deben estar perfectamente sincronizados, en el aula y fuera de ella, pues no se concibe que pueda utilizarse con acierto pedagógico una obra basada en la educación funcional si no se le hacen ejercitar al alumno activamente las funciones, gestos, actitudes y hábitos que se tratan de crear, canalizar y robustecer.
Conjuntamente con el aprendizaje de la materia debe el maestro dirigir y organizar círculos literarios y artísticos, clubs deportivos y sociales, ligas juveniles para el fomento de bibliotecas, museos y campos de entrenamiento, así como deben crearse de un modo lento pero firme los organismos escolares para el fomento del auto-gobierno y la auto-disciplina, hechos perfectamente realizables que no constituyen una utopía o “snobismo” pedagógico sino sencillamente, algo real, material, tangible, firme y seguro cuando la tarea se lleva a cabo con interés y con amor.
Aun cuando este libro está fundamentalmente escrito de acuerdo con los cursos de estudios de las Escuelas Primarias Superiores, lo considero también de una gran utilidad para que se emplee en los grados superiores de la enseñanza elemental, puesto que la utilización simultánea del texto y del cuaderno de trabajo constituyen un manantial inagotable de sugestiones aprovechables en la diaria labor; así como en algunos tipos de escuelas secundarias, carentes hasta el presente de un texto de Cívica que resulte a la vez interesante y de valor científico de acuerdo con las modernas normas que presiden la enseñanza da esta materia.
Reciban, ¡mes, este libro: mis compañeros los maestros de enseñanza elemented’ y superior y los profesores de centros de segunda enseñanza, los que no dudo lo sabrán acoger con la simpatía que merece todo esfuerzo bien intencionado.
Fuente:
https://www.dloc.com/es/AA00087729/00001/citation
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